Música
Manuel García vuelve a Buenos Aires con “Pánico”, a 20 años de su lanzamiento
El músico chileno Manuel García celebra sus 20 años como solista con una gran gira que llegará en septiembre a la ciudad de Buenos Aires.
El cantautor chileno está celebrando el vigésimo aniversario de su primer disco “Pánico” (2005), un trabajo inspirado en la esencia de los grandes trovadores latinoamericanos, desde un canto poético, social y romántico en el que reflexiona sobre la historia de su país y continente.
La presentación en CABA será el viernes 12 de septiembre a las 21, en el Auditorio de Belgrano, ubicado en calle Virrey Loreto al 2348, con entradas a la venta a través de Ticketek o en www.manugarpez.com.
Sobre “Pánico”
El músico chileno conmemora los 20 años de su primer disco como solista con un nuevo “Pánico” (Versión Manuel García), que fue grabado en los estudios Ojalá de La Habana.
Además, García está llevando a cabo una exitosa gira que se extiende durante todo el 2025 a lo largo de 18 países incluyendo su país natal, Europa y Latinoamérica.
En los conciertos, el músico invita a un viaje de melancolía, poesía, trova y reflexión, enlazando las canciones de “Pánico” en su totalidad, de las cuales se destacan las clásicas “Hablar de ti”, “El viejo comunista”, “Tanto creo en ti” y “La danza de las libélulas”, con temas de otros discos como “Témpera”, “Canción de desvelado”, “Los colores” o “La gran capital” y homenajes a referentes de la “Nueva Canción Chilena” (Víctor Jara, Violeta Parra y Patricio Manns) y la trova cubana.
A dos décadas de su lanzamiento, “Pánico” es considerado uno de los discos chilenos con más vigencia, con canciones que no dejan de emocionar y crecer, como “La danza de las libélulas” grabada en una segunda versión en dueto junto a la estrella latinoamericana Mon Laferte, o con su versión especial para la elogiada película “La Memoria Infinita” (nominada al Óscar como Mejor Película Extranjera), así como otro de sus himnos, “El viejo comunista”, que fue regrabada junto al legendario Silvio Rodríguez para su disco de colaboraciones “El caminante” (2022), que lo llevó a Buenos Aires con una memorable presentación en el Teatro Xirgu en 2023.
“Las dos décadas transcurridas se retratan en la voz, con más propiedad y cuerpo, y en el talento de resguardar las facciones de los temas pero probar otros encuadres en las seis cuerdas, capturados magníficamente en el registro. Manuel García se aseguró de dar una segunda vida plena a su punto de partida. No todos pueden reescribir la historia en una instancia de mayor elocuencia y plenitud”, comentó el crítico especializado Marcelo Contreras en el diario La Tercera de Chile.
(Fuente: Florencia Meluso – Enlazadora de Mundos)
Literatura
Dua Lipa recomendó a Mariana Enriquez para leer en Halloween
La cantante Dua Lipa recomendó el libro “Los peligros de fumar en la cama”, de la escritora argentina Mariana Enriquez, en el especial de Halloween, que se celebró el viernes, de su club de lectura.
Desde 2022, la artista decidió embarcarse en un proyecto personal por fuera de la música: la lectura. Es por eso que lanzó Service95, una plataforma en la que mensualmente recomienda un libro, comparte una reseña del mismo y hasta suele tener conversaciones íntimas con diferentes autores.
Para la edición de octubre, especial por ser el mes de Halloween, Dua Lipa encaminó su recomendación hacia el terror y eligió a una de sus autoras favoritas, Mariana Enriquez.
“Este libro presenta 12 relatos inquietantes ambientados en Buenos Aires y sus alrededores, que a menudo se centran en mujeres y niñas que experimentan sucesos sobrenaturales entrelazados con los traumas de la historia argentina”, escribió Dua Lipa en su reseña de Los peligros de fumar en la cama.
Esta no es la primera vez que Dua Lipa recomienda autores argentinos. A comienzos de 2024, compartió un entusiasmo especial por el libro “Fortuna”, escrito por Hernán Díaz, quien ganó el premio Pulitzer en el año 2023 por esta novela. También mencionó a “No es un río”, de Selva Almada.
Mundo
Bob Dylan lanza un box set de ocho CD‘s con sus primeras grabaciones
La icónica discografía del cantautor norteamericano Bob Dylan experimenta ahora un nuevo hito: el lanzamiento del voluminoso archivo titulado “The Bootleg Series Vol. 18: Through the Open Window, 1956-1963”, mediante las discográficas Columbia Records y Legacy Recordings.
Este enorme conjunto ofrece un fresco sonoro de los primeros años del artista, desde sus grabaciones caseras en Minnesota hasta su irrupción en el circuito folk del Greenwich Village neoyorquino.
