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Textos para escuchar

Dolores Cacuango – Emilia Zavaleta

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Emilia Zavaleta lee Dolores Cacuango, historia relatada dentro del ciclo Sendas Mulanas.


El refugio, el aire que golpea mis mejillas, la inmensidad de las montañas. La tierra, tierra adentro, mis manos que dibujan el polvo y acarician el verde del terciopelo en el llano. El valle, el río, mis pies en el agua. Los elementos que me vieron nacer. Que me dieron la vida. El fuego, la tierra, el agua y el aire.

El Inti sol y la Pachamama. La complementariedad. La armonía.

Andina, por naturaleza, por el viento, por las estrellas que marcan mi camino. Por mi cosmovisión, que es la misma que la tuya.

Semillas que germinan por mi propia fecundación, la del corazón. Por la incansable energía de mi sangre que nutre la tierra donde crecen los árboles, las plantas. Para darme alimento y continuar el camino, en constante movimiento. Ese camino que nunca termina, que arrastra la sabiduría del alma. Y yo soy su vehículo para recuperar su calma. La ecuación perfecta entre el ocaso y el alba.

El sonido del Cotopaxi que despierta y se encierra en un minúsculo hueco del cuerpo. Allí guarda su más profundo sentimiento y lo comunica al Cayambe.

Porque yo he de morir, como el resto de mi pueblo. Pero la prolongación de la unión descansa en la permanencia de este suelo.

Dolores Cacuango, conocida como Mama Dulu, fue una lideresa indígena que vivió y murió en los páramos de Cayambe, Ecuador (cerca del volcán). Nació en 1881 y se la recuerda por las valientes luchas que emprendió, junto a otros líderes de la zona, por el pago de un salario para los indígenas, por el derecho a la propiedad de la tierra, por el acceso a la educación, por el respeto a las mujeres indígenas. Este año se cumplen 50 años desde que su vida se apagó, pero el recuerdo de sus palabras, de sus luchas, y su fiel representación de la Pachamama, aún permanecen en la comunidad.

“Nosotros somos como los granos de quinua: si estamos solos, el viento lleva lejos; pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento. Bamboleará, pero no nos hará caer”.

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1 comentario

1 comentario

  1. Analía Viloria

    05/05/2021 a 03:05

    De impresionante belleza todo el trabajo de Emilia Zavaleta y su espacio @sermulanas! La sensibilidad y calidez con la que logra acercar culturas, personas, sentimientos! MIL GRACIASSS! Por mucho más camino compartido!!

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Literatura

Paréntesis – Andrea Viveca Sanz

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La escritora Andrea Viveca Sanz lee su texto “Paréntesis”.


Son tres líneas de puntos en suspenso. En ese paréntesis de la vereda el tiempo se alarga. Desde adentro del banco alguien espía. Toma nota de la longitud de las filas, ordena. Hace calor y la humedad impregna los cuerpos y las cosas. Poco a poco, ante una señal imperceptible nos movemos. Avanzamos en espera, balanceándonos entre palabras que van y vienen, como si fueran vientos que rompen el espacio. Por momentos, también retrocedemos obligados por las circunstancias. Una señora vestida de rojo arrastra el carrito de compras. Mira el reloj antes de atravesar la línea de puntos que nos contiene, parece apurada. La recta se parte en dos, da espacio a la mujer que acelera sus pasos para seguir su propia recta. Nos juntamos otra vez. El orificio de paso se cierra. Los sonidos de la calle se mezclan con el murmullo de la gente. Los pájaros huyen de los ladridos del perro que descansa a un costado de los puntos suspensivos, al borde de las voces. De pronto sucede un silencio breve, el chico en silla de ruedas pide ayuda para entrar al cajero. Otra fila se desarma, hace lugar al chico y a la silla, el señor de remera azul lo acompaña. En la puerta el policía llama al que sigue. Nadie sabe por qué sigue el que sigue. Supuestamente tiene turno. El tiempo se estira. Somos puntos quietos. La sombra del árbol nos cobija. En lo alto las hojas se mueven apenas como si acompañaran el ritmo de la espera. Avanzamos sobre las baldosas, apenas unos pasos cada media hora. Detrás de nosotros un señor se queja de la lentitud. Por la calle circulan autos, micros y motos. Son arrastrados por las obligaciones y las rutinas. Un gorrión da vueltas alrededor de nuestras cabezas, como una premonición. Minutos antes de que el sistema se caiga.

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Literatura

Poema de Natalia Camodeca

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Lectura de poema por la escritora Natalia Camodeca.


La polilla se detiene bajo el rayo de sol;
hay belleza en la sutileza de sus alas.
Permanece quieta.
Son las motas de polvo y las hojas del naranjo
las que se mueven a su alrededor.
La polilla, al alcance de mi mano,
no se va a mover.
Por una vez tengo la clave del universo.
La polilla no se va a mover
hasta que el rayo no lo haga.
Está en ese lugar,
suspendida
por el mecanismo del sol
y no le importa que esos minutos,
ese cuarto de vida,
se le vaya sin aletear.


Sobre Natalia Camodeca

Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1987) y es la menor de seis hermanos. Pasó mucho tiempo en el campo porque su padre es productor agropecuario.
Es Licenciada en Letras por la Universidad del Salvador y correctora de textos. En los últimos años trabaja como traductora de textos médicos.
Desde 2019 vive en las afueras de Barcelona con su perra.
Lleva toda la vida escribiendo prosa. Tiene cuentos publicados en “Gramma”, revista literaria en la que participó durante unos años, y en “Valinor”, revista de cuentos fantásticos.
En 2021 comenzó su recorrido en el mundo de la poesía y en 2022 publicó “Entre humana y animal”, con la editorial Cuadranta.
Promueve sus textos y actividades desde su IG: @natuki87.

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Literatura

Detrás de la ambigüedad – Pablo Capria

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El escritor Pablo Capria lee su poema Detrás de la ambigüedad.


Detrás de la ambigüedad

Deformé las formas
certificando la madurez de una poesía
que flota aún dentro de un azar
tan certero que despierta
de la larga siesta al fauno.

Pertenecientes
a láminas de palabras en silencio
te escucho
a través de mis manos,
te siento
como una polilla de verano
entre las orquídeas blancas
y te respiro
como una revolución.

Ya entregué mis armas de tinta
al sueño placebo
de sucumbir a mis pies
y no hay lógica fluctuante
en los momentos álgidos
donde olvidé existir.


Sobre Pablo Capria

Nació en Buenos Aires, Argentina. Estudió Licenciatura en Letras e Imágen y Sonido. Es admirador de las obras de Alejandra Pizarnik y Ernesto Sabato.
Integrante del espacio cultural Culturama, su poesía es una búsqueda constante por encontrar su propia voz y a la vez la de no perder su libertad creativa entre vuelos introspectivos, imágenes y surrealismo.
(IG @bonzo2078)

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Propietaria/Directora: Andrea Viveca Sanz
Domicilio Legal: 135 nº 1472 Dto 2, La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA Nº 2022-106152549
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