Literatura
El diario El País eligió como libro del año a la novela “Fortuna”, del argentino Hernán Díaz
La novela “Fortuna”, del escritor argentino Hernán Díaz, lidera el listado de los mejores 50 libros del año que publicó Babelia, el suplemento cultural del prestigioso diario español El País.
Babelia considera la obra de Díaz como “una novela de novela de novelas” que funciona como “un fastuoso experimento formal para iluminar cuál es el coste humano de poseer una gran fortuna”.
Para justificar la elección del libro, que resultó ganador tras la votación de un jurado de 100 especialistas, Jordi Amat -crítico literario y ensayista catalán- vincula el espíritu de la narrativa moderna con el corazón de la novela de Díaz.
“No tiene un único padre -dice-, pero tampoco haría falta un test para atribuir la paternidad de la narrativa moderna al honorable Balzac. Cuando a mediados del XIX defendía su programa literario al presentar la mejor novela como aquella capaz de mostrar la historia privada de las naciones, también estaba hablando de cómo la vida individual y cotidiana está condicionada por el dinero en una sociedad que ya era capitalista”.
“Este año -añadió Amat-, el jurado que vota el mejor libro del 2023 ha apostado por una novela de novelas que conecta con esa vocación fundacional de la ficción moderna: Fortuna”.

Según sostiene El País, “la obra del argentino Hernán Díaz, escrita en inglés, es un fastuoso experimento formal para iluminar cuál es el coste humano de poseer una gran fortuna”.
Antes de pasar a la enumeración de las 50 obras elegidas, advierte que 2023 también ha sido un año de pérdida para la narrativa contemporánea: “Nos han dejado clásicos modernos del género como Martin Amis y Cormac McCarthy, Kenzaburo Oé o Jorge Edwards. También el novelista Milan Kundera, uno de los mejores lectores de ficción literaria del último siglo”.
El artículo de El País, que da cuenta de por qué “Fortuna” es el libro del año, lleva la firma de la escritora y periodista argentina Leila Guerriero. “Hay una frase, en la tercera de las cuatro novelas que componen ‘Fortuna’, de Hernán Díaz, que podría ser la clave de lectura de esta historia que se vuelve sobre sí misma para mentirse y desmentirse y armarse y desarmarse hasta colapsar en el fraseo anoréxico que articula, en su diario personal, una mujer que agoniza”, señala.
“La frase está en boca del magnate Andrew Bevel y dice: ‘Mi trabajo consiste en tener razón. Siempre. Si alguna vez me equivoco, debo usar todos mis medios y recursos para torcer la realidad y alinearla con mi equivocación para que deje de ser una equivocación'”, propone Guerriero en su lectura.
La novela, premiada con el Pulitzer en 2023, da cuenta de la reproducción enloquecida del dinero, con la narrativa de Díaz, argentino, criado en Suecia, residente de Brooklyn desde hace 25 años y que eligió escribir en inglés. Esta segunda ficción del narrador está siendo adaptada a una miniserie producida por HBO, proyecto que tiene a Kate Winslet como una de sus protagonistas.
“Fortuna es un sistema de cajas dentro de cajas, cuatro novelas que se refutan una a la otra y que terminan en un loop desconcertante: ¿Cuál de los cuatro libros miente menos, alguno de ellos no miente? Preguntas que, a su vez, se derrumban ante la evidencia de que lo que se está leyendo es ficción”, propone como hipótesis Guerriero.
Por otra parte, “El corazón del daño”, de la poeta y escritora María Negroni, también integra la selección de El País. Dirigida por Alejandro Tantanian y la interpretación de Marilú Marini, la adaptación del libro llegó a fines de septiembre al escenario del Teatro Español en Madrid.
