Literatura
En su atípica y virtual edición 2020, la Feria de Editores cerró con balance positivo
Con una versión atípica y virtual, la Feria de Editores (FED) culminó el domingo una edición distinta pero exitosa porque registró en su página web más de 28.000 visitas de lectores que recorrieron las propuestas editoriales, y durante tres días pobló las redes sociales con vivos de autores, editores, lecturas y charlas grabadas, que mantuvieron el espíritu del proyecto: “Mantener el contacto directo con las lectoras y los lectores, encontrarnos, charlar de libros y de literatura”, según sostuvo Víctor Malumián, uno de sus organizadores.
Malumián, también editor de Godot, contó consultado por la agencia de noticias Telam que “un total de 28.000 lectores recorrieron la página de la FED: durante la feria unas 19.500 personas y 8.600 los días previos” y “lo mismo sucedió con las 15 charlas, con autores y editores, sobre temas del panorama cultural actual” que se pudieron ver -y se pueden seguir viendo- a través del canal de Youtube de la feria.
“Contamos con figuras de la talla de Roger Chartier, Margo Glantz, Nona Fernández, Verónica Gerber, y eso también fue algo que en algún punto facilitó la virtualidad. Además, llegar a todo el país y al exterior con esas charlas, que superaron las 18.000 visualizaciones en su conjunto”, detalló.
Esta edición pandémica contó con la participación de 160 editoriales y como novedad para dar respuesta a la crisis que aceleró la emergencia sanitaria sumó casi 80 librerías de la Ciudad de Buenos Aires y 120 de otras provincias. La decisión tuvo que ver con que “una de nuestras intenciones fundamentales fue dar a conocer al público el nutrido entramado de librerías que todo el año trabajan para difundir las novedades editoriales”.
“Hay que tener en cuenta que, en el mundo del libro, cada una de las partes que lo conforma depende del trabajo de las otras. En medio de esta pandemia, supimos que la salida debía ser colectiva”, argumentó el editor.
Además de la venta de libros, cada día entre las 13.30 y las 23 hubo charlas con ejes temáticos, presentaciones de libros y entrevistas, como las que realizaron este domingo al historiador francés Roger Chartier, uno de los mayores especialistas sobre la historia del libro, y a la escritora mexicana Margo Glantz con motivo de la publicación de “El texto encuentra un cuerpo”, que fue la actividad encargada de dar cierre a la cita editorial.
Entre las charlas más vistas estuvieron la del escritor Martín Kohan y el investigador Alejandro Galliano, que reflexionaron sobre las ideas de izquierda (antes de la pandemia y después), la utopía y los modelos sociales y políticos en clave de pasado, presente y futuro; y la que mantuvieron al cierre de la primera jornada Luisa Valenzuela y Carlos Chernov sobre la relación entre la libertad y la responsabilidad en el vínculo con la palabra, la posibilidad de concentrarse en la escritura y la forma de habitar la cotidianidad en pandemia.
Otros de los videos con más reproducciones fueron “Memoria y lenguas de exilio”, donde se conversó sobre las representaciones literarias del exilio, de la memoria y de las lenguas que lo constituyen; la charla que tuvieron la periodista Hinde Pomeraniec y el editor Luis Chitarroni; o el taller “Cómo pensar un rediseño editorial sin entrar en pánico” a cargo de Ezequiel Cafaro.
Como el año pasado que hubo un debate sobre “La lengua en disputa” con Beatriz Sarlo y Santiago Kalinowski -devenida en libro y con más de 15.000 reproducciones desde entonces- esta edición la FED se propuso continuar el debate con el mismo lingüista y Karina Galperin.
Y además del canal propio de la FED, editoriales y librerías tuvieron sus propias agendas y llenaron Instagram y Facebook con vivos en tiempo real: Eterna Cadencia conversó con Gabriela Cabezón Cámara, editorial Mil Gotas abordó la cuestión de la traducción entre dos idiomas -el chino y el español; y Rosa Iceberg recordó a Rosario Bléfari con un streaming a cargo de Tamara Tenenbaum y Marina Yuszczuk, entre muchos otros.
Como destacó Malumián, “en las redes sociales hubo cientos de vivos con autores, editores, lectoras y lectoras conversando, opinando, viviendo la feria de manera diferente a la que está acostumbrada, pero siempre acompañando y eso es lo que nos alegra y nos entusiasma y nos hace estar felices por el balance”.
