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Entrevistas

La Biblioteca Popular Virrey del Pino y sus dos décadas de libros compartidos

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca)
Edición: Walter Omar Buffarini //

Clarisa Abaúnza tiene el privilegio de habitar un mundo de palabras, un universo pequeño en el que los libros son protagonistas y la impulsan a abrir las puertas hacia aquello que existe, aunque no siempre se ve.

En algún momento, algo se gestó en su interior, invisible, como un sueño que se puso en movimiento hacia una meta, como una primera letra a la que su unieron otras y otras, para apilarse en los deseos y dar vida a un espacio en el que la magia de la cultura es posible. De esta manera, el 6 de diciembre de 1999 nació la Biblioteca Popular Virrey del Pino, que actualmente dirige, y que es una puerta abierta para una gran movida cultural de la que muchos son protagonistas.

Porque detrás de los libros la cultura fluye como un río caudaloso que convoca, que reúne, que es lugar de encuentro y punto de partida, porque desde la palabra escrita, nacen otras palabras que se pliegan a la música, que se convierten en imágenes, que levantan vuelo para ponerse en movimiento sobre el movimiento mismo y transformar.

En diálogo con ContArte Cultura la docente, fundadora y directora de la Biblioteca cuenta la historia y la actualidad de ese espacio en el que la cultura transita, permanece y se comparte.

—Contanos un poco de la historia y de qué manera se gestó el proyecto que dio vida a la Biblioteca Popular Virrey del Pino, que dirigís.
—La fundamos tres bibliotecarias: Adolfina Deliantoni, Mónica Martínez y yo, quienes compartíamos el sueño de un espacio cultural y educativo no formal para la localidad. La Biblioteca Popular “Virrey del Pino” abrió sus puertas al público un 6 de diciembre de 1999.  En la actualidad cuenta con más de veinticuatro mil volúmenes para ser consultados y disfrutados por socios y usuarios vecinos de nuestra localidad y de su zona de influencia. Realiza en forma permanente actividades de extensión en Promoción del libro y la lectura con diferentes grupos de la comunidad: bebés y familias, niños y jóvenes, adultos mayores, jóvenes y adultos privados de la libertad, préstamo de baúles viajeros a instituciones con narradores y cuenta cuentos, cuenta con una biblioteca ambulante, “El Andariego”, que contiene más de mil quinientos libros seleccionados especialmente, visitando plazas, escuelas e instituciones con promotores culturales y actividades relacionadas con el arte y  las palabras. Organizamos la feria del libro de la localidad. Es un proyecto que fue creciendo y se ha transformado en el símbolo cultural zonal por excelencia. En su 10° edición (realizada en septiembre de 2016) fue visitada por más de diez mil personas. En cuatro oportunidades fue distinguida con el reconocimiento de interés por el Ministerio de Educación de la Nación (período 2011/ 2014). Nuestra última propuesta fue reconocida con la Primera Mención del Premio Nacional “Graciela Cabal” de Promoción de Lectura otorgado por la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares). En el 2010 fuimos distinguidos con el Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil “La Hormiguita Viajera”, otorgado por la Biblioteca Popular “Madre Teresa”. Y en el año 2012 hemos sido reconocidos con el Premio Pregonero en el rubro Biblioteca otorgado por la Fundación El Libro. Hoy seguimos trabajando en forma constante, posibilitándole a la comunidad el acceso libre y la democratización de los bienes culturales.

—¿Recordás cuál o cuáles fueron los primeros ejemplares que formaron parte de los cimientos de palabras de la biblioteca?
—¡Cómo no recordar los primeros libros que llegaron a nuestras manos ya en la biblioteca! Fue una colección de libros de literatura infantil editados por el periódico Página 12, que junto al sello Colihue conformaban nuestros primeros ejemplares: los del malabarista, los de Graciela Montes (creo que era una colección de mitología griega, Las mil y una noches, entre otros) que eran adaptaciones de los clásicos. Las bibliotecas personales de cada una de nosotras, y algunas donaciones súper importantes aportadas por vecinos y amigos. Cabe destacar que en ese momento también se adquirieron, con un aporte muy importante de la Cooperativa Telefónica, cerca de seiscientos libros de diversas temáticas que considerábamos infaltables en una entidad como la que estábamos abriendo.

