Literatura
Leopoldo Brizuela, a un año de su partida
Por María Claudia Lorenzón (*)
María Teresa Andruetto, Claudia Piñeiro, Selva Almada, Dolores Reyes, Luis Mey entre otros escritores, recordarán este jueves al cumplirse un año de su muerte a Leopoldo Brizuela, autor de obras como “Lisboa. Un melodrama” y de “Una misma noche”, en una actividad que invita a través de Instagram a publicar un video leyendo textos del autor.
Narrador, poeta y traductor, Brizuela -nacido el 8 de junio de 1963- abordó las experiencias de guerra y dictadura que atraviesan la historia contemporánea, así como universos relacionados con la Patagonia que aparecen en su novela “Inglaterra. Una fábula”, con la que obtuvo el Premio Clarín de Novela 1999, el Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires y fue finalista del Premio Grinzaine-Cavour “Deux Océans” a la mejor novela traducida al francés, en la que relata el encuentro de una compañía de actores británicos con indios patagónicos en 1914.



En 2011 publicó “Lisboa. Un melodrama”, finalista del premio Rómulo Gallegos que entrecruza la ficción y la realidad a través de personajes como la fadista Amália Rodrigues y el cantante de tangos Discépolo, que junto a su mujer, la española Tania, llegan en tren desde Madrid a la capital portuguesa en la noche del 17 de noviembre de 1942.
Un año después, Brizuela obtuvo con “Una misma noche” (2012) el Premio Alfaguara y el Premio Von Rezzori-Cittá de Firenze como una de las cinco mejores novelas traducidas al italiano en 2013. Allí, recrea el horror de la dictadura a partir de la historia de un escritor que rememora cómo siendo niño presenció el momento en que la casa de sus vecinos es atacada por un operativo militar.
“La novela ‘Una misma noche’ me impactó desde el epígrafe. Una obra perturbadora que fue como un imán para mí porque tiene todo eso que buscamos en un libro, una puerta abierta para atravesar una experiencia sólo como la buena literatura te permite, y porque demuestra que todavía se puede cruzar arte, memoria y terrorismo de Estado”, dijo a la agencia de noticias Télam Dolores Reyes, autora de “Cometierra”.


“Quizás por eso elijo leer el comienzo de esa novela porque es una buena forma de atrapar nuevos lectores para un escritor muy querido y que nos dejó inesperadamente”, señaló Reyes.
María Teresa Andruetto, otra de las escritoras que participará de la actividad, confiesa que siempre le interesó “su escritura, sus opiniones y entrevistas a escritoras argentinas, sobre todo la lectura tan atenta de nuestras grandes escritoras en una época que todavía eso no se hacía”.
“Era muy generoso con las cosas que le gustaban y sin ser amigos nos ayudó mucho a convencer a Elvira Orphée para que publicáramos en la colección Narradoras Argentinas su novela “Dos veranos”, recordó Andruetto.


“En lo personal le debo una preciosa contratapa de ‘Lengua madre’, mi novela que quedó finalista en el Premio Clarín, donde él coordinaba el jurado de preselección” contó la escritora cordobesa, que leerá un fragmento de la nouvelle “Los que llegamos más lejos”, sobre Ceferino Namuncurá. “Siempre se interesó por lo patagónico, lo que Sara Gallardo llamó, y el retomó como la pampa salvaje sin catequizar”, recordó Andruetto.

Selva Almada recuerda que conoció al escritor en un viaje. “Después nos cruzamos en otros y en lecturas y ferias. Era un compañero divertido en esos eventos, tenía una mirada filosa y muchísimas anécdotas de escritores. También era un gran lector de escritoras mujeres, por un artículo suyo conocí a Elvira Orphée por ejemplo y tengo la narrativa breve de Sara Gallardo prologada por él cuando Gallardo no había sido redescubierta, releída y reeditada como por suerte sucedió en estos últimos años”.
“Voy a recordarlo con un fragmento de “La locura de Onelli”: me gusta mucho esa novela estructurada a partir de pequeños relatos, a veces instantáneas, voces sueltas, atravesadas de poesía”, relató la escritora.
Claudia Piñeiro lo recuerda como “una persona entrañable, que tenía cantidades de amigos y por eso sigue presente. Era un escritor verdaderamente extraordinario y su prosa además es de una musicalidad particular, tiene algo proustiano (de Proust), en el sentido que es como un río de palabras en el que sumergís y te dejas llevar”, consideró la autora de “Catedrales”.

