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Literatura

Llega una nueva edición del Encuentro Anual Libros y Maestros

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Pablo Bernasconi, María Inés Falconi, María Rosa Lojo y Canela participan el próximo jueves de una nueva edición del Encuentro Anual Libros y Maestros que organiza el sello Penguin Random House con los autores de su catálogo, un evento dirigido a docentes, bibliotecarios y mediadores que en esta edición repite su modalidad virtual con entrevistas, talleres y paneles para conocer los procesos creativos y los secretos detrás de las ficciones y sus creadores.

El ilustrador Pablo Bernasconi, las autoras Cecilia Pisos, María Inés Falconi, Andrea Ferrari, Cristina Macjus, Verónica Sukaczer, María Rosa Lojo, Canela, el escritor chileno José Ignacio Valenzuela y la coordinadora del Plan Nacional de Lecturas del Ministerio de Educación de la Nación, Natalia Porta López, integran la nómina de invitados de esta décimo quinta edición del encuentro que otorga certificado de asistencia y requiere registro previo en http://bit.ly/3Fl7u9a.

La primera actividad de la mañana del jueves -el evento transcurrirá entre las 10 y las 18- tendrá como protagonista al autor e ilustrador, Pablo Bernasconi, que dialogará con la editora María Amelia Macedo a propósito de su libro “Miedoso”, donde explora el universo del miedo y el temor; mientras que, una hora más tarde, Cecilia Pisos ofrecerá un espacio de taller de personajes de brujas y ogros, a partir de la propuesta de Jack Zipes, especialista en cuentos de hadas, que aborda estos personajes como memes culturales.

Por la tarde de esta jornada dedicada a compartir y convidar lecturas, será el turno de “Tiempo de preguntas y descubrimiento: cuando los adolescentes son protagonistas”, con entrevistas a María Inés Falconi, la autora detrás de la exitosa serie Caídos del mapa y la más reciente “La dama blanca” que se inspira en la leyenda urbana de Felicitas Guerrero, así como también Cristina Macjus y Andrea Ferrari.

Luego, el escritor y guionista chileno José Ignacio Valenzuela dialogará sobre su primer libro publicado en Argentina, “Mi abuela, la loca”, en la que narra una historia acerca de la iniciación en el mundo de la lectura y la escritura, a través de la huella inspiradora que una abuela.

El tema de la migración y el desarraigo en la literatura orientada a jóvenes será abordado en un panel con autoras que trabajan el tópico hace muchos años, ya sea en relación con la memoria, la familia, la pertenencia o los episodios trágicos de la historia como la guerra: Canela, Verónica Sukaczer y María Rosa Lojo son las invitadas a pensar estos temas con la coordinación especial de Natalia Porta López.

Además, las actividades se transmitirán por el canal de YouTube de Penguin Libros Argentina y quedarán disponibles por unos días si los participantes no pueden conectarse en algún horario. Para más información se puede ingresar a las redes de la editorial.

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Literatura

Está en marcha la 18ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires

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La 18ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires se realiza desde este miércoles y hasta el domingo 2 de noviembre, de 14 a 20, en la Plaza Seca del Centro Cultural Palacio Libertad (Sarmiento 151, CABA), con entrada libre y gratuita. Organizada por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA), la cita celebra además los 25 años de la refundación de la entidad y se consolida como uno de los principales encuentros del sector en la región.

Este año, la Feria tendrá como eje temático a la mujer escritora argentina, con actividades que buscan poner en valor su aporte a la literatura nacional. Habrá dos mesas redondas, una exposición fotográfica dedicada a autoras del país y un Espacio Taller donde encuadernadores, impresores e ilustradores compartirán sus oficios con el público.