—Están celebrando 20 años de trabajo en la difusión de bienes culturales, ¿qué cosas son las que rescatás en esos laberintos del tiempo en los que, seguramente, hubo muchos cambios?
—Indudablemente el evento más importante que realizó la biblioteca, y que ha quedado en la memoria de la comunidad, es la Feria del Libro durante 10 años consecutivos como explicaba anteriormente. Ha sido el evento por excelencia, porque nucleó todas las ramas del arte, y su influencia continua hasta nuestros días. Porque, como lo expresa en “La otra revolución”, el texto de María Teresa Andruetto dice: “Leer y dar de leer”, “como lo expresado por Michele Petit, mientras más difícil es el contexto, más necesario es mantener espacios para el ensueño, el pensamiento, la humanidad. Espacios abiertos hacia otra cosa. Espacios donde volver  a las fuentes, donde mantener la propia dignidad, porque la literatura es metáfora de la vida, una vida para los vivientes no siempre fácil de significar. Salir de uno mismo para ser por un momento otro, aunque sea de manera ilusoria, esto es, entre otras muchas cosas, lo que nos propone la literatura”. Y otro de los que me parece sustanciales es el proyecto de extensión y apertura comunitaria que va al encuentro de nuevos lectores, garantizando la llegada a todos los ciudadanos que habitan lugares distantes y desprotegidos de nuestra localidad., como lo es la Biblioteca Móvil “El Andariego”. Se promueven encuentros entre textos y lectores, observando las particularidades de las manifestaciones culturales de la población. Las actividades se llevan a cabo por parte de mediadores profesionales y voluntarios de la Biblioteca Popular. Se realiza animación a la lectura y al libro, en escenarios tradicionales comunitarios, pero especialmente en ámbitos no tradicionales con actividades en espacios a cielo abierto y en instituciones de la propia localidad y su zona de influencia. La presencia en esos espacios no convencionales constituye un desafío para que se hable de cómo, por qué, y para qué leemos, a vivir el libro y la lectura desde una visión más liberadora que encierra mensajes poderosos y estimulantes para la reflexión: Libros y Lectura para lectores y no lectores, y desde ahí el desafío de contribuir a formar lectores desde el no ser lector, conjugar formas de leer no tradicionales que los chicos y jóvenes manejan en general sin dificultades con la lectura convencional que parece ser patrimonio de otras generaciones. Y en eso consiste la promoción del libro y la lectura en diversos soportes para que lectores y no lectores de todas las edades y otros mediadores, puedan tener acceso de manera aparentemente informal en espacios no tradicionales a este mundo maravilloso y fascinante que está en permanente actualización…

—Hablemos de números, ¿con cuántos ejemplares cuenta hoy la biblioteca y cuál es el promedio de visitantes cada día?
—Actualmente estamos procesando el ejemplar número 24025 de nuestro inventario y el promedio de usuarios diarios es de alrededor de 50 personas. La biblioteca se encuentra muy actualizada, ya que todos los años participamos del Programa Libro %, y adquirimos las novedades editoriales y materiales solicitados por los socios de las más diversas temáticas.

—¿Es necesario asociarse para hacer uso de las instalaciones?
—Para usar las instalaciones no es necesario ser socio. Es un espacio gratuito, por eso somos una biblioteca popular, y el uso de los materiales en las salas se realiza sin ningún tipo de canon. Ser socio es necesario para retirar libros al domicilio particular. Asociarse a la Biblioteca Popular permite ser parte de esta entidad conformada como una asociación civil sin fines de lucro. Te posibilita participar activamente de las actividades que en ella se desarrollan, obteniendo como beneficios sociales una bonificación especial en talleres, seminarios y cursos. Las instituciones escolares o barriales pueden acceder a través de la asociación a visitas guiadas y baúles viajeros (préstamo quincenal de una colección de 80 ejemplares a elección de acuerdo a la temática que se encuentren trabajando) dos veces al año.


Actividades destacadas

Bebeteca: Espacio destinado a fortalecer el vínculo entre el bebé, el adulto y la lectura. (Para niños de 45 días a 3 años)

Narración de cuentos: Destinado a acercar la literatura y al arte de escuchar cuentos a los niñes.

