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Artes Visuales

“Kokoro”, una muestra fotográfica surgida en pandemia

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“Kokoro”, un concepto japonés relacionado con el corazón como órgano vital del sentimiento, da título a una muestra del fotógrafo Leo Vaca que exhibe hasta el 19 de febrero en El más acá club (avenida Caseros 514, CABA) un conjunto de imágenes relacionadas con la naturaleza y las flores.

La exposición, que puede visitarse de miércoles a sábados de 13 a 20, entrecruza la faceta de artista floral y fotográfica de Vaca, fotoperiodista nacido en La Plata en 1973, quien en los últimos años emprendió una serie de acciones vinculadas con la naturaleza y las plantas a partir del ‘no espacio’ Vengan las Flores.

“Ante el maltrato de la humanidad a la naturaleza, la flor es inteligencia, resistencia, reproducción, contemplación, abrazo, misterio y ofrenda”, señala Vaca sobre el eje simbólico de este trabajo, que comenzó en pandemia, visitando a productores de las comunidades paraguaya, boliviana, portuguesa y japonesa de Colonia Urquiza, en La Plata.

“Hace tiempo que trabajo con ellas y su entorno -le comentó a la agencia de noticias Telam, consultado sobre el significado de las flores en su obra-, vuelvo al niño que caminaba con su abuela por el monte recogiendo flores silvestres, cortezas de un árbol quemado, hojas, raíces, semillas”.

Kokoro es un concepto japonés que se vincula al corazón y al sentir. Cuenta el fotógrafo cómo llegó a su vida: “Tsuru, una señora de 82 años que me regala vidrios de invernáculos antiguos con los que armé varios de los cuadros de la muestra, también me regaló un ideograma Kokoro pintado por ella con pincel. Para mi fue una bendición”.

Un concepto que lo llevó a otro: el “no espacio” Vengan las flores. Ese proyecto, dice Vaca, “soy yo en relación con las flores, las plantas y el arte. He ido con un carrito a muestras de arte y he ofrecido mis ramos en semáforos, tuve una florería en pandemia solo por siete meses en un local muy lindo en City Bell. Nadie entendía bien qué era: si un espacio de arte, un vivero o un anticuario. Cuando lo cerré, porque volví a trabajar con la fotografía, seguí el emprendimiento en la calle. Ahora practico la venta de ramos originales rodeado de gente amiga, solo los sábados en la esquina 474 y diagonal 3 de City Bell . Por eso VLF es un no espacio, es donde sea que esté” .

“Siempre me gustaron las flores -repasa el fotógrafo-. Cuando todo cerró y los productores tuvieron que tirar sus cosechas porque no se podían vender fotografié la catástrofe en los viveros. Hice periodismo en ese momento mostrando ese desastre. En la muestra expongo un sentido más poético y contemplativo. Podemos aprender mucho mirando la naturaleza. Las flores son maravillosas, nos indican el camino”.

Dice Vaca que la labor del floricultor no tiene descanso, “en invierno los fríos fuertes y en verano los calores, el valor dólar de los productos, las tormentas, los robos.. se les puede observar la cara de cansados en las madrugadas en el mercado. Cada cultura trabaja de manera diferente -apunta-. Yo estoy fascinado con los japoneses. Con los argentinos me llevo bien pero me fascino al escuchar guaraní, quechua, portugués”, advierte

Vaca comenzó su carrera como fotoperiodista en los años 90, trabajó en medios gráficos nacionales e internacionales y colaboró en revistas, ediciones discográficas y libros. Ganó el premio Pléyade por su trabajo de edición en la revista Latido en 2000 y en 2009 recibió el Premio a la Trayectoria Fotográfica de la fundación Compromiso Social, por su compromiso con la infancia. En 2015 fue Primer premio de la IV bienal de fotografía Arte x Arte en coautoría con RES. Mención Salón Nacional 2016 y en la categoría imagen de la Fundación García Márquez.

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Artes Visuales

Una niña afgana estudiando en su casa, mejor foto del año para Unicef

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La imagen de una niña de diez años de una aldea rural de Afganistán, concentrada en sus estudios dentro de su casa en una remota zona al este de Kabul, fue distinguida como la mejor fotografía del año en el concurso internacional organizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Alemania.

La fotografía, obra de la fotoperiodista francesa Elise Blanchard, integra el reportaje “Ser niña en Afganistán” y, según Unicef, refleja la “silenciosa pero inquebrantable resistencia” de millones de niñas afganas a quienes se les niega el acceso a la educación secundaria desde hace más de cuatro años.

La instantánea retrata a Hajira, cuyos ojos parecen atraídos por un libro escolar abierto en el suelo. La escena transmite la urgencia de quien es consciente de que su tiempo para aprender es limitado, en un contexto marcado por severas restricciones al derecho a la educación femenina.

“Esta fotografía nos muestra lo que significa la infancia para muchas niñas en Afganistán: tener que luchar por algo que debería ser obvio, el derecho a aprender”, afirmó Elke Büdenbender, madrina de Unicef Alemania, durante la ceremonia de premiación celebrada este viernes en Berlín.