En el homenaje leerá un fragmento de “Ensenada. Una memoria” que tiene “una dedicatoria hermosa de él donde hablaba de la valentía y del activismo y de cosas muy lindas que compartimos y de las que hemos hablado en algunos viajes que van mas allá de lo que escribíamos”, recordó.
La lectura de textos fue organizada por la docente tucumana Natalia Dahud y el periodista Leonardo Gentile quien conoció a Brizuela a partir de un taller de escritura y luego lo ayudó en la corrección de un texto narrativo. Se hicieron amigos y el vínculo se mantuvo por siete años.
“Él me recomendó muchos escritores y sobre todo escritoras, cuya obra es increíble. Jamás las hubiera conocido de no ser por Leopoldo y a partir de ese recuerdo se nos ocurrió hacer esta actividad a un año de su partida”, señala Gentile.
“Con Natalia participamos de un grupo que hace lecturas en voz alta los domingos, y así se nos ocurrió leer textos de Leopoldo para recordarlo y agradecerle porque era un tipo muy sensible y generoso con mayúsculas”, consideró.




En paralelo a la escritura, Brizuela coordinó la serie de antologías “El taller del escritor” (El Ateneo, 1992-93), “Historia de un deseo: el erotismo homosexual en 28 relatos argentinos contemporáneos” y “El lugar del reencuentro”, una serie de textos escritos por las Madres de Plaza de Mayo que él seleccionó y prologó tras haber dictado durante cuatro años el taller de escritura de la Asociación, un trabajo por el que obtuvo diversos reconocimientos en Canadá, Brasil, España y Estados Unidos.
Con el #LeemosALeopoldoBrizuela se convoca a subir a Instagram un video leyendo uno de sus textos, para mantener viva su memoria y su obra, una actividad de la que también participarán Mariano Quirós, Santiago Giralt, Carolina Bruck, Andrea Urman e Inés Arteta.
(*) Agencia de noticias Telam
Literatura
Las novedades de diciembre de Del Fondo Editorial
Romántica contemporánea
“Bajo el encanto de Jane Austen” de Gabriela Margall. Un retelling argentino de persuasión, con paisajes patagónicos y preguntas sobre el amor y las decisiones. En diciembre se celebra y conmemora los 250 años del nacimiento de Jane Austen. Este libro y su autora son un disparador al fanatismo que genera esta escritora clásica.
“Nada más que una noche” de Anabella Franco. El bestseller romántico que regresa renovado, con un amor transformador y personajes inolvidables.
Fantasy juvenil
“La refugiada de Garmendia” de Flor Núñez Graiño. Una historia de magia, secretos y romance imposible en la ciudad de Codexia. Un libro que está generando pasiones entre los lectores de la literatura juvenil.
Suspenso psicológico
“Póstumo” de Pablo Mariosa. Un thriller urbano y oscuro sobre el límite entre la admiración y la obsesión.
Superación personal y autoayuda
“Hablarte Bien” de Jorge Daniel Grispo. Cómo transformar tu diálogo interior en una herramienta de poder. Este libro es el segundo de una pequeña colección de bienestar. Su primer libro fue retratado a la perfección en la entrevista de la periodista Tati Shapiro.
“Meditaciones” para cada día de James Allen. 365 pensamientos para el crecimiento interior y la armonía mental.
“El hombre que compró el tiempo” de Thiago Nigro. Claves para entender el tiempo como activo valioso y construir abundancia sostenible.
Filosofía y pensamiento
“Sócrates Café” de Christopher Phillips. El regreso del diálogo socrático a los cafés y conversaciones cotidianas.
Esoterismo clásico
“El libro de la magia ceremonial” de Arthur E. Waite. Fundamentos y rituales del ocultismo tradicional.
Clásico en inglés
“The Art of War” de Sun Tzu. Estrategias milenarias para los desafíos modernos.
Todas las novedades
(Fuente: Andrea Vázquez – Prensa)
Literatura
Haruki Murakami y la disciplina detrás de su creatividad
Haruki Murakami, uno de los autores más influyentes y leídos del panorama literario mundial, ha repetido en numerosas ocasiones que no cree en fórmulas mágicas ni trucos secretos para escribir. Su método, lejos de cualquier mito bohemio, se apoya en una rutina estricta que combina trabajo sostenido, ejercicio diario y horarios inflexibles. Una disciplina que, según afirma, mantiene sin excepciones desde hace más de treinta años.
En una entrevista con The Paris Review, Murakami describió con precisión la estructura de sus días cuando trabaja en una novela: se levanta a las cuatro de la mañana, escribe entre cinco y seis horas, por la tarde corre diez kilómetros o nada mil quinientos metros, y se acuesta a las nueve de la noche. Nada de desvelos inspirados, cafés interminables ni caos creativo. El secreto, asegura, es exactamente lo contrario.
Antes de dedicarse por completo a la literatura, Murakami tenía un estilo de vida opuesto al actual: regentaba un bar de jazz en Tokio, trabajaba de noche y dormía poco. Pero al decidir convertirse en escritor profesional comprendió que necesitaba un cuerpo fuerte para sostener una mente enfocada. Ese cambio fue radical y marcó el inicio de su hábito de correr casi a diario, práctica que relata en sus ensayos —entre ellos “De qué hablo cuando hablo de escribir”— como un pilar de su vida creativa. “Durante más de tres décadas, tengo por costumbre salir a correr o ir a nadar durante una hora casi a diario”, escribe en uno de sus textos.
Murakami sostiene que cuerpo y mente funcionan como un sistema inseparable. Su convicción se resume en una frase contundente: “Cuando la fuerza disminuye, con ella la capacidad de pensar”. La idea encuentra respaldo en estudios recientes que señalan que el ejercicio moderado favorece la generación de nuevas neuronas en el hipocampo, región clave para la memoria y la concentración. Sin actividad física regular, estas neuronas se pierden; con entrenamiento sostenido, se consolidan.
Para el escritor, su rutina no tiene nada de sacrificio. La concibe como un mecanismo de estabilidad que le permite mantener la concentración necesaria para sostener meses de escritura. Correr, nadar, escribir y dormir temprano conforman un engranaje que, repetido día tras día, le asegura la claridad mental que exige una novela.
La repetición, sostiene, es en sí misma una herramienta creativa. “La repetición se convierte en lo importante; es una forma de hipnosis. Me hipnotizo para alcanzar un estado mental más profundo”, explicó. Según Murakami, el talento ocupa un lugar menor frente a la constancia: escribir una novela es, en sus palabras, “un entrenamiento de supervivencia”, donde la resistencia física importa tanto como la sensibilidad artística.
Aun así, advierte que su método no debe tomarse como un modelo universal. No recomienda correr ni madrugar: simplemente relata lo que le funcionó. “Si a alguien le interesa correr grandes distancias, empezará a correr por su cuenta. Si no le interesa, no hay manera de convencerlo”, escribió en una columna para The New Yorker. Su conclusión es simple: cada persona debe construir su propio sistema. Él comenzó casi por intuición: “Decidí empezar a correr todos los días porque quería ver qué pasaba”. Lo que descubrió fue un hábito que lo hizo más fuerte, más estable y, sobre todo, más creativo.
(Fuente: Agencia Noticias Argentinas)
Literatura
“Desaparecida dos veces”, un libro que narra la ‘culpa’ de sobrevivir a la tortura
La periodista y escritora Teresa Donato presentó su reciente libro “Desaparecida dos veces”, una obra que aborda la historia real de Ana María, una mujer que militó en la organización Montoneros y sobrevivió al terror de la clandestinidad, el secuestro y la tortura durante la última dictadura militar argentina. La autora busca que el libro funcione como una pieza clave para repensar la historia del país desde una perspectiva menos romantizada de la militancia.