En sus 28 stands, los visitantes podrán encontrar ejemplares que abarcan desde el siglo XV hasta las vanguardias del siglo XX: libros antiguos, ediciones raras o ilustradas, encuadernaciones artísticas, grabados, mapas, fotografías y afiches históricos. Participan instituciones y editoriales como el Archivo General de la Nación, la Biblioteca de la Academia Argentina de Letras, el CeDInCI, Ediciones Ampersand, Ediciones Dos Amigos y la Biblioteca Argentina para Ciegos.

“El espíritu de esta Feria es mantener vivo el amor por el libro y el patrimonio impreso”, expresó Roberto Vega, presidente de ALADA. “Nos emociona ver cómo cada año este espacio renueva la pasión por conservar y disfrutar las obras que narran nuestra historia cultural”.

Además de la muestra “Mujeres Escritoras Argentinas”, las actividades centrales se desarrollarán en el Salón de Honor del Palacio Libertad:

Programa

  • Viernes 31 de octubre – 17:30 Mesa redonda “Cultura, Patrimonio y Coleccionismo” Participan: Emilio Perina, Juan Javier Negri, Juan Solá y Pablo Gasipi. Moderador: Roberto Vega.
  • Sábado 1° de noviembre – 17:30 Mesa redonda “Mujeres escritoras en Argentina” Participan: Florencia Abatte, María Gabriela Mizraje, Adriana Rodríguez de Pereda y Matilde Sánchez. Moderadora: Gisela Paggi.

Con entrada gratuita, la Feria invita a recorrer el universo del libro antiguo y celebrar la palabra escrita, esta vez bajo la mirada y la voz de las escritoras argentinas que marcaron la historia literaria del país.

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Textos para escuchar

Lluvia de otoño – Olga Drennen

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La escritora Olga Drennen lee un fragmento de Lluvia de otoño, capítulo X de su novela de época La noche olía a jazmines, los amantes a traición


Temblaba de indignación, ¿qué se habría creído? Para colmo, casado, ¡casado y con hijos! ¿Cómo se le podía ocurrir querer salir con ella? Deliraba. Como desprendida de una foto, la imagen del hombre la miraba con una súplica en la cara. Se dio cuento de que había llegado el momento de poner los puntos sobre las íes. Iba a decirle de todo. ¡Caradura! Pero cuando estaba por empezar la frase, él hizo un gesto que le provocó un aleteo en el estómago. Entonces, sin decir palabra, se dio vuelta y volvió para su casa.

Pensó que con eso era bastante, que ya no iba a verlo más. Pero no fue así, al día siguiente, apareció una vez más en la esquina. Cuando pasó cerca de él, le lanzó una mirada que parecía un cuchillo. Como para que no se acercara. Cruzó la calle para evitar saludarlo y siguió su camino.

Esa situación se mantuvo en ese estado durante varios días. Pero una tarde no pudo ir a llevar su trabajo. Su máquina de coser se rompió. Un tornillo de mala muerte la tuvo a maltraer.

-Bueno –dijo con voz resignada –si no anda, no anda. Dejo la entrega para mañana, ¿qué le voy a hacer? Mejor, plancho las blusas que ya están terminadas.

Una vez planchadas, las acomodó según el color de la seda. Una pila blanca, una pila rosada, una pila gris. Unos golpes en la puerta de su habitación la interrumpieron. Supuso que era la vieja y corrió a abrir.

El marco de la puerta perfiló la figura del hombre a contraluz.

—Me preocupó no verla como todos los días y vine a preguntarle si necesita algo.

—Pero…, ¡hay que tener coraje! No creo haberle dado lugar como para que se tome este atrevimiento.

—Por favor, Aurelia, no quiero que se ofenda. Ya veo que está bien, entonces, me voy.

Y el mismo marco que había delineado su figura, ahora, dibujaba su ausencia.

En las terrazas, la ropa que colgaba de las cuerdas bailaba, se contorneaba o intentaba escapar. El Riachuelo rugía y amenazaba con desbordarse enfurecido por el temporal. Como todas las tardes, Aurelia salió para entregar su trabajo, que guardó en un pequeño bolso de tela impermeable para protegerla de la lluvia.

