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Artes Visuales

Nueva edición de “Danzafuera” en el Museo de Bellas Artes Emilio Pettoruti

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Este viernes 25 de febrero en la vereda del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti se llevará a cabo la performance “Ejercicio de libertad“ de Natalia Tencer.

A su vez, en la vidriera del museo se pueden apreciar hasta fin de mes los trajes y vestidos de la experiencia “Maison Poesía”, realizada el fin de semana pasado en el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino. Ambas propuestas se dan en el marco del Festival Danzafuera, y forman parte de la programación organizada por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.

La performance “Ejercicio de libertad“ es de carácter duracional, estará activa desde las 15 y hasta las 21 y se llevará a cabo en la vereda del museo, ubicado en la calle 51 n° 525 de la ciudad de La Plata.

“Ejercicio de libertad“ es una puesta que se trata de una improvisación, un “ensayo/ficción”. Danza y teatro expresionista, de autoficción, autobiográfica y poética: Expuesta. Extasiada de ser ellas, ser todas ellas. Ser sus cuerpos, sus voces, sus expresiones, sus miradas, sus gestos. Coreografiarlas. Describir en danzas sus posturas, sus ademanes. Ser bailando sus momentos de más algidez melodramática. El cuerpo exacerbado. Ser sus rostros elocuentes. Ser todas ellas. Sus voces. Sus vivencias. El cuerpo que tiembla. Que respira y la emoción lo agita. Que dice cosas.

La idea y dirección de la performance es de Natalia Tencer Faivovich, quien además será la bailarina que la interpretará. Además contará con la colaboración artística y participación escénica de Alejandra Ferreyra Ortiz, Cristian Jensen, Lucas Condro, Gulliver Markert, Maruja Bustamante y Belén Gatti.

También, hasta el 28 de febrero, en el espacio vidriera del Museo Provincial de Bellas Artes, estarán expuestos los diseños, vestidos y trajes del desfile “Maison Poesía”, desarrollado el fin de semana pasado en el Teatro Argentino.

“Maison Poesía” es una muestra que retoma la obra de Eduardo Costa de finales de los 60, The Fashion Show Poetry Event, donde un diseñador viste a un modelo en base a la obra de un poeta.

“Danzafuera”, Festival Internacional de Danza Contemporáneo, Performance y Acciones Transdisciplinarias, busca contener diversas prácticas y producciones artísticas que se desarrollan en contextos determinados, atravesadas por procesos de investigación que toman al cuerpo y al lenguaje del movimiento como principal soporte y medio. En su novena edición el Museo Provincial de Bellas Artes es una de las sedes de este importante festival.

(Fuente: Dir. Comunicación y Prensa Instituto Cultural PBA)

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Artes Plásticas

María Julia Tagliero: “Si hay un texto, la imagen es interesante cuando muestra algo más”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Es una línea que busca otra línea, la convergencia, una pincelada expuesta, el impulso de saltar al vacío, a la nada donde habitan todas las posibilidades.

Es el trazo que se atreve más allá de las palabras, el punto de encuentro, las letras y el pincel.

Es algo nuevo, inevitable, un grito de colores, el silencio de formas inciertas.

Es el arte que fluye, como si no existiera un principio ni un final.

María Julia Tagliero es diseñadora en comunicación visual e ilustradora, una carrera que se manifestó como un juego en sus años de infancia. Las líneas marcaron el camino. Una encima de la otra, fueron desenrollando el gusto por el arte que en la actualidad llena sus horas.

Contarte Cultura charló con ella para conocer su historia y los proyectos que forman parte de su vida.

—Porque creemos que toda manifestación artística es un punto de encuentro, vamos a comenzar esta charla con unas pinceladas imaginarias que acerquen nuestras voces. Un pincel va y viene sobre la tela de tu mente, se deja llevar por el paisaje que lo convoca, un paisaje que te representa, que te atrapa en las manchas que lo definen. A modo de presentación, ¿cuál sería el paisaje que te da vida? ¿Qué elementos o sensaciones que nos cuenten algo de vos aparecerían en esa imagen?

—Plantas, árboles, cielo, agua, caminatas, manchas de color, música, crayones, textura, tacto, luz.

—Y partiendo de ese territorio imaginario que fue descubriendo parte de vos, ¿recordás en qué lugares de tu infancia comenzó tu conexión con el arte?

