

Literatura
Falleció la escritora Liliana Bodoc
La escritora Liliana Bodoc, autora de la trilogía “La saga de los confines”, falleció este martes a los 59 años como consecuencia de un infarto que sufrió a pocas horas de haber regresado de Cuba, donde participó de la Feria del Libro de La Habana.
“Con gran tristeza lamento informar que ha fallecido en el día de hoy nuestra querida escritora Liliana Bodoc. Acompaño en el dolor a familiares y amigos”, informó el secretario de Cultura mendocino, Diego Gareca.
El fallecimiento de la escritora producto de un infarto, generó gran dolor en Mendoza y en todo el mundo de la cultura.
Bodoc había nacido en la provincia de Santa Fe pero se crió en Mendoza donde egresó de la Universidad Nacional de Cuyo e hizo toda su carrera literaria para luego radicarse en San Luis.
Fue una de las escritoras contemporáneas más destacadas, sobre todo luego de la publicación de La Saga de los Confines, integrada por “Los días del Venado” (2000), “Los días de la Sombra” (2002) y “Los días del Fuego” (2004).
También en ese mismo año publicó el libro de cuentos infantiles “Sucedió en colores”. En 2008 publicó la novela “El espejo africano” y en 2009 su obra “Presagio de Carnaval”.
Su última obra publicada es “Elisa. La rosa inesperada”, que cuenta la historia de una joven que emprende un viaje desde su Santa Fe natal hacia Tilcara en busca de nuevos horizontes, sin saber que en el camino se encontrará con maltratos, marginalidad y tristeza mezclados con personajes, mitos y leyendas del norte del país.
En septiembre de 2017, ContArte Cultura tuvo la grata oportunidad de que Liliana Bodoc fuera la primera integrante de la galería de entrevistas exclusivas publicadas en el portal.

Literatura
El maestro del suspense

Por Luis Carranza Torres (*)
Acabo de saber que Frederick Forsyth ha muerto. Aviador, periodista, espía y novelista, su desaparición es también el saber que uno de los autores de mis inicios como lector adulto ya no está.
Fue su agente literario, Jonathan Lloyd, el encargado de dar la noticia, acaecida el lunes 9 de junio de 2025, temprano en la mañana.
Guillermo Schavelzon, uno de los agentes literarios de renombre en el habla hispana dice al respecto de la muerte que “en el caso de los escritores, hay algo que no ayuda a cerrar el duelo y suele complicarlo: un escritor muere, pero su obra perdura, por eso de la obra de un autor se sigue hablando en presente”.
Hijo de Frederick William Forsyth, peletero, y de Phyllis Green, costurera, nació el 25 de agosto de 1938 en Kent, Inglaterra. Forsyth estudió en la Tonbridge School, uno de los colegios privados ingleses más prestigiosos, fundado en 1553 por Andrew Judde, tras recibir la cédula real de Eduardo VI.
Su familia le permitió viajar a Francia y Alemania cuando era niño para aprender idiomas modernos, lo que más tarde le ayudó en su carrera como periodista y escritor.
Tuvo una conexión especial con España desde su juventud. Poco antes de cumplir la mayoría de edad solicitó la beca Knightly para estudiar español en Málaga, aunque impartido en el campus de la Universidad de Granada, durante tres meses. Se hizo llamar “Federico” y vivió con una familia local. A pesar de faltar casi por completo al curso, perfeccionó su español y se sumergió en la cultura del país. En ese tren cultural, desarrolló una fascinación por la tauromaquia, inspirada por autores como Ernest Hemingway y Vicente Blasco Ibáñez. Incluso llegó a entrenar en una escuela de toreo en Málaga, en donde la falta de las particulares condiciones para ser un matador le hizo pronto desistir.
En su vida adulta, pasó temporadas en Mallorca, donde tenía una residencia en el Port d’Andratx. Diversos escritos suyos fueron redactados allí.
Al regresar al Reino Unido de España se alistó en la Real Fuerza Aérea, convirtiéndose en uno de sus pilotos más jóvenes, aun cuando dos años después había vuelto a la vida civil.
Por su habilidad para los idiomas (además del inglés y el español, también hablaba alemán, francés y ruso), decidió ser corresponsal, luego de trabajar en un pequeño periódico. Pasó por París y Berlín con la agencia Reuters; en 1965 fue enviado por la BBC a la guerra de Biafra (Nigeria) y posteriormente trabajó como reportero independiente.
Por esa época, fue cuando inició su relación como espía para el MI6, la agencia de inteligencia exterior inglesa, una relación que se mantendría durante veinte años.
El realismo de sus obras generó especulaciones sobre su posible trabajo para el servicio de inteligencia británico. En 2015, poco antes de la publicación de su autobiografía, “The Outsider: My Life in Intrigue”, Forsyth confirmó tales rumores.
Ambas ocupaciones, la de periodista y la de espía, influirían en sus obras más famosas.
A su primera novela, “El día del Chacal”, la escribió en tan solo 35 días. Fue una obra nacida de su cobertura del intento de asesinato de Charles de Gaulle en 1962, mientras era corresponsal en París. De allí el fresco de la París de la época.
Por ese tiempo, atravesaba dificultades económicas que procuró dejar atrás con la publicación del libro, lo que lo llevó a escribir con gran rapidez y precisión. Fue el inicio de su estilo de evitar la complejidad psicológica de los personajes para ofrecer una trama meticulosa, basada en investigación detallada de los hechos.
Rechazada por varias editoriales, pero cuando finalmente se publicó en 1971, se convirtió en un éxito inmediato. Se trató de una obra que revitalizó y brindó nuevos horizontes al género del espionaje en las letras.
Repitió ese estilo de tramas de periodismo de investigación con apariencia de ficción y esa dura visión moral del mundo en “El expediente Odessa”. Un universo compuesto de depredadores y presas, donde solamente los fuertes sobreviven.
Su siguiente novela, “Los perros de la guerra”, fue originada en su experiencia en África y su contacto con traficantes de armas por su labor de espía le permitieron construir una trama tan realista como dura sobre mercenarios.
Detalles técnicos precisos y escenarios reales, fruto de meses de investigación previa, le permitieron crear historias con un alto nivel de autenticidad que atrapaban a numerosos lectores alrededor del mundo, inscribiéndose su pluma dentro del denominado “tecnosuspense”, también conocido como techno-thriller.
Comparado con sus contemporáneos en el género del espionaje literario, podemos decir que mientras Forsyth se enfocaba en la acción y el detalle técnico, Le Carré profundizaba en la psicología de los personajes y las complejidades morales del rubro. Y si bien compartía con Tom Clancy la precisión técnica de sus historias, no era tan tecnológico como Clancy, quien además tendía al enciclopedismo en sus historias.
A Robert Ludlum podemos caracterizarlo como un Forsyth en versión “pocket”, con tramas aun más rápidas y mucho menos énfasis en la investigación detallada de los tópicos sobre los cuales escribía.
Ken Follett por su parte, tenía un estilo más narrativo y menos anclado a sucesos históricos que Forsyth.
Escribió más de 25 libros, que en vida del autor vendieron más de 75 millones de ejemplares.
“Lamentamos la muerte de uno de los mejores escritores de novelas de suspense del mundo”, declaró su agente literario luego de comunicar la noticia de su deceso. No estaba para nada equivocado.
(*) Abogado y escritor / Especial para Contarte Cultura
Historias Reflejadas
“El Punto”

