

Artes Plásticas
Natalia Aranguez: “Siento que tengo todo un mundo adentro, que se enriquece con todo lo que observo”
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
La máscara cae, es una línea, un punto debajo de la imagen que se expande, es el sol que gira sobre el punto y despierta otras líneas, curvas sobre curvas que forman un círculo, un rostro descubierto, dos ojos que observan desde el otro lado de la imagen, un duende, un hada, quietos en un instante perpendicular, justo donde se abre la puerta que conduce más allá, hacia el misterioso territorio de los mundos fantásticos.
Natalia Aranguez es dibujante, ilustradora y profesora de arte, sus obras son verdaderas puertas que se abren hacia otros mundos, corridos del tiempo, lugares donde la fantasía se cruza con la realidad, tintas y pinceles conversan sobre cosas cotidianas, los lápices dialogan en sus puntas de grafito y derraman líneas que son poesía en cada una de sus creaciones.
En diálogo virtual con ContArte Cultura la artista habla de sus comienzos y de su trabajo.

—Vamos a comenzar esta charla con una imagen. Es una semilla en cuyo interior se desarrollan dos hojuelas, como pinceles que dan vida a algo nuevo. ¿Qué es lo primero que percibís dentro de esa semilla? ¿Hay algo de vos en esa imagen?
—Dentro de la semilla veo luz. Como una llama que ilumina todo al abrirse y a medida que más se abre más estalla su esplendor. Creo que eso pasa con todos aquellos que sentimos desde niños esa pequeña llama del arte en nuestro interior, muchos la apagan a medida que pasa el tiempo, o es apagada por el contexto en que un niño crece. Pero si dejas que se abra, si la exploras, iluminará y crecerá cada vez más.
—¿Recordás en qué lugar o qué personas sembraron en vos las primeras semillas del arte?
—No creo que haya habido alguien específico. Mis recuerdos de niña fueron siempre dibujando. Pasaba las tardes entre libros y colores, y en eso siempre mi familia me apoyó y se aseguraba que siempre tuviera papeles que pintar. No tuve buena estimulación artística en la escuela, pero dentro de mí siempre estuvo esa pasión intacta. Incluso cuando en otras épocas de mi vida quise hacer otras cosas, el arte fue más fuerte que yo y me llevó a conocer lugares y personas increíbles. Cuando estudie el profesorado de Artes Visuales me encontré con gente tan apasionada del arte en general que eso me llevó a explorar otras ramas y absorber influencias de todo tipo. Pero creo que en mi caso no fue que en un momento y lugar dije “es esto”, sino que siento que ya venía conmigo desde siempre.

—Detrás de las creaciones de todo artista existe un mundo de texturas, colores, sabores o sonidos que sostienen su capacidad creadora, ¿cómo es el espacio sensorial en el que nacen tus obras?
—Todo lo que hago está muy estimulado por la música. Muchas veces el silencio reina en mi espacio, pero es un silencio que llega después de que hayan sonado varias melodías. Hay música que me resulta súper estimulante e inspiradora, como la clásica y bandas como Pink Floyd y Coldplay. Siento que me trasladan más fácilmente a esos mundos que quiero contar y de los que siempre voy descubriendo cosas nuevas. En cuanto a las texturas siento que, a medida que he ido madurado en mi vida y en mi trabajo, han ido cambiando. Actualmente hay muchas, a veces más realistas, como una corteza de árbol o un cabello, y otras no tanto. Pero me encanta usar la línea como protagonista para lograr los efectos que busco. A veces realizo mucha línea en trama jugando con todas sus posibilidades para lograr efectos visuales que me resulten interesantes a mí y a quien vea mis trabajos, y el blanco y negro siempre estará muy presente en ellos. Muy pocas veces uso color, entiendo que puedo contar todo lo que necesito con esos tonos. Yo siento que tengo todo un mundo adentro, que se vale de los sueños, de los sonidos, que se enriquece con todo lo que observo. En donde a veces la naturaleza se mezcla con las figuras humanas, donde reina la fantasía, donde la realidad se deforma y se rompen las reglas. Me gusta que haya emociones o intentar transmitirlas de un modo no explicito valiéndome de distintos símbolos para llevarlo a cabo.
—¿De qué manera se manifiestan en vos los personajes que creas?
—Es muy loco, pero siento que muchos dan vuelta en mi mente, como volando. Otros los descubro, como si estuviesen escondidos y gracias a una melodía los puedo ver. Otros gracias a los textos, los voy construyendo, imaginando, armando. Pero a medida que se va ejecutando todo ese proceso de estudio, en mi mente los voy visualizando como alguien real, con vida, con emociones, con una historia, y creo que esa es la mejor forma de construir un personaje, saber que es alguien a quien yo lo pongo en dibujos pero ya existe en otro plano, un cuento por ejemplo, o en un sueño que tuve alguna vez.



