

Artes Plásticas
Sergio De Giorgi: “Si en algún momento aparece el aburrimiento, deseo usarlo como energía de cambio”
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
Siempre existe un punto de partida, el lugar donde permanecen nuestras partes vividas, la huella que dejamos, el hueco que nos nombra sin nombrarnos. Atrás habitan nuestros comienzos, habitamos los espacios vacíos y nos proyectamos en historias futuras.
Sergio De Giorgi es ilustrador y escritor, sus historias están llenas de momentos cotidianos, de perros y gatos, como hermanos, de vientos que desordenan las palabras, de lunas y sueños y sobre todo de huellas.
Contarte Cultura charló con él para acortar las distancias y poner los pies en el camino que conduce a sus historias.
—En todo comienzo hay un punto de partida, un hueco donde queda la huella de la primera pisada, la marca de nuestros pies, detrás. Con esta imagen queremos empezar esta charla a la distancia, deteniéndonos en esa huella. ¿Qué palabra imaginás sobre ella y qué nos pueden contar de vos esas letras?
—El punto de partida fue una infancia con tardes de sol, televisión en blanco y negro, un Winco con tangos y Beatles, trepado a los árboles o subido a los techos leyendo El Tony, Intervalo o D’artagnan, y dibujando, siempre dibujando… Comparándolo con las infancias de hoy podría decirte que tuve, como tantos otros, una infancia salvajemente analógica. El entretenimiento había que inventarlo. Y la única salida que encontré para combatir el aburrimiento era dibujar, usar la imaginación para crear otros mundos e historias, personajes fantásticos llevados a un papel.



—Y si pensamos en marcas o huellas podemos viajar a aquellos lugares donde quedaron nuestros primeros pasos. ¿Recordás en qué lugar o lugares quedaron tus primeras pisadas en el camino del arte?
—Mi tío Rodolfo, contaba con veintitantos años cuando hizo lugar en el taller de mi abuelo y se armó un pequeño espacio donde podía desarrollar su pasión: todas las tardes pintar al óleo. Yo pasaba horas observándolo pintar, como preparaba cartones, ordenaba los colores en la paleta, los mezclaba con espátula, el perfume al aceite de lino y trementina… estaba fascinado con todo eso. Pero duró poco. Me vio tan entusiasmado que a los pocos días me dijo “este es tu caballete, tu paleta, tu espátula y tus pinceles”, así que antes de saber escribir empecé a dibujar y a pintar al óleo.
—Si en este momento pudiéramos espiar tu mesa de trabajo, ¿qué veríamos? ¿Hay algún objeto en particular que te gustaría destacar?
—Paso mucho tiempo en mi estudio. Cuando empiezo un nuevo proyecto suelo bocetar con lápiz y papel, y una vez terminados escaneo los dibujos para colorear de manera digital. Así que pueden encontrar, además de la tableta gráfica y la computadora, varios tipos de papeles y cartones, lápices y portaminas, pinceles, acuarelas y temperas. Y claro, también están mis otras obsesiones: juguetes antiguos, fotos y pinturas de amigos, juguetes de madera que construyo, algún dibujo horrible propio a modo de recordatorio, mi colección de stickers de frutas. Hay días que cuando termino de trabajar, para descansar un poco, toco la guitarra o escribo o vuelvo a dibujar, pero un dibujo totalmente diferente al que suelo hacer para los libros, uno con un lenguaje distinto, como si estuviera hablando otro idioma.



—¿Cómo llegaste al mundo de los libros?
—Hace algunos años, en una cena con amigos en casa, les mostré un juguete que había hecho. Era un gato de madera encorvado y enojado, con la boca abierta mostrando sus dientes parado en una base con ruedas de rulemanes. Sandra lo miró y me dijo: “¡Qué lindo gato! Este gato tiene que tener una historia, tenés que escribirle una historia”. A partir de ese juguete empecé a escribir cuentos infantiles. Algunos ilustrados por amigos y otros me ayudaron a despertar al ilustrador.
—Y en ese mundo a veces sos ilustrador y otras autor de los textos, ¿de qué manera trabajás para lograr esa interacción de palabras e imágenes en cada historia?
—No tengo un método ni un orden claro. Sin ser caótico es bastante desordenado, pero me siento cómodo. Es por momentos una especie de ejercicio de pensamiento lateral. Suelo andar con una libreta o papelitos donde tomo notas de cosas que imagino. Esas notas pueden ser dibujos o palabras. Esos dibujos pueden convertirse en nuevas palabras o personajes, y las palabras pueden ser cuentos o canciones o simplemente ideas que no sirven para nada. Tengo una caja llena de papelitos con ideas que no sirven para nada. Hasta que llega un día que las volvés a mirar, las volvés a leer y eso que antes no te había dicho nada ahora parece que empezara a contarte algo… el tiempo se puso a jugar con las palabras y los dibujos y les dio otro sentido que antes no había visto. Siempre estuvo ahí pero fue después cuando apareció, cuando pude verlo.
—¿Con qué técnicas y materiales te sentís más cómodo para crear?
—Me gusta experimentar con muchos materiales, más allá de mi destreza. Y me encanta buscar y generar diferentes texturas. Desde maderas pintada o envejecidas hasta chapas oxidadas, telas raídas o pintar sobre cartones o planos enduídos, papeles sellados, estampillas, manchas y grafismos. Todo eso lo escaneo y guardo archivos de diferentes texturas para después aplicarlos a mis dibujos como collage digital.



