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Literatura

Una revista llamada Intervalo

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Por Luis Carranza Torres (*)

La revista Intervalo, fue una publicación argentina de la Editorial Columba. Su primer número apareció el viernes 13 de abril de 1945. El material de su primera época fueron adaptaciones de obras literarias realizadas por dibujantes como Hugo D’Adderio, Arturo y Jorge Pérez del Castillo o Enrique Rapela

Es considerada por ello como una precursora del concepto de “novela gráfica” en el contexto rioplatense, que elevó tanto el renombre de la revista como la percepción de la historieta como vehículo narrativo.

Su último número, el 1137, se publicó en julio de 1967, pero continuó imprimiéndose en la forma de álbumes y anuarios, algo que ya venía ocurriendo desde 1953 y que continuó hasta el año 2000.

Se trató de un fenómeno editorial de gran relevancia para el género de la historieta, muchas veces subestimado por la crítica, en razón de su enfoque dirigido al romance y al público femenino.

Esto causó una gran revolución en su momento al centrar sus historias en la historieta romántica y sentimental, melodramas orientados principalmente al público femenino. Esto la llevó a conectar con millones de lectoras, creando un nicho de mercado masivo y rentable para la historieta que nunca antes se había explotado en tal forma. 

Claro que, como dice Armando S. Fernández, guionista de la revista en ocasiones, los lectores no solo eran mujeres pues se trataba de lo romántico que resultaba un “tema tan caro de muchísimas lectoras y no pocos (aunque sean renuentes a confesarlo) lectores varones. Y eso es tan cierto, porque el amor y el romance son tan importantes como la aventura en la cual está inmersa la propia vida en que vivimos.”

No solo la temática ni la mayoría de sus lectores eran femeninos. En dicha publicación hizo acto de aparición en 1956 la serie “Beatriz Montalvan”, a nuestro entender el primer personaje femenino titular de una historieta argentina. 

Historias dentro de un original entrecruce femenino de géneros entre el policial y el de misterio, que centraba sus tramas en Beatriz Montalván, una heroína de factura desconocida para la época que era una detective aficionada que resuelve distintos casos policiales y de misterio.

El guion era de Roberto Valenti, autor del “El León de Francia” y muy popular por la época como autor de radioteatros, correspondiendo los dibujos al italiano Jorge Letteri.  

Fue el inicial precedente que luego daría otros personajes emblemáticos de la historieta de romance-aventuras-policial como Helena, que hemos tratado en Más que una heroína de historieta, o Grace Henrischen (de quien hablamos en Una espía elegante y peligrosa).

A lo largo de las décadas, Intervalo tuvo diversas series que se convirtieron en iconos de la revista. Sin ánimo de ser exhaustivos, podemos citar entre ellas:

HistorietaAutor(es) Destacado(s)Género y Relevancia
Cuentos de AlmejasGuion: Pedro M. Mazzino Dibujo: Carlos Vogt, PascualAmbientada en el ficticio pueblo marino de Almejas, era una serie costumbrista que combinaba el romance, el humor y las historias de vida de sus personajes, como el joven Ulises Cataldi.
Mi Novia y YoGuion: Robin Wood Dibujo: Carlos VogtUna de las series más populares y longevas, que contaba las peripecias de una pareja con un tono romántico y a menudo cómico, que incorporaba la mirada del perro del novio.
Gente de BlancoGuion: José Luis Arévalo Dibujo: Marcos Adán, Alfredo FalugiRelatos ambientados en el ámbito hospitalario, llenos de dramas humanos, dilemas morales y, por supuesto, historias de amor, encarrilado dentro de los cánones del melodrama médico.
Historias de Hombres y MujeresGuion: Cristóbal María PazHistorias unitarias o de corta duración centradas en las complejidades de las relaciones, el amor y los conflictos interpersonales.
Ella, la MujerGuion: Ricardo Ferrari Dibujo: Alfredo Falugi, Percy OchoaUna serie que abordaba la vida de una mujer de negocios con lugar para las cuestiones del corazón en el mundo de las grandes empresas tecnológicas que quizás fue la con mayor perspectiva contemporánea y melodramática.

Armando S. Fernández expresó: “No pocas veces esos relatos románticos estaban impregnados precisamente de aventura, peligros y misterio. No todos los enigmas que plantea el amor debían resolverse necesariamente a puñetazos o tiros. Y si no, que lo diga el amplio espectro de lectores que seguía series como “Cuentos de Almejas”, escrito por ese gran guionista olvidado de la historia oficial de la historieta llamado Pedro Mazzino y ilustrado por Carlos Vogt, quien también graficaba “Mi novia y yo” (un delicioso disparate en que Poopy y Tino, supervisados por el perro Tom vivían su romance).

“Gente de Blanco”, escrito por José Luis Arévalo e ilustrado por Enio fue otro de aquellos clásicos donde, desde el ángulo de la medicina, se libraba la eterna batalla de los cuerpos y las almas”.

