Artes Plásticas
100 años del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti
Este viernes 29 de abril el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, celebra los 100 años de su fundación y lo hace con diferentes actividades a lo largo de toda la semana, con la renovación de las exposiciones de sus salas y una nueva identidad visual, muestras temáticas, música y otras intervenciones artísticas.
En ese marco, el viernes 6 de mayo se realizará el acto central en el museo ubicado en calle 5 n°525 de la ciudad de La Plata. Ese día las autoridades descubrirán una placa conmemorativa por los 100 años y presentarán el nuevo logo e identidad de la institución. Luego, la Escribanía General de Gobierno hará entrega de la copia oficial del Acta de Donación de la Colección Fundacional del Museo. Finalmente, a las 18, comenzarán las actividades en el punto didáctico y una serie de propuestas al aire libre con shows de música y danza en vivo, además de la intervención de la fachada por un grupo de muralistas.
Con estas actividades el Museo Emilio Petorutti comienza a transitar el año de su centenario que vendrá acompañado con otras muestras, conversatorios, performances, talleres y muchas otras propuestas.
“Es un honor estar presentes en los 100 años de esta institución tan prestigiosa como el Museo Pettoruti, no sólo por tratarse de una fecha simbólica, sino porque tenemos la convicción de mantener su legado, con esta idea de un museo abierto para el pueblo”, señaló la presidenta del Instituto Cultural Florencia Saintout, y agregó: “Pensamos en que cada vez más bonaerenses puedan acceder y disfrutar del arte del Pettoruti y de cada propuesta que impulsamos desde el Instituto Cultural, ese es nuestro propósito, una cultura para todos los y las bonaerenses, con una función social, de acercar la cultura al pueblo”.
En este sentido, la subsecretaria de Políticas Culturales, Victoria Onetto expresó: “Estamos viviendo los 100 años de la creación del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti, una institución que alberga el patrimonio artístico más importante de la Provincia con una colección de más de 4.000 obras. Es realmente un orgullo para todos los y las bonaerenses tener acceso a un museo compuesto por un interesantísimo acervo integrado por pinturas, instalaciones, grabados y esculturas del arte argentino y latinoamericano de los siglos XIX, XX y XXI”. Y continuó: “Hoy, viviendo el centenario, continuaremos trabajando para profundizar la democratización al acceso de los bienes y servicios culturales y seguir orientándonos hacia un modelo de museo dinámico, plural y abierto”.
A su vez, el director del Museo, Federico Ruvituso destacó: “Celebramos el centenario reescribiendo su historia y reimaginando el porvenir. Recuperar la Colección Fundacional, la primera de orden público del país y profundizar en el perfil de su primera directora es una de las tareas centrales que nos propusimos, pero no la única” y agregó que “más allá de conmemorar una efeméride histórica, el Museo empieza a atravesar un renacimiento en sus políticas culturales a través de las cuales pretende volver a ubicarse en el centro cultural de la ciudad y como ente dinamizador del arte en el territorio bonaerense”.
La Colección del Museo Provincial de Bellas Artes es una de las más importantes del país, orgullo de todas y todos los bonaerenses. Creado a partir de la colección pública argentina más antigua , donada en 1877 por Juan Benito Sosa, posee obras de arte argentino y latinoamericano del siglo XIX y XX, piezas fundamentales de Eduardo Sivori, Emilio Pettoruti, Raquel Forner, Antonio Berni, Lineo Spilimbergo, entre otras. Asimismo, a partir de la creación de los salones provinciales el museo conserva, expone y resignifica la historia del arte bonaerense a partir de las obras de artistas de toda la provincia que desde hace cien años viene reuniendo, tanto esculturas, pinturas, grabados y dibujos, cómo instalaciones, video-Arte y performance, entre otras.
El Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti fue inaugurado el 29 de abril de 1922, cuando artistas y aficionados a las artes plásticas del Círculo de Bellas Artes -presidido en ese entonces por Ernesto Rivarola– promovieron el armado de una institución destinada a mostrar obras de coleccionistas bonaerenses. En esa etapa fundacional fue dirigido por Ernestina Rivademar, pintora y realizadora cinematográfica que gestionó las donaciones y adquisiciones para hacer visible las producciones e intervenciones de las artistas femeninas en las exposiciones del Museo.