De hecho, a pocos minutos del cierre, la editorial Marea anunció que más de 5.000 lectores y lectoras pasaron por su stand virtual: “Estuvimos tres días acompañados por libros, autores queridos y, principalmente, todo el cariño de ustedes. Gracias por acompañarnos en esta Feria de Editores 2020 y darnos todo su apoyo virtual”.
Textos para escuchar
La Botella – Gabriela Romero
Gabriela Romero lee su cuento La Botella.
Créame que todavía hoy, ni estando en este lugar, puedo definir si lo que pasó aquella noche fue una maldición o si estaba predeterminado. Lo cierto es que mi cuñado Alfonso hizo una pregunta y el universo se las ingenió para responderle. Todo comenzó el 20 de noviembre de 1991 durante el festejo de los treinta y un años de mi hermana Sonia. Solo estábamos la familia. Los cinco hermanos: cuatro mujeres y un varón. Y nuestras respectivas parejas. Más nuestra madre, que quedó viuda joven. Más los tres hijos de Sonia, la que está allá; los dos de Mercedes, y la única nena que al momento tenía Silvana, la que recién se acercó; más los cuatro hijos de nuestro hermano José Arturo y los dos míos. Además de los padres de Alfonso, el marido de Sonia, estaban sus tres hermanos con las esposas y los seis hijos, resultantes de las tres parejas. En total éramos: 37. Muchísimos. Ya habíamos cenado y los chicos corrían por el jardín mientras los adultos conversábamos, algunos dentro del quincho y otros en la galería, o junto al bar que Sonia había armado a un costado de la pileta. Minutos antes de las doce de la noche Alfonso nos llamó para el brindis y nos dijo algo así:
— ¡Gente, vengan a brindar por mi esposa!
Él había ubicado las copas en la barra del bar y nos esperaba con una botella envuelta en una servilleta de tela blanca. Era evidente que alguna broma se traía entre manos porque intentaba ocultar la risa en su mueca ladeada. Lo amenazamos con tirarlo a la pileta si nos bañaba con el champán.
—No soy tan infantil —nos dijo Alfonso y agregó con una voz cavernosa —: ¿¡A ver a quién le toca!?
Entonces hizo presión y el corcho se elevó como un cohete, pero en vez de perderse entre las plantas del jardín o estrellarse lejos en el pasto cayó sobre tres de nosotras. En Sonia, en nuestra cuñada y en mí. Recuerdo nuestro griterío cuando nos golpeó el corcho y la pelea de los nenes por quién se quedaba con ese corcho maldito y también las risas de los otros a causa de nuestros gritos, y de la cara de Alfonso.
— ¿Qué pasó, cuñado? ¿Te salió el tiro por la culata? —le dijo mi hermano José Arturo riéndose.
Todos miramos a Alfonso. No se reía. Mantenía la botella en alto, inmóvil. Sonia caminó hasta él y le quitó la botella de las manos.
— ¡Las Viudas! —gritó—. ¡El champán se llama Las Viudas! —y antes de beber directamente del pico le dijo a su marido—: ¡A tu salud!
— ¡Alfonso, serás el primero en morir! —grité—.
Sí, eso le dije yo. Mi marido se indignó, para él no le es fácil vivir en una familia que tiene humor negro. A Alfonso le bajó la presión. Era de esos tipos que no se aguantan una broma, pero que viven cargando a los demás.
Murió a la semana. El 27 de noviembre de 1991.
Su muerte nos desgarró. Tan imprevista. Y él tan joven. Y tan joven mi hermana y tan chiquitos sus tres hijos. ¿Quién podría creer que se haría realidad lo que sucedió en el cumpleaños de Sonia? Cuando me avisaron creí que era una broma de mal gusto. Decile a Alfonso que se deje de joder, le dije al amigo que me llamó. Y le colgué. El teléfono sonó al instante. Se murió, Malena. Alfonso se murió. Entonces, se me vino a la mente mi sentencia. Serás el primero en morir. ¿Cómo miraría a sus padres?, me pregunté. Aunque después preferí culparlo, al final de cuentas el que había comenzado todo esto había sido él. En su velatorio recordamos lo ocurrido en el cumpleaños de Sonia. Ahora sigo yo, me dijo José Arturo al oído.