—El proceso creativo siempre necesita un disparador, y ya que hablamos de comienzos y puntos de partida nos gustaría saber cómo nacen tus personajes. ¿Cómo se construyen, gráficamente o a través de las palabras, esos protagonistas de cuentos?
—Una mañana desperté con una imagen muy clara, la de un pájaro blanco y varios naipes franceses. La imagen era redonda, muy potente, pero no tenía más que eso.
Dibujé al pájaro blanco con los naipes y supe que esa historia, que todavía no tenía, quería dibujarla. Si era un pájaro blanco podía ser una paloma que pertenecía a un mago que hace trucos con palomas y naipes franceses… ya tenía un comienzo. Y me pregunté “¿dónde está ese mago?”, y enseguida supe la respuesta porque supe qué quería dibujar. Ese mago iba a vivir en un circo lleno de personajes raros y extravagantes, viejos carromatos, carpas descocidas, y pensé que esa historia la contaría una niña payaso. Así nació Nina, la Chica de los Suspiros.
—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
—En un cuento que escribí hace tiempo y que fue cambiando varias veces de forma. El texto era chiquito, creció un poco, le salieron brotes, algunas ramas, lo podé y ya creo que está para florecer. La imagen también fue mutando acorde iba cambiando el texto. Hoy se llama Ella y el viento. Espero verlo pronto.
—Para terminar, ¿qué deseo te gustaría dejar en el punto final de esta charla?
—Deseo que siga el deseo. Seguir teniendo ganas de dibujar y de poder expresarme con el color y la línea. Y si en algún momento aparece el aburrimiento, deseo usarlo como energía de cambio.

Artes Plásticas
Muestra destaca la importancia de las mujeres en la antigua civilización Caral de Perú

Peruanos disfrutaron en la ciudad de Lima de la exposición “El rol de la mujer en la civilización Caral” que resalta a través de diversos hallazgos, el importante papel que tuvo este sector de la comunidad dentro de la cultura milenaria que se desarrolló hace unos 5.000 años en la costa centro-norte de Perú.
Conocida como una de las civilizaciones más antiguas del continente americano (3000-1800 aC), Caral se desarrolló en el valle del río Supe, a unos 184 kilómetros al norte de la capital peruana.
“El rol de la mujer en la civilización Caral” se presentó hasta el domingo en la sede del Ministerio de Cultura con una perspectiva fascinante de la organización de las antiguas sociedades andinas, en que las mujeres es ejercieron autoridad y liderazgo.
Esculturas
El jefe de la unidad de museografía de la Zona Arqueológica Caral, arquitecto Yoshio Cano, explicó a la agencia de noticias Xinhua que en el recinto se mostró, por ejemplo, esculturas en arcilla no cocida que representan a personajes femeninos relacionados sobre todo con la élite.
“Esta exposición nos muestra una visión renovada sobre el papel protagónico que cumplió la mujer en la construcción de la civilización Caral, como co-gestora de una civilización que produjo ciencia, tecnología y arte”, sostuvo el arquitecto.
Cano mencionó que además de lo anterior, se exhiben diversas evidencias de que la mujer participó en actividades productivas como la textil, así como la manera en que innovó en esta actividad que era tan importante en la antigua civilización. “Es destacable su función dentro de la sociedad como líderes, tanto políticas como religiosas; como sacerdotisas dirigiendo ceremonias o rituales”, expresó el jefe de la unidad de museografía, además de referir el rol “destacable” dentro del ámbito familiar en la maternidad o la crianza.
Quienes tienen la oportunidad de visitar la exposición pueden observar el ajuar de la “Dama de los cuatro tupus” o alfileres, un conjunto de objetos funerarios de esta civilización encontrados en la zona arqueológica de Áspero, “uno de los entierros más antiguos de una mujer de autoridad y una gobernante”.
Cano demostró que la muestra es importante “porque desmonta muchas creencias, a veces erradas, de que el varón fue el que impulsó y construyó la civilización , o que fueron los actos varoniles o patriarcales los que construyeron la civilización”.
“Con estas evidencias tan antiguas, se nos demuestra que la mujer jugó este papel tan importante,lado a lado del varón, en el forjamiento de estacivilización , en el desarrollo y el sustento de esta civilización tan antigua”, subrayó.
Respecto a los aspectos que debe tomar en cuenta la sociedad actual de la antigua civilización , el arquitecto demostró “el valor de la complementariedad de género”, así como la “visión inclusiva” que ayudaba a conformar “una sociedad más armoniosa”.
“En lo cultural estaba en armonía, también con lo natural, y esto era algo que llevaba a una sociedad que desarrollaba en condiciones de paz, en condiciones de intercambios, que no demandaban conflictos sociales o dominios de conquistas de un pueblo sobre otro”, resaltó el entrevistado.
La Zona Arqueológica Caral invita a mirar al pasado, aprender del mismo y revalorar en la actualidad el rol de las mujeres y su aporte a la civilización milenaria.
Artes Plásticas
Murió el artista plástico Luis Felipe “Yuyo” Noé

