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Mundo

Trabajadores del Louvre pararon por las malas condiciones laborales

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El Louvre, el museo más visitado del mundo y símbolo global del arte y la cultura, permaneció cerrado este lunes, no por guerra ni terrorismo, sino por una huelga de sus trabajadores.

La imagen era impactante: la casa de las obras de Leonardo da Vinci y de miles de tesoros históricos, paralizada por quienes deberían recibir al mundo en sus salas.

Más que una protesta laboral, el cierre refleja una crisis mayor: el Louvre se ha convertido en emblema del sobreturismo global, un palacio desbordado por su propia fama, en un momento en que destinos como Venecia y la Acrópolis también buscan limitar multitudes.

La huelga espontánea estalló durante una reunión interna rutinaria, cuando los vigilantes de sala, agentes de boletos y personal de seguridad se negaron a ocupar sus puestos en protesta por las multitudes incontrolables, la falta crónica de personal y lo que un sindicato calificó como condiciones de trabajo “insostenibles”.

“Es el lamento de la Mona Lisa aquí afuera”, dijo Kevin Ward, de 62 años y oriundo de Milwaukee, uno de los miles de visitantes confundidos agolpados en filas inmóviles bajo la pirámide de vidrio de I.M. Pei. “Miles de personas esperando, sin comunicación, sin explicación. Supongo que hasta ella necesita un día libre”.

Es poco común que el Louvre cierre sus puertas al público. Ha ocurrido durante guerras, durante la pandemia y en unas pocas huelgas —incluidas protestas espontáneas por aglomeraciones en 2019 y por motivos de seguridad en 2013—. Pero pocas veces ha sido como esta: turistas haciendo fila en la explanada, con boletos en mano y sin una explicación clara de por qué el museo, sin previo aviso, simplemente dejó de funcionar.

La interrupción llega pocos meses después de que el presidente Emmanuel Macron presentara un ambicioso plan a diez años para rescatar al Louvre precisamente de los problemas que hoy están desbordados: filtraciones de agua, oscilaciones peligrosas de temperatura, infraestructura obsoleta y un flujo de visitantes muy por encima de su capacidad.

Pero para los trabajadores, ese futuro prometido se siente lejano. “No podemos esperar seis años para recibir ayuda”, dijo Sarah Sefian, del sindicato CGT-Culture. “Nuestros equipos están bajo presión ahora. No se trata solo del arte, se trata de las personas que lo protegen”.

En el centro de todo está, como siempre, la Mona Lisa: un retrato del siglo XVI que atrae multitudes modernas más propias de una celebridad que de una obra de arte.

Unas 20.000 personas al día se amontonan en la Salle des États, la sala más grande del museo, solo para tomarse una selfie con la enigmática mujer de Leonardo da Vinci tras el vidrio protector. La escena suele ser ruidosa, caótica y tan densa que muchos apenas miran las obras maestras que la rodean —pinturas de Tiziano y Veronese que pasan casi desapercibidas.

“No ves un cuadro”, dijo Ji-Hyun Park, de 28 años, que voló desde Seúl a París. “Ves teléfonos. Ves codos. Sientes calor. Y luego, te empujan hacia afuera”.

El plan de renovación de Macron, bautizado como “Nuevo Renacimiento del Louvre”, promete una solución. La Mona Lisa tendrá finalmente una sala exclusiva, accesible con entrada cronometrada. También se planea una nueva entrada cerca del río Sena para 2031, con el fin de aliviar la presión sobre la actual pirámide.

“Las condiciones de exhibición, explicación y presentación estarán a la altura de lo que la Mona Lisa merece”, dijo Macron en enero.

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Artes Plásticas

Subastaron por millones de euros una escultura de Rodin

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El escultor francés Auguste Rodin volvió a acaparar titulares luego de que una versión de su obra “Le Désespoir” (“El desespero”) fuera redescubierta en una casa particular de la región de Berry y subastada por un récord de 1,1 millones de euros (1,2 millones de dólares). La escultura, que había permanecido durante décadas sobre el piano de una familia que desconocía su valor, fue vendida durante una subasta celebrada en el castillo de Villandry, en el oeste de Francia.

