

Artes Plásticas
Cin Wololo: “El disfrute está en poder compartir y en el ida y vuelta que se genera con las palabras”
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
Es un grito. La poesía despierta las voces dormidas. Es el sonido que corre, el río que avanza entre las piedras, salta. Precipitan las palabras, son de agua, gotas, adentro.
Es un murmullo, una caricia sobre el papel, más allá del papel, en todas las orillas. Viento, alas de pájaros en vuelo, un viaje, muchos viajes. Después. Hacia el centro de una flor, fecundación. Frutos. Semillas dispersas en el vuelo. La palabra germinada.
Cin Wololo es una artista integral, sus ilustraciones germinan sobre las palabras, las palabras se expanden, son tallos, son hojas. Son flores y frutos. Fecundan mundos en los ojos que las miran, en las manos que leen y aprehenden su paisaje.
Contarte Cultura charló con ella para conocer su universo creativo y compartir sus obras.

—En toda conversación hay un intercambio, un movimiento de palabras, de gestos y de silencios que construyen y dan forma al lenguaje. Para comenzar esta charla y poniendo en movimiento las primeras palabras, te proponemos un juego de presentación. Vamos a dejar en tus manos una caja de lápices de colores, cada lápiz es una semilla y de su boca, de su centro, brotan imágenes que te definen. ¿Cuáles son las primeras que se te aparecen y qué nos pueden contar de vos?
—Si mi vida fueran dibujos con lápices de colores, sin lugar a dudas todos los rincones estarían repletos de flores. Amo a las flores y lo que representan, las semillas, los brotes, el sembrar y cosechar, la espera, la sorpresa. Si de mis lápices salieran imágenes que hablen de lo que para mí es la vida, mi vida y la del resto de las personas, es eso: jardines, todos distintos y hermosos a su manera, cada jardín y el alma que lo sostiene y lo cuida.
—Si siguiéramos hacia atrás las líneas trazadas por esos lápices, en donde los trazos son huellas en tu camino como ilustradora, ¿a qué lugar llegaríamos para encontrar el comienzo del lápiz que dibuja tu mundo de artista?
—Dibujo desde muy chica, pero canciones no, eso se despertó en el 2015 en un momento personal muy difícil que estaba viviendo y dibujar las canciones que escuchaba eran mi cable a tierra. Yo venía de una carrera de Bellas Artes pero pintaba otras cosas, esto fue algo que surgió de casualidad y que una amiga me animó a subir a la red, ahí nació la página Canciones Ilustradas.
—¿En qué momento sentiste que la palabra escrita también te permitía dibujar las historias y vivencias de cada día?
—Siempre compartí escritos de personas que admiraba o con las que me sentía identificada, pero algunas veces me nacía escribir algo mío para acompañar un dibujo, de cara dura nada más. No soy escritora, solo comparto las cosas que siento, es otro puente que encontré para comunicar lo que sentía, y en ese ida y vuelta de encontrar personas que se sentían igual, fue lo que me incentivó a hacerlo cada vez más seguido, porque para mí el disfrute está justamente en eso, en poder compartir y en el ida y vuelta que se genera con las palabras.
—Y si hablamos de esa síntesis de palabras e imágenes que encierran emociones no podemos dejar de mencionar a la música. ¿De qué manera se integran en tus creaciones la poesía, los dibujos y, precisamente, la música?
—La música para mí es indispensable. No paso un día sin escuchar canciones, temas que han marcado mi vida, historias de amor, recuerdos de la adolescencia, letras que nos llevan a un lugar o un momento, canciones que tienen nombre, y para mí todo se integra. A veces una canción lleva a un dibujo, o un dibujo que surgió me recuerda a una canción, y esa poesía que está presente en cada letra o escritos que hablan de canciones. Creo que todo es un camino al mismo lugar, poder sacar por medio del arte todo lo que sentimos.
—Justamente, muchas canciones fueron y son disparadores de tus dibujos. ¿Cómo lográs “atrapar” o completar el sentido de las letras o de las melodías entre tus líneas dibujadas?
—Me gusta dibujar las canciones de dos maneras: ilustrando alguna parte de la letra que más me gusta, o simplemente dejándome llevar por la música aunque el dibujo no esté relacionado en sí con la canción. La segunda manera, en general, es la que más me gusta, me conecto de otra manera con esa canción.
—Si pudieras elegir una imagen o palabra que represente la esencia de cada uno de tus libros, ¿cuál sería en cada caso?



