

Mundo
Pesar en el mundo de la música ante la muerte de Andy Fletcher
Andy Fletcher, uno de los miembros fundadores de Depeche Mode, popular banda británica en la que ofició como tecladista, bajista y corista desde 1980 hasta la actualidad, murió este jueves a los 60 años, según informó a través de un comunicado el grupo en sus cuentas oficiales.
“Estamos conmocionados y llenos de tristeza por la muerte de nuestro querido amigo, familiar y miembro de nuestra banda Andy ‘Fletch’ Fletcher”, indica el mensaje compartido en las redes de Depeche Mode, uno de los grupos de música electrónica más míticos de la historia.
Los compañeros del tecladista destacaron que “Fletch tenía un corazón de oro y siempre estaba cuando necesitabas apoyo, una conversación viva, una buena risa o una cerveza fría”.
“Nuestro corazón está con su familia. Les pedimos que lo tengan en su pensamiento y que respeten la privacidad de sus familiares en este momento tan difícil”, expresaron en el comunicado los miembros de la banda británica de música electrónica Depeche Mode, formada en 1980 con Vince Clarke, Andy Fletcher, Martin Gore y David Gahan.
Después de su primer disco, “Speak & Spell”, de 1981, Clarke dejó el grupo; lo reemplazó Alan Wilder, que también se fue en 1995.
Desde entonces, el trío siguió conformado por Gahan, Gore y Fletcher.
Fletcher, quien había cumplido 60 años en junio de 2021, se caracterizó por ser el único en recibir un solo crédito de composición en alguna de las canciones de Depeche Mode, pero a lo largo de la historia del grupo tuvo un lugar importante en la interpretación de cada uno de los temas, tanto en el estudio como en directo.
En tiempos en que la banda no tenía representante a tiempo completo, Andy Fletcher se encargó de temas legales, contables y monetarios.
A lo largo de su recorrido en la banda, varias veces reveló, en diferentes entrevistas, estar genuinamente interesado por el lado más administrativo del negocio musical, y en últimos años se había convertido en el portavoz de Depeche Mode.
Hasta ahora no se dieron a conocer las causas de la muerte del músico, noticia que generó consternación en los fans del grupo y en el mundo de la música.

Mundo
El rock llora la muerte de Ace Frehley, legendario guitarrista de Kiss

El mundo del rock llora la muerte de Ace Frehley, legendario guitarrista y miembro fundador de Kiss, quien falleció a los 74 años a raíz de una hemorragia cerebral sufrida luego de un accidente doméstico.
Según publicó el portal estadounidense TMZ, el músico fue hospitalizado hace dos semanas y permanecía internado en grave estado, conectado a un respirador. Fuentes cercanas confirmaron que su cuadro no mostraba signos de mejora y, finalmente, su familia decidió desconectarlo del soporte vital.
Conocido por su personaje de “The Spaceman”, Ace Frehley fue una pieza fundamental en la formación original de Kiss, junto a Gene Simmons, Paul Stanley y Peter Criss.
Participó en la banda desde su fundación, en 1973, hasta su primera salida en 1982. Más tarde regresó en la gira de reunión de 1996, permaneciendo hasta 2002.
Entre los clásicos que llevan su huella destacan temas icónicos como “Detroit Rock City”, “Rock and Roll All Nite” y “I Was Made for Lovin’ You”.
Tras su alejamiento de Kiss, Frehley formó su propio grupo, Frehley’s Comet, con el que editó varios discos y giró por el mundo. Su carrera solista le permitió explorar un sonido más personal, destacándose con su versión de “New York Groove” y temas como “Into the Night”.
Su última etapa artística lo encontró participando en proyectos tributo y colaboraciones con jóvenes músicos que lo reconocían como una influencia decisiva del rock moderno.
Aunque Kiss aún no emitió un comunicado oficial, las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida de colegas, fanáticos y periodistas musicales de todo el mundo, que recordaron su talento y su carisma sobre el escenario.
Literatura
Hallaron un manuscrito inédito del primer poema épico sobre Cristóbal Colón

