Conéctate con nosotros

Literatura

Felipe Pigna: “Quería integrar a las mujeres a la gran historia”

Publicado

el

El término “insolente” fue usado durante mucho tiempo para descalificar a las mujeres rebeldes, y partiendo de esa base el historiador Felipe Pigna escribió un libro con la vida y obra de las “Mujeres insolentes de la historia”, enfocado a jóvenes lectores.

“La palabra insolente era muy usada por los conquistadores españoles para descalificar a las mujeres originarias que se negaban a aceptar el nuevo orden impuesto por unos reyes lejanos y ajenos”, escribe el autor en el libro editado por Emecé.

La primera historia de este compendio es la de “Anacaona” (Flor de Oro) esposa de Caonabó, uno de los cinco caciques que gobernaban el terriotorio de Haití en época del desembarco de los españoles. Luego de un fuerte enfrentamiento entre nativos e invasores donde Caonabó perdió la vida, su mujer asumió la jefatura y luchó para defender a su pueblo durante seis meses hasta que fue capturada y condenada a la horca.

Con grandes ilustraciones a todo color de Costhanzo, Pigna repasa en estas páginas los actos heroicos de Manuelita Rosas, Juana Azurduy, Encarnación Ezcurra, Juana Manuela Gorriti, Julieta Lanteri, entre otras tantas que hicieron que sus nombres sean recordados a pesar de los años transcurridos.

La insolente que cierra este primer tomo -ya hay otro en camino- es la poeta Alfonsina Storni, quien no solo escandalizó con sus versos a toda la sociedad porteña sino que se mostraba orgullosa como madre soltera a los 19 años. Poeta, madre, maestra, actriz, socialista y feminista, Storni trabajó en un taller de gorras donde se vinculó con el anarquismo y propiciaba la solidaridad y el fin de las desigualdades. Más tarde enfermó de cáncer, por lo que decidió quitarse la vida arrojándose al mar en la ciudad de Mar del Plata.

—¿Cómo nació la idea del libro?
—Muchas de estas historias se las conté a mi hija, a quien le dedico el libro. Hice un repaso por la vida de 29 mujeres muy representativas desde la conquista hasta el comienzo del siglo XX. Durante mucho tiempo se utilizó el “insolente” como un término descalificatorio hacia las mujeres, después se usó mucho el insolente a solas y tiempo más tarde se agregó “mocosa insolente”.

—¿Qué se encuentra el lector en tu libro?
—Lo que relata el libro es la vida de las mujeres que se atrevieron, hace mucho tiempo, a luchar por lo que el autoritarismo no les permitía. Cosas tan naturales como estudiar o recibirse de médica como el caso de Cecilia Grierson, nuestra primera médica, o el caso de Alfonsina que era madre soltera y eso no estaba bien visto. Ella a esa condición la lleva con bastante orgullo y exhibió su maternidad. La sociedad, lejos de comprenderla, la juzgó, la discriminó… a una de las mejores poetas que tuvo nuestro país.

—¿Te sorprendió alguna historia en especial?
—Sí, y este personaje lo hace desde mi anterior libro, “Mujeres tenían que ser”. María Remedios del Valle, “la madre de la patria”. Una mujer afrodescendiente, en principio esclava liberta quien se incorporó al ejercito de Manuel Belgrano y fue nombrada capitana al participar de los combates de Salta y Tucumán y del Éxodo jujeño. Durante las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma recibió un balazo y fue capturada por los realistas y azotadas durante nueve días. Esta insolente terminó en la pobreza pidiendo limosna. Fue el general Viamonte quien la reconoció y pidió al gobierno una pensión para que no siga en la indigencia y que la nombren “Madre de la Patria”. Pero cuando se reescribe la historia argentina durante la generación del 80 parecía incorrecto tener a una madre de la patria negra, entonces la sacan de la historia y desaparece.

—En tiempos de #NiUnaMenos, ¿creés que este libro es un aporte para contar que ser fuertes e insolentes es histórico?
—Siempre hubo mujeres y hombres fuertes. La intención del libro es integrar a las mujeres a la gran historia y que no haya que escribir una historia aparte. Las mujeres fueron muy excluidas de la historia y fueron puestas en frases machista ridículas e injustas como esa que reza: ” Detrás de un gran hombre hay una gran mujer”.