- Loca, cósmica y otros viajes: frenesí.
- Orillas: calma.
- Estrellada: recuerdos.
- 23 Razones: amor.
—”23 razones” (Sudestada) es un libro nacido durante la pandemia que acaba de publicarse en papel. ¿Qué van a encontrar los lectores entre sus páginas?
—23 Razones surgió en PDF gratuito en pandemia con 50 poemas a los que se le fueron sumando relatos cortos y más escritos; es, justamente, un libro de 192 páginas que tiene una mezcla de poesía, relatos y frases de las cuales muchas fui compartiendo en las redes en este tiempo.
—¿En qué proyectos estás trabajando para el próximo año?
—Para el año que viene estoy en un proyecto, con un amigo, sobre historias cruzadas. También escribiendo Mandarinas para Ulises, un libro con relatos para mi hijo, y con algunos proyectos de canciones y audiolibros.

—Para terminar, y volviendo a nuestra caja de lápices del comienzo, te invitamos a dejar un deseo escrito o dibujado.
—Me gustaría desear tantas cosas, pero para mí lo más lindo que se le puede desear a alguien es que siempre pueda hacer lo que sienta con el corazón, ser quienes somos sin tener que esconder nada, y que tengamos la fortuna de cruzarnos con personas que nos quieran justamente por eso. Creo que es lo más lindo que le puedo desear a alguien, que pueda ser quien en verdad es y que esa sea, justamente, su magia.

Artes Plásticas
Inaugura la muestra “Ciclos Silinciosos” en la Casa del Bicentenario

La exhibición “CAROLINA PASTORIZA HAUSMANN. Ciclos Silenciosos”, inaugurará el próximo viernes 18 de julio a las 18 en la Casa Nacional del Bicentenario, en calle Riobamba al 985 del barrio de Recoleta, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Según adelanta la promoción, se trata de un “memorable encuentro entre el arte, la armonía y la contemplación”.
La apertura la muestra contará con la presencia de la artista, música en vivo junto a Justina Lucas y Joaquín Lucas.
“‘Ciclos Silenciosos’ nos recuerda que en la quietud de la naturaleza, el espíritu encuentra el ritmo que había olvidado y también nuevos senderos por recorrer”, cierra la invitación al evento.
(Fuente: ZINK industrias creativas)
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“Fragmentar la Obsolescencia, Primavera Silente”, en el museo MAR

La exposición “Fragmentar la Obsolescencia, Primavera Silente”, una muestra colectiva que forma parte de la programación del décimo aniversario de Bienalsur, se inaugura este sábado a las 15 en el Museo Provincial de Arte Contemporáneo MAR, en Mar del Plata.
Curada por Clarisa Appendino, la propuesta reúne obras de los artistas Florencia Levy (Argentina), Alejandra Delgado (Bolivia), Martín Marro (Argentina), Raúl Sebastián Silva Cuevas (Perú) y Gary Vera (Ecuador).
La exposición explora la noción moderna de progreso tecnológico y propone fisuras en esa narrativa, habilitando nuevas formas de pensar la materia, el tiempo y la durabilidad de las cosas. Inspirada en el emblemático libro “Silent Spring” (1962) de la científica Rachel Carson, que alertó sobre el impacto de los pesticidas en los ecosistemas y predijo un futuro sin cantos de aves, la muestra reflexiona sobre un presente donde esa “primavera silente” ya se manifiesta.
Las obras interrogan la relación entre extinción y obsolescencia, planteando si la desaparición de ciertas formas de vida implica también la obsolescencia de tecnologías y miradas. En este sentido, se articulan tres dimensiones: la tecnológica, con objetos en desuso y desarrollos científicos actuales; la ecológica, que expone el descarte de recursos naturales; y la simbólica, que revela fracturas en las maneras de percibir y representar la naturaleza.
“Fragmentar la Obsolescencia, Primavera Silente” invita a preguntarse qué sonidos, materiales y saberes desaparecen y cuáles persisten, cuando se extingue la vida que les daba contexto.
La exposición, con entrada libre y gratuita, se presenta en el MAR (avenida Félix U. Camet y López de Gomara, Mar del Plata) y se enmarca en Bienalsur, la bienal internacional de arte contemporáneo nacida en Sudamérica, que celebra diez años fomentando el arte sin fronteras, con una perspectiva inclusiva y colaborativa.
Artes Plásticas
Continúa en Rosario la muestra “Relieves”, del artista José Luis Maccari

