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Literatura

Mariana Enriquez, en la “lista larga” del International Booker Prize

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“Los peligros de fumar en la cama”, el libro de cuentos de Mariana Enriquez en el que presenta una docena de relatos que abordan el terror contemporáneo a partir de un trabajo con problemáticas sociales, fue seleccionado en la “lista larga” del International Booker Prize, que distingue a las mejores ficciones traducidas al inglés y que por segundo año consecutivo incluye autores argentinos entre sus nominados.

La periodista y escritora argentina fue elegida entre un total de trece autores de una docena de países para integrar la “longlist” del prestigioso galardón por la edición en inglés de su libro de cuentos, que se publicó con el título “The Dangers of Smoking in Bed”, bajo la traducción de Megan McDowell y la edición de Granta Books.

“Muchísimas gracias por considerar mi libro para la longlist del Booker International. Muy raro despertar con esta noticia hoy”, tuiteó la autora de la premiada novela “Nuestra parte de noche”, que en 2019 también se llevó un notable galardón, el Premio Herralde de Novela.

El International Booker Prize , cuyo ganador se conocerá el próximo 2 de junio, se otorga cada año a una obra que se traduce al inglés y se publica en el Reino Unido o Irlanda.

Antes de su fallo final, el jurado anuncia una lista larga y luego -este año será el 22 de abril- da a conocer los finalistas, entre quienes se elige un ganador.

Su objetivo es fomentar más publicaciones y lecturas de ficción de calidad de todo el mundo y promover el trabajo de los traductores.

El premio está dotado de 50.000 libras (unos 68.000 dólares) que se reparten equitativamente entre el escritor y el traductor del libro ganador, mientras que cada uno de los autores que llegaron a esta instancia finalistas recibirán 1.000 libras (unos 1.300 dólares).

Así como Enriquez fue elegida en esta edición, en 2020 otras dos autoras argentinas quedaron seleccionadas junto a 11 finalistas: Gabriela Cabezón Cámara por “The Adventures Of China Iron” (traducción literal del título con el que se conoció la obra en la Argentina, “Las aventuras de la China Iron”) y Samanta Schweblin fue elegida por la novela “Little Eyes”, como se tradujo su novela “Kentukis”. También en 2018, Ariana Harwicz fue seleccionada por su ópera prima “Matate amor”.

La “lista larga” del International Booker de este año, a la que se presentaron 125 títulos, abarca 11 idiomas y 12 países, con algunas singularidades, porque por primera vez hay una obra de un autor y traductor del mismo libro que escribe en una lengua indígena africana (bantú gikuyu).

Se trata del keaniano Ngũgĩ wa Thiong’o, quien fue elegido por su obra “Los nueve perfectos”.

La nómina incluye nombres como el holandés chileno Benjamín Labatut, los franceses David Diop y Éric Vuillard, la china Can Xue, el francés está nominado por “La guerra de los pobres”, de sólo 80 páginas, mientras que el autor checo-polaco Andrzej Tichý está nominado por “Desgracia”, una novela corta escrita en sueco con ocho párrafos de frases atropelladas.

La presidenta del jurado, la historiadora Lucy Hughes-Hallett, aseguró que uno de los temas más presentes en las obras es “la migración, el dolor de la misma, pero también la fructífera interconexión del mundo moderno”.

Hughes-Hallett está acompañada en el jurado por la periodista del periódico The Guardian Aida Edemariam, el novelista Neel Mukherjee, la historiadora Olivette Otele y el poeta George Szirtes.

Enriquez (1973) es periodista, docente y subeditora del suplemento “Radar” del diario Página/12, y en su recorrido literario se incluyen novelas, relatos de viajes y cuentos publicados en revistas internacionales como Granta, Electric Literature o The New Yorker.

Entre sus libros, destacan “Bajar es lo peor”,”Las cosas que perdimos en el fuego”, “Ese verano a oscuras” y “La hermana menor”. Desde mayo de 2020, es la nueva directora de Letras del Fondo Nacional de las Artes.

En los cuentos que integran “Los peligros de fumar en la cama”, Enriquez trabaja el género del terror a partir de un registro que ahonda en el sentido de lo extraño y lo inquietante enfocando problemáticas sociales como la soledad, la depresión, la violencia de género, el abuso de drogas y el miedo.

“Me interesa sacar el terror de los lugares comunes del género clásico. En realidad, es algo que ya se hace desde hace mucho en el género, no es un acercamiento que se me haya ocurrido a mí. Stephen King lo hace con frecuencia”, dijo en entrevista con la agencia de noticias Télam a propósito de la salida del libro en el año 2016.