Además de esas: “Otras series de primer nivel fueron “Helena”, ilustrada por el maestro Ernesto García Seijas (para quien me tocó escribir varios capítulos) y “Amanda”, ilustrada por Alfredo Falugi. Ambas estaban redactadas por Robin Wood. O “Ella, la Mujer”, de Ricardo Ferrari y nuevamente Alfredo Falugi.

Estas series, impecables desde el punto de vista de la imagen, eran inferiores en calidad literaria a las que cité en primer término. Asimismo, innumerables historietas unitarias mantenían mes a mes el interés de los lectores.

Intervalo, de algún modo directa heredera de publicaciones como “Vosotras”, “Para Ti”, “Nocturno”, etc., donde en forma de cuentos y fotonovelas se mantenía el interés de nutrido público femenino”.

Estas historias, junto a las de los autores clásicos, definieron la identidad de Intervalo como una revista de historietas con un fuerte componente emocional y narrativo, consolidándola como un fenómeno editorial masivo en el género romántico en Argentina y otros países hispanohablantes.

(*) Abogado y escritor cordobés, especial para Contarte Cultura

Historias Reflejadas

“Redondel”

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Redondel

Transitaban un espacio circular, los pies sobre surcos antiguos, los pensamientos como una distancia entre las palabras, el hueco sin voces.

Giraban, sus bocas emitían sonidos, una repetición sobre los pasos, para no olvidar el nombre de cada cosa, como un regreso al punto de partida.

El eco de aquella música lejana sostenía las palabras; una ópera en el cielo, huellas sutiles en los surcos de un vinilo, mentiras dando vueltas en un redondel de silencios.

Algo se mostraba y algo se escondía, el círculo se abría. Y volvía a cerrarse.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “La construcción de la mentira”, de Gonzalo Heredia; “Corbett”, de Matías Esteban; “Rebelión en la ópera”, de Carlos Ríos; y “33 Rpm” de Juan Guinot.

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Textos para escuchar

Arañas – Eduardo Galeano

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Eduardo Galeano
lee su texto Arañas

Pasito a paso, hilo tras hilo, el araño se acerca a la araña. Le ofrece música, convirtiendo la telaraña en arpa, y danza para ella, mientras poquito a poco va acariciando, hasta el desmayo, su cuerpo de terciopelo.

Entonces, antes de abrazarla con sus ocho brazos, el araño envuelve a la araña en la telaraña y la ata bien atada. Si no la ata, ella lo devora después del amor.

Al araño no le gusta nada esta costumbre de la araña, de modo que ama y huye antes de que la prisionera se despierte y exija el servicio completo de cama y comida.

¿Quién entiende al araño? Ha podido amar sin morir, se ha dado maña para cumplir esa hazaña, y ahora que está a salvo de su saña, extraña a la araña.

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Literatura

“No importa cuándo leas esto”, el libro de cuentos de Patricio Bartón

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El periodista y conductor Patricio Barton presenta su primer libro de cuentos titulado “No importa cuándo leas esto”, una obra en la que apunta a mirar lo cotidiano como si nunca antes se hubiera hecho foco en ello.

Con prólogo de Alejandro Dolina, Barton encuentra en su obra una manera inesperada de narrar lo familiar: lo que parece trivial de pronto se abre hacia lo absurdo, lo poético o lo desopilante.

En su primer libro, Barton despliega creatividad y frescura, como si la literatura se hubiera levantado de buen humor. En la tradición de Osvaldo Soriano, Leo Maslíah o Hernán CasciariBarton escribe con la destreza del que sabe que la risa es una de las maneras más lúcidas de leer el mundo.

Sin importar en qué parte se abra el libro, se encontrará un relato capaz de sorprender, una página que descoloca o una línea que relampaguea y deslumbra.

Barton se me presentó con su poderosa fisonomía de escritor dispuesto a todo. Ahí nomás aparecieron diálogos teatrales sin pausa; preguntas que respondían otras preguntas, personajes que cambiaban de hábitos o quizá de identidad. Enseguida se me hizo patente su incontrolable vocación de sorprender. Barton se había propuesto un objetivo noble: construir un idioma poético de ocultaciones y revelaciones. Ya cerca del final pude comprender una realidad distinta: el encanto estaba en el propio Barton, con su astuto manejo de las contradicciones, de los tropos clásicos, de las cosas que son y no son al mismo tiempo, de las continuas contravenciones a la lógica”indica Dolina en un segmento del prólogo que le dedicó a su amigo.

Patricio Barton es un comunicador que ha incursionado en diversos medios (radio, gráfica, televisión, podcast, streaming) a través del periodismo, la conducción, la narrativa y el humor. Hacedor de múltiples ciclos radiales en una decena de emisoras, conduce diariamente “Qué Importa”, por Radio Splendid AM990.

Lleva casi dos décadas junto a Alejandro Dolina en su clásico programa “La Venganza Será Terrible”, con presentaciones teatrales en Argentina, Uruguay y España. Formado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, produjo y condujo numerosos ciclos televisivos con impronta cultural en las señales Canal á, TV Pública, Encuentro y Pakapaka.

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