—¿Cuáles son las técnicas y materiales con los que trabajás habitualmente?
—Soy una persona que le encanta explorar. Me gusta probarlo todo, lápiz, tintas, digital, acuarelas. Creo que cada herramienta te va a dar cosas tan diferentes que no podría nunca quedarme con una. También me gusta mezclar y con el paso del tiempo empecé a crear mis propias técnicas o formas de usar los materiales, que estaban lejos de lo convencional que aprendí en mi época de estudiante. Sin embargo, tengo mis materiales preferidos que son el grafito y las tintas, tanto la china como la de los estilógrafos, ya que con ellos puedo lograr una gran riqueza de texturas, que me permiten terminar un trabajo solo con ellos o pintar en digital o con acuarelas posteriormente.
—En tus obras suelen aparecer seres fantásticos en espacios reales, como si en verdad estuvieran allí. ¿Cómo lográs esa fusión de fantasía y realidad a través de tus trazos?
—Siempre me pregunto cómo se vería todo si fuese un sueño, y ese es mi puntapié inicial para jugar con la imagen y los personajes, incluso hacer una fusión de realidad y fantasía no solo del contexto sino del personaje con elementos, por ejemplo con la naturaleza. Me gusta pensar que no hay nada imposible en un dibujo y que uno es totalmente libre, entonces esos seres fantásticos toman protagonismo. A veces el personaje es realista y el contexto es fantástico, porque a veces eso pasa en nuestros sueños también.
—¿Cuáles creés que son las temáticas que definen o caracterizan a tus creaciones?
—No sé si hay un tema, porque siento que soy muy variada. A veces realizo algo muy oscuro y otros días me dan ganas de dibujar un gato gigante con una niña que lo acompaña. Lo que sí sé con seguridad es que la fantasía, inspirada en el surrealismo que descubrí de estudiante, es lo que define mi trabajo. Pero si tengo que hacer algo distinto o más realista, o algún diseño para una marca, lo hago, pero mi estilo de línea y formas siempre estará presente, aunque no sea algo fantástico.


—En algunas de tus ilustraciones suelen aparecer partes que se ocultan detrás de alguna máscara real o simbólica, ¿qué valor tiene lo que se oculta en una imagen?
—Como dije anteriormente, me gusta usar símbolos y esto es algo de eso. Creo que lo que se oculta provoca que el observador se haga preguntas, del porqué está ahí, que hay detrás, por qué no se ve, entonces se da un juego entre imagen y espectador muy interesante.
—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
—Como docente que soy, tengo muchas ganas de dar clases nuevamente así que eso se viene pronto, retomando ese rol. Como ilustradora he estado trabajando para proyectos de empresas y emprendedores, y siempre llega alguno de un particular también. Pero paralelamente estoy gestando un proyecto personal de libro ilustrado que es el que más tiempo me lleva.
—Para terminar y volviendo a nuestra semilla del comienzo, ¿qué deseo te gustaría ver crecer desde su interior?
—Primero deseo que esa llama no se apague nunca, porque muchas veces nos vemos invadidos por el entorno o cuando las circunstancias no salen como nos gustaría nos desanimamos. Pero quisiera seguir creciendo como ilustradora, y ver mis dibujos en muchas historias y lugares. Llegar a más gente con ellos y que los que quieren dibujar vean que no existe una sola forma de contar las cosas, sino que hay muchas y solo hay que encontrar la propia.

