La energía contenida en su cuerpo recién estrenado lo ayudó a subir rápido. Paso a paso, fue ascendiendo por la inmensa escalera vital que lo contenía.
Cada aprendizaje, cada novedad, cada logro lo elevaba. Disfrutó con cada uno de los encuentros fortuitos que el destino le tenía preparado.
La felicidad y más tarde la pena fueron parte de ese ascenso que fortaleció su espíritu.
Su vida escalonada de éxitos y de fracasos, de verdades y de mentiras, de alegrías y de tristezas, se extendía más allá de lo visible.
Las pisadas desdibujadas de aquello que dolía también fueron parte del ascenso.
Porque subir era muchas veces bajar. Se trataba de descensos sabios, que invitaban a detenerse, a disfrutar de las delicias ocultas entre los peldaños.
Retroceder era ascender, para elevarse había que abrazar la caída. Sus días fueron los escalones del tiempo.
La marcha se fue haciendo lenta y el cansancio detuvo el ascenso. Ya había aprendido mucho, ya había vivido todo.
La escalera vital que lo contenía se esfumó dejando la borrosa sombra de los escalones vividos.
Puso sus pies descalzos en el último escalón y se entregó al abismo.
Andrea Viveca Sanz
“Ascending and Descending, Relativity”, de Maurice Escher
Escaleras en el arte
Una secuencia ordenada de escalones constituye la perfecta arquitectura de los distintos tipos de escaleras. Sobre cada uno de esos peldaños, las pisadas de miles de personas van dejando huellas que el tiempo toma como propias.
Misterio, repetición, enigmas, magia y suspenso ascienden y descienden entre escalones de diversos materiales y son fuente de inspiración de muchísimas historias.
Las escaleras podrían simbolizar la ascensión espiritual, la elevación, la trascendencia, la progresión del saber, aunque también el descenso, el camino hacia lo oculto, hacia las profundidades del inconsciente, la caída hacia el mundo subterráneo, el regreso a la tierra.
“Desnudos bajando una escalera”, de Marcel Duchamp
Los egipcios las consideraban símbolo de la buena suerte. Osiris logra huir del espíritu de la oscuridad del cautiverio mediante una escalera y las mismas pirámides poseen un escalonamiento que representa el ascenso o descenso.
También es todo un símbolo la escalera de Jacob mencionada en la biblia, cuya base está en el suelo y su cumbre en el cielo. En muchas tradiciones las escaleras se consideran un símbolo iniciático, de elevación tanto espiritual como física.
En el mundo del arte las escaleras constituyen un elemento simbólico utilizado por numerosos artistas. Tal es el caso de la obra “Ascending and Descending, Relativity”, del artista gráfico Maurice Escher, en la que representa la infinitud de las escaleras.
La pintura de Marcel Duchamp “Desnudos bajando una escalera”, perteneciente a las vanguardias del siglo XX, es un ícono en el que se da una sensación de movimiento nunca antes visto hasta entonces.
Muchas intervenciones realizadas por artistas callejeros toman a las escaleras como el lienzo en el cual vuelcan sus creaciones. Distancia, colores, abstracción o realismo pueden converger para hacer de cada una de ellas una verdadera obra de arte.
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En las letras
En la literatura no se puede dejar de mencionar a las famosas “Instrucciones para subir una escalera” de Julio Cortázar:
“Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso” …
Federico García Lorca, en su poema “Ciudad sin sueño”, también utiliza en alguno de los párrafos la imagen de las escaleras:
…” No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas. Pero no hay olvido, ni sueño: carne viva. Los besos atan las bocas en una maraña de venas recientes y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros”…
Igualmente, destacada es la imagen de la escalera que se hunde en las profundidades del sótano en el que Jorge Luis Borges encuentra su Aleph:
…” Está en el sótano del comedor – explicó, aligerada su dicción por la angustia -. Es mío, es mío; yo lo descubrí en la niñez, antes de la edad escolar. La escalera del sótano es empinada, mis tíos me tenían prohibido el descenso, pero alguien dijo que había un mundo en el sótano. Se refería, lo supe después, a un baúl, pero yo entendí que había un mundo. Bajé secretamente, rodé por la escalera vedada, caí. Al abrir los ojos, vi el Aleph” …
El filósofo francés Gastón Bachelard, en su obra “Poética del espacio”, recorre las distintas partes de la casa, considerada como microcosmos, y dedica un especial análisis a las escaleras:
…” En cuanto a las escaleras, tenemos sensaciones de cada una de ellas: las escaleras que van al sótano, al pensar en ellas pensamos en “bajar”, es el camino hacia abajo lo que más se guarda en nuestros recuerdos y da una sensación de temor. La escalera que va al cuarto se sube y se baja, pues es normalmente un área de transición y que es frecuentemente utilizada para andar en la casa y da una sensación familiar al ser tan utilizada. Por último, la escalera que lleva al desván es una escalera que siempre “sube”, el subir por esa escalera tan inclinada es lo que queda en nuestra memoria después y da una sensación de soledad tranquila” …
Es evidente que esta sucesión ordenada de escalones que permiten el ascenso o el descenso son un fuerte símbolo de caminos que todos hemos de transitar a lo largo de nuestras vidas. Toda escalera nos conduce a algún lugar, nos comunica, nos permite acceder a lo inalcanzable o descender al fondo de nosotros mismos.