Ludoteca: Espacio destinado a reencontrarse con el placer de jugar y compartir el tiempo lúdico con otros (Para niños de 6 a 99 años)

Banco de Lectores Narradores sociales “Curander@s de palabras”: Grupo de donadores de lecturas enmarcados en el proyecto Argentina Narrada de María Héguiz

Talleres experimentales:

Percusión Espacio de experimentación con instrumentos para chicos de 7 a 12 años y para jóvenes y adultos

Historieta  (para mayores de 12 años)

Dibujo y caricaturas: Para niños y jóvenes

Taller de Música con orientación en Guitarra (Arancelado)

Encuentro Regional de Historieta e historietistas

Festival Roldandevetacheada: Festival literario destinado a promover y difundir la obra literaria de Gustavo Roldán y Laura Devetach

Ciclo: “Agendado cita a las 18.00 hs.” Espacio mensual destinado a la presentación de novedades editoriales por parte de sus autores y sus ilustradores.

Cine Club: Espacio destinado a encontrarse, mirar y charlar sobre diferentes propuestas cinéfilas.


—La puerta de la biblioteca es una boca de entrada hacia la cultura en sus diversas formas, pero también una boca por la que salen “palabras viajeras” que pretenden llegar más allá, ¿cómo se vive la experiencia de la biblioteca ambulante “El Andariego” y qué son los “Baúles viajeros”?
—La experiencia con El Andariego es altamente satisfactoria, es una forma diferente de acercar y llevar libros y literatura a espacios no formales: plazas, sociedades de fomento, entre otros sitios. Por su parte, un baúl viajero, es como un cofre del tesoro, donde los libros brillan como piedras preciosas, maravillan como collares de perlas, pesan como verdaderas monedas de oro, es un botín esperando ser encontrado, descubierto. El mapa es fácil de seguir, unos cuantos pasos hacia la derecha, otros menos hacia la izquierda, subiendo las escaleras. Una colección de ochenta libros seleccionados especialmente para las instituciones asociadas que lo requieran.

—¿Cómo es un día típico entre los libros? ¿Quiénes son los que más consultan y qué buscan?
—El día es variado. Hay momentos de proceso del material bibliográfico, visitas guiadas de distintas instituciones, atención de usuarios, preparación de eventos, atención y seguimiento de redes sociales, planificación de nuevos proyectos. Tienden a ser vertiginosos algunos y otros más serenos, depende también de la época del año, de las propuestas para ser desarrolladas en ese tiempo, entre otras circunstancias que puedan darse. Nuestros usuarios mayoritariamente buscan literatura de autor. Contamos con un consumo de literatura infantil y juvenil muy importante. Nuestra sala infantil “Graciela Cabal”, es una sala excepcional de la biblioteca. También son un clásico los textos escolares para la realización de tareas. La biblioteca ofrece wifi gratis, lo que atrae al público adolescente, que además permite el uso del sector de historietas. 

—Un sueño que te gustaría compartir con nosotros para ese mundo de letras del que formas parte.
—El gran sueño creo que es poder contar con una casa o espacio propio para la entidad, donde seguir desarrollando este trabajo que nos acerca y nos permite acercar a otros al maravilloso mundo de las palabras.


Lo que resta de 2019

  • Encuentro de títeres gratuito a cielo abierto.
  • Encuentro con autores en el marco de “Agendado: Cita a las 18 hs.”
  • Talleres.
  • Imposición de la biblioteca abierta (casita de libros) en la plaza central de nuestro barrio.
  • Puesta en marcha de dos proyectos innovadores: la “Biblioteca de semillas” y la “Botica literaria”.
  • Festejos por la conmemoración de nuestros primeros veinte años de vida.

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“Vientos de libertad”, la gesta sanmartiniana en la nueva obra de Luis Carranza Torres

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Por Andrea Viveca Sanz /
Edición: Walter Omar Buffarini

Cruzar las fronteras del tiempo y del espacio, animarse, como si existiera una continuidad, un rumor de páginas que necesitaran volver a leerse.