Artes Plásticas
Mujeres al frente en las nuevas expos del Recoleta

El próximo jueves 15 de mayo a las 18 se inaugurarán dos exposiciones en las salas 13 y 14 del primer piso del Centro Cultural Recoleta: “Dar una vuelta y ver qué hay”, muestra colectiva con la curaduría de Gabriel Levinas (sala 13), y “Nací niña”, de la artista Minna Pietarinen, con el apoyo de la Embajada de Finlandia en Buenos Aires (sala 14).
“Dar una vuelta y ver qué hay” es una muestra colectiva y ecléctica integrada por obras de cinco artistas mujeres: Eunice Balbi, Lina Cameli, Lucía Erijimovich, Martina Servio Olavide y Candelaria Aset. Cada una de las creadoras reunidas tiene un origen y un lenguaje distinto. Sus obras reflejan retratos de personajes parecidos a los que todos conocen, preocupación ecológica, un fogoso expresionismo, una estética tortuosa y poética de un arte nacido en los confines del territorio argentino.
Eunice Balbi produce retratos y escenas tan armónicas como perturbadoras. En las obras de Lina Cameli, la leyenda del Yaguarón (criatura que habita las aguas del Paraná) se transforma para salir a vengarse de quienes contaminan el río. Lina y su propia madre recolectaron la basura de sus orillas y la convirtieron en obras de arte. Lucía Erijimovich propone objetos cotidianos que se presentan descontextualizados, flotando en paisajes oníricos o interiores psíquicos. En las obras pictóricas de Marina Servio Olavide se proyectan cuerpos en tensión que se vuelven coreografía y movimiento. Candelaria Aset, a través de una técnica ancestral, transforma las hojas del chaguar en un áspero hilo con el que elabora objetos que, si bien parecen jarrones, son verdaderas obras que carecen de utilidad práctica.
Por su parte “Nací niña” reúne el arte y la poesía de la artista finlandesa Minna Pietarinen, enfocada en los derechos de las mujeres y las niñas en todo el mundo. A través de obras conmovedoras, Pietarinen destaca mujeres inspiradoras de distintas culturas que han desafiado barreras y transformado realidades, cada una representando un derecho humano fundamental. Las obras están acompañadas por un poema escrito específicamente para la persona retratada, y un texto que proporciona información sobre la relevancia de ese derecho en la vida de la protagonista. Estos textos están disponibles mediante códigos QR para que los visitantes puedan leerlos.
La exposición busca generar diálogo y promover la acción en torno a temas urgentes y actuales relacionados con la igualdad de género y los derechos humanos. Su propuesta pone el foco en la construcción de redes de acompañamiento entre mujeres utilizando la expresión creativa como herramienta de empoderamiento y de encuentro.
Ambas muestras podrán visitarse a partir del jueves 15 de mayo a las 18, con entrada libre y sin costo para argentinos y residentes, de martes a viernes de 12 a 21, sábados, domingos y feriados, de 11 a 21 h en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930). Programación completa: http://www.centroculturalrecoleta.org/
(Fuente: Cecilia Gamboa – Comunicación & Prensa)
Artes Plásticas
” Representar el silencio ” del artista español Nicolás Combarro