“Hace tiempo que estos temas aparecen en el género porque el terror, el horror si querés, puede meterse en un relato de tono policial, en uno realista, en fin, en cualquier parte. A mí me gusta usar el terror con elementos urbanos, contemporáneos, realistas. Me encantan los relatos de terror fantásticos o con muchos elementos sobrenaturales, pero no es lo que tengo ganas de escribir en este momento (eso puede cambiar)”, contó entonces.

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Literatura

Está en marcha la 18ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires

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La 18ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires se realiza desde este miércoles y hasta el domingo 2 de noviembre, de 14 a 20, en la Plaza Seca del Centro Cultural Palacio Libertad (Sarmiento 151, CABA), con entrada libre y gratuita. Organizada por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA), la cita celebra además los 25 años de la refundación de la entidad y se consolida como uno de los principales encuentros del sector en la región.

Este año, la Feria tendrá como eje temático a la mujer escritora argentina, con actividades que buscan poner en valor su aporte a la literatura nacional. Habrá dos mesas redondas, una exposición fotográfica dedicada a autoras del país y un Espacio Taller donde encuadernadores, impresores e ilustradores compartirán sus oficios con el público.

En sus 28 stands, los visitantes podrán encontrar ejemplares que abarcan desde el siglo XV hasta las vanguardias del siglo XX: libros antiguos, ediciones raras o ilustradas, encuadernaciones artísticas, grabados, mapas, fotografías y afiches históricos. Participan instituciones y editoriales como el Archivo General de la Nación, la Biblioteca de la Academia Argentina de Letras, el CeDInCI, Ediciones Ampersand, Ediciones Dos Amigos y la Biblioteca Argentina para Ciegos.

“El espíritu de esta Feria es mantener vivo el amor por el libro y el patrimonio impreso”, expresó Roberto Vega, presidente de ALADA. “Nos emociona ver cómo cada año este espacio renueva la pasión por conservar y disfrutar las obras que narran nuestra historia cultural”.

Además de la muestra “Mujeres Escritoras Argentinas”, las actividades centrales se desarrollarán en el Salón de Honor del Palacio Libertad:

Programa

  • Viernes 31 de octubre – 17:30 Mesa redonda “Cultura, Patrimonio y Coleccionismo” Participan: Emilio Perina, Juan Javier Negri, Juan Solá y Pablo Gasipi. Moderador: Roberto Vega.
  • Sábado 1° de noviembre – 17:30 Mesa redonda “Mujeres escritoras en Argentina” Participan: Florencia Abatte, María Gabriela Mizraje, Adriana Rodríguez de Pereda y Matilde Sánchez. Moderadora: Gisela Paggi.

Con entrada gratuita, la Feria invita a recorrer el universo del libro antiguo y celebrar la palabra escrita, esta vez bajo la mirada y la voz de las escritoras argentinas que marcaron la historia literaria del país.

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Textos para escuchar

Lluvia de otoño – Olga Drennen

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La escritora Olga Drennen lee un fragmento de Lluvia de otoño, capítulo X de su novela de época La noche olía a jazmines, los amantes a traición


Temblaba de indignación, ¿qué se habría creído? Para colmo, casado, ¡casado y con hijos! ¿Cómo se le podía ocurrir querer salir con ella? Deliraba. Como desprendida de una foto, la imagen del hombre la miraba con una súplica en la cara. Se dio cuento de que había llegado el momento de poner los puntos sobre las íes. Iba a decirle de todo. ¡Caradura! Pero cuando estaba por empezar la frase, él hizo un gesto que le provocó un aleteo en el estómago. Entonces, sin decir palabra, se dio vuelta y volvió para su casa.

Pensó que con eso era bastante, que ya no iba a verlo más. Pero no fue así, al día siguiente, apareció una vez más en la esquina. Cuando pasó cerca de él, le lanzó una mirada que parecía un cuchillo. Como para que no se acercara. Cruzó la calle para evitar saludarlo y siguió su camino.

Esa situación se mantuvo en ese estado durante varios días. Pero una tarde no pudo ir a llevar su trabajo. Su máquina de coser se rompió. Un tornillo de mala muerte la tuvo a maltraer.

-Bueno –dijo con voz resignada –si no anda, no anda. Dejo la entrega para mañana, ¿qué le voy a hacer? Mejor, plancho las blusas que ya están terminadas.

Una vez planchadas, las acomodó según el color de la seda. Una pila blanca, una pila rosada, una pila gris. Unos golpes en la puerta de su habitación la interrumpieron. Supuso que era la vieja y corrió a abrir.