Büdenbender destacó además que, a través de la mirada de Hajira, la autora “regala un momento de curiosidad y determinación” que funciona como un llamado a no abandonar a las niñas y niños afectados por la exclusión educativa.

De acuerdo con Unicef, actualmente más de 2,2 millones de niñas en Afganistán tienen prohibido asistir a la escuela. Aunque la educación primaria continúa siendo posible, las adolescentes en edad de cursar la secundaria ya no cuentan con autorización oficial para estudiar, una situación que amenaza su desarrollo y su futuro.

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Artes Visuales

Inauguran la muestra “Generación Beta: al otro lado del océano”

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El próximo viernes 19 de diciembre a las 18, la Casa Nacional del Bicentenario inaugura la exposición “Generación Beta: al otro lado del océano”, con obras de la artista Franzi Kreis. Se trata de una serie 20 video-entrevistas que forma parte del proyecto “Generation Beta”, una exposición compuesta por fotografías y QRs, a través de la cual uno se sumerge en las profundidades de la historia de una vida en cuestión de segundos.

El proyecto ya se ha expuesto en Sarajevo, Roma, Calabria, El Cairo, Budapest, Bern y Nova-Gorica. “Al otro lado del océano” retrata historias familiares entre Buenos Aires y Viena.

La exposición podrá visitarse hasta el 28 de febrero de 2026, de miércoles a domingos de 15 a 20, en el cuarto piso de la Casa (Riobamba 985). Según se informó, la muestra se realiza gracias al trabajo conjunto de la Secretaría de Cultura de la Nación y la Embajada de Austria en Buenos Aires.

Texto curatorial

“Generación Beta” cuenta los altibajos de la vida y plantea preguntas esenciales: “¿Qué sabes de la infancia de tu madre, de la infancia de tu padre?”. Las biografías privadas revelan cómo los temas sociales y políticos de nuestro tiempo se reflejan en las experiencias individuales, ofreciendo respuestas a interrogantes universales.

La serie «Übersee» explora historias familiares entre Buenos Aires y Viena, proponiendo un “Stolperstein” intangible —un escollo para el recuerdo— a través de relatos íntimos. Cada conversación se acompaña de un retrato fotográfico que revela gestos heredados y memoria visible. Viena, como punto de encuentro entre Oriente y Occidente, se convierte en el lugar de partida de estas narraciones.

La Generación Beta es la generación del futuro. La pregunta clave: ¿Qué queremos transmitir a la próxima Generación Beta?

Sobre la artista

Franzi Kreis trabaja con fotografía, audio y cine. Forma parte del programa para mujeres Calliope. Join the dots. del Ministerio de Asuntos Exteriores de Austria, que busca visibilizar los logros de artistas y científicas austriacas y residentes en Austria.

(Fuente: Prensa Casa Nacional del Bicentenario)

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Artes Plásticas

Obras de Maggie Atienza Larsson, en la Casa Nacional del Bicentenario

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La Casa Nacional del Bicentenario difundió la inauguración de la exposición “Maggie Atienza Larsson. Obras 1988–2008”, un recorrido por más de 35 piezas de la artista visual argentina que incluyen pinturas, objetos y collages.

Se trata de un conjunto de obras que introducen en un espacio ambiguo entre la fragilidad y la resistencia, y que funcionan como pequeños santuarios del paso del tiempo. Objetos de la vida diaria de la artista —fragmentos de materiales diversos— se resignifican, transformándose en archivos afectivos que laten entre lo cotidiano y lo sagrado. Cada pieza funciona como una puerta hacia un recuerdo vívido, un sentimiento nunca compartido o una experiencia difusa del pasado.

Almarios y objetos proponen caer en un estado parecido a la vigilia de un sueño: ese espacio liminal donde la conciencia transita, invitando al espectador a descubrir en esas piezas recuerdos o sensaciones propias que se suceden como un relato.

Esa misma tensión entre lo real y lo inasible se despliega en sus pinturas de gran formato, portales luminosos, umbrales o códigos secretos de un cosmos misterioso. En ellas se anticipa la experiencia poshumana y el surgimiento de algoritmos –tan presentes hoy en nuestra cotidianidad– creando así un paisaje visionario, donde la materia, la energía y el futuro dialogan.

La exposición podrá visitarse hasta el domingo 15 de marzo de 2026, de miércoles a domingos de 15 a 20, en el tercer piso de la Casa.

Sobre la artista

Maggie Atienza Larsson (1953–2022) nació en Buenos Aires y desarrolló una extensa trayectoria en la pintura, el objeto y la instalación. Participó en numerosas exposiciones nacionales e internacionales y obtuvo premios de instituciones como el Fondo Nacional de las Artes, Banco Provincia, Telecom y Costantini, entre otros. Su obra integra colecciones públicas y privadas en Argentina y el exterior.

(Fuente: Prensa Casa Nacional del Bicentenario)

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Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA En Trámite
Edición Nº