El sábado 10 de mayo a las 14, el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) y MUNTREF – Centro de Arte Contemporáneo inauguran “Representar el silencio”, en la sede Hotel de los Inmigrantes.
El proyecto expositivo reúne una serie fotográfica del artista español Nicolás Combarro con el propósito de reflexionar -desde la arquitectura y la memoria- , a cerca de las arquitecturas de represión en España y Francia, en el contexto europeo de los totalitarismos y fascismos, durante los años 30 y 40.
“Representar el silencio” despliega una selección de fotografías del artista a partir de un arco histórico que comienza con la sublevación militar en julio de 1936 y la Guerra Civil, extendiéndose hasta el final de los años 40 con los campos de concentración en los que se encarcelaron a más de setecientas mil personas, sumado al sistema de colonias penitenciarias y cárceles para prisioneros políticos vigente hasta la muerte del dictador y la ley de amnistía de 1977.
La investigación también aborda el sistema de campos de internamiento de Francia que comienza con la ley de extranjeros “indeseables” de 1938, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Españoles republicanos exiliados de la Guerra Civil española fueron concentrados en estos campos, primero en el sur de Francia y luego repartidos por más de las doscientas estructuras represivas que existieron en ese país, para acabar, muchos de ellos, deportados a campos de concentración alemanes.
La exposición se divide en dos partes. En su sección de nueva creación, el acercamiento fotográfico emplea la luz proyectada para desvelar algunos de los restos de estas construcciones, hoy convertidas en estructuras de memoria. La metodología artística dialoga con trabajos arqueológicos recientes, estableciendo un puente simbólico y material para contrarrestar la amnesia y el silencio.
La muestra también incorpora collages y una pieza de animación 3D realizada a partir de planos originales de campos de concentración, similares a los construidos en distintos países bajo regímenes totalitarios. Documentos históricos y fotografías de época completan el recorrido, acercando al público a una etapa oscura de la historia reciente marcada por la represión política en Europa.
Representar el silencio se puede visitar desde el 10 de mayo hasta el 8 de junio, de miércoles a domingos de 11 a 18 con entrada libre y gratuita. El proyecto cuenta con el apoyo de la AECID, el Ministerio de Cultura y Deporte de España, el Museo Universitario de Navarra y la Casa de Velázquez.
(Fuente: Cecilia Gamboa – Comunicación & Prensa)
Artes Plásticas
Dos nuevas e impactantes exposiciones en el Recoleta

Este miércoles 30 de abril a las 18 se inaugurarán dos grandes muestras en el Centro Cultural Recoleta: “Un perfume de amor, sangre y nervios” , primera exposición institucional de la artista Laura Códega en la sala C —que cuenta con la curaduría de Carla Barbero—, y “La vigilia de los harapos” , de la artista Josefina Labourt —curada por Javier Villa—, en la sala J.
En “Un perfume de amor, sangre y nervios” (sala C) la artista Laura Códega despliega un lenguaje visual desarrollado durante más de dos décadas en el que atraviesa diversos medios como la pintura, el video, la escultura, el grabado, la música y la escritura. Su obra, de fuerte material impronta, revisa las narrativas históricas para desafiar las formas hegemónicas de representación. Con un interés particular en las tradiciones populares y los relatos periféricos, la artista recupera figuras y temas olvidados o marginales, proponiendo una mirada crítica sobre imaginarios despreciados, cuentos como los paganos y antimodernos.
“La vigilia de los harapos” presenta una selección antológica de las obras de Labourt, realizada entre 2017 y la actualidad. En ellas conviven la escultura, el relieve, la pintura y el collage. La artista trabaja con materiales como la resina, toallas, gasas, cáscaras de huevo o cartapesta, entre otros, con los cuales representan cuerpos femeninos que empujan a la vejez, la decrepitud o incluso la deformidad. Labourt se para entre el desconcierto y la crudeza que envuelven al tiempo de un cuerpo real y la superficie brillante, resbaladiza y teatralmente de su representación.
Como parte del programa curatorial de este año en el Centro Cultural Recoleta, ambas exposiciones proponen un diálogo entre generaciones con el arte argentino. La exhibición de Códega lo hace con una serie de grabados de Abraham Vigo (Montevideo, 1893 – Buenos Aires, 1957) y Adolfo Bellocq (Buenos Aires, 1899 – 1972) pertenecientes al acervo del Museo Nacional del Grabado. Ambos fueron parte de los Artistas del Pueblo, un grupo formado entre 1913 y 1914 que se opuso a los cánones académicos y exclusivos del arte oficial de su tiempo.
Por su parte, “La vigilia de los harapos” lo hace con las obras del escultor Norberto Gómez (Buenos Aires, 1941-2021) que refuerzan en sala la importancia histórica de la representación de los cuerpos como canal para visibilizar el drama social. Ambos escultores comparten una fascinación por ciertos materiales como la resina y su efecto viscoso y visceral. Pero mientras Labourt se concentra en la piel, la máscara o la cáscara, Gómez se concentra en la carne, las vísceras y los huesos.
Ambas exposiciones podrán verse desde el 30 de abril a las 18, de martes a viernes de 12 a 21 y sábados, domingos y feriados de 11 a 21, con entrada libre y sin costo para residentes y argentinos en Junín 1930, CABA. Programación completa en: http://www.centroculturalrecoleta.org/ .
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