En 1930 Emilio Pettoruti fue designado director y se encargó de ofrecer una idea diferente a la que se venían llevando en los museos de la época, sobre todo en Europa. Emuló una visión dinámica y brindó una movilidad sumamente interesante perdurando en las gestiones posteriores. Pettoruti fue el director que más tiempo estuvo en su cargo, 17 años.
Luego de la dirección de Pettoruti, las gestiones que lo sucedieron se encargaron de preservar la integridad física de las obras, efectuando su traslado desde la estancia Pereyra Iraola hasta el Pasaje Dardo Rocha en el año 1955. El 29 de abril de 1959, con la sanción de la Ley Provincial Nº 6.141, el ex Cine Güemes fue declarado de utilidad pública y sujeto de expropiación para ser destinado al funcionamiento del Museo Provincial de Bellas Artes, donde continúa hasta la actualidad.
(Fuente: Prensa Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti)
Artes Plásticas
Inauguración simultánea de muestras en el Centro Cultural Recoleta
El Centro Cultural Recoleta inaugurará de forma simultánea seis nuevas propuestas artísticas, recuperando así el protagonismo de las artes visuales en ese espacio icónico de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante esta apertura, que tendrá lugar el martes 19 de marzo en el espacio de calle Junín al 1930, podrá visitarse la nueva Sala 1, que llevará el nombre de Sala Histórica, destinada a narrar la historia de la institución y que a su vez albergará un homenaje a los artistas míticos en la vida de la Recoleta.
El primero de ellos será León Ferrari, que regresa al Centro Cultural después de 20 años con la exposición de dos de sus obras originales: “Rosas” y una segunda pieza sin título (caja collage con mariposas), en colaboración con la Fundación Augusto y León Ferrari. . Arte y Acervo.
A continuación se desplegará en la sala 3, llamada Sala Abierta, la exhibición “Nueva edición Argentina. 1999-2024, 25 años de edición independiente”, curada por Damián Tabarovsky, con una mirada sobre la producción de libros, el papel de las editoriales independientes y la exhibición de primeras ediciones con más de 50 tapas de libros.
Luego se podrán encontrar cuatro muestras de arte contemporáneo argentino propuestas por el nuevo equipo de programación de Visuales del Recoleta, integrado por los curadores Carla Barbero y Javier Villa, con la producción de Verónica Otero.
Con curaduría de Barbero llegan las exhibiciones “Centinelas”, de la artista Victoria Liguori (sala 4) y “La multitud agazapada”, de El Pelele (sala 10).
Liguori presenta una serie de dibujos que abordan la relación entre cuerpo y tecnología desde la ciencia ficción. El Pelele dará a conocer diez obras, entre pinturas e instalaciones, desde una narrativa que oscila entre lo monstruoso y lo romántico.
Con curaduría de Villa inauguran “Función privada”, de Bruno Gruppalli (sala 6), con pinturas de gran formato protagonizadas por personajes solitarios sentados a la mesa de algún café concert, donde experimenta con nuevos protocolos de uso y percepción del espacio pictórico, y “Odaraia”, de Jazmín Berakha (sala 5), una de las artistas pioneras en la reelaboración contemporánea de disciplinas como el bordado, el tapiz o el pachtwork , técnicas que habían sido relegadas al ámbito doméstico.
Expresaron los curadores: “Iniciamos la programación 2024 con cuatro artistas que exploran en profundidad la representación del cuerpo en la contemporaneidad. La selección se basó en una búsqueda de empatía con los cuerpos que han estado presentes en el Centro Cultural en los últimos tiempos, a través de experiencias de danza urbana, espacios de trabajo compartidos y actividades recreativas. Al destinar varias salas para las artes visuales, estas primeras exposiciones buscan generar un diálogo y una apertura a la imaginación entre los cuerpos presentes y los representados”.
Finalmente, en las salas 7, 8 y 9 comenzará la exhibición “Grupo Joven, arte y desacato en los años 50”, que recorre el camino histórico de la agrupación artística con sus primeras experimentaciones geométricas en papel construidas lúdica y colectivamente. Con obras de José Arcuri, Diana Chalukian, Alfredo Carracedo, Augusto Cuberas, Domingo Di Stefano, Eduardo Mac Entyre, Víctor Magariños D., Pedro De Simone y Miguel Ángel Vidal. Y el diálogo de ellos con artistas contemporáneos como Francisca Amigo, Amadeo Azar, Tulio De Sagastizábal, Silvia Gurfein, Cristian Mac Entyre, Roger Mac Entyre, Marina De Caro, Andrés Sobrino y otros.
