Literatura
Llega el BCNegra con el Premio Pepe Carvahlo a Claudia Piñeiro
Con un programa que incluye el Premio Pepe Carvahlo a la escritora argentina Claudia Piñeiro y el ambiente del puerto como iconografía narrativa, comienza el jueves próximo la 14º edición del Festival de Novela Negra, que se desarrolará en la ciudad española de Barcelona hasta el 3 de febrero.
El escritor español Carlos Zanón, curador del festival, destacó en diálogo con la agencia de noticias Télam que el lema este año será “Puerto Apache”, ya que el objetivo es repensar al puerto como “una huella que deja la existencia de ese lugar con sus propias leyes y códigos en el imaginario de escritores y lectores”.
De esta manera se configuraron las más de 40 actividades del festival en el que el 31 de enero Piñeiro (Burzaco, 1960) recibirá el célebre Premio Carvalho por su trayectoria literaria y que en ediciones anteriores ganaron James Ellroy (2018), Dennis Lehane (2017), Donna Leon (2016), P.D. James (2008) y Henning Mankell (2007), entre otros.
Se trata de un premio que otorga el municipio de Barcelona en reconocimiento a escritores españoles y extranjeros por su trayectoria en el género de la novela negra y además constituye un homenaje a la memoria del escritor español Manuel Vázquez Montalbán y a su célebre personaje de ficción, el detective Pepe Carvalho.
Piñeiro, autora de novelas como “Tuya”, “Las grietas de Jara”, “Las viudas de los jueves” y “Betibú” recibirá este reconocimiento en una ceremonia que se llevará a cabo en el Saló de Cent del Ayuntamiento barcelonés.
“El género se mete como algo que no puedo evitar, me tengo que contener y evitarlo a propósito porque cuando aparece un muerto, un enigma y la búsqueda de la verdad, quien lo mató y por qué, es imposible no responder a esa pregunta y entrar en la línea policial”, dijo Pineiro al enterarse del galardón.
“Al empezar a escribir una novela siempre aparece una línea que es de novela negra, a veces más presente, a veces menos” afirmó al explicar que la única obra suya del género negro es “Betibú”.
Además de Piñeiro, en esta edición estarán representando a la Argentina la periodista Florencia Etcheves (Buenos Aires, 1971), autora de “Cornelia”, “La virgen en tus ojos” o “La hija del campeón”, y su colega Matías Néspolo, quien reside en España y escribió la novela “Siete maneras de matar a un gato”.
Zanón destacó la producción argentina en el género negro y aseguró que leerá “cualquier cosa que escriban” Kike Ferrari, Selva Almada, Gabriela Cabezón Cámara, Horacio Convertini, Claudia Piñeiro o Eduardo Sacheri.
A la hora de definir a la novela negra, el curador del festival sostuvo que “es un género mestizo que contamina a los otros géneros”.
“En realidad el territorio del género es la reflexión sobre el mal, la violencia como un lenguaje cuando fallan todos los demás lenguajes”, agregó.
“El zoom se ha abierto mucho. Hay grandes autores haciendo buenos libros a medida que fuerzan el género y el cliché. Hay un público, una industria y circuito, y por supuesto hay mucha inflación de títulos y autores”, reflexionó.
De las actividades del festival, todas con el nombre de un puerto, participarán John Banville, Leila Slimani, David Peace, Rosa Montero y el librero Otto Penzel, fundador de la librería The Mysterious Bookshop, la primera del género hard boiled de la ciudad de Nueva York.
Además, dentro de la tradición de dedicar cada edición a un autor, una novela y un personaje de ficción, este año los elegidos son: el autor afroamericano Chester Himes, la novela “Total Khéops” del francés Jean-Cleaude Izzo, y Lisbeth Salander, protagonista feminista rebelde de la saga “Millenium”, del escritor sueco Stieg Larsson.
Textos para escuchar
La Botella – Gabriela Romero
Gabriela Romero lee su cuento La Botella.