Radio Provincia de Buenos Aires, la radio pública de los bonaerenses, cumplirá mañana 85 años y para festejarlos dispuso una transmisión especial en la vía pública, por lo que los estudios se montarán en la esquina de avenida 53 y calle 11 de La Plata.
Desde las 9, se transmitirá en dúplex por AM 1270 y FM 97.1.
La programación contará con entrevistas especiales, invitados y la presentación de bandas en vivo como Tangorra Orquesta, Martes de agua, El batacazo, Diego Martínez, Inés Mauri, Silvina Moreno y un gran cierre a cargo de Árbol.
La radio inició sus transmisiones en La Plata el 18 de febrero de 1937, unos meses antes que Radio Nacional. Sus primeros estudios funcionaron en el Pasaje Dardo Rocha, y desde 1972 la radio se instaló en el Palacio Achinelly, un emblemático edificio ubicado frente a la Municipalidad platense.
Durante años, con auditorios llenos, Radio Provincia produjo conciertos de destacados artistas populares como Atahualpa Yupanqui, Edmundo Rivero, Aníbal Troilo y el Chango Nieto.
También el gobernador Antonio Cafiero marcó un hito al realizar, durante los cuatro años de su mandato, el programa “La hora del Gobernador”, constituyendo un puente directo entre el Estado y el pueblo bonaerense.
Bajo la gestión del gobernador Axel Kicillof y con la dirección de Marcelo Figueras, Radio Provincia renovó su programación, mejoró sus instalaciones y actualizó su estructura organizacional, para potenciar su vigencia acorde a los nuevos tiempos.
Desde los distintos programa se invita a los oyentes y amigos de la radio a sumarse a los festejos.
En la noche oscura, nada hay salvo el propio corazón. Los monstruos que vendrán a atacarte serán aquellos que tú mismo hayas creado. Bajo esta leyenda se esconde el nombre de Vlad III, el Empalador o Vlad, Drácula, príncipe de Valaquia, el personaje histórico que inspiró a Bram Stoker. Si algo fascinó a la sociedad victoriana de finales del XIX de esta leyenda fue el célebre castillo de Drácula, levantado en las montañas de Transilvania. Lo curioso del caso es que el castillo nunca fue suyo, sino del líder militar húngaro Juan Hunyadi, uno de los mayores estrategas de la historia militar europea, responsable de la muerte del padre de Vlad el Empalador, el rey Vald II, y fue el castillo donde el mítico Drácula estuvo encerrado durante trece años, de 1462 a 1475.
Durante estos largos años, los relatos de la crueldad de Vlad III empezaron a circular por toda Europa y los libros que recogían sus batallas, leyendas y torturas se convirtieron en auténticos “best seller” de la época, sobre todo en los reinos alemanes e italianos. En Rumanía era un héroe popular. Todos querían saber qué crueldades había cometido contra los otomanos, enemigo de todos los pueblos europeos, por un lado temiendo su rabia y violencia y por otro celebrándola al cargarla contra un enemigo común.
Sus estratagemas para vencer a un ejército que les superaba en más de 4 a 1 fueron múltiples, de mandar al campo de batalla a niños y mujeres para tener más cuerpos con los que detener el avance enemigo hasta envenenar pozos que pudieran usar los otomanos, pasando por desplegar enfermos de peste a las líneas enemigas. Aunque si por algún motivo se convirtió en leyenda fue por matar a más de 20.000 otomanos en avanzadilla y recibir al ejército del sultán con un bosque de cadáveres impalados que aterrorizó a los turcos. ¿Quién podía ser capaz de algo así?