—Niña, niña, ¿adónde vas con este aguacero?

—A entregar las blusas, doña Carmen. Vuelvo pronto, no se preocupe.

Sin embargo, no cumplió su palabra porque al salir de la Maison Lombard, se encontró con dos compañeras de trabajo.

—Vengan a tomar mate a mi casa –dijo una de ellas –mi abuela prometió preparar torrejas.

Conversaron un par de horas. Modas, dinero, amores. La dueña de casa y su compañera estaban comprometidas para casarse desde hacía un tiempo.

—Y vos, Aurelia, ¿no estás enamorada? –preguntó una de ellas.

—Ssí –contestó ella con voz insegura.

Las otras dos la miraron curiosas y un centenar de preguntas llovieron sobre ella. Que si ya había entrado a pedirla, que cuándo pensaba presentarlo, que si tenían planes de casamiento.

—Esperen, esperen –dijo ella –que esté enamorada no quiere decir ni siquiera que él lo sepa.

Le respondió la carcajada de sus compañeras y otra andanada de preguntas la aturdió.

Ella les contó la historia del encuentro y de cómo tropezaba con él cada vez que se asomaba a la calle.

—Le está arrastrando el ala –dijo la abuela que había entrado en el comedor sin ser vista –si el candidato tiene buena posición, ni se te ocurra dejarlo pasar, m´hija, porque después vas a arrepentirte…

Las dos amigas comenzaron a discutir entre ellas acerca de los matrimonios por amor o por conveniencia.

Aurelia aprovechó la oportunidad para despedirse. No quería responder más preguntas. No quería contar la verdad. El escándalo que se hubiera armado. Le dolía pensar en que le dirían que estaba loca, que lo echara, si se hubiera atrevido a decirles que el “candidato que le arrastraba el ala” estaba casado y tenía hijos. En ese momento, le temblaron las rodillas. La boca se le secó. Fue cuando comprendió con amargura que se enfermaba de solo imaginar la esquina de su casa sin la sombra del hombre.

Anochecía y además, sentía frío. Caminó con apuro debajo de la lluvia. Al acercarse, miró el jacarandá. Bajo la lluvia, parado en medio de una alfombra de flores azules, la esperaba él. Empapado, el pelo caía en desorden sobre la frente, las mangas del saco chorreaban agua. La miraba.

Aurelia suspiró. La suerte está echada pensó. Después le tendió el paraguas.

—Venga –le dijo y levantó la cabeza como quien acepta un desafío.

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Historias Reflejadas

“Mimetismo”

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Mimetismo

Un silencio blando se derramaba sobre el paisaje. Desde los árboles colgaban palabras, eran voces dormidas, murmullos imperceptibles, de colores, que se alargaban en sombras inquietas.

Sobre el suelo, el movimiento ondulante de esas sombras convocaba a una danza. Las figuras expandidas en el fuego despertaban historias e iluminaban misterios, era en el calor de las llamas donde se completaban los ciclos. La noche se hermanaba con el día, luna y sol abrazados en el cielo.

Todo giraba en las manos que habían sembrado, entonces las semillas eran fruto y cosecha, pinceladas de deseos, memorias de la tierra, que guardaba el recuerdo de quienes habían cruzado las fronteras para regresar, la vida enredada en la muerte, mimetizándose con las voces del paisaje, aquietándose en sus formas, como si cada pieza fuera necesaria, como si las palabras fueran parte del silencio y giraran.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “El dragón”, de Gustavo Roldán con ilustraciones de Luis Scafati; “Lo que cuentan los iroqueses”, de Márgara Averbach con ilustraciones de Alejandro Ravassi; “Cuando llega el dragón”, de Maricel Palomeque con ilustraciones de Rosa Mercedes González; y “Makemba”, texto e ilustraciones de José Rivadulla.

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