El marco de la puerta perfiló la figura del hombre a contraluz.

—Me preocupó no verla como todos los días y vine a preguntarle si necesita algo.

—Pero…, ¡hay que tener coraje! No creo haberle dado lugar como para que se tome este atrevimiento.

—Por favor, Aurelia, no quiero que se ofenda. Ya veo que está bien, entonces, me voy.

Y el mismo marco que había delineado su figura, ahora, dibujaba su ausencia.

En las terrazas, la ropa que colgaba de las cuerdas bailaba, se contorneaba o intentaba escapar. El Riachuelo rugía y amenazaba con desbordarse enfurecido por el temporal. Como todas las tardes, Aurelia salió para entregar su trabajo, que guardó en un pequeño bolso de tela impermeable para protegerla de la lluvia.

—Niña, niña, ¿adónde vas con este aguacero?

—A entregar las blusas, doña Carmen. Vuelvo pronto, no se preocupe.

Sin embargo, no cumplió su palabra porque al salir de la Maison Lombard, se encontró con dos compañeras de trabajo.

—Vengan a tomar mate a mi casa –dijo una de ellas –mi abuela prometió preparar torrejas.

Conversaron un par de horas. Modas, dinero, amores. La dueña de casa y su compañera estaban comprometidas para casarse desde hacía un tiempo.

—Y vos, Aurelia, ¿no estás enamorada? –preguntó una de ellas.

—Ssí –contestó ella con voz insegura.

Las otras dos la miraron curiosas y un centenar de preguntas llovieron sobre ella. Que si ya había entrado a pedirla, que cuándo pensaba presentarlo, que si tenían planes de casamiento.

—Esperen, esperen –dijo ella –que esté enamorada no quiere decir ni siquiera que él lo sepa.

Le respondió la carcajada de sus compañeras y otra andanada de preguntas la aturdió.

Ella les contó la historia del encuentro y de cómo tropezaba con él cada vez que se asomaba a la calle.

—Le está arrastrando el ala –dijo la abuela que había entrado en el comedor sin ser vista –si el candidato tiene buena posición, ni se te ocurra dejarlo pasar, m´hija, porque después vas a arrepentirte…

Las dos amigas comenzaron a discutir entre ellas acerca de los matrimonios por amor o por conveniencia.

Aurelia aprovechó la oportunidad para despedirse. No quería responder más preguntas. No quería contar la verdad. El escándalo que se hubiera armado. Le dolía pensar en que le dirían que estaba loca, que lo echara, si se hubiera atrevido a decirles que el “candidato que le arrastraba el ala” estaba casado y tenía hijos. En ese momento, le temblaron las rodillas. La boca se le secó. Fue cuando comprendió con amargura que se enfermaba de solo imaginar la esquina de su casa sin la sombra del hombre.

Anochecía y además, sentía frío. Caminó con apuro debajo de la lluvia. Al acercarse, miró el jacarandá. Bajo la lluvia, parado en medio de una alfombra de flores azules, la esperaba él. Empapado, el pelo caía en desorden sobre la frente, las mangas del saco chorreaban agua. La miraba.

Aurelia suspiró. La suerte está echada pensó. Después le tendió el paraguas.

—Venga –le dijo y levantó la cabeza como quien acepta un desafío.

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Historias Reflejadas

“Mimetismo”

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Mimetismo

Un silencio blando se derramaba sobre el paisaje. Desde los árboles colgaban palabras, eran voces dormidas, murmullos imperceptibles, de colores, que se alargaban en sombras inquietas.

Sobre el suelo, el movimiento ondulante de esas sombras convocaba a una danza. Las figuras expandidas en el fuego despertaban historias e iluminaban misterios, era en el calor de las llamas donde se completaban los ciclos. La noche se hermanaba con el día, luna y sol abrazados en el cielo.

Todo giraba en las manos que habían sembrado, entonces las semillas eran fruto y cosecha, pinceladas de deseos, memorias de la tierra, que guardaba el recuerdo de quienes habían cruzado las fronteras para regresar, la vida enredada en la muerte, mimetizándose con las voces del paisaje, aquietándose en sus formas, como si cada pieza fuera necesaria, como si las palabras fueran parte del silencio y giraran.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “El dragón”, de Gustavo Roldán con ilustraciones de Luis Scafati; “Lo que cuentan los iroqueses”, de Márgara Averbach con ilustraciones de Alejandro Ravassi; “Cuando llega el dragón”, de Maricel Palomeque con ilustraciones de Rosa Mercedes González; y “Makemba”, texto e ilustraciones de José Rivadulla.

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Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA En Trámite
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