Conéctate con nosotros

Historias Reflejadas

“Cáscaras del alma”

Publicado

el

Cáscaras del alma

Ella quería escapar, necesitaba huir de sí misma y de todas las circunstancias que la rodeaban.

Tenía el alma anudada por el dolor. Capas de angustia escondidas en las dudas del tiempo se convirtieron en durezas. Allí quedaron atrapados sus sentires y de alguna manera su libertad.

Sus pies acompañaron la marcha hacia un destino despojado de certezas. El miedo y las mentiras estarían al acecho, serían fieras de rostros sombríos. Miles de pájaros anidarían en su cabeza hilvanando pensamientos oscuros y desafiantes serpientes venenosas se interpondrían en su camino, enroscándose entre sus piernas para obligarla a mirar atrás.

Era inútil, cuando uno emprendía un viaje ya no se regresaba igual. Un acontecimiento se enlazaba con otro y este con el siguiente para formar la perfecta cadena de la vida.

Le hubiera gustado ser diferente pero simplemente fue lo que pudo, la consecuencia de lo que otros, a lo mejor, nunca pudieron.

El pasado se hizo añicos y las palabras que habitaban en el fondo de su alma levantaron vuelo y se convirtieron en verdad. Sus manos lograron reparar pronto lo que la vida había roto despacio. Cubrió con paciencia lo que estaba resquebrajado y colocó pegamento entre sus penas. Una pátina de esperanza convirtió en nuevo lo viejo y le permitió por primera vez mirar el futuro.

Más allá de las circunstancias y del vacío que se escondía detrás de aquel rostro, en algún lugar, aún era posible ver crecer un sueño.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia: “Elisa, la rosa inesperada” de Liliana Bodoc, “Búscame donde nacen los dragos” de Emma Lira, “Las veladuras” de maría Teresa Andruetto y “Comer, rezar, amar” de Elizabeth Gilbert.

Haga clic para comentar

Debes iniciar sesión para publicar un comentario. Acceso

Deja una respuesta

Historias Reflejadas

“Diversidad”

Publicado

el

Diversidad

Buscaban encontrarse. Los unía un lenguaje invisible, de palabras blandas, que atravesaban los límites para abrir un camino.

Sus voces vibraron desde el silencio. Se miraron más allá de los ojos, del otro lado de los ojos, en esos lugares donde pocos llegaban a ver.

Fue en ese lugar donde se reconocieron, la soledad en un rincón, alargándose para atravesar la mirada. Un viento de colores recorrió sus cuerpos, como si lo que estaba lejos se hubiera vuelto cercano y formara parte de la misma lengua.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “El señor no tan”, de Javiera Gutiérrez ilustrado por Petra Steinmeyer; “Jirafa azul, rinoceronte verde”, de Márgara Averbach ilustrado por Roma; “El niño que no quería ser azul y la niña que no quería ser rosa”, de Patricia Fitti; y “Una jirafa verde”, de Lorena Méndez.

Sigue leyendo

Historias Reflejadas

“Identidad”

Publicado

el

Identidad

Sus siluetas colgaban sobre los ladrillos y eran sombras. Los ojos escrutando el espacio conocido, restos de cal y de barro en los que ellos lograban encontrarse.

El pasado se infiltraba por los huecos del presente, una mancha oscura expandía la historia, las moscas aleteaban sobre las capas de vida y removían olores viejos, de sangre, donde se escondían las lágrimas.

Un río hablaba, como una exhalación de verdades guardadas, como el tiempo que fluía y era música sobre sus cuerpos cansados, tan sólo un retorno en el agua de la memoria.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos literarios: “Monoblock”, de Karina Sacerdote; “Paraguay”, de Martín Di Lisio; “El puente de las brujas”, de Juan Fernández Marauda; y “Era tan oscuro el monte”, de Natalia Rodríguez Simón.

Sigue leyendo

Historias Reflejadas

“El misterio de la noche”

Publicado

el

El misterio de la noche

La noche descendía por una escalera invisible, los ojos balanceándose en el borde del sueño. Abajo, al otro lado del día, flotaba el mundo de adentro.

El extraño murmullo ascendía por el hueco de una grieta, como una voz conocida, como el viento de un cuento que despeinada las sábanas para soltar un secreto.

En la cama, justo detrás del sueño, unas ovejas curiosas saltaron para invitar al viaje. Tras ellas, varias hadas provistas de alas transparentes, subieron y bajaron por las páginas de la noche y acompañaron la llegada de unos hombrecitos sin nombre. Éstos, decididos, atravesaron las escaleras de un libro que no podía dormirse. El sueño llegó despacio, tanto que se pegó a la mañana, los ojos bien abiertos sobre la línea del día, un balanceo aquí y allá.

Y la noche, como si fuera parte de la misma página, volvía a vibrar sobre las pestañas. Otra vez…

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “Lorenzo y la escalera misteriosa”, de Irene Goldfeder con ilustraciones de Fernanda Bragone; “Recíproco”, del libro “Mentiras y moretones”, de Pablo Bernasconi; “Cuando no llega la noche”, de Poly Bernatene; y “La oveja imaginaria o viaje en poesía de la noche al día”, de Beatriz Actis con ilustraciones de Sonia Basch.

Sigue leyendo


Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA En Trámite
Edición Nº