El punto
Existe un punto en el que confluyen todas las cosas visibles e invisibles. Hay que saber mirar por debajo de su superficie y perderse entre las minúsculas partículas que encierran su verdad.
En el sótano de la existencia se escucha el eco de voces atrapadas en un infinito de historias, en las que todo sucede una y otra vez.
Miles de escaleras conducen a los bordes del universo, réplica de tantos que se prolongan en busca de límites que los contengan.
Es necesario descender a la oscuridad para encontrar los peldaños que nos lleven más allá, en donde arden los fuegos que iluminan al mundo.
Sobre un rincón de nuestras vidas, cuelgan serenas las telarañas que envuelven nuestros destinos.
En una hora exacta, justo cuando una respuesta encuentra su pregunta, alguien ascenderá desde su culpa y la verdad se hará visible y liviana.
Oculto entre los túneles que nos abarcan, un punto multiplica en nosotros la totalidad y nos invita a encontrarnos en el fondo de nuestras diferencias.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia los siguientes cuentos: “El Aleph” (El Aleph), de Jorge Luis Borges; “El mundo” (El libro de los abrazos), de Eduardo Galeano; “El cuarto sin ventanas” (Historias desaforadas), de Adolfo Bioy Casares; y “La mujer que llegaba a las seis” (Ojos de perro azul), de Gabriel García Marquez.
Literatura
Celeste Barta y Powerpaola, ganadoras del afiche oficial de la FED 2025

Celeste Barta y Powerpaola fueron seleccionadas como ganadoras del concurso para crear el afiche oficial de la Feria de Editores (FED) 2025, organizado en conjunto con La Fuerza Vermú. Las artistas compartirán un premio de 600.000 pesos, luego de que sus obras fueran elegidas entre más de 300 propuestas.
“Ambas tan maravillosas y diferentes a la vez que nos resultó imposible elegir solo una”, señaló el jurado, integrado por Oqui Paratz, María Luque y Martín Ramón, al justificar la decisión de premiar dos trabajos en lugar de uno.


La “FED 2025” se llevará a cabo del 7 al 10 de agosto en el C Complejo Art Media (Av. Corrientes 6271, CABA), y contará con los afiches ganadores como imagen oficial del evento.
Celeste Barta es ilustradora y se destaca por crear universos coloridos y personajes únicos con líneas definidas y formas intensas. Powerpaola, en tanto, es artista plástica, historietista e ilustradora, con una obra centrada en lo cotidiano, la identidad y temas como el feminismo y la sexualidad.
Esta fue la tercera edición del concurso impulsado por la FED y La Fuerza Vermú para seleccionar el afiche oficial del evento.
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