Textos para escuchar
Dilema – Susana Vaquero por Graciela Aletti
Graciela Aletti adapta para su narración el cuento Dilemas, de Susana Vaquero.
La página está en blanco, debo poblarlas de letras que formen palabras que se enlacen en frases que tengan sentido, con las comas en su lugar; no abusar del punto y coma y no olvidarme del punto final. Los signos para enfatizar o preguntar al inicio y fin de la oración, como debe ser. Ni hablemos de los errores, que para eso existe el diccionario de la Real Academia.
Los verbos en presente si hablo de hoy, pero ayer iban en pasado, con el futuro veré que hago. Tal vez olvido algunas reglas, aunque éstas son suficientes para empezar con la escritura.
Los pensamientos se organizan en bandos sugiriendo hacia dónde debe ir la trama. ¡Un policial!, de aquellos donde el asesino no tiene piedad por la víctima y cree que terminará impune, hasta que el novato de la comisaría encuentra la pista, por casualidad, lo arresta, es condecorado y la muchacha más linda del pueblo se enamora de él.
Sin sangre –dice el bando del drama– aceptando a la muchacha más linda del pueblo, ya casada con el novato condecorado y embarazada casi por parir cuando una terrible enfermedad la condena a la silla de ruedas y prefiere morir.
¡Comedia! Grita el bando de los pensamientos rezagados y beodos por efecto del tinto que estaba en mi copa, ahora vacía. Ellos también aceptan a la muchacha más linda del pueblo pero casquivana, mintiéndole al novato condecorado, cada vez que salía en el patrullero de ronda nocturna, total si resultó ser un tonto de capirote al que se le escapaban los presos que terminaban en la alcoba con su mujer.
Un minúsculo grupo formado por éticos, existencialistas y desencantados porque sí, con voz grave vociferan ¡Un manifiesto!, pero otra copa de vino tinto los anula y de tan mareados entran a discutir entre ellos hasta hacer mutis detrás de una neurona.
Los escucho a todos al mismo tiempo y cuando estaba por decidirme por alguno de ellos, el maldito corazón, endulzándome los oídos, susurra: “De Amor, las páginas en blanco hay que llenarlas de Amor”.
Textos para escuchar
Durazno sangrando – Luis Alberto Spinetta
Luis Alberto Spinetta canta Durazno sangrando, el tema de Invisible
Temprano el durazno,
Del árbol cayó
Su piel era rosa,
Dorado del sol
Y al verse en la suerte,
De todo frutal
A orillas de un río,
Su fe lo hizo llegarDicen que en este valle,
Los duraznos son de los duendesPasó cierto tiempo,
En el mismo lugar,
Hasta que un buen día,
Se puso a escuchar,
Una melodía muy triste del Sur
Que así le lloraba,
Desde su interiorQuien canta es tu carozo,
Pues tu cuerpo al fin,
Tiene un almaY si tu ser estalla,
Será un corazón,
El que sangreY la canción que escuchas,
Tu cuerpo abrirá,
Con el albaLa brisa de Enero,
A la orilla llegó,
La noche del tiempo,
Sus horas cumplió
Y al llegar el alba,
El carozo cantó,
Partiendo al durazno,
Que al río cayóY el durazno partido,
Ya sangrando está,
Bajo el agua
Textos para escuchar
Cantares – Antonio Machado
Joan Manuel Serrat canta los versos de Cantares, poema de Antonio Machado.
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”Golpe a golpe, verso a verso…
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”Golpe a golpe, verso a verso…
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”Golpe a golpe, verso a verso.
Textos para escuchar
La Herida – Eloisa Tarruella
Eloisa Tarruella lee su relato La herida
Encuentro mi ciudad en una taza de café,
cálida y espumosa.
Una lágrima resbala por mi mejilla y cae adentro de la taza,
se fusiona con la espuma.
Ahora la taza está dulce y salada.
No sé si tomar el café y sentir su sabor imborrable o huir.
Abandonar la taza y sumergirme en lo conocido.
Hacerme otro café sin mi lágrima. Puro.
Mitad café, mitad leche, así tal como lo conozco.
Si tomo el café agridulce, quizás me transforme en alguien nuevo.
La metamorfosis es evidente.
La siento en la piel.
Pero ¿beberla? ¿Se puede tragar la propia metamorfosis?
Pienso en el proceso: la lágrima cayó justo adentro de la taza.
La revolví como un acto mecánico y ahora tengo miedo.
La transparencia de la lágrima la hace indetectable.
No sé en qué rincón de la taza se escondió.
Está presente en el vapor, puedo palpitarla.
La decisión es inminente.
Contemplar o actuar.
Correr o quedarme.
La taza era mi ciudad y ahora solo veo su herida.
Susana Vaquero
27/08/2019 a 23:12
Muchas gracias ,a la narradora Graciela Aletti y a lContArte .
La autora se ruboriza( ya creo que es rosácea).
Graciela Aletti
12/09/2019 a 15:43
Excelente cuento de Susana Vaquero Un placer habelo narrado Gracias Contarte cultura