Él murió veinte años después, el 15 de julio de 2011.
Qué dolor. Pobre mi madre y mi cuñada y mis cuatro sobrinos. Y hoy estamos acá velando al marido de Mercedes. ¿Usted de dónde conocía a mi cuñado? Sabe, aquella noche mi hermana se encontraba a mi lado, pero a ella el corcho no la tocó. En eso el oráculo falló. Las Viudas. Me pregunto si tal vez aquello que decía mi esposo cuando era un niño, y que mis suegros contaban con tanta gracia, no fue una suerte de amuleto. ¿Un amuleto que lo protege de lo que está escrito o de lo que sucedió a partir de aquella noche? ¿Qué vas a ser cuando seas grande?, le preguntaban mis suegros divertidos con la respuesta que siempre les daba su hijo. Viudo, les respondía él.
Literatura
“Un pez dorado”, nuevo libro de Laura Devetach que ya se encuentra para su descarga
Vera Editorial Cartonera acaba de editar “Un pez dorado”, obra de la escritora Laura Devetach con ilustraciones de Istvansch, que ya se encuentra para su descarga gratuita.

La obra cuenta con palabras preliminares de Laura Roldán, quien destacó: “Haber editado este libro con Vera Cartonera y que haya sido ilustrado por Istvansch, quien dio vida con su arte a las imágenes y personajes del texto, es un sueño cumplido. Gracias por cobijar la semilla que germina cuando necesitamos ver brotar la esperanza”.
Asimismo, Roldán manifestó en el prólogo creer “en el poder de las cosas pequeñas, en el trabajo de las hormigas, en la dulzura de la verbena. Creo en las redes que contienen y sostienen y un proyecto pequeño, en estos momentos difíciles, es un camino de esperanza”.
Su voz se entrelaza con la de Devetach y su versión libre de una leyenda popular en la que se recrea la historia de la primera pesca de un dorado contada por la voz de un anciano “cuentero” del Litoral, quien va desgranando la versión que aquí se relata. Historia en la que se entretejen las voces de los indios abipones y los paisajes del río Paraná.
Esta edición cuenta con una Bitácora de las ilustraciones de “Un pez dorado” que realizó Istvansch para la primera edición de esta leyenda. En este relato escrito por el autor se atisba la configuración de parte de la historia de la producción literaria de libros destinados a las infancias de nuestro país.
Finalmente, los responsables de la obra desearon: “¡Qué disfruten de su lectura! ¡Qué el libro circule como el irupé en nuestros ríos!”.
- LINK PARA ACCEDER Y DESCARGAR EL LIBRO
https://www.fhuc.unl.edu.ar/vera…/portfolio/un-pez-dorado/ - LINK DE VERA CARTONERA Y DEL CATÁLOGO 2025
https://www.fhuc.unl.edu.ar/veracartonera/catalogo/
Historias Reflejadas
“El país de los sueños”

El país de los sueños
Adentro de un bostezo viajaba un sueño largo, muy largo. Tan largo que llegaba al otro lado del mundo. Y más allá, a un lugar donde todo era posible.
Un paisaje de colores cayó entre las pestañas, como un viento cargado de novedades. A un costado, justo a los pies de la cama, o tal vez un poco más acá, había un árbol de páginas abiertas, como si de pronto le hubieran crecido cuadernos. Y a los cuadernos, renglones. Y a los renglones, palabras que colgaban de las ramas y contaban una historia.
De pronto, la historia se precipitó sobre el suelo y fue semilla. A la semilla le nacieron brazos, como hojas. ¡Y raíces!
Fue entre esas raíces donde apareció una lombriz. Iba y venía la lombriz, y enredaba la historia. Y entonces se volvió un ovillo de sueños.
Cuando el barquero despertó pudo ver en su almohada un hombrecito de colores. En sus manos, un pájaro verde llevaba en el pico a una extraña hormiga cantora.
Minutos después, cruzaron a través de la ventana y nadaron por el río de la mañana hacia el país de los sueños.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia homenaje a Laura Devetach, los siguientes libros de la escritora: “El enigma del barquero”, “La hormiga que canta”, “La planta de Bartolo”, “Del otro lado del mundo” y “Lombriz que va, lombriz que viene”
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