El descubrimiento fue realizado a finales de 2024 por el subastador Aymeric Rouillac, cuando visitó la vivienda por una consulta relacionada con otro objeto. Fue entonces cuando la pequeña figura de mármol blanco, de menos de 30 centímetros, captó su atención. “’El desespero’ inspira a los banqueros”, comentó Rouillac con ironía, en referencia al hecho de que la pieza pasó de manos de un financiero francés en 1906 a un joven banquero estadounidense en 2025.

Tallada alrededor de 1892-1893, la escultura representa una figura femenina desnuda, sentada en una postura introspectiva, que encarna la alegoría del desespero. El valor estimado era de 700.000 euros, pero la puja superó con creces esa cifra. La intensa competencia entre coleccionistas de China, Suiza y Estados Unidos duró más de 20 minutos, marcando la decimosexta venta millonaria para la casa Rouillac.

Este ejemplar de “Le Désespoir” se suma a otras versiones preservadas en colecciones prestigiosas como el Kunsthaus de Zúrich, el Museo de Arte de Filadelfia y la Universidad de Stanford. La escultura subastada en Villandry es la única de su tipo que permanecía en manos privadas.

El nuevo récord refuerza el auge del mercado internacional por obras de Rodin. De hecho, el Musée Rodin de París abrirá en septiembre su primera sede internacional en Shanghái, coincidiendo con los 60 años de relaciones diplomáticas entre Francia y China. Este traslado desde Shenzhen subraya la vitalidad de la escena artística de Shanghái y su proyección económica, según los organizadores del museo.

Rodin, también conocido por obras icónicas como “El Pensador” y “L’éternel printemps”, ha visto cómo varias de sus esculturas superaron los 10 millones de dólares en subastas recientes, consolidando su lugar entre los artistas más cotizados del mundo del arte.

(Fuente: Infobae)

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Literatura

El maestro del suspense

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Por Luis Carranza Torres (*)

Acabo de saber que Frederick Forsyth ha muerto. Aviador, periodista, espía y novelista, su desaparición es también el saber que uno de los autores de mis inicios como lector adulto ya no está.

Fue su agente literario, Jonathan Lloyd, el encargado de dar la noticia, acaecida el lunes 9 de junio de 2025, temprano en la mañana.

Guillermo Schavelzon, uno de los agentes literarios de renombre en el habla hispana dice al respecto de la muerte que “en el caso de los escritores, hay algo que no ayuda a cerrar el duelo y suele complicarlo: un escritor muere, pero su obra perdura, por eso de la obra de un autor se sigue hablando en presente”.

Hijo de Frederick William Forsyth, peletero, y de Phyllis Green, costurera, nació el 25 de agosto de 1938 en Kent, Inglaterra. Forsyth estudió en la Tonbridge School, uno de los colegios privados ingleses más prestigiosos, fundado en 1553 por Andrew Judde, tras recibir la cédula real de Eduardo VI.

Su familia le permitió viajar a Francia y Alemania cuando era niño para aprender idiomas modernos, lo que más tarde le ayudó en su carrera como periodista y escritor.

Tuvo una conexión especial con España desde su juventud. Poco antes de cumplir la mayoría de edad solicitó la beca Knightly para estudiar español en Málaga, aunque impartido en el campus de la Universidad de Granada, durante tres meses. Se hizo llamar “Federico” y vivió con una familia local. A pesar de faltar casi por completo al curso, perfeccionó su español y se sumergió en la cultura del país. En ese tren cultural, desarrolló una fascinación por la tauromaquia, inspirada por autores como Ernest Hemingway y Vicente Blasco Ibáñez. Incluso llegó a entrenar en una escuela de toreo en Málaga, en donde la falta de las particulares condiciones para ser un matador le hizo pronto desistir.

En su vida adulta, pasó temporadas en Mallorca, donde tenía una residencia en el Port d’Andratx. Diversos escritos suyos fueron redactados allí.

Al regresar al Reino Unido de España se alistó en la Real Fuerza Aérea, convirtiéndose en uno de sus pilotos más jóvenes, aun cuando dos años después había vuelto a la vida civil.

Por su habilidad para los idiomas (además del inglés y el español, también hablaba alemán, francés y ruso), decidió ser corresponsal, luego de trabajar en un pequeño periódico. Pasó por París y Berlín con la agencia Reuters; en 1965 fue enviado por la BBC a la guerra de Biafra (Nigeria) y posteriormente trabajó como reportero independiente.

Por esa época, fue cuando inició su relación como espía para el MI6, la agencia de inteligencia exterior inglesa, una relación que se mantendría durante veinte años.

