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Literatura

Una mujer admirable, una patriota ejemplar

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Por Luis Carranza Torres (*)

Un 3 de agosto de 1823, fallecía en Buenos Aires a los 25 años de edad, víctima de una implacable tuberculosis, María de los Remedios de Escalada.

Eclipsada por la figura de su esposo, José de San Martín, la vida de María de los Remedios Carmen Rafaela Feliciano Escalada de la Quintana no ha tenido el reconocimiento que sobradamente se merece.

Como dijo en el pie de su retrato al subirlo a la cuenta de Instragram el artista Ramiro Ghigliazza:

Cuando pienso en Remedios de Escalada, no veo solo a la esposa de San Martín, sino a una mujer luminosa, sensible, valiente. La imagino joven, de mirada dulce y gesto decidido, dispuesta a acompañar al Gran Capitán en una de las gestas más grandes de la historia. Fue su amiga, su confidente, su sostén emocional.

Remedios fue mucho más que la “señora de San Martín”: fue protagonista silenciosa de una epopeya. Desde Mendoza —donde la adoraban por su simpatía y bondad— impulsó donaciones, organizó campañas y hasta participó en la confección de la bandera del Ejército de los Andes. Amó y comprendió a José como pocos. Compartió su causa, pero también sus ausencias. Sufrió la distancia, la enfermedad, la soledad. Fue madre de Merceditas, su joya más querida. Y aun así, la historia oficial la silenció.

Pero también fue testigo del José íntimo, el de los silencios, las dudas, las rabias. Fue su amiga y su mujer, como ella misma quiso que se la recordara.

Poca duda cabe que se trató de una mujer excepcional, tan valerosa, rebelde y libre como la sociedad de su época podía permitir, e incluso algo más. Mostró asimismo un compromiso personal y propio con la causa emancipadora, con la misma firmeza de carácter que podemos advertir tuvo en el manejo de sus cuestiones personales. 

En la conferencia virtual “Remedios de Escalada, una dama desconocida”, dada por Florencia Grosso el 4 de agosto de 2022 en el marco del ciclo “Mujeres en la Historia de la Emancipación Americana”, de la Coordinación de Asociaciones Culturales Sanmartinianas del Instituto Nacional Sanmartiniano, se expresó de ella: “Nacida en una burguesía opulenta, ilustrada y liberal, fue dueña de una personalidad más fuerte de lo que habitualmente se le atribuye”.

Remedios de Escalada nació el 20 de noviembre de 1797 y falleció el 3 de agosto de 1823, a causa de la tuberculosis que la aquejó desde niña. Solo veinticinco años de vida, en los que sin embargo pasaron muchas cosas, desde muy temprana edad, dignas de mención. 

Fue Remedios precoz en casi todo, empezando por su rebeldía. En abril de 1812, la hija mayor de Juan José CastelliÁngela, de 17 años, pretende casarse con el capitán Francisco Xavier de Igarzábal, amigo y antiguo edecán de su archienemigo Cornelio  Saavedra. Un enemigo político del padre, que niega su venia. 

Reconstrucción a partir de retratos de Remedios de Escalada por Ramiro Ghigliazza

El novio lo enfrenta sin sutilezas. Le promueve un “juicio de disenso”, para lograr que el gobierno autorice el casamiento por sobre la negativa paterna. Pero aun con todo a favor, los tiempos procesales no conforman la inquietud de los novios, que se casan en secreto con ayuda de amigos cercanos. Es algo contra la ley, un enlace clandestino, en lo cual Remedios no ha dudado en participar como testigo. Cuando el tema se hace público, estalla el escándalo y los intervinientes en el acto son procesados. Por influencias de su padre, suponemos, es que la detención fue domiciliaria, junto a la novia, “depositada” en una casa neutral, la de la familia Escalada

La muerte de Castelli determinará la clausura del proceso sin mayores consecuencias para ambas. Y en el caso de Ángela, poder contraer enlace con quien quería. 

Remedios pasa, por ese tiempo, por una manifestación de autonomía personal semejante. Claro está, mucho menos traumática. 

Comprometida y con esponsales celebrados con Gervasio Dorna, uno de los solteros más codiciados de la época, conoce a un militar recién llegado, José de San Martín, y la atracción desde la primera mirada es tal que conseguirá la venia de su padre para romper con lo pactado y casarse con el recién llegado. “Ella me ha mirado para toda la vida”, le dijo San Martín a Necochea tras conocerla. 