—Sí, más que nada con mi abuela, pero también en el jardín de infantes y en la escuela. Mi abuela pintaba, hacía más que nada pintura decorativa, en cajas y en casi cualquier otro objeto de madera. También pintaba cuadros. Me encantaba compartir esto con ella. Yo tenía 5 años, 9, 14. Fueron muchos años de charlas compartidas y momentos de pintar. Lo disfrutaba, disfrutábamos mucho. Teníamos un juego. Ella hacía una línea en una hoja. Después yo hacía otra. Luego ella, luego yo. Y así íbamos haciendo un dibujo entre las dos. Salían dibujos raros y nos solíamos reír con esto. En el jardín de infantes un día hubo un concurso de arte que supuestamente yo gané y me dieron un reloj, aunque yo hoy en día supongo que nos deben haber dicho a todos que ganamos (risas). De cualquier manera, en ese momento se guardó en mí una conexión entre hacer algo que me gustaba y el sentimiento de haber hecho algo bueno. Me gustaba mucho dibujar, como a cualquier peque, pero como lo realizaba mucho con mi abuela lo fui haciendo cada vez más parte de mi vida. También en la escuela teníamos plástica, y la maestra nos hacía hacer cosas interesantes. Siempre me gustaron las manualidades. Eso de que a partir de la nada, o casi, se forma algo nuevo. Creo que por eso también me gusta restaurar cosas, como un mueble o agarrar algún objeto, limpiarlo, arreglarlo y utilizarlo para otra cosa. Mi novio dice que soy “croto-chic” (risas).

Me gusta mucho la decoración. Hacer que un espacio se sienta agradable para estar. Luz, plantas -vida- y pensar en los colores que hay en el espacio. Creo que es un poco como ilustrar en la tridimensión. En fin, en la escuela, en la clase de plástica, un día hicimos un ejercicio que constaba en replicar un dibujo de una mujer, pero… mirándolo al revés (patas para arriba), y al ver el resultado me sorprendí (eso es porque haciendo esto burlás el lado izquierdo del cerebro que busca formas que conocemos y en su lugar te limitás a copiar las líneas que ves) y eso me hizo sentir que podía crecer. Todo eso metido en un bowl, junto con que de adolescente salí unos cuantos años con un dibujante, mantuvo siempre mi atención y mi disfrute en pintar y dibujar. Estar con él me inhibía bastante. Evidentemente yo me comparaba. Pero cuando decidimos separarnos hubo una explosión en mí. Pasé el verano entero dibujando. Todos los días. Estaba totalmente metida. Y eso me ayudó a crecer. Hacer algo todos los días, aunque sea un ratito y con ganas, es muy poderoso. Ese mismo año, en abril empecé la carrera de Diseño en Comunicación Visual. Pasé unos años hermosos. Aprendí e hice amistades que valoro mucho. Por esos años mis papás me regalaron mi primera tableta gráfica, y también murió mi abuela, pero siempre la tengo muy presente. Así que más que un lugar o momento, yo creo que fue una serie de vivencias.

—Si nos situáramos frente a tu mesa de trabajo, ¿qué veríamos en lo cotidiano?

—En mi mesa siempre hay plantas. Son algo que me transmite mucha vida. Siempre me asombro con sus formas y colores y lo que emanan. Me hacen bien. En cuanto a los materiales, van cambiando. Tengo épocas. Durante mucho tiempo usé témperas y lápices, pero hoy en día estoy en una larga racha de crayones acuarelables. No los acuarelo, pero me encanta porque dejan mucha materia. Apoyás la punta del crayón y eso mismo es lo que ves en la hoja. Los descubrí hará 2 años y sigo un poco obsesionada. Antes de eso, para mí, decir crayones era sinónimo de los crayones escolares, ni siquiera sabía que este material se producía para el trabajo profesional (son similares a los óleo pasteles). Trabajo en un estudio de animación, así que el dibujo y pintura digital son necesarias, además de que brindan muchas herramientas. También tengo un scanner. Después de tantos años, recién el mes pasado me cayó la ficha de que lo necesitaba, así que ahí está también, junto a la computadora. A veces, porque soy muy de cambiar todo de lugar.

—¿De qué manera llevás adelante el proceso creativo de tus obras?

—Soy bastante desordenada. No es algo que me enorgullezca, porque no me ayuda mucho, así que estoy en lucha con eso, tratando de ordenar un poco mi proceso creativo. Para ser honesta, a veces empiezo directamente a pintar. Otras veces, cuando necesito algo más de planeamiento, hago algunos bocetos y luego pinto. Para mí lo más importante es el color, así que normalmente empiezo armando pruebitas de posibles paletas. Combino colores y cantidades y cuando encuentro algo que me gusta lo uso de base. Suelo ver referencias, aunque últimamente intento no hacerlo demasiado, porque hay tanto para ver que a veces caigo en la trampa de pasar mucho tiempo mirando y al final me queda poco para dibujar. Algo que disfruto mucho es salir a pasear y ponerme a pintar algún paisaje. Me concentro mucho así, porque la naturaleza me provoca eso. Usualmente vamos con Adri, mi novio, a algún pueblito no necesariamente turístico. Nos sentamos en alguna laguna o paisaje que nos guste, él toca la guitarra y yo pinto con los crayones en mi sketchbook. Siempre con mate.