Con una trama que pone la mirada en los detalles, en los paisajes interiores de los protagonistas, en el pasado, pero también en el presente y en el futuro, Luis Carranza Torres avanza, cruza sus propias montañas y da vida a una historia que se ramifica, un entramado donde las pasiones y el amor son protagonistas.

“Vientos de libertad” es la nueva novela del escritor cordobés, quien con sus letras lleva al lector a épocas de la gesta sanmartiniana, para adentrarse en algo más de lo que cuenta la historia.

— ¿Qué te llevó a elegir este renglón de la historia para invitar a tus personajes de ficción a vivir los hechos reales?

— Me gustan los momentos bisagra de la historia, y este período en que transcurre la novela lo fue para nosotros. Nunca es en vano recordar que la Independencia argentina se sancionó, a diferencia de muchas otras, en el peor momento posible. Sin recursos, derrotados nuestros ejércitos en el Alto Perú, amenazados por los cuatro costados por los españoles, los portugueses y los indios.  Nacimos, por tanto, en la esperanza, pero también por el coraje de no rendirse ante la adversidad. Eso es lo que busqué reflejar en la novela. Y es algo que sirve más allá del orgullo por nuestro pasado, en la vida diaria de cualquier persona. Se trata de la prehistoria, por así decirlo, de la Argentina que hoy conocemos. Cuando todavía ni nos llamábamos de esa forma.  A la par de la evolución de los personajes, existe también la de una sociedad que busca ser de otra forma, liberándose de muchas cosas. A partir de esa declaración de independencia, se produce un gran sinceramiento colectivo de lo que queríamos ser, y de lo que podíamos lograr solo con dos cosas: un liderazgo apropiado y la capacidad de esfuerzo que nos caracteriza individualmente, pero articulada en conjunto. La gesta del cruce de los Andes muestra a lo que podemos llegar cuando hacemos bien las cosas. 

— ¿De qué manera trabajaste para poner en palabras los escenarios naturales que recreás en los distintos capítulos?

— Me esfuerzo por poner atención a los detalles, esos que le confieren autenticidad a la trama. Cuando se estructura la trama, uno también va buscando el escenario para plantear determinada escena. Aquí, en “Vientos de Libertad”, no las determinan tanto los actos exteriores sino la interioridad de los personajes, que el paisaje esté a tono con lo que le pasa por dentro a quién protagoniza la escena. Fue eso lo que busqué plasmar. Te diría que aun con la presencia de una referencia geográfica de tanto peso como los Andes, la cuestión pasa más por los lugares culturales o sociológicos de ese tiempo: los espacios de sociabilización como la Alameda o la Plaza Mayor, las conversaciones en el río de las lavanderas, las sala de recibir de las casas, el cuartel militar como preparación para el cruce. Es algo que no busqué, se dio naturalmente. La cordillera está, pero a la vez no está y hay otras todavía más inmensas que sortear. A veces los libros te llevan a eso. A pesar de que he estado en los Andes de norte a sur, desde la puna al estrecho y hecho andinismo en la zona del Tupungato cuando era jóven. O quizás por eso, la presencia no es tanto física como simbólica. Los lectores decidirán (risas).

— Además hay otros escenarios que muestran la vida doméstica de José de San Martín junto a Remedios de Escalada. ¿Por qué te interesó hacer foco en esas vivencias cotidianas?