—¿Qué personaje de este libro te hubiese gustado encarnar?
—Hay varias que son súper interesantes. Juana Manso es un personaje maravilloso, luchadora, docente -armó junto a Domingo Sarmiento el proyecto de la Escuela de Ambos Sexos N°1, la primera escuela mixta del país-, fue pionera del periodismo y hablaba de la emancipación de la mujer. Un personaje entrañable.

—Si tuvieses la posibilidad de viajar al futuro sobre, ¿qué mujer insolente de estos tiempos escribirías?
—Muchas… Creo que las mujeres que están trabajando por la igualdad y contra el feminicidio son insolentes.

—¿Cuál es la importancia de que los chicos conozcan sobre historia?
—La historia es como el ADN. Si no sabemos de dónde venimos, no sabemos hacia dónde vamos. La historia es como el espejo retrovisor, uno necesariamente tiene que mirar atrás para poder avanzar. El conocimiento de la historia es fundamental para la formación de un ciudadano y en definitiva lo que hace un niño en la escuela es formarse como ciudadano. El libro llega naturalmente a las escuelas, no porque el gobierno los compre, pero sí porque lo eligen y es eso es mucho mejor.

(Entrevista agencia de noticias Telam)

Haga clic para comentar

Debes iniciar sesión para publicar un comentario. Acceso

Deja una respuesta

Literatura

Tres jóvenes fundaron una editorial que apuesta por la literatura de riesgo

Publicado

el

PH: Agencia Noticias Argentinas
Por Gastón Marote

Tres jóvenes emprendedores fundaron la editorial independiente La Tarea de Escribir, que ya publicó siete libros y apuesta por escrituras radicales y autores emergentes, con una propuesta estética que prioriza “lo raro antes que lo bueno”.

La editorial fue creada en 2025 por Juan Rey (27), Vinicius Fonseca (28) y María Josefina Pesado (29), y surge como continuidad del taller homónimo activo desde 2021.

Según explicaron sus fundadores, el proyecto busca acompañar obras que “se atrevan a pensar desde el borde” y no temen al error o a la incomodidad.

“Creemos que una editorial no es una vidriera sino un dispositivo de pensamiento”, sostienen los creadores, que acompañan cada libro con materiales complementarios como prólogos, notas, entrevistas o piezas visuales disponibles en un soporte digital propio.

En un comunicado, destacaron que trabajan con autores “nuevos, invisibles o directamente ilegibles para la mirada estándar del presente editorial”, y que la curaduría está guiada por una apuesta estilística abierta y desafiante.

Entre sus influencias mencionan tanto editoriales independientes como N Direcciones o la mítica 18 Whiskys, como también autores consagrados y contemporáneos como César Aira, María Negroni, Gabriela Cabezón Cámara o Pablo Katchadjian.

Los objetivos de La Tarea de Escribir están divididos en tres escalas: a corto plazo, construir un catálogo pequeño e incisivo y obtener visibilidad en eventos como la Feria del Libro o la FED; a mediano plazo, formar una comunidad interesada en la experimentación; y a largo plazo, producir un archivo vivo que integre edición, taller e investigación.

Definen a su público como lectores curiosos, móviles, interesados en lo anómalo y en obras que “se presenten como objetos capaces de abrir preguntas, no de clausurarlas”.

La circulación de sus libros se enfoca en librerías independientes, ferias, universidades y espacios culturales, aunque no descartan expandirse comercialmente para sostener el proyecto.

(*) Agencia Noticias Argentinas

Sigue leyendo

Literatura

Martín Caparrós, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara

Publicado

el

 El escritor y periodista argentino Martín Caparrós fue distinguido con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara (UdeG), en una ceremonia realizada en la sede del Instituto Cultural de México en Madrid. 

Se trata de la máxima distinción honorífica que otorga la institución mexicana, que reconoció en el autor su “compromiso ético e intelectual con la verdad, la memoria y la dignidad humana”, además de su “extraordinaria contribución al periodismo narrativo y a la literatura contemporánea”.

Durante el acto, la rectora del campus CUCEA de la UdeG, Mara Robles, definió a Caparrós como “un sembrador de dudas”, una cualidad que, según señaló, la universidad busca fomentar en sus estudiantes. En ese marco, leyó un fragmento de “El hambre”, uno de los libros más emblemáticos del autor, cuya reflexión inicial sobre la experiencia cotidiana y la distancia con el hambre estructural conmovió visiblemente al homenajeado.