El realismo de sus obras generó especulaciones sobre su posible trabajo para el servicio de inteligencia británico. En 2015, poco antes de la publicación de su autobiografía, “The Outsider: My Life in Intrigue”, Forsyth confirmó tales rumores.

Ambas ocupaciones, la de periodista y la de espía, influirían en sus obras más famosas.

A su primera novela, “El día del Chacal”, la escribió en tan solo 35 días. Fue una obra nacida de su cobertura del intento de asesinato de Charles de Gaulle en 1962, mientras era corresponsal en París. De allí el fresco de la París de la época.

Por ese tiempo, atravesaba dificultades económicas que procuró dejar atrás con la publicación del libro, lo que lo llevó a escribir con gran rapidez y precisión. Fue el inicio de su estilo de evitar la complejidad psicológica de los personajes para ofrecer una trama meticulosa, basada en investigación detallada de los hechos.

Rechazada por varias editoriales, pero cuando finalmente se publicó en 1971, se convirtió en un éxito inmediato. Se trató de una obra que revitalizó y brindó nuevos horizontes al género del espionaje en las letras.

Repitió ese estilo de tramas de periodismo de investigación con apariencia de ficción y esa dura visión moral del mundo en “El expediente Odessa”. Un universo compuesto de depredadores y presas, donde solamente los fuertes sobreviven.

Su siguiente novela, “Los perros de la guerra”, fue originada en su experiencia en África y su contacto con traficantes de armas por su labor de espía le permitieron construir una trama tan realista como dura sobre mercenarios.

Detalles técnicos precisos y escenarios reales, fruto de meses de investigación previa, le permitieron crear historias con un alto nivel de autenticidad que atrapaban a numerosos lectores alrededor del mundo, inscribiéndose su pluma dentro del denominado “tecnosuspense”, también conocido como techno-thriller.

Comparado con sus contemporáneos en el género del espionaje literario, podemos decir que mientras Forsyth se enfocaba en la acción y el detalle técnico, Le Carré profundizaba en la psicología de los personajes y las complejidades morales del rubro. Y si bien compartía con Tom Clancy la precisión técnica de sus historias, no era tan tecnológico como Clancy, quien además tendía al enciclopedismo en sus historias.

A Robert Ludlum podemos caracterizarlo como un Forsyth en versión “pocket”, con tramas aun más rápidas y mucho menos énfasis en la investigación detallada de los tópicos sobre los cuales escribía.

Ken Follett por su parte, tenía un estilo más narrativo y menos anclado a sucesos históricos que Forsyth.

Escribió más de 25 libros, que en vida del autor vendieron más de 75 millones de ejemplares.

“Lamentamos la muerte de uno de los mejores escritores de novelas de suspense del mundo”, declaró su agente literario luego de comunicar la noticia de su deceso. No estaba para nada equivocado.

(*) Abogado y escritor / Especial para Contarte Cultura

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Mundo

Tom Felton vuelve a ser Draco Malfoy en “Harry Potter y el legado maldito”

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Tom Felton, conocido por interpretar a Draco Malfoy en la exitosa saga de “Harry Potter”, volverá a reaparecer en el mundo del hechicero en una nueva obra teatral de Broadway, basada en el libro “Harry Potter y el legado maldito” de J.K. Rowling.

“Adivina quién volvió”, indicaba el anuncio oficial que compartió el actor y la productora de la saga, donde se puede ver al actor en la piel del recordado personaje. Este nuevo rol marca el debut oficial de Felton en los escenarios de Broadway.

“Unirme a esta producción es como el cierre de un ciclo para mí, porque cuando empiece a actuar en ‘Cursed Child’ este otoño, tendré exactamente la misma edad que Draco en la obra. Es surrealista volver a ponerme en sus zapatos —y por supuesto, en su icónico cabello rubio platinado— y estoy emocionado de poder completar su historia y compartirla con la mejor comunidad de fans del mundo”, declaró el actor en una entrevista con la revista estadounidense Variety.

La obra tomará lugar en el Lyric Theatre de Nueva York y se estrenará el próximo 11 de noviembre y tendrá una temporada que se extenderá hasta el 22 de marzo de 2026. La venta oficial de entradas para ver “Harry Potter y el legado maldito” en Broadway comenzará el próximo 12 de junio a las 11.

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