— La relación entre José de San Martín y Remedios de Escalada ha sido muy bastardeada, por usar una palabra de la época. Con ella, sobre todo, siempre invisibilizada y desmerecida injustamente. Fue Remedios una mujer excepcional, tan valerosa, rebelde y libre como la sociedad de su época podía permitir, e incluso algo más. Asimismo, mostró un compromiso personal y propio con la causa emancipadora, aun desde antes de conocer al Libertador, con la misma firmeza de carácter que luego tuvo en el manejo de los asuntos patrimoniales de la pareja, ya que fue ella quien administró todo mientras San Martín hacía sus campañas, teniendo incluso la plena patria potestad de la hija de ambos. Por extraño y hasta paradójico que parezca, bien podemos decir que la Remedios histórica es muy diferente de aquella que la historiografía nos ha pintado. Por su parte, José de San Martín es bastante más de lo que usualmente tenemos en consideración. Era un hombre ilustrado, curioso de casi todo lo que se movía a su alrededor, que leía mucho, en inglés y francés además del castellano. Tocaba la guitarra, cantaba bastante bien, pintaba cuadros de paisajes, sobre todo de la cordillera, era un apasionado del ajedrez y gustaba de las nieves de limón -antecedente de nuestro actual helado de ese gusto-. Creo que la frase que el Libertador pone en la tumba de Remedios ilustra bastante respecto de la relación que tuvieron: “Esposa y amiga del general San Martín”. Recordemos que él valoraba la amistad en un grado superlativo dentro de su escala de valores. Tanto uno como otro fueron personas adelantadas a su tiempo. Y que se atraían por compartir esos valores, sintiendo admiración mutua. Es lo que quise reflejar en la historia en cuanto a ellos. La relación de igual a igual que, a juzgar por toda la documentación fidedigna, tuvieron en un gesto inaudito para la época. Parecen más un matrimonio de nuestros días que de aquellos de 1816. 

— ¿Cómo se manifestaron en vos Sebastiana y Justo, los protagonistas de “Vientos de libertad”?

— Ambos son seres literarios por demás interesantes. Complejos, intrincados por dentro y por fuera, y hasta queribles aun en sus defectos. Él ya no puede ser en lo físico lo que sigue siendo en mente y alma: un soldado. Ella, un ser tan castigado por la vida, que termina por volverse una resentida con casi todos. Y el amor como prenda de unión, que da segundas oportunidades para ser feliz, pero también implica renuncias costosas. Si Justo tiene un brazo inútil, Nazarena lleva esas mutilaciones por dentro. Cada cual lidia con ellas como mejor puede, en tanto no deja de advertir que al otro le pasa igual. Para peor, ambos son terriblemente pasionales. En lo bueno y en lo malo. Particularmente, en el orgullo propio. Ninguno cede nada, a pesar de la atracción, del deseo o los fuertes sentimientos que se prodigan.  Cada cual quiere lo mejor para el otro, pero a su modo. Y cuando se desilusionan, es en grande. Con todos estos ingredientes, creo que la historia de Nazarena y Justo termina siendo una de las más pasionales que he escrito. Pero también, de las más sufridas e implacables. 

— ¿Hay algún personaje secundario que te gustaría destacar?

— La familia Buteler. La historia es verídica en sus líneas generales. Un irlandés que viene con el ejército inglés y se aquerencia al punto de no querer volver a su tierra y plantar raíces aquí. Algunos de los descendientes del Buteler histórico eran vecinos de mi familia en el campo, y de chico escuché alguna de las cosas que aparecen en la novela y me sirvió para darle forma a esa peculiar familia literaria. En cierto modo, es un homenaje a aquellas historias y a las personas que me las contaron. Así como a unos vecinos muy cercanos que tengo como parte de mi historia personal y considero, incluso hoy, como parte de mi familia ampliada. Además, “Vientos de Libertad” se trata de una de las novelas con más personajes secundarios que he escrito. Por lo mismo, se puede leer en varias líneas narrativas. Todas cruzadas por distintos tipos de amor: el de Goya y Tadeo, los esclavos de Nazarena, el apegado a las normas de Isabel y Eulogio, el pasional de Nazarena con Justo, el amor a la distancia entre Mariana y Tulio o el cómplice entre Remedios y José. A la par de eso, hay historias personales muy ricas en matices, como la de Goya, el mismo Tadeo, Mariana en Santiago de Chile o Isabel en Mendoza. Cada una por sus propias y muy particulares razones. 

— Vemos que uno de los personajes, Eulogio, lleva un apellido conocido de otras obras tuyas: López de Madariaga. Y que Isabel es una devota lectora de Jane Austen, sin mencionar a la autora. ¿Qué podés contarnos sobre eso? ¿Hay otro texto, quizás implícito, detrás del texto impreso de la novela?