La investigadora posdoctoral Claudia García-Minguillán descubrió en la Biblioteca de la Abadía de Montserrat, en Cataluña, el único manuscrito conocido del poema épico “El Nuevo Mundo”, escrito por el poeta y diplomático portugués Francisco Botelho de Moraes e Vasconcelos (1670-1747).
El hallazgo, calificado de “gran valor filológico e histórico” por la Universidad de Barcelona (UB), constituye la primera obra épica escrita en castellano que tiene como protagonista a Cristóbal Colón. El documento, de unas 40 páginas, permaneció inadvertido para los especialistas pese a haber sido mencionado brevemente en un catálogo de 1977 elaborado por el padre Alexandre Olivar.
El manuscrito presenta notables diferencias respecto a la edición impresa de 1701, incluyendo pasajes ausentes en las versiones conocidas, posiblemente eliminados por motivos ideológicos.
Fue localizado por García-Minguillán en el marco de su contrato Juan de la Cierva en el Departamento de Filología Catalana y Lingüística General de la UB, dentro de un programa estatal destinado a jóvenes investigadores.
La obra, escrita en la Barcelona de 1701, refleja el clima político previo a la guerra de Sucesión española y retrata a Colón como héroe de un imaginario político afín al austracismo.
Botelho de Moraes, figura relevante de la vida intelectual barcelonesa, participó en la fundación de la Academia de los Desconfiados, antecedente de la Real Academia de Buenas Letras, y buscó vincular la gesta colombina con los valores del archiduque Carlos de Austria.
El manuscrito será objeto de una edición crítica y un estudio monográfico. Su recuperación, señala la investigadora, fue posible gracias a la revisión sistemática de los fondos de la biblioteca monástica y al cotejo de materiales no catalogados.
El proyecto cuenta con apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el DAAD y la Fundación Calouste Gulbenkian, y busca reconstruir las motivaciones políticas, literarias y culturales del autor en el contexto de la Barcelona barroca.
(Fuente: Agencia Noticias Argentinas)
Mundo
Murió D’Angelo, ícono del soul contemporáneo

D’Angelo, el influyente cantante, compositor y multiinstrumentista que revolucionó el soul contemporáneo con su mezcla de sensualidad, espiritualidad y raíces negras, murió el martes a los 51 años. Su familia confirmó la noticia en un comunicado, en el que señaló como causa del fallecimiento un cáncer, aunque no precisó el lugar en que ocurrió.
Nacido como Michael Eugene Archer en Richmond, Virginia, D’Angelo irrumpió en la escena musical a mediados de los años noventa con “Brown Sugar” (1995), un álbum que devolvía al soul la calidez analógica y el groove orgánico de los setenta. Su voz aterciopelada, su falsete influido por Prince y Al Green, y su instinto rítmico profundamente ligado al hip-hop lo convirtieron en una figura central del movimiento neosoul, junto a artistas como Erykah Badu, Lauryn Hill, Common y Mos Def.
Su segundo disco, “Voodoo” (2000), fue considerado una obra maestra del género. Impulsado por el éxito de “Untitled” (How Does It Feel), el álbum debutó en el número uno del ranking Billboard y consolidó su estatus como uno de los músicos más innovadores de su tiempo. El video de ese sencillo, en el que aparecía aparentemente desnudo, lo transformó en símbolo sexual y fenómeno cultural, pero también en una figura incómoda con su propia fama.
El impacto de esa exposición fue profundo: D’Angelo se retiró durante años, luchando contra la depresión, el alcohol y las drogas. “No se suponía que Untitled fuera su declaración de intenciones”, recordó su exrepresentante Dominique Trenier. “A día de hoy, para muchos sigue siendo ‘el tipo desnudo’”.
Durante su retiro, su leyenda creció. Admirado por músicos y críticos, se convirtió en una figura de culto. Su regreso en 2014 con “Black Messiah” —un álbum político, espiritual y cargado de funk— fue recibido como un renacimiento artístico. El disco, lanzado en medio de las protestas por la violencia policial en Estados Unidos, reafirmó su compromiso con la historia y la identidad de la música negra.
D’Angelo rechazaba las etiquetas que lo encasillaban: “Nunca dije que hiciera neosoul”, afirmó en 2014. “Yo hago música negra”. Su voz, un falsete frágil y poderoso, podía pasar del susurro al éxtasis con una expresividad que llevó a los críticos a compararlo con los grandes del género.
En mayo pasado había cancelado una presentación en un festival de Filadelfia por motivos de salud. Su muerte cierra la trayectoria de un artista que, más allá de los silencios y las sombras, logró transformar el soul del siglo XXI y devolverle su profundidad emocional y su misterio.
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