El artista plástico e intelectual Luis Felipe “Yuyo” Noé murió este miércoles a los 91 años, maestro de la pintura argentina contemporánea reconocido a nivel mundial.
La noticia fue confirmada desde las redes sociales de su fundación, donde lo despidieron con sentidas palabras. “Con profundo pesar, desde la Fundación Luis Felipe Noé informamos el fallecimiento de Luis Felipe Noé, artista fundamental cuya obra y pensamiento transformaron de manera profunda el arte argentino y latinoamericano”, expresaron al comienzo del comunicado.
“En 2019, con la lucidez y generosidad que lo caracterizaban, creó esta Fundación con el propósito de preservar y proyectar su legado. Celebramos su vida, su inagotable impulso creativo y su aguda mirada como una forma de comprender el mundo. Su legado perdura en cada obra, en cada palabra, en cada gesto que invitó a pensar y a crear”, expresaron.
“Desde la Fundación, agradecemos sus enseñanzas y la posibilidad de abrir este camino compartido, y reafirmamos nuestro compromiso con su pensamiento: seguiremos honrando su memoria en cada acción de nuestra existencia, porque en el hacer se vive y en el hacer se crece. En el transcurso del día informaremos en que lugar, día y horario lo velaremos”, completaron.
Tras un accidente cerebrovascular sufrido la semana pasada, el pintor murió rodeado por sus hijos Paula y Gastón, que llegaron desde Francia en los últimos días, y sus colaboradoras más íntimos.
En sus últimas declaraciones, Yuyo no dudó a la hora de opinar sobre distintos temas de actualidad. “Debo confesar que no es de mi simpatía. Para simplificar, Javier Milei me parece un verdadero desastre.”, sostuvo sobre la gestión del Gobierno en una entrevista que le concedió a Perfil en 2024.
Un artista clave de la Nueva Figuración
Noé fue uno de nuestros grandes artistas plásticos, un creador, un provocador y el generador de un movimiento que revolucionó la pintura argentina. Desde la década del sesenta venía cuestionando la pintura tradicional y propuso a sus colegas más notorios, como Rómulo Macció, Jorge de la Vega y Ernesto Deira, explorar una forma que superase la división entre la pintura abstracta y la figurativa. Así se formó un movimiento trascendente que se llamó Nueva figuración.
Noé obtuvo una beca del gobierno francés en 1961 y viajó a París con De la Vega, y más tarde se unieron Macció y Deira. Al contemplar a los grandes maestros de siglos anteriores, Noé tuvo clara su idea de ruptura: en una época tan diferente como la actual era preciso hacer lo contrario: trabajó sobre la idea de una visión quebrada, de cuadro dividido, finalmente el caos.
En 1965, obtuvo la beca Guggenheim y se fue a Nueva York. En sus muestras incluyó instalaciones, como Introducción al desmadre, del año anterior. Pero como eran difíciles de transportar, guardar y sobre todo vender, las abandonó. Al año siguiente ganó la beca Guggenheim por segunda vez. Después de ser convocado por diversas universidades y museos de diferentes países, Noé volvió a Buenos Aires en 1968. Había decidido dejar de pintar: según él, la pintura plana no le permitía ya reflejar su concepción del caos.
Una vez en Buenos Aires fundó con sus colegas un bar que hizo historia: El Bárbaro, donde se reunían artistas e intelectuales, especialmente los sábados al mediodía, después de recorrer galerías. Uno de los ventanales fue pintado por De la Vega y todavía se conserva.
Durante los años en que dejó la pintura Noé se dedicó a la enseñanza, escribió libros y ensayos, fue curador y eventualmente retornó a las muestras, como la que hizo en el Museo Nacional de Bellas Artes en 2017.
A lo largo de su vida, “Yuyo” fue merecedor de muchos otros premios: el Premio Nacional Di Tella (1963), el Gran Premio de Honor del Fondo Nacional de las Artes (1997) y el Konex Brillante a las Artes Visuales (2002).
A su vez, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo declaró Ciudadano Ilustre (2006). También recibió el Premio Homenaje del Banco Central de la República Argentina (2009), Premio a la Trayectoria, Academia Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires (2015), Mención de honor Senador Domingo Faustino Sarmiento, Cámara de Senadores de la Nación (2017), Premio a la Trayectoria Salón Nacional de Artes Visuales (2019).
Artes Plásticas
Obras del MALBA, en una exposición de arte latinoamericano en Qatar