— Son guiños de complicidad para los lectores que me siguen desde siempre. Eulogio es mencionado, ya anciano, en “Palabras Silenciadas”. Es, en sus años mozos como se diría en la época de la novela, el antepasado de la familia que desarrollé en la saga de la Segunda Guerra Mundial que inició con “Mujeres de Invierno”. Antes de llevar a cabo todo por lo que su familia lo recuerda. En el caso de Isabel, sus lecturas son una suerte de homenaje a lo que he visto o me han contado que leen muchas de mis lectoras. Y para recordar que clásicos de Jane como “Orgullo y Prejuicio”, por los tabúes de la época en la sociedad inglesa, se publicaron de forma anónima, sin más datos que su escritora era una mujer. Cosas como estas encajan de maravilla para pintar con un detalle a la sociedad de entonces. 

— Mientras todos ellos se preparaban para cruzar una frontera geográfica, vos ibas cruzando las barreras del tiempo para revivir aquellas escenas. ¿Qué fue lo que más te impactó de ese cruce temporal?

— La magnitud de lo que se hizo con muy pocos medios, pero usados muy inteligentemente. La libertad siempre tiene un precio e impone sacrificios. Ellos no dudaron en pagarlo, y por eso es que somos argentinos hoy en día. Tenemos una deuda con esos compatriotas que ya no están, es lo que quise reflejar en la trama de la historia. Otra de las cuestiones que me llamó la atención, y quise rescatar para dar cuerpo a la historia de la novela, es la tremenda preparación logística que implicó. No solo fue un cruce. Debieron llevar consigo todo lo que necesitaban para sobrevivir, desde la leña hasta el agua. Y combatir para apoderarse de las fortificaciones realistas que guardaban los pasos. Pero el éxito de todo dependía de mantener al adversario sin saber por dónde cruzarían. Que se revelara ese detalle hubiera ocasionado el desastre de toda la expedición, y esa es la idea movilizadora que estructura la historia.

— Has dedicado esta novela “a ese soldado argentino, sólo conocido por Dios” ¿Qué razones te movieron a poner esas palabras?

— Es una frase conocida en el mundo castrense. Refiere a aquellos que han caído en combate y no han podido ser identificados sus restos. Solo Dios sabe quién es y cómo sacrificó su vida. A veces ni tumba tienen. Hubo muchos en las guerras de la independencia, por no decir que fueron la mayoría de los caídos en esa época. Son los seres más anónimos de las batallas y guerras. Desde chico, cuando veía la llama votiva por el soldado desconocido de la Independencia a la entrada de la catedral de Buenos Aires, era algo, y lo sigue siendo hoy, que me sobrecoge. Cuando terminé de escribir la novela, supe que era a ellos que debía dedicarlo, para reconocerlos, tal como se hace en cualquier país que cuida sus valores cívicos.

— El viento siempre mueve cosas, ¿qué movilizaron en Luis Carranza Torres los vientos de la escritura de esta novela?

— La gratitud a aquellos que se sacrificaron para tener la libertad que, muchas veces hoy, usamos mal o, peor aún, nos resulta indiferente. Poder decidir nuestro destino es una gran cosa. No solo en lo individual, sino también como sociedad. Quise rescatar eso, pero también lo que entiendo como una paradoja curiosa y hasta cruel respecto del deber: hacer lo que entendemos correcto, implica muchas veces sacrificios muy personales. Y en el caso de los personajes de la novela, como el mismo José de San Martín lo habla con Eulogio, cumplir con el deber es alejarse de los que uno quiere y poner en riesgo de mil formas la propia existencia. Somos lo que somos colectivamente, entre otras cosas, por esos esfuerzos que se cuentan en la novela. No debemos nunca olvidarlo. Eso busqué transmitir, más allá de contar una historia vibrante en lo épico e intrincada y de suspenso también en cuanto a lo amoroso. 

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En primera persona: Nair Libonatti, escritora

La artista uruguaya habla de ella misma, de cómo llegó a la escritura y de su obra

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Sobre sí misma y su arte

Soy Nair Libonatti, mujer uruguaya de 69 años. Toda mi vida supe que podía escribir, sin embargo, al plasmar mis ideas en una hoja, el resultado no me era grato y terminaba rompiendo.

En el año 2019 una amiga me invitó a “algo” literario y fui. Resultó ser un taller y fue ahí donde comencé a escribir.

Pocos meses después llegó la pandemia, entonces, buscando recursos para mi nuevo despertar, entré en un grupo argentino de Facebook. En él compartíamos textos y comentábamos.

