

Literatura
Cumple 90 años la escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska
La novelista, cuentista y cronista Elena Poniatowska, quien nació en París en 1932, pero llegó a México cuando tenía 10 años para finalmente convertirse en una de las voces más potentes y vivaces de la narrativa latinoamericana, cumple este jueves 90 años y el país azteca lo celebra con un homenaje público.
“Ha sido difícil llegar a los 90 años, son demasiados. A esta edad ya tienes que fijarte por dónde caminas, porque, si no, azotas. Ya no quiero viajar. Lo único que se me antoja es hacer un viaje hacia mi interior, para poder escribir otro libro, uno más personal, pues siempre me he ocupado de los demás, y ver crecer a mis nietos”, contó hace unos días durante una entrevista con Excélsior.
La noche del jueves, el Gobierno mexicano la celebrará en el Palacio de Bellas Artes con el homenaje “Elenísima 90 años”, pero antes tuvo otros festejos: uno en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante el Día Internacional del Libro y otro hace diez días, con vivas y mariachis, en la Universidad Autónoma Metropolitana.
Ganadora del Premio Cervantes en 2013 y autora de obras que potencian el testimonio para contar las injusticias, los silencios y las luchas de una época como “Lilus Kikus”, “Las soldaderas” o “Hasta no verte Jesús”, acepta la identidad mestiza de su oficio. “Me defino como escritora pero como me inicié muy joven en el periodismo, siempre es mi oficio en primer lugar. Sin embargo, el mismo año que se publicó mi primera entrevista, se publicó una novela que inició una colección que se llamó ‘Los presentes’ y ahí se publicó ‘Lilus Kikus'”, contó el año pasado durante una entrevista con la agencia de noticias Télam.
Como periodista, escribió crónicas de los sucesos que sacudieron al país, como la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968, el terremoto de 1985 en la Ciudad de México y el conflicto indígena armado de Chiapas en 1994; y recreó la vida de mujeres ícono del siglo XX, como la fotógrafa Tina Modotti, la soldadera Jesusa Palancares, la pintora Leonora Carrington.
“Me interesa mucho más explorar la manera de ser de los demás y sus vidas que la propia. Puedo escribir sobre mis estados de alma, como lo hacen muchos, pero yo llegué a los 10 años a México y mi afán por conocer tanto a mi país y a sus habitantes me llevó a hacer siempre muchísimas preguntas”, contó, en ese marco, sobre su estilo literario.
Hélene Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska -su nombre real- nació en París en 1932. De esa serie encadenada de nombres quedó “Elena“. Hija del matrimonio entre la aristócrata mexicana Paula Amor y el príncipe Jean E. Poniatowski, descendiente directo del último rey de Polonia.
La guerra separó a la familia: su padre partió a pelear contra nazis y franquistas y envió a su mujer e hijas –Kitzia y Elena– a México, donde la hoy creadora de más de cuarenta libros llegó a los 10 años. Ahí aprendió español en el barrio, inglés en el colegio y mucho después adoptó definitivamente la nacionalidad mexicana.

Literatura
Exposición sobre Gabriel García Márquez en el Palacio Presidencial de Colombia

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, inauguró este martes en el Palacio Presidencial de Bogotá la exposición “Gabo vive en la Casa de Nariño”, como un homenaje a Gabriel García Márquez, a quien definió como “el colombiano más universal”.
“Porque indudablemente el hombre más universal de Colombia se llama Gabriel García Márquez”, dijo el presidente en la inauguración de la muestra con la que los visitantes del palacio presidencial “podrán sentir en todos los rincones la presencia del autor de ‘Cien años de soledad'”.
La exposición incluye fotografías del escritor en diferentes momentos de su vida, afiches y objetos relacionados con su vida y obra, como una estatua de cera del Nobel y fotos del escenario donde se grabó la serie de Netflix “Cien años de Soledad”, entre otras.
“García Márquez es nuestra alma porque muestra lo que somos. Nos matamos entre sí, pero también amamos. Amamos a profundidad y nos vengamos. Y la venganza es a muerte”, dijo el presidente haciendo un paralelo de la historia con Colombia con la del pueblo de Macondo desgarrado por la guerra civil en “Cien años de soledad”.
Según Petro, el derramamiento de sangre en Colombia desde la época de la Independencia, “García Márquez lo único que hizo fue mostrarlo como los cien años de soledad, como las estirpes condenadas en la tierra (…) sin tener una segunda oportunidad”.
“Su libro finaliza con que no hay una segunda oportunidad, pero nosotros creemos que sí hay una segunda oportunidad y es que está en las mismas líneas que ha escrito Gabriel García Márquez”, añadió.
Muestra en la Biblioteca Nacional
Hace solo una semana fue inaugurada en la Biblioteca Nacional de Colombia la exposición más completa sobre la vida y obra del nobel colombiano, que lleva por título “Todo se sabe: el cuento de la creación de Gabo”.
Esta exposición está compuesta por cerca de 450 objetos entre manuscritos de cuentos, novelas y artículos, cartas personales, dibujos de la infancia y adolescencia, pasaportes, libros, revistas, periódicos, fotos, videos, canciones, trajes, carteles, mapas, cuadros y máquinas de escribir, entre otros.
La mayor parte de los objetos proceden del archivo personal del escritor, adquirido por el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin (EEUU), pero también incluye objetos del acervo de la Biblioteca Nacional y de colecciones de instituciones colombianas y del exterior.
Historias Reflejadas
“Eterna batalla”

Eterna batalla
Enredados en alguna profecía, el bien y el mal libran una eterna batalla y sus voces toman forma para convertirse en leyendas.
De pronto son fantasmas que susurran al oído aquello que se agiganta, se extienden y envuelven con telas de miedo nuestras propias miserias. Dos líneas de vida después, la claridad obliga a seguir andando y marca sus huellas.
Sin embargo, tres pasos más adelante, allí donde una curva nos obliga a detenernos, el mal deviene en monstruosas criaturas que gritan desde adentro, cuestionando nuestra esencia.
Inevitablemente, en la exquisita trama que teje el destino, su innombrable presencia se desvanece ante la luz.
Cada día los espíritus se enfrentan y miden sus fuerzas para dar lugar al equilibrio de las cosas perfectas, donde lo importante emerge de lo distinto y las tinieblas se disipan ante la verdad.
Hay que saber callar para encontrar las palabras justas que definen nuestros contornos y nos identifican.
Es posible descubrir un mundo silencioso en el que las letras se desplazan por debajo de las formas y los encuentros son posibles más allá de lo visible.
Existe un reino en el que las criaturas más elementales se desplazan entre nosotros entregando sus dones y nos rescatan, dónde los dragones se vuelven necesarios para mostrarnos una y otra vez el misterio de una sombra que más tarde ilumina.
Existe un reino en el que la poesía se convierte en tesoro para dar lugar a la magia, que nos acuna y sostiene en la interminable lucha entre el bien y el mal.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia: “Algo más que un tesoro”, de Franco Vaccarini; “Saga del último reino”, de Leo Batic; “Tiempo de dragones, la profecía imperfecta”, de Liliana Bodoc; y “Un mago de Terramar, historias de terramar”, de Úrsula Le Guin
Textos para escuchar
Aplastamiento de las gotas – Julio Cortazar

Julio Cortazar lle su texto Aplastamiento de las gotas
Yo no sé, mirá, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae.
Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse.
Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Debes iniciar sesión para publicar un comentario. Acceso