—¿Con qué materiales y técnicas te sentís más a gusto a la hora de trabajar?

—Lo que más me ha gustado siempre (hasta ahora) es lo que se siente bien cargado de materia y de color, que deja expuesta la pincelada o el trazo a la vista, como el óleo, o la témpera casi sin agua, los óleo pasteles y los crayones acuarelables. Tuve mi momento con todos esos materiales, pero hasta ahora no se me dio mucho por medios más sutiles como la acuarela. He hecho alguna cosa, pero no es lo que más me llama. Cuando he visto cuadros de Van Gogh, Sorolla o Cezanne me he tenido que poner un babero. Creo que me llama mucho eso de que se vea el rastro de quien lo hizo. Cómo fue esa pincelada. Se siente la energía, el impulso, o lo que sea.

—Contanos de tus obras, ¿cómo llegaron los libros álbum a tu vida y cuáles son las claves para que tus ilustraciones dialoguen con los diferentes textos?

—Llegaron cuando tenía 19 años, en el 2009. En enero. Estaba en Plaza Italia, en mi ciudad (La Plata). Me iba a encontrar con un chico para intercambiar clases de piano por pintura. Nunca fue, así que crucé la calle, fui a la librería que estaba enfrente y caí en el sector infantil que estaba en la entrada. “¡¿Qué es todo esto?!”, me dije. Encontré un libro que se llama Princesas olvidadas o desconocidas, de la ilustradora Rebecca Dautremer. Ahí se abrió un universo para mí, (recordemos que en el 2009 no estábamos como ahora con Tik Tok en los celulares). Lo descubrí. Era un libro que costaba $49, algo caro. Seguro no me alcanzaba, pero igual metí la mano en el bolsillo y conté lo que tenía: $49. Todavía lo tengo. Ese verano me la pasé mirándolo. Me fui de vacaciones con mi familia y a la noche me quedaba despierta mirando detalladamente todo. No lo podía creer. Respecto del diálogo entre texto e imagen, para mí lo más importante es el color. La sensación que te da la paleta. Voy a decir algo que creo que cualquier ilustrador o ilustradora diría, pero creo que es la clave: que el texto y la imagen no digan lo mismo. Si hay un texto, la imagen es interesante cuando muestra algo más. Dejar que quien lo vea descubra cosas que no están dichas literalmente en el texto es lo que hace que quieras quedarte mirando. A veces no es cuestión de agregar información, sino tal vez de cambiar el punto de vista desde donde se ve la escena. O quizás sea mostrar un detalle de todo lo que dice el texto.

—¿Cómo vivís la oportunidad de haber sido seleccionada para participar de la 29° Bienal de Bratislavia 2023?

—La verdad es que cuando vi mi nombre en la web de ADA me vi las manos y tenía los dedos blancos (risas). Estoy muy contenta. Me parece que este tipo de oportunidades son muy significativas, no sólo por lo que podés aprender, sino por toda la experiencia en general: el viaje, un lugar nuevo, las personas que te cruzás, y encima todo dispuesto para dedicar nueve días a aprender y hacer. En el 2018 hice algo similar en Albania. Fui a desarrollar habilidades en pintura de paisajes con un pintor de allá.

—¿En qué otros proyectos estás trabajando por estos días?

—Dentro del estudio en el que trabajo hace más de 8 años, siempre estamos haciendo el desarrollo visual para alguna animación. Desde “explainer videos” hasta cortos animados. A mí me toca el diseño de personajes y fondos y la dirección de arte de algunos de esos proyectos. Puntualmente, ahora estoy trabajando en el tercer libro de la colección Yoga para Peques y en el desarrollo de una app que se desprende de estos libros. Dejo el Instagram y web para quien quiera ver algo de esto: www.instagram.com/amblagar  www.amblagar.com.

Y en mi modo freelance, estoy preparando ilustraciones en crayón que pienso vender en la web que me está haciendo uno de mis hermanos. La idea es que haya cuadros y láminas para elegir. Nunca fui de vender lo que hago de esta forma, pero varias personas me han preguntado si vendía cuadros, así que decidí probar. También estoy metiéndome  en el diseño de patterns. Me tiene algo obsesionada desde hace un tiempo, así que todos los días miro alguna clase y hago algún pattern. Siento que es muy importante ver clases, porque ayuda mucho a nutrirse y entusiasmarse con algo nuevo o a profundizar lo ya conocido. Al que quiera, también pueden visitar mi web personal: www.mariajuliatagliero.com.