Un buen día me invitaron a participar en el Mundial de Escritura, al principio me parecía inalcanzable hasta que me animé y la experiencia resultó maravillosa.

Sobre su obra

He escrito algunos libros: “Historias del Caldero”, en conjunto con dos amigas, “Constelaciones”, libro que va por su segunda edición y “El Pata de Bolsa y otros relatos”. Estos dos últimos están presentes en la 49a Feria del Libro de Buenos Aires, en el stand de Uruguay.

Sobre “Constelaciones” puedo decir que es un libro fuerte, con historias bastante movilizadoras, es un intento de visibilizar algunas circunstancias.El Pata de Bolsa” es en tono más humorístico, un poco más distendido y coloquial.

Son libros de cuentos cortos, escritos individualmente y luego seleccionados para cada uno de los libros.

Su actualidad

Actualmente integro el taller “Ratones de biblioteca”, que funciona en la Casa de la Cultura de Minas, Uruguay, y algunas compañeras me acompañaron a la Feria del Libro de Buenos Aires.


Nair Libonatti junto a Andrea Viveca Sanz, de Contarte Cultura, en la 49º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

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Aguirre–Rodríguez: “El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Es un viaje dentro de otros, un movimiento sutil, la música desperezándose en gotas de rocío, notas evaporadas sobre las aves del campo, es el vuelo hacia el espacio urbano, un recorrido temporal. Es antes y después. Es ahora y siempre, una melodía que llega desde lejos, de otras patrias, del mismo viento que corre y desparrama en el lugar justo y en el instante oportuno.

“Del Buen Ayre”, el próximo espectáculo y disco del dúo platense AguirreRodríguez es un viaje por el tiempo y por distintos espacios, una relectura en modo actual de la música rural bonaerense.

Contarte Cultura charló con sus integrantes, Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez para que nos cuenten acerca de ese caminar que la canción propone.

—Porque los espacios y las cosas que forman parte de ellos suelen hablar de quienes los habitan, nos gustaría comenzar esta charla deteniéndonos en su lugar de trabajo, en el espacio creativo de su música y en los objetos que los rodean en este momento. Si pudieran elegir un rincón o un objeto, el que mejor los represente como dúo y nos cuente algo de ustedes, ¿Cuál sería?

—El lugar, nuestra casa, y el rincón nuestra sala, en la que se va gestando todo el resultado final de lo que hacemos como músicos. Creo que estos espacios hablan de nosotros y de nuestra manera de entender la realidad y el arte.

—Y desde ese espacio viajamos en el tiempo, ¿cómo y cuándo se encuentran Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez en el camino de la música para dar comienzo al dúo Aguirre–Rodríguez?

—Nos encontramos en la escuela de arte de la ciudad de Berisso, hace muchísimos años, en situación de alumna y profesor, pero rápidamente comenzamos a compartir producciones por fuera de la escuela. Con los años volvimos a encontrarnos, ya específicamente en el terreno del tango con la orquesta Los inmigrantes en el año 2005. Cuando el tiempo de la orquesta se terminó, continuamos en dúo.

—¿Cómo fueron esos comienzos?

—Fue un muy hermoso comienzo, pero rápidamente el dúo se fundió dentro de un cuarteto que con el tiempo se convirtió en sexteto de tango. Me refiero a Tangor. Con esa agrupación trabajamos durante más de 10 años. Por otro lado, Cynthia participaba como invitada permanente en el grupo La Sonora, proyecto que venía caminando desde el año 1989.  

—Como decías, con el correr de los años el tango se instaló entre ustedes, ¿qué cosas los llevaron a explorar en este género que nos representa?

—El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros. Como una especie de lengua madre. Rastrear el porqué de esto es complicado, creo que tiene que ver con nuestras historias personales y la idiosincrasia de nuestras familias de origen. Lo que es claro es que ha sido fundacional en nuestro vínculo con la música. Nuestra mirada como habitantes de este tiempo siempre nos llevó a buscar puentes entre el tango, otras músicas y otros conceptos artísticos.

—¿De qué manera llega el primer disco “Mundo Tango”, grabado en 2011?