Malba, en asociación con Qatar Museums, anuncia Latinoamericano-Modern and Contemporary Art from Malba and Eduardo Costantini Collections, la primera exposición a gran escala de arte latinoamericano en la región de Asia occidental y el norte de África, que se inaugurará en abril.
Durante tres meses, una selección de 170 obras pertenecientes a las Colecciones Malba y Costantini viajará al National Museum of Qatar (NMoQ), en el marco del Año de la Cultura Qatar-Argentina-Chile 2025.
La iniciativa Años de Cultura busca fomentar asociaciones culturales duraderas entre Qatar y otras naciones. Su objetivo es promover el respeto y la comprensión entre diversas culturas y servir como un catalizador para unir a las personas.
“Qatar se ha consolidado como un destino global para quienes buscan experiencias extraordinarias en arte, cultura y patrimonio. Alineados con la Visión Nacional de Qatar 2030, nos enorgullece servir como un centro cultural en uno de los cruces del mundo, utilizando el arte para establecer diálogos, tender puentes entre culturas y promover el entendimiento mutuo. Esa es la misión de los Años de Cultura, que desde 2012 han fortalecido las relaciones de Qatar con el mundo y que se enorgullecen de apoyar la exhibición Latinoamericano como parte de este año de colaboración con Argentina y Chile”, expresó Sheikha Reem Al Thani, directora ejecutiva adjunta de Exposiciones, Arte Público y Rubayia en Qatar Museums.
Co-curada por María Amalia García, curadora en Jefe de Malba, e Issa Al Shirawi, co-curador y Jefe de Exposiciones Internacionales de Qatar Museums, Latinoamericano intenta responder a la siguiente pregunta: ¿cómo representar la diversidad de todo un continente a través de un conjunto de imágenes?
Con el objetivo de ofrecer una visión panorámica de la producción artística de un continente a través de conjuntos de obras de las colecciones del Malba, Costantini y Qatar Museums de artistas clave desde 1900 hasta nuestros días.
Se presentarán aproximadamente 170 obras de 109 artistas de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Colombia Venezuela, Paraguay, Cuba, de diferentes formatos como pinturas, fotografías, video, esculturas, instalaciones y textiles hasta documentación de archivo.
Latinoamericano reexamina y revaloriza el arte regional dentro de marcos críticos y narrativas históricas del arte regional, mostrando piezas emblemáticas estrechamente asociadas a la identidad de Malba. Estará organizada en cinco núcleos temáticos: la geografía de América Latina, la pluralidad de sus identidades, los desarrollos de sus ciudades, las fuertes tensiones sociales y los procesos artísticos emancipadores acontecidos en el continente.
Se exhibirán piezas clave de las colecciones argentinas como Autorretrato con chango y loro (1942) de Frida Kahlo, Baile en Tehuantepec (1928) de Diego Rivera, Rompecabezas (1967) de Jorge de la Vega, Juanito dormido (1978) de Antonio Berni, Omi Obini (1943) de Wifredo Lam, Armonía (1956) de Remedios Varo, Escena callejera o Calle de París o Constructivo (1930) de Joaquín Torres-García y La composición con tonos verdes (1939) de Roberto Matta y El viudo (1968) de Fernando Botero, entre tantas otras.
El conjunto se complementa con obras pertenecientes al el futuro Art Mill Museo, Doha Qatar de artistas como Alice Rahon y Mathias Goeritz, entre otros.
En el patio del Museo Nacional de Qatar, se instalará la obra La escultura de los sueños (2023) de Marta Minujín, una instalación con 16 piezas inflables amorfas, exhibida previamente en Times Square, Nueva York.
Debes iniciar sesión para publicar un comentario. Acceso