Textos para escuchar
Lluvia de otoño – Olga Drennen
La escritora Olga Drennen lee un fragmento de Lluvia de otoño, capítulo X de su novela de época La noche olía a jazmines, los amantes a traición
Temblaba de indignación, ¿qué se habría creído? Para colmo, casado, ¡casado y con hijos! ¿Cómo se le podía ocurrir querer salir con ella? Deliraba. Como desprendida de una foto, la imagen del hombre la miraba con una súplica en la cara. Se dio cuento de que había llegado el momento de poner los puntos sobre las íes. Iba a decirle de todo. ¡Caradura! Pero cuando estaba por empezar la frase, él hizo un gesto que le provocó un aleteo en el estómago. Entonces, sin decir palabra, se dio vuelta y volvió para su casa.
Pensó que con eso era bastante, que ya no iba a verlo más. Pero no fue así, al día siguiente, apareció una vez más en la esquina. Cuando pasó cerca de él, le lanzó una mirada que parecía un cuchillo. Como para que no se acercara. Cruzó la calle para evitar saludarlo y siguió su camino.
Esa situación se mantuvo en ese estado durante varios días. Pero una tarde no pudo ir a llevar su trabajo. Su máquina de coser se rompió. Un tornillo de mala muerte la tuvo a maltraer.
-Bueno –dijo con voz resignada –si no anda, no anda. Dejo la entrega para mañana, ¿qué le voy a hacer? Mejor, plancho las blusas que ya están terminadas.
Una vez planchadas, las acomodó según el color de la seda. Una pila blanca, una pila rosada, una pila gris. Unos golpes en la puerta de su habitación la interrumpieron. Supuso que era la vieja y corrió a abrir.
El marco de la puerta perfiló la figura del hombre a contraluz.
—Me preocupó no verla como todos los días y vine a preguntarle si necesita algo.
—Pero…, ¡hay que tener coraje! No creo haberle dado lugar como para que se tome este atrevimiento.
—Por favor, Aurelia, no quiero que se ofenda. Ya veo que está bien, entonces, me voy.
Y el mismo marco que había delineado su figura, ahora, dibujaba su ausencia.
En las terrazas, la ropa que colgaba de las cuerdas bailaba, se contorneaba o intentaba escapar. El Riachuelo rugía y amenazaba con desbordarse enfurecido por el temporal. Como todas las tardes, Aurelia salió para entregar su trabajo, que guardó en un pequeño bolso de tela impermeable para protegerla de la lluvia.
—Niña, niña, ¿adónde vas con este aguacero?
—A entregar las blusas, doña Carmen. Vuelvo pronto, no se preocupe.
Sin embargo, no cumplió su palabra porque al salir de la Maison Lombard, se encontró con dos compañeras de trabajo.
—Vengan a tomar mate a mi casa –dijo una de ellas –mi abuela prometió preparar torrejas.
Conversaron un par de horas. Modas, dinero, amores. La dueña de casa y su compañera estaban comprometidas para casarse desde hacía un tiempo.
—Y vos, Aurelia, ¿no estás enamorada? –preguntó una de ellas.
—Ssí –contestó ella con voz insegura.
Las otras dos la miraron curiosas y un centenar de preguntas llovieron sobre ella. Que si ya había entrado a pedirla, que cuándo pensaba presentarlo, que si tenían planes de casamiento.
—Esperen, esperen –dijo ella –que esté enamorada no quiere decir ni siquiera que él lo sepa.
Le respondió la carcajada de sus compañeras y otra andanada de preguntas la aturdió.
Ella les contó la historia del encuentro y de cómo tropezaba con él cada vez que se asomaba a la calle.
—Le está arrastrando el ala –dijo la abuela que había entrado en el comedor sin ser vista –si el candidato tiene buena posición, ni se te ocurra dejarlo pasar, m´hija, porque después vas a arrepentirte…
Las dos amigas comenzaron a discutir entre ellas acerca de los matrimonios por amor o por conveniencia.
Aurelia aprovechó la oportunidad para despedirse. No quería responder más preguntas. No quería contar la verdad. El escándalo que se hubiera armado. Le dolía pensar en que le dirían que estaba loca, que lo echara, si se hubiera atrevido a decirles que el “candidato que le arrastraba el ala” estaba casado y tenía hijos. En ese momento, le temblaron las rodillas. La boca se le secó. Fue cuando comprendió con amargura que se enfermaba de solo imaginar la esquina de su casa sin la sombra del hombre.