La victoria fue celebrada y Vlad convertido un héroe de la región rumana, pero justo después de su gran victoria fue capturado por las tropas húngaras y hecho prisionero en el Castillo de Hunyard, también conocido como el castillo Corvino, nombre del hijo de Juan Hunyard. ¿Qué pasó durante esos trece años que vivió encerrado en el castillo? Poco se sabe, pero a día de hoy todavía se oyen voces de ultratumba entre sus paredes. Algunos dicen que es el propio Vlad, que ansía escapar de su encierro. Otros, que son los grito de horror y sufrimiento de sus víctimas.
El caso es que Vlad fue liberado sólo para morir meses después a manos de los otomanos. Sus enemigos le capturaron y la leyenda dice que lo descuartizaron en 43 pedazos, repartiéndolos por diferentes lugares para que nunca pudiese volver a la vida. La ironía es que con los años se convertiría en epítome de no muerto y figura de cuerpo eterno. Vlad volvía a derrotar a los otomanos después de muerto.
Situado en las montañas Calimani, en Transilvania, en lo que es la actual frontera con Moldavia, hoy es una gran atracción turística, y lo más cerca que existe a una “casa de Drácula”. Entre los fantasmas que dicen que asolan el castillo están los de tres prisioneros turcos a los que se les prometió la libertad si cavaban un pozo y encontraban agua. Después de quince años de fatigoso trabajo, los tres prisioneros encontraron agua, pero cuando reclamaron su libertad lo único que consiguieron fue una cruel burla. Se dice que Hasan, uno de los torturados soldados otomanos, escribió bajo la piedra, “ahora tenéis agua, pero no tenéis alma”. Una nueva demostración que toda casa encantada comienza con un cruel confinamiento.
De estilo gótico renacentista, lo cierto es que este inusual castillo despierta todos los anhelos de lo paranormal. Quizá la figura del vampiro sólo es la del fantasma que ansía un cuerpo con el que volver a conquistar el mundo. Junto a la Winchester Mistery House, es, desde luego, de las edificaciones más espeluznantes que se hayan construido nunca. El mito de Drácula sediento de sangre es en realidad el del fantasma sediento de cuerpo para seguir su vida de venganza, muerte y conquista, el triángulo del mal.
Por Walter Omar Buffarini / Entrevistas: Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca)//
A casi cincuenta días de decretado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio para hacer frente a la pandemia de coronavirus en la Argentina, muchos son los efectos colaterales de una medida que apuntó fundamentalmente, y hasta el momento con buenos resultados, a cuidar la salud de cada uno de los habitantes.
Entre esas consecuencias no deseadas se cuentan los daños en prácticamente la totalidad de la actividad productiva, realidad a la que la industria del libro tampoco ha podido escapar.
Para entender un poco más acerca de este inesperado momento y cómo pararse frente a él, ContArte Cultura consultó a representantes de algunas de las más importantes librerías de la ciudad de La Plata, quienes contaron sus experiencias y se animaron a delinear el futuro inmediato.
Respecto de las consecuencias inmediatas tras decretado el aislamiento, los libreros coincidieron en que la caída de las ventas fue total, habiendo podido mitigarlo mínimamente con la autorización de la venta online.
En ese sentido, Ana Borean, de City Bell Libros, manifestó que “las ventas han caído abruptamente y el método online con envío incrementó costos y dificultó la comercialización”.
Por su parte, desde Rayuela Libros Guadalupe explicó: “La primera consecuencia fue la librería cerrada”. Asimismo, detalló que ante esto sus primeras actividades fueron “arreglar las bases de datos desde casa y generar contenido para las redes sociales”.
Un tanto más preocupado Eduardo, desde la librería Atenea, aseguró estar “sin posibilidad de ninguna venta durante 30 días, con facturación cero”.
Jorge García, uno de los propietarios de La Normal Libros, explicó que “inicialmente se rompió la cadena de pagos, lo que nos produce un retraso importante con nuestros proveedores, servicios y demás. Un perjuicio muy grande a largo plazo, ya que lo que no se vendió en su tiempo no se recupera”.
Ampliando en ese aspecto, García afirmó necesitar de “un lapso de trabajo de un año para volver a estar al día. Si antes veníamos con carga impositiva muy alta más los gastos que prácticamente no nos dejaba margen, esto nos hace muy difícil afrontar deudas y más a futuro”.
Nuevas estrategias
Ante este panorama, los libreros pusieron en marcha diversas y variadas medidas para sostener su comercio, entre las que se destacan los descuentos y las entregas a domicilio, como así también las ventas a futuro.