A diferencia de Dorna, no tiene fortuna ni abolengo. Algo que nunca disculpó su madre, quien se refería a su yerno como “ese soldadote”. 

El Libertador va a tener un alto concepto en su capacidad y carácter, demostrando en actos cuanto confiaba en ella. Y los sentimientos que le profesaba. 

Su adhesión a la causa emancipadora fue por propio convencimiento, más allá de también secundar con éxito desde la sociabilidad, los planes de su esposo en el futuro. 

Prueba de esto es que se contó entre las damas patricias que suscribieron la nota que el 26 de junio de 1812, apareció en la Gaceta Ministerial, presentada al Triunvirato,  ofreciéndose para ayudar de su peculio a la erogación del armamento que acaba de adquirir el gobierno para los ejércitos de la libertad: cada una de ellas ofrecía costear un fusil del cargamento abordo del buque estadounidense Liberty que el gobierno no terminaba de juntar los fondos para abonar.

Encabezaba las firmas de la nota Remedios de Escalada, junto a su hermana Nieves y sus primas de la Quintana.

“Damas Patricias constituidas en sociedad patriótica en casa de Escalada, para iniciar una subscripción entre ellas destinada a la compra de fusiles, 1812”, óleo sobre tela de José Gerompini. Museo Histórico Nacional. Argentina.

 Al hacerse cargo de la gobernación de Cuyo, fue notoria la impaciencia de San Martín porque su esposa se reuniera con él. Le escribe a Remedios, a sus padres, y hasta el Director Supremo Posadas, para apurar dicha venida. 

La sociedad patriótica de damas que formó Remedios en Mendoza, a usanza de la ya integrada en Buenos Aires, se reveló una eficaz ayuda para proporcionar los medios siempre necesarios para el Ejército de los Andes, al punto de desprenderse de sus propias joyas y alentar a otras mujeres a obrar en igual forma. 

Allí también, en dicha sociedad, se compró y confeccionó la bandera para dicha fuerzas militar.  

El 23 de octubre de 1818 por testamento en Mendoza, le confiere a Remedios “un poder tan amplio y tan bastante como el que requiera y sea necesario para que perciba y se haga cargo de todos los bienes que posee su excelencia, disponiéndolos y administrándolos como lo parezca, libre y francamente, sin intervención ni pedir permiso de autoridad alguna”.

Para más detalle sobre el tema, pueden leer en este mismo blog el artículo El testamento mendocino de José de San Martín.

Con tales poderes es que Remedios pudo tomar posesión de la casa que le regalaron por los triunfos de Chacabuco y Maipú, frente a la plaza de mayo donde hoy se levanta el edificio del gobierno de la ciudad. Y administró los bienes del matrimonio durante las campañas de Chile y Perú de su esposo.

Su vuelta a Buenos Aires, arreciando su enfermedad, muestra también aun en tales momentos críticos, la pátina de su carácter: llevó consigo un cajón por si moría en el viaje para que pudieran enterrarla con propiedad.

Tras su llegada a Buenos Aires, enferma de gravedad, Remedios fue llevada a una quinta de la calle Caseros y Monasterio, donde falleció el 3 de agosto de 1823, con solo 25 años, lejos de San Martín, cuya presencia solicitó hasta su último instante.  Deseo que, por las cuestiones políticas del momento, no pudo cumplirse. 

Al llegar finalmente San Martín a Buenos Aires, seis meses más tarde, mandó a realizar una lápida en su memoria, en la que quiso que se grabara: “Aquí descansa Remedios Escalada, esposa y amiga del general San Martín”.

Tumba de Remedios de Escalada en el Cementerio de La Recoleta.

No es menor la referencia a la amistad, que José entendía como uno de los bienes más preciados que podía tenerse, particularmente de una mujer, incluso por sobre la calidad de esposa, pues los matrimonios podían arreglarse, según él, pero la amistad era una verdadera bendición. 

Como puede verse, se trata de cuestiones que analizadas objetivamente, hablan de una confianza, cercanía, profundo afecto al menos y comunidad de vida, más allá de la presencia física. 