Créame que todavía hoy, ni estando en este lugar, puedo definir si lo que pasó aquella noche fue una maldición o si estaba predeterminado. Lo cierto es que mi cuñado Alfonso hizo una pregunta y el universo se las ingenió para responderle. Todo comenzó el 20 de noviembre de 1991 durante el festejo de los treinta y un años de mi hermana Sonia. Solo estábamos la familia. Los cinco hermanos: cuatro mujeres y un varón. Y nuestras respectivas parejas. Más nuestra madre, que quedó viuda joven. Más los tres hijos de Sonia, la que está allá; los dos de Mercedes, y la única nena que al momento tenía Silvana, la que recién se acercó; más los cuatro hijos de nuestro hermano José Arturo y los dos míos. Además de los padres de Alfonso, el marido de Sonia, estaban sus tres hermanos con las esposas y los seis hijos, resultantes de las tres parejas. En total éramos: 37. Muchísimos. Ya habíamos cenado y los chicos corrían por el jardín mientras los adultos conversábamos, algunos dentro del quincho y otros en la galería, o junto al bar que Sonia había armado a un costado de la pileta. Minutos antes de las doce de la noche Alfonso nos llamó para el brindis y nos dijo algo así:
— ¡Gente, vengan a brindar por mi esposa!
Él había ubicado las copas en la barra del bar y nos esperaba con una botella envuelta en una servilleta de tela blanca. Era evidente que alguna broma se traía entre manos porque intentaba ocultar la risa en su mueca ladeada. Lo amenazamos con tirarlo a la pileta si nos bañaba con el champán.
—No soy tan infantil —nos dijo Alfonso y agregó con una voz cavernosa —: ¿¡A ver a quién le toca!?
Entonces hizo presión y el corcho se elevó como un cohete, pero en vez de perderse entre las plantas del jardín o estrellarse lejos en el pasto cayó sobre tres de nosotras. En Sonia, en nuestra cuñada y en mí. Recuerdo nuestro griterío cuando nos golpeó el corcho y la pelea de los nenes por quién se quedaba con ese corcho maldito y también las risas de los otros a causa de nuestros gritos, y de la cara de Alfonso.
— ¿Qué pasó, cuñado? ¿Te salió el tiro por la culata? —le dijo mi hermano José Arturo riéndose.
Todos miramos a Alfonso. No se reía. Mantenía la botella en alto, inmóvil. Sonia caminó hasta él y le quitó la botella de las manos.
— ¡Las Viudas! —gritó—. ¡El champán se llama Las Viudas! —y antes de beber directamente del pico le dijo a su marido—: ¡A tu salud!
— ¡Alfonso, serás el primero en morir! —grité—.
Sí, eso le dije yo. Mi marido se indignó, para él no le es fácil vivir en una familia que tiene humor negro. A Alfonso le bajó la presión. Era de esos tipos que no se aguantan una broma, pero que viven cargando a los demás.
Murió a la semana. El 27 de noviembre de 1991.
Su muerte nos desgarró. Tan imprevista. Y él tan joven. Y tan joven mi hermana y tan chiquitos sus tres hijos. ¿Quién podría creer que se haría realidad lo que sucedió en el cumpleaños de Sonia? Cuando me avisaron creí que era una broma de mal gusto. Decile a Alfonso que se deje de joder, le dije al amigo que me llamó. Y le colgué. El teléfono sonó al instante. Se murió, Malena. Alfonso se murió. Entonces, se me vino a la mente mi sentencia. Serás el primero en morir. ¿Cómo miraría a sus padres?, me pregunté. Aunque después preferí culparlo, al final de cuentas el que había comenzado todo esto había sido él. En su velatorio recordamos lo ocurrido en el cumpleaños de Sonia. Ahora sigo yo, me dijo José Arturo al oído.
Él murió veinte años después, el 15 de julio de 2011.