El formato más completo es la edición de 8 CD que reúne 139 temas, entre ellos 48 nunca antes publicados y otras 38 “súper-raras”, acompañadas de un libro de tapa dura con un extenso ensayo del historiador Sean Wilentz y más de 100 fotografías poco vistas.
Desde la primera toma registrada —un acetato de 78 rpm del 24 de diciembre de 1956 en St. Paul (Minnesota) cuando Dylan tenía apenas quince años— hasta la actuación íntegra en el Carnegie Hall de Nueva York el 26 de octubre de 1963, el volumen cubre la transformación de un joven músico en un referente de la canción de protesta.
El documento, además, recoge grabaciones informales en cafeterías, conciertos club, sesiones de estudio y demos que muestran cómo Dylan pasó de interpretar composiciones tradicionales a moldear su propia voz lírica y musical.
La presentación de este archivo responde no solo al interés por coleccionistas sino también al valor histórico: es una “conexión viva entre pasado y presente”, según Wilentz, y permite escuchar “al artista convirtiéndose en sí mismo —o, en el caso de Dylan, en uno de sus primeros muchos yos”.
Además de la edición deluxe de 8 CD, la obra estará disponible en versiones más accesibles: una versión de 2 CD y otra en 4 LP que condensan 42 temas seleccionados.
Con este lanzamiento, Dylan consolida otro capítulo de su saga sonora, permitiendo que tanto los seguidores de siempre como quienes desean adentrarse en su obra temprana tengan acceso a un archivo profundo, curado y lleno de descubrimientos.
Mundo
Se cumple medio siglo de “Rapsodia bohemia”, la obra maestra de Queen
“Rapsodia bohemia” cumple cincuenta años, rodeada de un halo de misterio. Una obra maestra, fruto de esas intuiciones que rara vez surgen incluso en las carreras más exitosas, y a la vez un desafío a los límites de la tecnología y una burla a las reglas de la industria.
Su historia es ahora bien conocida, gracias al rotundo éxito de la película de 2018 que catapultó a Queen y a la canción, elegida no por casualidad como tema principal de la película biográfica, a una extraordinaria retrospectiva con cifras asombrosas en las plataformas digitales.
Y pensar que las discográficas de la época no habrían querido que se lanzara como sencillo: en su opinión, con sus seis minutos de duración y su estructura inusual, no era apta para la radio. Por suerte, Freddie Mercury y sus compañeros de banda tenían una opinión diferente y, con la ayuda de un amigo locutor de radio, lograron difundirla, catapultándola a la leyenda.
Lo que la hace legendaria no es solo su éxito, sus enormes cifras o su inclusión en las listas de las mejores canciones de todos los tiempos, que, junto con los “me gusta”, son ahora los únicos factores que se utilizan para medir el valor de un artista o una canción.
Uno de esos factores es, sin duda, la letra, cuyo significado nunca se ha aclarado del todo: la interpretación más extendida es la de Lesley-Ann Jones, biógrafa de Freddie Mercury, quien, según esta interpretación, utilizó la confesión de asesinato contenida en la letra como una forma de salir del armario. Queen hizo bien en no revelar nunca el significado de la canción, que contiene claras referencias a la ópera: en la película, Bryan Singer hace que Freddie elija el aria “Love Is a Bohemian Child” de Carmen de Bizet, cantada por Callas, para presentar “A Night at the Opera”, el álbum que contiene “Bohemian Rhapsody”, a su representante.
Pero entonces, en el pastiche polifónico de la canción, encontramos a Galileo, probablemente un homenaje a los estudios de astronomía de Brian May; a Fígaro de “El barbero de Sevilla”; a Scaramouche, la máscara del bufón de la commedia dell’arte; y la invocación Bismillah, que en árabe significa “en el nombre de Dios” y se usa en el Corán, pero también por exorcistas en talismanes: cabe recordar que Mercury nació en Zanzíbar y se llamaba Farrokh Bulsara.
Belcebú, el príncipe de los demonios que “apartó un demonio para mí”, también está presente. Todo esto se enmarca dentro de una estructura musical sumamente compleja: una balada, un interludio operístico y una sección de hard rock con el inevitable solo de guitarra y un final a semejanza de balada.
Lo que lo hace aún más extraordinario es que “Bohemian Rhapsody” se grabó con casi 200 pistas sobre grabadas. Cabe destacar que en 1975 las grabaciones se realizaban en cinta, y obviamente no existían las grabadoras multipistas ni las computadoras. Esto significaba que no solo se cantaban todas las partes, sino que la edición se hacía a mano, cortando y pegando las distintas secciones de la cinta ensamblada en un soporte especialmente desarrollado.
Un verdadero desafío tecnológico que puso a prueba el virtuosismo vocal de Queen, maestros absolutos de la polifonía vocal: las voces más agudas y las notas más fuertes se confiaron a Roger Taylor, un baterista y cantante de altísimo nivel, pero también lo suficientemente inteligente como para comprender quién debía ser el líder.
(Fuente: Agencia ANSA)