

Música
Los Abuelos de la Nada tuvieron un regreso demoledor
Con un contundente y ajustado sonido que dotó de renovado vigor a sus recordados clásicos, la nueva versión de Los Abuelos de la Nada, sabiamente conducida en el plano musical por Juan del Barrio, y con Gato Azul Peralta, hijo del líder espiritual del grupo Miguel Abuelo, en la voz principal, tuvo el sábado un demoledor debut en el porteño Teatro Ópera.
Las soberbias guitarra y batería de los experimentados Kubero Díaz y Sebastián Peyceré, respectivamente, sumado a los precisos bajos de Alberto Perrone, el toque de distinción del saxo de Jorge Polanuer y el aporte vocal de Frankie Langdon, fueron los ingredientes que completaron un combo que superó todas las expectativas y justificó su intención de posicionarse como una continuidad de la aventura abruptamente interrumpida en 1988.
En ese contexto, y con la ayuda de algunos invitados de lujo, entre los que destacaron Javier Malosetti, en lo musical; Gustavo Bazterrica, desde el punto de vista simbólico; y Gringui Herrera, en ambos aspectos, a lo largo de poco menos de dos horas y media de show, se sucedieron inoxidables hits, pero también algunos estrenos y joyas perdidas en el repertorio de la popular banda.



Por supuesto que no faltaron “Himno de mi corazón”, “Mil horas”, “Sin gamulán”, “No te enamores de aquel marinero bengalí”, “Costumbres argentinas” y “Lunes por la madrugada”, entre tantos, pero también hubo espacio para reivindicar un disco como “Cosas mías”, que salvo su hit que le da nombre a la placa, quedó opacado en su momento por el impacto popular de los trabajos anteriores del grupo.
Sin embargo, lejos de ser un mero ejercicio emotivo –algo que podría haber resultado sencillo debido a la gran raigambre popular que tienen sus obras en el rock argentino de los ’80- el concierto se caracterizó por la fuerza y la actualidad sonora con la que la banda encaró su repertorio.
Y aunque también sobrevoló la presentación el recuerdo de Miguel Abuelo y hubo menciones para Polo Corbella y Marcelo “Chocolate” Fogo, los otros dos ex Abuelos fallecidos, tampoco se abusó de ese artilugio.
Las serias intenciones artísticas de la nueva versión de Los Abuelos de la Nada se evidenciaron desde el inicio del show, cuando luego de un breve video con imágenes del líder fallecido en marzo de 1988, se sucedieron destacadas lecturas de los clásicos “Himno de mi corazón”, “Sintonía americana”, “Medita sol”, “Guindilla ardiente” y “Vasos y besos”.
Allí comenzaron a despuntar los soberbios despliegues de Juan del Barrio, Kubero Díaz y Peyceré, en tanto que Gato Azul impactaba con una presencia física que remitía a su padre, pero también sorprendía por la sabia decisión de evitar convertirse en una simple imitación.
Con voz propia, el intérprete fue hilvanando una elogiosa performance personal al servicio de la banda basada en la sobriedad interpretativa; y cedió su espacio a Frankie Langdon en las canciones de sonido más pop, en general, aquellas escritas y conocidas en la voz de Andrés Calamaro, como el caso de “Sin gamulán”.
Tal como se mencionó antes, el concierto contó con varios invitados, algunos de ellos con interesantes resultados musicales, como el caso de Malosetti en “Cosas mías” y “Rock and Roll sobre la alfombra, o Herrera, en sus propias composiciones “Así es el calor” y “Tristeza de la ciudad”, quien mantuvo un electrizante duelo de guitarras con Kubero.
Por su parte, Connie Isla y Miguel Zavaleta se divirtieron en su versión de “Chalamán”, Benjamín Amadeo se dio el gusto de abordar la coreada “Costumbres argentinas” y Natalie Pérez hizo lo propio con “Himno de mi corazón”, que volvió a aparecer en los bises.
Pero, aunque no tan lucido desde lo musical, fue la presencia de Gustavo Bazterrica, miembro de la recordada formación del grupo entre 1981 y 1985, la que despertó la nostalgia con sus intervenciones en “No se desesperen” y “No te enamores nunca de aquel marinero bengalí”, y el sentido abrazo recibido de parte de Gato Azul.
Justamente, fueron esas dos canciones en donde la banda a pleno llegó a su punto máximo, con un sonido aceitado, contundente, moderno, renovado, pero respetuoso de los motivos y arreglos distintivos de cada composición.
Entre tantos hits, Los Abuelos de la Nada reservó espacio para novedades como “Mi estrella y yo”, un tema de Miguel Abuelo sobre el que trabajaba al momento de su muerte, y “Un río crucé”, de Chocolate Fogo, el bajista sobrino del líder que iba a estar al frente del proyecto pero falleció en junio pasado.
Como un tardío acto de justicia, y también como un movimiento lógico si se tiene en cuenta que su actual columna vertebral fue parte del grupo en la última encarnación con Miguel Abuelo al frente, también hubo lugar para rescatar temas del disco “Cosas mías”. Entre ellos, sonaron con particular fuerza “Cómo, quién, dónde”, “Rock and Roll sobre la alfombra” y “Región dura”.
El cierre con “Vamos al ruedo” dejó la sensación de que los grandes clásicos que marcaron los ’80 están en buenas manos y que, en un futuro, se irá abriendo el cofre de sorpresas que Miguel Abuelo dejó al momento de su muerte, lo que supone la saludable continuidad de este nuevo capítulo en la historia de la banda.
Así como el líder repatriado a principios de la década del 80 prometió –y cumplió- que volvía para “levantar el cachete caído” a una población que aún vivía bajo el terror de la dictadura genocida, el sábado la nueva versión de la banda le puso calor y alegría a los duros tiempos de pandemia.
(Fuente: Agencia de noticias Telam – Fotos: Alfredo Luna)