“En Rayuela hicimos tarjetas de regalo para pasada la cuarentena y algunas ventas telefónicas con descuentos especiales y a través de nuestra página web”, afirmó Guadalupe, quien aseguró que “no es una tarea sencilla”.
En City Bell Libros la modalidad optada fue “tomar pedidos por Whatsapp (221 5897352), responder así consultas de todo tipo y coordinar entregas en La Plata y toda las Zona Norte que abarca, City Bell, Gonnet, Villa Elisa, Arturo Segui, Los Porteños, Ringuelet y Gorina, entre otras zonas”.
“Nosotros tuvimos la suerte de que teníamos ya preparado todo nuestro sistema a través de la web para ventas electrónicas con entregas y solo tuvimos que hacer un par de ajustes”, sintetizó García, ampliando que “en La Normal entregábamos por Glovo, pero esa modalidad ya no fue aceptada por la Municipalidad y debimos cambiar el método de envío, que implica un costo extra tanto para el cliente como para nosotros”.
Agradecidos a los lectores
Si bien todos destacan que no pueden compararse las ventas en librería con aquellas que se hacen por envío, los resultados no han sido tan malos.
“Gracias a nuestros fieles clientes, nos encontramos con una gran demanda de pedidos, la que tratamos de responder en tiempo y forma. La gente está urgida de leer o necesitan los libros escolares para hacer las tareas. Tratamos de adaptarnos a esta situación lo más rápido posible y de la mejor manera” afirmó Borean.
Jorge García remarcó que en La Normal tuvieron “muy buena aceptación de los clientes al delivery”, y que “mucha gente nos agradece por hacerles más amena la cuarentena. Un libro es algo fundamental para estos momentos.
En Atenea contaron su experiencia destacando que “la venta electrónica, sea como fuera, es fácil para vender Sacheri, Allende o cualquier otro bestseller, pero es muy difícil para una librería especializada como la nuestra”. De igual modo explicaron que “al no tener página web hacemos las ventas por Facebook, Instagram o correo electrónico, lo que es un poco complicado o engorroso, pero que poco a poco vamos mejorando”.
Desde Rayuela explicaron que la nueva experiencia que les toca vivir es “caótica”, pero a la vez “cargada de emoción y ansiedad”. Del mismo modo se saben “unos privilegiados”, ya que “poder estar trabajando es una suerte”.
Aunque también reconocen inconvenientes: “Como toda forma nueva de trabajo, recién ahora nos vamos organizando. Siempre tenemos activas nuestras redes sociales y a principio de año lanzamos nuestra página web, así que podríamos decir que estábamos preparados”.
Por la vuelta a la normalidad
Finalmente, en relación a lo que los libreros creen necesario para contener su actividad, principalmente figura la necesidad de poder volver a tener gente en sus locales.
“Somos una librería de público presencial en el local”, insiste Eduardo de Atenea, entendiendo que “las opciones para nosotros como para otros comercios similares son implementar horario reducido o, como está sucediendo en otros lugares, salidas reducidas del público según la terminación del documento”.
En el mismo sentido opinó Jorge García: “Lamentablemente vemos un panorama sombrío. Nuestra librería en particular es más un paseo para nuestros clientes. Aquí pueden mirar, hojear, elegir, es una experiencia que ninguna web puede dar. Tener que decirle a un cliente que quiere venir a buscar un libro que no puede, que no podemos atenderlo en la librería, es un puñal para nosotros”.
“Agradecemos que nos hayan tenido en cuenta dentro de las medidas que nos permiten poder vender algo, pero lamentablemente de esta manera sólo podemos cubrir los costos y no mucho más. Entendemos la situación de la pandemia y estamos alineados con la cuarentena, pero sin clientes dentro del local, viendo los libros, asistiendo a las presentaciones de los autores, intercambiando opiniones con el librero, no veo que se pueda mejorar”, aseguraron desde City Bell Libros.
Y en esa mirada hacia adelante, desde Rayuela afirman: “¡Vemos más gente leyendo!” y se atreven a asegurar que “las condiciones cambiarán”.
“Pensábamos transcurrir todo el 2020 cumpliendo nuestros 29 años y festejando los 30 por llegar, pero si bien no vamos a poder llenar la librería de niñas y niños, autores y lectores, ya veremos que vuelta le encontramos. La cosas van a estar difíciles para todos, pero la lectura siempre es un buen refugio”.
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