(Fuente: Cecilia Gamboa – Comunicación & Prensa)
Artes Plásticas
Reeditan los primeros libros del aclamado ilustrador argentino Pablo Bernasconi
Por Leila Torres (*)
En tapa dura y con imágenes actualizadas, ya llegaron a las librerías las nuevas versiones de las obras del artista argentino Pablo Bernasconi que habilitan una nueva oportunidad para conocer su producción en un contexto signado por el uso de plataformas y avances de la inteligencia artificial, para disfrutar con templanza las publicaciones de “Recíproco”, “Miedoso”, “La verdadera explicación” y “El brujo, el horrible y el libro rojo de los hechizos”.
Luego de una revisión muy grande de los diez títulos que Bernasconi, ilustrador argentino de más de 20 años de trayectoria, tiene publicados por Penguin Random House, en la que cambió textos, tipografías y actualizó algunas imágenes prestando suma atención al detalle, los libros ya están a la espera de los lectores de siempre pero también de aquellos por descubrir.
Bernasconi (1973) se dedicó al principio al diseño gráfico y desde hace muchos años se dedica al dibujo. Ha recibido numerosos premios: fue finalista del premio Hans Christian Andersen (considerado el Nobel de la literatura para chicos) y cuenta con diez galardones por su excelencia de la SND (Society of Newspaper Design). Sus propios libros presentan personajes inolvidables que cautivaron a las infancias y cruzaron fronteras hasta llegar a Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Brasil y también India, Corea y España.
Sin embargo, su público no es exclusivamente infantil. Hace un tiempo, en Bariloche, donde vive, expone obras para adultos y también participa de BADA, una feria con distintas propuestas artísticas que se realiza en el predio porteño de La Rural. Pero más allá de esta categorización, Bernasconi sabe que para cautivar a un niño primero hay que cautivar al adulto que le alcanza el libro. “Hablemos de un niño, por ejemplo, que todavía no sabe leer. Si está acompañado por un adulto, debe haber contagio placentero de alguien que está leyendo con placer a otro. Eso es impagable”, explica Bernasconi en una entrevista con la agencia de noticias Télam.
Desde este mes, las familias podrán disfrutar de la obra de Bernasconi en ediciones de tapa dura, una asignatura que el artista tenía pendiente. “Cuando viajo, o en las ferias en Bolonia me sorprende la presencia que tienen los libros álbum; más allá de que estén buenos o malos -porque hay de todo- la tapa dura les da una jerarquía y los ubica en una temporalidad que para mí es necesaria”, explica el escritor para quien es importante “sostener al libro como objeto de belleza”.
“La tapa dura se conserva más, se sostiene en el tiempo y otra vez es más adecuado como un objeto portador de belleza”, subraya Bernasconi quien, en esta primera parte del año ve materializado en este formato los títulos “Recíproco”, “Miedoso”, “La verdadera explicación”, “El brujo, el horrible y el libro rojo de los hechizos”. Las historias son diversas pero todas están acompañadas de sus collages creativos, la atención del detalle y de su modo particular de jugar con los colores.
Los pequeños cambios realizados tienen que ver, precisamente, con los detalles. “Por ejemplo en ‘El Brujo, el horrible y el libro rojo de los hechizos’ están cambiados los fondos, ciertas tipografías y facciones de los personajes”, precisa Bernasconi. También habrá cambios en “El infinito”, que se reeditará en el segundo semestre, incluirá códigos QR con explicaciones. “Son detalles, pero a nivel de edición son muy importantes. Con el correr del tiempo, los fuimos dejando de lado y este era el momento de atesorarlos”, agrega el ilustrador.
“Miedoso” cuenta la historia de Nina, una pequeña que debe enfrentar el miedo de tener un monstruo bajo la cama. La historia induce a reflexionar para qué sirven los miedos y si es posible ser valiente todo el tiempo. En diálogo con Télam desde Bariloche, Bernasconi asegura no haber sido un niño miedoso. “Crecí acá y tenía una relación con la naturaleza con ciertas cosas de bastante peligro. Y la verdad que no recuerdo haber tenido miedos que me opacaran la niñez” recuerda el ilustrador y confiesa: “Los miedos vinieron de adulto”.