—Para terminar te invitamos a soltar un deseo en nuestro paisaje del comienzo. 9- —”Lindas sorpresas” es mi deseo. Aclaro “lindas” porque pedir solo “sorpresas” me da un poco de miedo (risas).

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Artes Visuales

La Fototeca Latinoamericana continúa su recorrido por diversos puntos del país

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La Fototeca Latinoamericana (FOLA) continúa su gira por distintos puntos del país. Se trata de un museo itinerante, de acceso libre y gratuito, que reúne fotografías de 42 personalidades de la historia argentina, de diferentes generaciones y estilos.

La propuesta, apoyada por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires a través del programa de financiamiento de la plataforma Impulso Cultural “Mecenazgo”, tiene previsto, para fin de año, completar los 7 mil kilómetros recorridos, habiendo transitado por 11 provincias y 30 ciudades. Este mes, estará en Adolfo Alsina, Bahía Blanca y Mar del Plata.

“Mecenazgo es una herramienta muy importante para fortalecer nuestra cultura, conectando proyectos con empresas que los apoyan. Esta edición cuenta con un fuerte componente federal que permite visibilizar las iniciativas en distintos puntos del país, como es el caso de FoLa. Estamos muy contentos con la recepción que tuvo este primer museo de fotografía itinerante”, afirmó el ministro de CABA, Enrique Avogadro.

Por su parte, el director y fundador de FOLA, Gastón Deleau, sostuvo: “Este proyecto soñado superó todas nuestras expectativas, recorrimos más de 7 mil kilómetros y visitamos más de 30 ciudades de 11 provincias. El cariño y agradecimiento que recibimos fue increíble, las emociones que atesoramos serán imborrables. El sueño que teníamos se volvió realidad. Ahora seguiremos trabajando por un 2023 con nuevas aventuras y emociones”.

Desde enero, la Fototeca Latinoamericana recorre el país con una muestra en la que se destacan fotógrafos como Grete Stern, Annemarie Heinrich, Sara Facio, Helen Zout, Horacio Coppola, Giann Bulacio, Alejandro López, María Inés Paz, Marcelo Abud, Fabián González y Gustavo Nelles.

A la propuesta permanente se suma la proyección de imágenes de entre 10 y 30 fotógrafos de cada ciudad. Eso se complementa, a su vez, con una biblioteca rodante, proyección de documentales y espacios de charla que se concretan con los pobladores locales del sitio visitado por FOLA.

Los próximos destinos serán en la provincia de Buenos Aires: Adolfo Alsina (14 de noviembre), Bahía Blanca (21 de noviembre) y Mar del Plata (28 de noviembre). Así continúa la gira que ya pasó por las ciudades de Mendoza, Rosario, Concordia, Rafaela, Córdoba, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, San Juan, San Luis y Santa Rosa.

(Fuente: Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires)

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Artes Plásticas

Llega la 6° edición de la Bienal de Arte y Cultura de la UNLP

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La 6° edición de la Bienal de Arte y Cultura de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) empezará el próximo sábado en el Centro de Arte universitario, donde artistas plásticos, músicos, compositores, dramaturgos, diseñadores y actores serán parte de un evento gratuito que se extenderá hasta el 12 de noviembre.

La propuesta incluye 130 actividades entre obras de teatro, performances, muestras, instalaciones, cine, danza, conciertos, charlas, debates y presentaciones que se exhibirán no sólo en el edificio Sergio Karakachoff, calle 48 entre 6 y 7, también en plazas, parques, dependencias de la UNLP y centros culturales locales.

La Bienal es una invitación a “repensar la idea de tiempo desde su concepción más tradicional, entendida como una línea exclusiva” para “crear una trama colectiva y subjetiva donde confluye el tiempo que habitamos y percibimos” porque “el tiempo entendido como trama es movimiento, conjunto, es volumen y colectivo”, explicaron en un comunicado los organizadores.

Entre las propuestas, el lunes próximo se llevará a cabo una visita guiada en la Biblioteca Pública de la UNLP, ubicada en Plaza Rocha 137, y a las 18 habrá un concierto del Cuarteto de Cuerdas de la Universidad, la agrupación de cámara más longeva del país.

La propuesta cerrará el sábado 12 en la fachada del Centro de Arte del edificio de Karakachoff, con una charla sobre el reconocido dibujante Miguel Rep; mientras que a las 19 se presentará la dupla Vanza y la banda Amor Elefante.

La programación completa se puede conocer accediendo a www.centrodearte.unlp.edu.ar

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Propietaria/Directora: Andrea Viveca Sanz
Domicilio Legal: 135 nº 1472 Dto 2, La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA Nº 2022-106152549
Edición Nº