Anochecía y además, sentía frío. Caminó con apuro debajo de la lluvia. Al acercarse, miró el jacarandá. Bajo la lluvia, parado en medio de una alfombra de flores azules, la esperaba él. Empapado, el pelo caía en desorden sobre la frente, las mangas del saco chorreaban agua. La miraba.
Aurelia suspiró. La suerte está echada pensó. Después le tendió el paraguas.
—Venga –le dijo y levantó la cabeza como quien acepta un desafío.
Historias Reflejadas
“Mimetismo”

Mimetismo
Un silencio blando se derramaba sobre el paisaje. Desde los árboles colgaban palabras, eran voces dormidas, murmullos imperceptibles, de colores, que se alargaban en sombras inquietas.
Sobre el suelo, el movimiento ondulante de esas sombras convocaba a una danza. Las figuras expandidas en el fuego despertaban historias e iluminaban misterios, era en el calor de las llamas donde se completaban los ciclos. La noche se hermanaba con el día, luna y sol abrazados en el cielo.
Todo giraba en las manos que habían sembrado, entonces las semillas eran fruto y cosecha, pinceladas de deseos, memorias de la tierra, que guardaba el recuerdo de quienes habían cruzado las fronteras para regresar, la vida enredada en la muerte, mimetizándose con las voces del paisaje, aquietándose en sus formas, como si cada pieza fuera necesaria, como si las palabras fueran parte del silencio y giraran.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “El dragón”, de Gustavo Roldán con ilustraciones de Luis Scafati; “Lo que cuentan los iroqueses”, de Márgara Averbach con ilustraciones de Alejandro Ravassi; “Cuando llega el dragón”, de Maricel Palomeque con ilustraciones de Rosa Mercedes González; y “Makemba”, texto e ilustraciones de José Rivadulla.
Literatura
En noviembre, el Festival de Literatura Infantil celebra sus 15 años
El Festival de Literatura Infantil FILBITA celebrará sus 15 años del viernes 7 al domingo 9 de noviembre en distintos espacios de la Ciudad de Buenos Aires, con una programación que incluye narraciones, lecturas, música, talleres, proyecciones y actividades para toda la familia.
El viernes 7, en el marco del programa “Territorios de encuentros” de ALIJA, se realizará una jornada de formación e intercambio para mediadores de lectura en Los Pompas Club de Artes (Av. Brasil 2640). También se reunirán participantes del proyecto Sinfín, que promueve la circulación de la literatura en escuelas y comunidades.
FILBITA celebra 15 años con talleres, lecturas y música para toda la familia
Las actividades centrales del festival se desarrollarán el sábado 8 y domingo 9 en el Espacio Cultural del Sur (Av. Caseros 1750), con talleres de fanzine, escritura, dibujo, poesía y movimiento, además de narraciones y canciones para bebés.
Entre las propuestas destacadas figuran las narraciones de Mario Méndez, la lectura de Luciano Saracino acompañada por música de Victoria Rodríguez Lacrouts y Eugenia Sasso, y el video Lecturas Sinfín. TAC infinito, con producciones poéticas de jóvenes participantes de Fundación TEMAS.
El festival contará con la participación de autores y artistas nacionales como Luciana De Luca, Patricia Strauch, Noe Garín, Jimena Rodríguez, Laura Ávila, Matías Moscardi y Jimena Tello, entre otros, y con el apoyo de editoriales como Fondo de Cultura Económica, Limonero, La Brujita de Papel, Ojoreja y Siglo XXI.
FILBITA, organizado por Fundación FILBA, se consolida como un punto de encuentro entre lectores, autores y mediadores, con el lema “Leer con otras y otros”. La edición cuenta con el apoyo de Banco Galicia, Mecenazgo, Eterna Cadencia y el Goethe-Institut.
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