La obra narra el profundo trauma de Ana María, centrándose en la cotidianidad de su vida de escape. Donato explicó que la mujer, que era “una nena” con la “semilla” de la intención de cambiar el mundo, le pidió que escribiera su historia después de que su propio hijo le dijera que “no tenía el coraje de escuchar su historia de escucharla así en vivo frente a frente”.
Donato se adentró en la “entraña de la cotidianidad” de Ana María, contando cómo era “esconderte, de escaparte con un hijo, siendo viuda, eh teniendo miedo que te agarren, teniendo miedo que te maten”. La protagonista pasó a la clandestinidad y a la fuga tras la muerte de su pareja en un enfrentamiento, hasta que tres años después fue secuestrada y logró salvarse.
El título del libro, según publicó la Agencia Noticias Argentinas, hace referencia al juicio de sus propios compañeros que la consideraron “traidora” por haber sobrevivido a la tortura. La autora, en diálogo con Splendid AM 990, cuestionó duramente este juicio: “Yo quisiera saber quién con una picana en los genitales es capaz de callarse, de estar en silencio y de no hacer”.
Donato enfatizó que a los compañeros que sobrevivieron se los consideró traidores y que este libro es una mirada necesaria para “repensar el peso con el que cargaron los sobrevivientes”. La propia Ana María le dijo a la autora: “Yo lo siento como un perdón”; ya que, según Donato, han cargado durante 50 años con “la culpa de estar vivos”.
La autora destacó que el libro es una oportunidad para “romper con el discursito armado” y “volver a pensar y a mirar la historia con otros ojos”, después de décadas donde los sobrevivientes fueron juzgados por sus propios pares, incluso siendo acusados de ser “entregadores”.
La obra, escrita en primera persona de la víctima, tiene una estructura de conversación entre la protagonista y Donato, quien se coloca en el lugar de un lector que cuestiona y pregunta, buscando la verdad detrás del “pacto de lealtad”.
Por último, la periodista confesó que la historia le “atravesó el cuerpo” y que el proceso fue doloroso para Ana María, quien debió revisar su pasado, dándose cuenta, por ejemplo, de que había sido violada: “Ella no lo entendía que había pasado” porque “cuando vos estás bajo secuestro nada de lo que hagas es voluntario”. Sin embargo, a pesar del dolor, Ana María buscó saber “quiénes éramos” a través de la relectura de materiales de su época.
(Fuente: Agencia Noticias Argentinas)
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