El encanto que enamoró al mas brillante guerrero de la independencia; el halo de opulencia, ilustración y prestigio de su familia, su declarado patriotismo; y la acechanza de la tisis, enfermedad del siglo XIX, que le impide acompañar a su esposo y cuidar de su niña, conforma una trilogía de guerra, amor y muerte que selló su destino”, al decir de Grosso

Tal cual. Una vida corta, pero intensa. “Recordarla es recordar que San Martín también fue humano. Y que a su lado hubo una mujer fuerte, sensible y valiente… que pagó el precio de amar a un héroe”, como dijera el retratista y reconstructor histórico Ramiro Ghiliazza, pero también tener siempre presente que: “Remedios fue más que la esposa de un prócer: fue símbolo de una generación de mujeres que, en silencio y con coraje, acompañaron los cimientos de una patria nueva”.

Tal cual. 

(*) Abogado y escritor cordobés – Especial para Contarte Cultura

Literatura

Las novedades de diciembre de Del Fondo Editorial

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Romántica contemporánea

“Bajo el encanto de Jane Austen” de Gabriela Margall. Un retelling argentino de persuasión, con paisajes patagónicos y preguntas sobre el amor y las decisiones. En  diciembre se celebra y conmemora los 250 años del nacimiento de Jane Austen. Este libro y su autora son un disparador al fanatismo que genera esta escritora clásica.

“Nada más que una noche” de Anabella Franco. El bestseller romántico que regresa renovado, con un amor transformador y personajes inolvidables.

Fantasy juvenil

“La refugiada de Garmendia” de Flor Núñez Graiño. Una historia de magia, secretos y romance imposible en la ciudad de Codexia. Un libro que está generando pasiones entre los lectores de la literatura juvenil.

Suspenso psicológico

“Póstumo” de Pablo Mariosa. Un thriller urbano y oscuro sobre el límite entre la admiración y la obsesión.

Superación personal y autoayuda

“Hablarte Bien” de Jorge Daniel Grispo. Cómo transformar tu diálogo interior en una herramienta de poder. Este libro es el segundo de una pequeña colección de bienestar. Su primer libro fue retratado a la perfección en la entrevista de la periodista Tati Shapiro.

“Meditaciones” para cada día de James Allen. 365 pensamientos para el crecimiento interior y la armonía mental.

“El hombre que compró el tiempo” de Thiago Nigro. Claves para entender el tiempo como activo valioso y construir abundancia sostenible.

Filosofía y pensamiento

“Sócrates Café” de Christopher Phillips. El regreso del diálogo socrático a los cafés y conversaciones cotidianas.

Esoterismo clásico

“El libro de la magia ceremonial” de Arthur E. Waite. Fundamentos y rituales del ocultismo tradicional.

Clásico en inglés

“The Art of War” de Sun Tzu. Estrategias milenarias para los desafíos modernos.

Todas las novedades

(Fuente: Andrea Vázquez – Prensa)

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Literatura

Haruki Murakami y la disciplina detrás de su creatividad

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Haruki Murakami, uno de los autores más influyentes y leídos del panorama literario mundial, ha repetido en numerosas ocasiones que no cree en fórmulas mágicas ni trucos secretos para escribir. Su método, lejos de cualquier mito bohemio, se apoya en una rutina estricta que combina trabajo sostenido, ejercicio diario y horarios inflexibles. Una disciplina que, según afirma, mantiene sin excepciones desde hace más de treinta años.

En una entrevista con The Paris Review, Murakami describió con precisión la estructura de sus días cuando trabaja en una novela: se levanta a las cuatro de la mañana, escribe entre cinco y seis horas, por la tarde corre diez kilómetros o nada mil quinientos metros, y se acuesta a las nueve de la noche. Nada de desvelos inspirados, cafés interminables ni caos creativo. El secreto, asegura, es exactamente lo contrario.

Antes de dedicarse por completo a la literatura, Murakami tenía un estilo de vida opuesto al actual: regentaba un bar de jazz en Tokio, trabajaba de noche y dormía poco. Pero al decidir convertirse en escritor profesional comprendió que necesitaba un cuerpo fuerte para sostener una mente enfocada. Ese cambio fue radical y marcó el inicio de su hábito de correr casi a diario, práctica que relata en sus ensayos —entre ellos “De qué hablo cuando hablo de escribir”— como un pilar de su vida creativa. “Durante más de tres décadas, tengo por costumbre salir a correr o ir a nadar durante una hora casi a diario”, escribe en uno de sus textos.

Murakami sostiene que cuerpo y mente funcionan como un sistema inseparable. Su convicción se resume en una frase contundente: “Cuando la fuerza disminuye, con ella la capacidad de pensar”. La idea encuentra respaldo en estudios recientes que señalan que el ejercicio moderado favorece la generación de nuevas neuronas en el hipocampo, región clave para la memoria y la concentración. Sin actividad física regular, estas neuronas se pierden; con entrenamiento sostenido, se consolidan.