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Eros Ramazzotti presentó su último tema: “Mi día preferido”

Después de tres años de su último disco, Eros Ramazzotti comienza una nueva etapa en su carrera. El cantante italiano anunció su tour “Una historia importante World Tur” y una nueva canción, “Mi día preferido” (Il mio giorno preferito) que ya puede escucharse y disfrutar el video.
El tema fue compuesto por Ramazzotti junto a Edoardo D’Erme, Tommaso Paradiso, CanovA, Antonio Cirigliano y producido por CanovA, en versión italiana y española. Una pieza pop que confirma una vez más la capacidad del artista para renovarse. “Entre la soledad y el deseo de evasión, ‘Mi día preferido’ es un renacimiento emocional que transforma lo ordinario en algo especial, hablando al corazón sin perder el contacto con el presente”, destacó en un mensaje su sello discográfico.
El video fue dirigido por Giacomo Triglia, es un mosaico de rostros, gestos y miradas que cuentan la música de Eros Ramazzotti a través de un entramado de emociones diversas vividas mientras la música fluye en los auriculares. Cada uno inmerso en su propio silencio y en su propia historia, y, sin embargo, parte de una misma respiración.
Con más de 80 millones de discos vendidos y 5 mil millones de reproducciones a nivel mundial, Ramazzotti sigue sorprendiendo con la fuerza y la energía de más de 40 años de éxitos internacionales.
Música
Las Adelas presenta su canción “La tentación”

El trío Las Adelas presenta su nuevo tema “La tentación”. Será el sábado 6 de septiembre a las 21 en Club Social 911, de calle Julián Álvarez al 1272 de CABA. Las entradas, desde $12.000, se encuentran a la venta en https://clubsocial911.com/event/24042?eventDateId=36669.


“La tentación”, el nuevo single del trío Las Adelas, es una canción de rock alternativo latinoamericano, sensual, con pulsión emocional y fuerza poética. Ideal para momentos de deseo o conexión profunda, la canción narra el vértigo de la entrega y el juego entre fantasía y realidad. La voz femenina es hechizo, goce e ironía: desafía y seduce.
Las Adelas, tres mujeres argenmex, resurgen con sus canciones inéditas. Con la fuerza del amor y la creatividad, trascienden generaciones y reescriben los temas que compusieron hace 30 años para darles nueva vida rumbo a su primer LP.
Escuchá “La tentación” en Spotify
Sobre el trío
Las Adelas es un trío de folk rock femenino compuesto por Gabriela Portantiero, Valentina Concetti y Paula Ubaldini y que nació del exilio, creció con heridas y floreció con el tiempo.
Nacieron como banda a comienzos de los 90 en Ciudad de México, hijas del exilio y de la mezcla cultural entre Argentina y México. Sus canciones combinan poesía, ritual, rebeldía y rock. Tocaron en casi todo el circuito del rock mexicano, compusieron 20 canciones y las registraron en un demo. Quedaron guardadas en un cassette DAT, perdido en una vieja valija de los recuerdos, esperando su momento.
Treinta años después, Las Adelas se reencontraron en Argentina y decidieron dar nueva vida a diez de aquellas canciones, re-escritas con la mirada de las mujeres que son hoy, verán la luz en septiembre en el primer álbum del trío.
(Fuente: Lucas Seoane – Prensa)
Música
John Fogerty lanza álbum con regrabaciones Creedence y un guiño a Taylor Swift