Qué dolor. Pobre mi madre y mi cuñada y mis cuatro sobrinos. Y hoy estamos acá velando al marido de Mercedes. ¿Usted de dónde conocía a mi cuñado? Sabe, aquella noche mi hermana se encontraba a mi lado, pero a ella el corcho no la tocó. En eso el oráculo falló. Las Viudas. Me pregunto si tal vez aquello que decía mi esposo cuando era un niño, y que mis suegros contaban con tanta gracia, no fue una suerte de amuleto. ¿Un amuleto que lo protege de lo que está escrito o de lo que sucedió a partir de aquella noche? ¿Qué vas a ser cuando seas grande?, le preguntaban mis suegros divertidos con la respuesta que siempre les daba su hijo. Viudo, les respondía él.
Literatura
“Un pez dorado”, nuevo libro de Laura Devetach que ya se encuentra para su descarga
Vera Editorial Cartonera acaba de editar “Un pez dorado”, obra de la escritora Laura Devetach con ilustraciones de Istvansch, que ya se encuentra para su descarga gratuita.

La obra cuenta con palabras preliminares de Laura Roldán, quien destacó: “Haber editado este libro con Vera Cartonera y que haya sido ilustrado por Istvansch, quien dio vida con su arte a las imágenes y personajes del texto, es un sueño cumplido. Gracias por cobijar la semilla que germina cuando necesitamos ver brotar la esperanza”.
Asimismo, Roldán manifestó en el prólogo creer “en el poder de las cosas pequeñas, en el trabajo de las hormigas, en la dulzura de la verbena. Creo en las redes que contienen y sostienen y un proyecto pequeño, en estos momentos difíciles, es un camino de esperanza”.
Su voz se entrelaza con la de Devetach y su versión libre de una leyenda popular en la que se recrea la historia de la primera pesca de un dorado contada por la voz de un anciano “cuentero” del Litoral, quien va desgranando la versión que aquí se relata. Historia en la que se entretejen las voces de los indios abipones y los paisajes del río Paraná.
Esta edición cuenta con una Bitácora de las ilustraciones de “Un pez dorado” que realizó Istvansch para la primera edición de esta leyenda. En este relato escrito por el autor se atisba la configuración de parte de la historia de la producción literaria de libros destinados a las infancias de nuestro país.
Finalmente, los responsables de la obra desearon: “¡Qué disfruten de su lectura! ¡Qué el libro circule como el irupé en nuestros ríos!”.
- LINK PARA ACCEDER Y DESCARGAR EL LIBRO
https://www.fhuc.unl.edu.ar/vera…/portfolio/un-pez-dorado/ - LINK DE VERA CARTONERA Y DEL CATÁLOGO 2025
https://www.fhuc.unl.edu.ar/veracartonera/catalogo/
Historias Reflejadas
“El país de los sueños”

El país de los sueños
Adentro de un bostezo viajaba un sueño largo, muy largo. Tan largo que llegaba al otro lado del mundo. Y más allá, a un lugar donde todo era posible.
Un paisaje de colores cayó entre las pestañas, como un viento cargado de novedades. A un costado, justo a los pies de la cama, o tal vez un poco más acá, había un árbol de páginas abiertas, como si de pronto le hubieran crecido cuadernos. Y a los cuadernos, renglones. Y a los renglones, palabras que colgaban de las ramas y contaban una historia.
De pronto, la historia se precipitó sobre el suelo y fue semilla. A la semilla le nacieron brazos, como hojas. ¡Y raíces!
Fue entre esas raíces donde apareció una lombriz. Iba y venía la lombriz, y enredaba la historia. Y entonces se volvió un ovillo de sueños.
Cuando el barquero despertó pudo ver en su almohada un hombrecito de colores. En sus manos, un pájaro verde llevaba en el pico a una extraña hormiga cantora.
Minutos después, cruzaron a través de la ventana y nadaron por el río de la mañana hacia el país de los sueños.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia homenaje a Laura Devetach, los siguientes libros de la escritora: “El enigma del barquero”, “La hormiga que canta”, “La planta de Bartolo”, “Del otro lado del mundo” y “Lombriz que va, lombriz que viene”
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