El Museo Castagnino de Rosario alberga, hasta el 20 de julio, la muestra “Relieves” del artista José Luis Maccari (1928–2023), una propuesta que invita a redescubrir la geometría como medio de exploración estética, espiritual y conceptual. Se trata de una serie de estructuras monocromáticas realizadas desde fines de los años 60 hasta la década del 80, que el artista concibió como un ejercicio riguroso y sensible de forma, luz y materia.
La exposición ofrece una mirada integral sobre una faceta menos conocida pero profundamente refinada de Maccari, quien, además de destacarse como pintor y docente, desarrolló a lo largo de su carrera una obra plástica silenciosa y poética, alejada de los estruendos figurativos o narrativos, y centrada en la investigación de los planos, los relieves y la materialidad.
Desde los albores de la civilización occidental, la geometría ha sido entendida como una vía para acceder al orden del mundo y a la verdad. En ese mismo sentido, Maccari se sumó desde su singularidad a una larga tradición de artistas que encontraron en la pureza formal una herramienta expresiva de gran potencia. Así, sus relieves blancos, de apariencia minimalista, dialogan tanto con los ideales renacentistas de proporción y armonía como con las búsquedas metafísicas del arte moderno.
El propio Maccari lo expresó con claridad: “Quise siempre que fueran blancos porque la lección del material conlleva la aparición de la forma… evitando siempre el exceso de sentimentalismo, ya que el blanco se asienta como potencialidad expresiva”. Trabajando con cartón finlandés, su proceso implicaba una cuidadosa superposición de planos, donde cada línea, corte o espesor era calculado y ejecutado con precisión.
En una carta de 1968, el crítico Julio Payró elogió sus relieves señalando que en ellos coexistían la espiritualidad egipcia, el idealismo griego y la sensibilidad contemporánea. Esa fusión atemporal es evidente en obras como “Mit sein”, donde la geometría no es mera construcción formal, sino una vía de elevación, una meditación visual.
Estas composiciones alejadas de la figuración tradicional, encuentran su potencia en la sutileza de las sombras, los reflejos y los vacíos, que invitan al espectador a una contemplación activa, casi meditativa. La serie Relieves no busca narrar, sino evocar, provocar una experiencia íntima de percepción, donde lo esencial se revela en lo simple.
Nacido en Buenos Aires en 1928, José Luis Maccari tuvo una formación artística diversa y rica. Vinculado al grupo de artistas de La Boca, compartió exposiciones con figuras como Fortunato Lacámera, Miguel Diomede y Miguel Carlos Victorica. Si bien sus primeras obras fueron figurativas como “Rincón bernalense” (1952), que integra la colección del Castagnino, a partir de los años 60 inició una profunda investigación sobre el lenguaje abstracto, los materiales y la geometría, que daría origen a las piezas que hoy integran esta muestra.
Además de sus obras en cartón, en décadas posteriores experimentó con maderas, pigmentos y herramientas de corte, desarrollando lo que él mismo denominó “constructivismo disruptivo”, una etapa donde el gesto y la materia ganaron protagonismo.
A lo largo de su trayectoria, Maccari participó de exposiciones en Argentina, Venezuela e Inglaterra. Fue parte del movimiento de arte no figurativo y recibió importantes distinciones, como el J. H. Loudon Shell International Prize. Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas en el país y el exterior.
En definitiva, la exposición “Relieves” no solo permite reencontrarse con un artista de notable sensibilidad y rigor técnico, sino también con una propuesta estética que invita a ver en el blanco la plenitud de todos los matices, y en la geometría, una forma de poesía visual.
(Fuente: Algoencomun)
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