La ceremonia reunió a unas treinta personas, entre ellas periodistas y escritores como Alex Grijelmo, Jorge Volpi y el exdirector del diario El País Javier Moreno. También participaron familiares, amigos y becarios de la Universidad de Guadalajara, quienes desde ahora quedarán simbólicamente “bajo la tutela” intelectual de Caparrós. El público cerró el acto con un prolongado aplauso en reconocimiento a su trayectoria.

Al tomar la palabra, Caparrós confesó que México fue una asignatura pendiente en su vida y que siempre deseó vivir en ese país, influido por la obra de Carlos Fuentes y por los vínculos tempranos que allí forjó hace más de cuatro décadas, cuando comenzó a adoptar su característico bigote.

La Universidad de Guadalajara concede el Doctorado Honoris Causa a personalidades eminentes, mexicanas o extranjeras, por contribuciones excepcionales en el ámbito del conocimiento, las artes o por una obra de vida vinculada a las causas más nobles de la humanidad. En los últimos años, la distinción fue otorgada, entre otros, a Joan Manuel Serrat, Sergio Ramírez, Leonardo Padura y Miguel Ángel Navarro Navarro.

En julio pasado, la Universidad de Buenos Aires también reconoció a Caparrós con un galardón honorífico similar.

Sigue leyendo

Textos para escuchar

La grasita – Mercedes Pérez Sabbi

Publicado

el


La escritora Mercedes Pérez Sabbi lee un fragmento de La grasita, su nueva novela (Editorial Comunicarte).


“Llegamos al Café Tortoni para buscar a Dora, pero no podíamos entrar por la puerta principal porque los empleados y los familiares entran por la puerta de atrás. Vi que era hermosísimo el café. Con una puerta de madera con cortinitas blancas y adornos de bronce para abrirla. Pero no, no la abrimos, porque dimos la vuelta por la calle Rivadavia, y entramos por un pasillo con cajones de botellas y bolsas con mercadería, parecido al depósito del almacén de mi papá. Ahí preguntamos por Dora Rodríguez. Un muchacho de delantal, gorrita blanca y camisa desteñida nos dijo que enseguida la llamaba. Al ratito apareció Dora, arregladita como para salir de paseo. Alta estaba, por los zapatos con plataforma.

—Las hice esperar para cambiarme. ¿Les gustaría pispear el bar?
—Sí, me gustaría —dije.
—Bueno, las hago mirar por acá, porque por el frente solo entran los clientes.

Pasamos por otro pasillo y Dora nos corrió unos cortinados de terciopelo azul. Hermoso lo que vimos: las paredes de madera y papel con flores, el techo con cuadraditos de vidrios de arabescos de colores, unas columnas gigantes de mármol marrón, las sillas tapizadas de negro, las mesas redondas con señoras de sombreros elegantes y señores de trajes muy distinguidos… Parecía un palacio de película.

—¿Puedo ir al baño que me hago pis…? —le pregunté a Dora.
—Bueno, andá al baño principal porque el del personal está medio cochino —y me señaló el lugar—. Ves allá que hay una mesa grande redonda, seguís a la izquierda y ahí está el tualet de damas. Te esperamos acá.
—¿El tualet?
—Sí, es baño en francés. Acá es así.
—Dejame el tapado así vas más cómoda —me dijo mi mamá.

Y me quedé con mi pollera escocesa y mi saquito azul. Bonitos.

Tualet, tualet, tualet…

Toalette, decía en la puerta, con una figurita de mujer.

Adentro había una señora de sombrero azul con su hija de bucles rubios. Saludé y me quedé mirando adónde ir, porque había varias puertas y lavatorios y espejos con lámparas como copas. La señora se dio cuenta de algo y me preguntó:

—¿De dónde sos?
—De Maizoro.
—¡Ah! ¿dónde queda eso? —me preguntó mientras se pintaba los labios y la nena me miraba.
—Lejos. Hay que tomar un tren en Constitución y después otro.
—Podés pasar ahí —me cortó señalándome uno de los baños.
—Gracias —y entré.

Desde el inodoro escucho que la nena le pregunta:

—¿Quién es mami?
—Una grasita —le respondió, mientras se cerraba la puerta.

Sigue leyendo


Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA En Trámite
Edición Nº