“Miedoso tiene que ver con la salud de mi hija en ese momento, que me inculcó un miedo con el que tuve que lidiar junto con ella y a partir de eso salió el libro o escribí este texto”, cuenta Bernasconi, cuya hija Nina (nombre también de la protagonista de “Miedoso”) fue diagnosticada a los tres años con diabetes infantil.
“El miedo no tiene que ver con las arañas o con la oscuridad, tiene que ver con el miedo a que no logres algo. Un libro así, que incluya algo que tiene que ver con la transformación, yo lo hubiese agradecido. Como padre, hubiese agradecido si lo hubiese tenido”, reflexiona el autor.
La relación con los hijos y con la infancia es una gran fuente de inspiración para estos libros de Bernasconi. “La verdadera explicación”, un libro en el que se narran interpretaciones disparatadas para distintos fenómenos, surge de un “experimento” que el ilustrador hizo con su hijo Franco cuando era muy chiquito. “Tendría cuatro años y yo le empecé a preguntar por qué surgió esto o aquello. Nos sentamos a la noche y le preguntaba por ejemplo, cómo funciona el sol. Me llamó mucho la atención el desparpajo con el que contestaba, sin titubear en ninguna respuesta. Justificando todo, hasta cosas que no sabía”, recuerda el creador.
Esa operación narrativa fue ampliándose en su libro. “Empecé a tomar nota de cómo Franco construía sus respuestas. Ahí descubrí un método que César Aira lo usa llamado ‘la fuga hacia adelante’. Lo usan los niños para hablar y justificar, no las mentiras, sino las verdades. Y dicen cualquier barbaridad pero no importa, a partir de ahí avanzan, justifican y no se puede decir ‘No, en realidad me equivoqué’. Hay que sostenerlo de manera verosímil”, explica Bernasconi.
Sus libros se caracterizan por el humor. Esto es algo que al autor le sale natural. “No es tan adrede. Hablo de esa forma y cuento las cosas exageradas. Mi forma de relacionarme con el lenguaje es el humor”, precisa el escritor y amplía: “Para mí el humor y la poesía son una combinación de elementos maravillosos que justamente la raza humana logró perfeccionar con el tiempo y generan una forma de conectar con temas actuales muy efectiva”.
La obra de Bernasconi será recibida en un contexto de digitalización y uso cotidiano de plataformas por estar dirigida a jóvenes que pasan mucho tiempo en las pantallas y tienen distintas formas de consumir productos culturales que generaciones anteriores. Pese al escenario desafiante, Bernasconi tiene confianza: “Hay obras que perduran. El tiempo pasa y, sin embargo, ahí están. Siguen siendo imbatibles. A mi hija le leía María Elena Walsh y sé que si ella tiene hijos el día de mañana, va a leerle sus cuentos. Entonces yo, como cualquier autor, aliento a eso, a una obra que pueda perpetuarse. 20 años después ya tengo una prueba”, señala.
A la hora de escribir, Bernasconi no se detiene en estas preguntas de trascendencia y perpetuación. Su compromiso es con el lector: “Respetarlo, hacerlo sentir un ser inteligente. No evaluarlo y no ser condescendiente”, explica el autor.
Además, cuenta: “No me hago preguntas tan existenciales antes de abarcar una obra porque les tengo miedo. Hago todo porque los libros sean lo más expansivos posibles. Si yo me hiciera esas preguntas previamente, quedaría congelado. Creo que uno quedaría como cristalizado en una expectativa, en una ambición desmedida y es muy difícil escribir así”, explica el escritor.
Sobre la inserción de su obra en un contexto de una ampliada digitalización, con la reciente popularización de herramientas de inteligencia artificial que producen imágenes en tiempos récord, Bernasconi apuesta a la potencia del libro. “El papel pareciera quedar cada vez más obsoleto. Lo vemos en los diarios o en revistas que se están digitalizando. Sin embargo, el libro ha sobrevivido hasta ahora”, explica y advierte que “la batalla no es con el libro digital sino con la inserción de lo superfluo y todas las plataformas que proponen algo que no es constructivo”.
En este escenario, la inmediatez que caracteriza a la tecnología podría ser una enemiga de la lectura. “La tecnología es todo rápido, rápido, rápido y que dure tres segundos. El desafío tiene que ver con la templanza de las personas de profundizar en algo y, si vos querés eso, vas a leer un libro. Si no logras profundizar, porque más que un video de diez segundos no te bancás… Y bueno, toda la humanidad va a tener que crujir sobre algo que no está bueno”, observa el ilustrador.