Para el escritor, su rutina no tiene nada de sacrificio. La concibe como un mecanismo de estabilidad que le permite mantener la concentración necesaria para sostener meses de escritura. Correr, nadar, escribir y dormir temprano conforman un engranaje que, repetido día tras día, le asegura la claridad mental que exige una novela.

La repetición, sostiene, es en sí misma una herramienta creativa. “La repetición se convierte en lo importante; es una forma de hipnosis. Me hipnotizo para alcanzar un estado mental más profundo”, explicó. Según Murakami, el talento ocupa un lugar menor frente a la constancia: escribir una novela es, en sus palabras, “un entrenamiento de supervivencia”, donde la resistencia física importa tanto como la sensibilidad artística.

Aun así, advierte que su método no debe tomarse como un modelo universal. No recomienda correr ni madrugar: simplemente relata lo que le funcionó. “Si a alguien le interesa correr grandes distancias, empezará a correr por su cuenta. Si no le interesa, no hay manera de convencerlo”, escribió en una columna para The New Yorker. Su conclusión es simple: cada persona debe construir su propio sistema. Él comenzó casi por intuición: “Decidí empezar a correr todos los días porque quería ver qué pasaba”. Lo que descubrió fue un hábito que lo hizo más fuerte, más estable y, sobre todo, más creativo.

(Fuente: Agencia Noticias Argentinas)

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Literatura

“Desaparecida dos veces”, un libro que narra la ‘culpa’ de sobrevivir a la tortura

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La periodista y escritora Teresa Donato presentó su reciente libro “Desaparecida dos veces”, una obra que aborda la historia real de Ana María, una mujer que militó en la organización Montoneros y sobrevivió al terror de la clandestinidad, el secuestro y la tortura durante la última dictadura militar argentina. La autora busca que el libro funcione como una pieza clave para repensar la historia del país desde una perspectiva menos romantizada de la militancia.

La obra narra el profundo trauma de Ana María, centrándose en la cotidianidad de su vida de escape. Donato explicó que la mujer, que era “una nena” con la “semilla” de la intención de cambiar el mundo, le pidió que escribiera su historia después de que su propio hijo le dijera que “no tenía el coraje de escuchar su historia de escucharla así en vivo frente a frente”.

Donato se adentró en la “entraña de la cotidianidad” de Ana María, contando cómo era “esconderte, de escaparte con un hijo, siendo viuda, eh teniendo miedo que te agarren, teniendo miedo que te maten”. La protagonista pasó a la clandestinidad y a la fuga tras la muerte de su pareja en un enfrentamiento, hasta que tres años después fue secuestrada y logró salvarse.

El título del libro, según publicó la Agencia Noticias Argentinas, hace referencia al juicio de sus propios compañeros que la consideraron “traidora” por haber sobrevivido a la tortura. La autora, en diálogo con Splendid AM 990, cuestionó duramente este juicio: “Yo quisiera saber quién con una picana en los genitales es capaz de callarse, de estar en silencio y de no hacer”.

Donato enfatizó que a los compañeros que sobrevivieron se los consideró traidores y que este libro es una mirada necesaria para “repensar el peso con el que cargaron los sobrevivientes”. La propia Ana María le dijo a la autora: “Yo lo siento como un perdón”; ya que, según Donato, han cargado durante 50 años con “la culpa de estar vivos”.

La autora destacó que el libro es una oportunidad para “romper con el discursito armado” y “volver a pensar y a mirar la historia con otros ojos”, después de décadas donde los sobrevivientes fueron juzgados por sus propios pares, incluso siendo acusados de ser “entregadores”.

La obra, escrita en primera persona de la víctima, tiene una estructura de conversación entre la protagonista y Donato, quien se coloca en el lugar de un lector que cuestiona y pregunta, buscando la verdad detrás del “pacto de lealtad”.

Por último, la periodista confesó que la historia le “atravesó el cuerpo” y que el proceso fue doloroso para Ana María, quien debió revisar su pasado, dándose cuenta, por ejemplo, de que había sido violada: “Ella no lo entendía que había pasado” porque “cuando vos estás bajo secuestro nada de lo que hagas es voluntario”. Sin embargo, a pesar del dolor, Ana María buscó saber “quiénes éramos” a través de la relectura de materiales de su época.

(Fuente: Agencia Noticias Argentinas)

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