John Fogerty, el histórico líder, voz y principal compositor de Creedence Clearwater Revival, lanzó “Legacy: The Creedence Clearwater Revival Years (John’s Version)”, un álbum con 20 de sus canciones más emblemáticas regrabadas, que marca un nuevo capítulo en su vida artística y un gesto simbólico en la historia del rock norteamericano. A sus 80 años, el músico celebra la recuperación definitiva de los derechos sobre su catálogo editorial tras más de medio siglo de disputas legales con Fantasy Records y sus sucesores.
El título del disco no es casual. Fogerty decidió añadir la leyenda “John’s Version” en un claro guiño a Taylor Swift, quien popularizó esta fórmula con sus reediciones de “Fearless, Red, Speak Now” y “1989”. Como Swift, Fogerty busca arrebatar protagonismo a las viejas grabaciones controladas por otros y ofrecer versiones propias que devuelvan al autor el dominio de su obra. “Durante la mayor parte de mi vida no fui dueño de las canciones que escribí. Recuperarlas lo cambia todo”, dijo recientemente en un concierto en el Teatro Beacon de Nueva York, donde presentó el proyecto en una fiesta privada de cumpleaños.
El repertorio incluye himnos como “Proud Mary”, “Bad Moon Rising”, “Fortunate Son”, “Have You Ever Seen the Rain” y “Born on the Bayou”. No se trata de simples remasterizaciones: Fogerty volvió a grabar cada tema junto a sus hijos Shane y Tyler, encargados de guitarras, bajo, teclados y producción, y con la participación de su hija Kelsy en batería. Julie Fogerty, su esposa, ofició de productora ejecutiva, consolidando el carácter familiar de la empresa. La producción artística contó además con aportes de Matt Chamberlain, Bob Malone y Bob Glaub, mientras que la mezcla fue realizada por Bob Clearmountain, uno de los ingenieros más prestigiosos de la industria.
El resultado son nuevas versiones que respetan el espíritu original pero añaden matices más nítidos y una energía renovada. “’Legacy’ es mi forma de celebrarlo, de interpretar estas canciones a mi manera y con la gente que quiero”, señaló el músico, que reconoce haber buscado reproducir la atmósfera de CCR con la mayor fidelidad posible. Su voz, todavía potente, y la pericia de sus hijos logran acercarse al sonido clásico de la banda que dominó las listas a fines de los años sesenta y principios de los setenta.
El trasfondo de este lanzamiento es especialmente significativo. Fogerty fue durante décadas el protagonista de una de las disputas más enconadas de la industria discográfica con Saul Zaentz, fundador de Fantasy Records, quien no solo controlaba las grabaciones originales de Creedence sino que llegó a demandarlo por supuestamente “plagiarse a sí mismo”. Aquella batalla lo llevó incluso a dejar de interpretar en vivo varios de sus propios clásicos. Según contó en entrevistas, un consejo de Bob Dylan lo ayudó a recuperar la confianza: “Me dijo que debía tocar mis canciones para que nadie olvidara que eran mías”.
En 2023, Fogerty finalmente recuperó la mayoría de su catálogo editorial, aunque las grabaciones de Creedence siguen bajo el dominio de Concord Music Group. El lanzamiento de “Legacy” aparece entonces como un acto de justicia personal y artística: una reafirmación de su voz creativa y un recordatorio de la vigencia de sus letras, que abordan la lucha, la esperanza y las tensiones sociales de Estados Unidos con una actualidad sorprendente.
“Estas canciones fueron escritas hace más de 50 años, pero siguen hablando del presente”, afirmó Fogerty. Y aunque los críticos coinciden en que las versiones originales mantienen una fuerza insuperable, el proyecto representa un triunfo moral y económico para el músico, que por primera vez puede ofrecer su repertorio bajo su control.
“Legacy: The Creedence Clearwater Revival Years (John’s Version)” confirma la influencia imperecedera de Fogerty como cronista musical de una época y demuestra que, incluso ocho décadas después de su nacimiento, conserva la energía y el fuego necesarios para mantener vivo el legado del rock estadounidense.
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