Con la reciente utilización de herramientas de inteligencia artificial por parte de miles de usuarios, el debate sobre los riesgos y alcances de la inteligencia artificial se expandieron hasta alcanzar el campo artístico. Y al poco tiempo, aparecieron producciones novedosas que utilizaron esta herramienta como la película “Titanic” con la estética de David Lynch o un Van Gogh hecho de inteligencia artificial con el cual se puede conversar.
Aunque le parece una “gran herramienta”, señala que “conlleva cierto peligro de uniformar todo, que todo se vea igual”. “Es una herramienta muy incipiente pero de lo que estoy seguro es de que cambia todo el paradigma de acá en adelante de lo que estamos acostumbrados a consumir en cuanto a imágenes. No se cómo, pero seguramente va a modificar la ilustración, los libros, el mercado, los derechos y el trabajo”, analiza el diseñador gráfico.
“Si es una forma de acercarse a la belleza, bienvenida sea”, señala Bernasconi, quien todavía se aferra a su estilo, colores y pincel en mano.
(*) Agencia de noticias Telam.
Artes Plásticas
Bob Dylan expone en Londres sus grabados sobre el paisaje estadounidense
Desde las sinuosas carreteras de la ruta interestatal de Colorado, hasta el icónico puente Golden Gate de San Francisco, cada pincelada del cantautor y Premio Nobel de Literatura Bob Dylan, que integra la serie “El camino trillado” (The beaten path) y que se exhibe en la galería londinense Castle Fine Art, lleva a los espectadores a un viaje a través del paisaje estadounidenses.
La colección de seis grabados que se exhibe ahora es el último capítulo de la crónica visual de Dylan sobre paisajes que representan imágenes icónicas mientras recorre el corazón del país.
Con paisajes urbanos épicos junto a moteles de carretera, así como ferrocarriles, esta colección ofrece una visión de algunas de las imágenes más fundamentales y poderosas del paisaje estadounidense.
La serie de edición limitada Beaten Path se lanzó por primera vez en 2016 y fue el primer proyecto importante de Dylan como artista plástico.
“Las obras de The Beaten Path representan un tema diferente del imaginario cotidiano de la cultura de consumo. No hay nada que sugiera que estas pinturas se basaran en imágenes mentales que ocurren en los sueños, ni en mundos de fantasía, misticismo religioso o temas ambiguos. En cada imagen, el espectador no tiene que preguntarse si se trata de un objeto real o delirante”, describe Bob Dylan sobre la serie, citado por el blog de la galería.
“Para conmemorar este lanzamiento tan esperado, estamos encantados de ofrecerle una oferta de precio de lanzamiento en estos títulos firmados a mano”, anuncia la galería sobre las serigrafías firmadas, entre los 10 mil y los 20 dólares.
“Comprender el arte de Dylan ayuda a apreciar su singular impacto cultural. Su arte: pinturas, dibujos y esculturas de hierro reflejan su viaje creativo. Dylan, un observador del mundo, se hace eco de Warhol, Monet y los impresionistas, valorando la experiencia por encima de los detalles más finos de la imagen terminada”, asegura el texto curatorial de galería.
No es la primera vez que la obra en artes plásticas del Premio Nobel da que hablar. Se ocupó de las portadas de los discos “Music from big pink” en 1968 y “Self-Portrait” en 1970.
En 1994 la editorial Random House publicó “Drawn Blank”, una serie de dibujos del cantautor de principios de los noventa donde la expresividad fue reflejada en el papel y los colores de su arte.
Una década después, una galería alemana expuso estas mismas ilustraciones en la exhibición llamada “The Drawn Blank Series”.
Poco tiempo más tarde, la Galería Nacional de Dinamarca exhibiría cuarenta de sus pinturas acrílicas.
La Gagosian Madison Avenue Gallery expuso sus obras entre el 2011 y el 2012 centrándose en su trabajo de arte contemporáneo y la galería inglesa Halcyon ya había exhibido su trabajo con el hierro en noviembre del 2013.
Ese año inauguró Mood Swings, una presentación de siete puertas de metal creadas por Dylan quien sostuvo que es algo que siempre lo ha acompañado, pues creció en el Estado de Minnesota, donde la minería y el hierro son fundamentales.
En 2016 esta misma galería expuso parte de la serie “The beaten path” que ahora llega a la galería Castle Fine Art.
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