Historias Reflejadas
“Eterna batalla”
Eterna batalla
Enredados en alguna profecía, el bien y el mal libran una eterna batalla y sus voces toman forma para convertirse en leyendas.
De pronto son fantasmas que susurran al oído aquello que se agiganta, se extienden y envuelven con telas de miedo nuestras propias miserias. Dos líneas de vida después, la claridad obliga a seguir andando y marca sus huellas.
Sin embargo, tres pasos más adelante, allí donde una curva nos obliga a detenernos, el mal deviene en monstruosas criaturas que gritan desde adentro, cuestionando nuestra esencia.
Inevitablemente, en la exquisita trama que teje el destino, su innombrable presencia se desvanece ante la luz.
Cada día los espíritus se enfrentan y miden sus fuerzas para dar lugar al equilibrio de las cosas perfectas, donde lo importante emerge de lo distinto y las tinieblas se disipan ante la verdad.
Hay que saber callar para encontrar las palabras justas que definen nuestros contornos y nos identifican.
Es posible descubrir un mundo silencioso en el que las letras se desplazan por debajo de las formas y los encuentros son posibles más allá de lo visible.
Existe un reino en el que las criaturas más elementales se desplazan entre nosotros entregando sus dones y nos rescatan, dónde los dragones se vuelven necesarios para mostrarnos una y otra vez el misterio de una sombra que más tarde ilumina.
Existe un reino en el que la poesía se convierte en tesoro para dar lugar a la magia, que nos acuna y sostiene en la interminable lucha entre el bien y el mal.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia: “Algo más que un tesoro”, de Franco Vaccarini; “Saga del último reino”, de Leo Batic; “Tiempo de dragones, la profecía imperfecta”, de Liliana Bodoc; y “Un mago de Terramar, historias de terramar”, de Úrsula Le Guin
Historias Reflejadas
“Un territorio sin conquista”

Un territorio sin conquista
El agua guardaba una historia, las palabras balanceándose entre las olas y sobre la espuma, un vaivén de preguntas. Iban y venían, de una costa a la otra, como naves sin destino.
Un viento, cómplice de otros vientos, sostenía recuerdos, las voces enraizadas en el origen, un nombre que abarcaba a las palabras, al otro lado de la historia, justo en el puerto de la memoria.
Aquí y allá, un desencuentro de orillas, los conquistadores y los conquistados, un argumento sin rumbo.
Hubo sangre y hubo guerra, las voces callaron y fueron leyenda, sutiles fragmentos de un territorio que permanece sin conquista.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “En los orígenes los aborígenes”, de Adela Basch con ilustraciones de Elissambura; “DescubriMiento de América”, de Marcelo Valko con ilustraciones de Dolores Mendieta; “La conquista española de América”, de Ramón Tarruela con ilustraciones de Matías Lapegüe; y “Leyendo leyendas”, de María Inés Falconi con ilustraciones de Sandra Lavandeira.
Historias Reflejadas
“El país de los sueños”

El país de los sueños
Adentro de un bostezo viajaba un sueño largo, muy largo. Tan largo que llegaba al otro lado del mundo. Y más allá, a un lugar donde todo era posible.
Un paisaje de colores cayó entre las pestañas, como un viento cargado de novedades. A un costado, justo a los pies de la cama, o tal vez un poco más acá, había un árbol de páginas abiertas, como si de pronto le hubieran crecido cuadernos. Y a los cuadernos, renglones. Y a los renglones, palabras que colgaban de las ramas y contaban una historia.
De pronto, la historia se precipitó sobre el suelo y fue semilla. A la semilla le nacieron brazos, como hojas. ¡Y raíces!
Fue entre esas raíces donde apareció una lombriz. Iba y venía la lombriz, y enredaba la historia. Y entonces se volvió un ovillo de sueños.
Cuando el barquero despertó pudo ver en su almohada un hombrecito de colores. En sus manos, un pájaro verde llevaba en el pico a una extraña hormiga cantora.
Minutos después, cruzaron a través de la ventana y nadaron por el río de la mañana hacia el país de los sueños.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia homenaje a Laura Devetach, los siguientes libros de la escritora: “El enigma del barquero”, “La hormiga que canta”, “La planta de Bartolo”, “Del otro lado del mundo” y “Lombriz que va, lombriz que viene”
Historias Reflejadas
“Diversidad”

Diversidad
Buscaban encontrarse. Los unía un lenguaje invisible, de palabras blandas, que atravesaban los límites para abrir un camino.
Sus voces vibraron desde el silencio. Se miraron más allá de los ojos, del otro lado de los ojos, en esos lugares donde pocos llegaban a ver.
Fue en ese lugar donde se reconocieron, la soledad en un rincón, alargándose para atravesar la mirada. Un viento de colores recorrió sus cuerpos, como si lo que estaba lejos se hubiera vuelto cercano y formara parte de la misma lengua.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “El señor no tan”, de Javiera Gutiérrez ilustrado por Petra Steinmeyer; “Jirafa azul, rinoceronte verde”, de Márgara Averbach ilustrado por Roma; “El niño que no quería ser azul y la niña que no quería ser rosa”, de Patricia Fitti; y “Una jirafa verde”, de Lorena Méndez.
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