—Ganamos un premio a la Producción Fonográfica del FNA (Fondo Nacional de las Artes) y generamos nuestro primer CD. En ese entonces, si bien el CD se llamó Mundo Tango, abarcamos otros lenguajes musicales, algunas cosas del folclore y canciones provenientes de la cantera del rock.

—Por estos días están en proceso de grabación de su segundo disco “Del Buen Ayre”, ¿qué recorridos espacio-temporales tuvieron que hacer para dar vida a los temas que forman parte de esta obra?

En Mundo Tango nos referimos a una idea acerca del tango, como un estado del ser que no solo aparece en esta región del mundo (por algo el tango impacta como impacta en todo el globo). Aquí nos referimos más a la génesis de este género y la música de la provincia de Buenos Aires. Este nuevo trabajo propone un recorrido desde la música campera de principio de siglo XX (El Gardel Gaucho, pasando por compositores icónicos de ese lenguaje como Omar Moreno Palacios) para adentrarse en el tango clásico de la época de oro y llegar hasta composiciones actuales que revitalizan el género. También este trabajo, a diferencia del otro, está estructurado por un material que fue ampliamente mostrado y fogueado. Es música que hemos tocado mucho en vivo y está planteado desde esa impronta. Los arreglos, si es que los hay, fueron construyéndose a lo largo del tiempo y de las distintas actuaciones. Los músicos invitados jugaron en ese mismo tono también. Se les envió un cifrado y una grabación como referencia, pero el armado de los distintos temas se resolvió en el estudio,  mientras Manzana Ibarrart (gran amigo y comandante del Estudio Sonosfera) montaba los mics y seteaba todo. Luego se eligieron las mejores tres tomas de cada tema. El resultado tiene un aroma a “trazos sueltos” que nos encanta en lo particular.

—Sin dudas se trata de un viaje a través de la música, ¿cuál es el aroma que elegirían para simbolizar a este álbum?

—El múltiple aroma de los viajes…si bien es un CD local en cuanto al repertorio, es bastante global en tanto a que lo que suena proviene de muchísimas fuentes y no solo de la tanguera. Lo hemos tocado tanto en tantos países diferentes, que para nosotros tendría ese olor a viaje, a aeropuerto, a trenes.

—El 3 de agosto estarán presentando este disco en La Salamanca, un reconocido espacio cultural platense, ¿qué podrán disfrutar esa noche quienes se acerquen a compartir su música?

—Haremos  algunos de los temas de nuestro espectáculo Del Buen Ayre, como antesala al espectáculo Filogenia de Victoria Moran y el Dúo Puentes Reyes.    

—Mencionás que ese día estarán acompañados por la cantante Victoria Morán, entonces la pregunta va para ella. Victoria, ¿Cómo nace “Filogenia”, ese recopilatorio de obras de música popular argentina? Contanos quiénes serán parte de ese recorrido el 3 de agosto y qué sentís al compartir noche con el Dúo Aguirre-Rodríguez.

9- Filogenia surge de la necesidad de contar nuestro ADN musical a través de las canciones que nos definen. Es una suerte de viaje musical hacia la fuente, hacia la memoria imperecedera que une un recuerdo con otro. Este espectáculo viene a despertarnos la fibra sensible con canciones que nos nombran, enlazando a Homero Manzi con Víctor Heredia, al Cuchi con Fito, a los que fuimos con los que somos. El compartir con compañeros y compañeras músicos y músicas siempre es una alegría, y en este caso será además una sorpresa para el dúo Puentes-Reyes y yo, porque jamás nos hemos cruzado en un escenario y esperamos anhelantes ese ida y vuelta mágico que siempre augura la música compartida.

—Para terminar, ¿cuál es el próximo destino de la música que los mueve?

—Tenemos por delante algunas fechas en nuestra ciudad, como el próximo 29 de agosto, día en el que estaremos compartiendo escenario junto al cantor Carlos Cabrera en el Café Metro. Octubre nos encuentra realizando nuestra segunda gira europea, con conciertos en países como Italia, Francia, España y Portugal. A nuestro regreso estaremos presentando oficialmente nuestro álbum Del Buen Ayre, con la participación de los músicos que fueron parte de la grabación.

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