Un susurro del aire se hizo escuchar. La voz tomó la fuerza necesaria y se elevó entre las ramas de los árboles que se plegaron al mensaje.
Enredado sobre las hojas se encontraba el sonido que murmuraba cosas escuchadas, guardadas en el vientre de una atmósfera fecunda.
Notas musicales formaron torbellinos entre las nubes y la melodía se dispersó serena de un lugar a otro.
La música, que el viento transportó, se hizo vuelo y recorrió grandes distancias sobre las alas de una mariposa. Más tarde, atravesó la siringe de un pájaro y se convirtió en trino, que el aire absorbió agradecido.
Un silbido lejano arrastró las palabras de muchos, múltiples mensajes de formas diversas, y las liberó en el espacio.
Libres, en los remolinos del aire, esas mismas palabras se elevaron para convertirse en una canción recién nacida.
El aire como símbolo
El aire es un elemento fundamental para la vida. Los gases que lo componen circulan entre los seres vivientes mediante ciclos continuos. En ese movimiento constante todos forman parte del soplo creador.
Es posible considerar entonces que el aire vincula de una manera sutil a todos los habitantes del planeta. A través de él, el sonido se expande y los mensajes se transportan para que puedan ser escuchados. De la misma manera, por su intermedio fluye la luz y los olores.
El aire es visto como fuerza universal, es espíritu y aliento creador. Es vehículo de ideas y palabras, de notas musicales y de aromas que se desparraman a través del viento, que no es otra cosa que aire en movimiento.
Los vientos, sin embargo, se suelen asociar a las tempestades o tormentas de la vida, y los huracanes o tornados a catástrofes o situaciones límite.
El vuelo, la ligereza, los perfumes y la luz, están conectados con la simbología del aire.
Vuelos literarios
En la literatura son muchos los autores que utilizan el símbolo del aire en todas sus manifestaciones.
Gabriel García Márquez lo utilizó en Cien años de soledad, su obra cumbre:
“…Entonces empezó el viento, tibio, incipiente, lleno de voces del pasado, de murmullos de geranios antiguos, de suspiros de desengaños anteriores a las nostalgias más tenaces. No lo advirtió porque en aquel momento estaba descubriendo los primeros indicios de su ser, en un abuelo concupiscente que se dejaba arrastrar por la frivolidad a través de un páramo alucinado, en busca de una mujer hermosa a quien no haría feliz. Aureliano lo reconoció, persiguió los caminos ocultos de su descendencia, y encontró el instante de su propia concepción entre los alacranes y las mariposas amarillas de un baño crepuscular, donde un menestral saciaba su lujuria con una mujer que se le entregaba por rebeldía. Estaba tan absorto, que no sintió tampoco la segunda arremetida del viento, cuya potencia ciclónica arrancó de los quicios las puertas y las ventanas, descuajó el techo de la galería oriental y desarraigó los cimientos. Sólo entonces descubrió que Amaranta Úrsula no era su hermana, sino su tía, y que Francis Drake había asaltado a Riohacha solamente para que ellos pudieran buscarse por los laberintos más intrincados de la sangre, hasta engendrar el animal mitológico que había de poner término a la estirpe. Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugado por la cólera del huracán bíblico, cuando Aureliano saltó once páginas para no perder el tiempo en hechos demasiado conocidos, y empezó a descifrar el instante que estaba viviendo, descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose a sí mismo en el acto de descifrar la última página de los pergaminos, como si se estuviera viendo en un espejo hablado. Entonces dio otro salto para anticiparse a las predicciones y averiguar la fecha y las circunstancias de su muerte. Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra…”
Ray Bradbury, en su cuento La mañana verde, utiliza la figura del aire, tan necesario para la vida:
“Era una mañana verde. Los árboles se erguían contra el cielo, uno tras otro, hasta el horizonte. No un árbol, ni dos, ni una docena, sino todos los que había plantado en semillas y retoños. Y no árboles pequeños, no, ni brotes tiernos, sino árboles grandes, enormes y altos como diez hombres, verdes y verdes, vigorosos y redondos y macizos, árboles de resplandecientes hojas metálicas, árboles susurrantes, árboles alineados sobre las colinas, limoneros, tilos, pinos, mimosas, robles, olmos, álamos, cerezos, arces, fresnos, manzanos, naranjos, eucaliptos, estimulados por la lluvia tumultuosa, alimentados por el suelo mágico y extraño, árboles que ante sus propios ojos echaban nuevas ramas, nuevos brotes. -¡Imposible! -exclamó el señor Driscoll. Pero el valle y la mañana eran verdes. ¿Y el aire? De todas partes, como una corriente móvil, como un río de las montañas, llegaba el aire nuevo, el oxígeno que brotaba de los árboles verdes. Se podía ver brillando en las alturas, en oleadas de cristal. El oxígeno, fresco, puro y verde, el oxígeno frío que transformaba el valle en un delta frondoso. Un instante después las puertas de las casas se abrirían de par en par y la gente se precipitaría en el milagro nuevo del oxígeno, aspirándolo en bocanadas, con mejillas rojas, narices frías, pulmones revividos, corazones agitados, y cuerpos rendidos animados ahora en pasos de baile. Benjamín Driscoll aspiró profundamente una bocanada de aire verde y húmedo, y se desmayó. Antes de que despertara de nuevo, otros cinco mil árboles habían subido hacia el sol amarillo.
El poeta Gustavo Adolfo Becquer también habla del aire en su rima XXXVIII:
¡Los suspiros son aire y van al aire! ¡Las lágrimas son agua y van al mar! Dime, mujer, cuando el amor se olvida ¿Sabes tú adónde va?
El autor mejicano Juan Rulfo, en su libro Pedro Páramo, utiliza al viento y al aire en diversas escenas de manera simbólica:
“…El aire nos hacía reír; juntaba la mirada de nuestros ojos, mientras el hilo corría entre los dedos detrás del viento…”
El aire y sus manifestaciones son recursos comunes a la hora de titular las obras literarias:
La sombra del viento – Carlos Ruíz Zafón
Lo que el viento se llevó – Margaret Mitchell
Viento tras los ojos – Gabriela Romero
El aire de un crimen – Juan Benet
Baile en el aire – Nora Roberts
La casa del aire – María Cristina Ramos
Amigos por el viento – Liliana Bodoc
Artes plásticas
En las artes plásticas muchas veces el aire actúa de escenario en el que las obras toman vida:
Música
En la música, el aire se vuelve protagonista fundamental, ya sea por los instrumentos de viento, por ser musa inspiradora o sencillamente por ser el medio por el que viajan los sonidos :
Gracias, Andrea, por incluirme. En “Viento tras los ojos” el viento es enojo, miedo, frustración. Antonia, la protagonista, absorbe su fuerza y sus características de la naturaleza.
Radio Provincia de Buenos Aires, la radio pública de los bonaerenses, cumplirá mañana 85 años y para festejarlos dispuso una transmisión especial en la vía pública, por lo que los estudios se montarán en la esquina de avenida 53 y calle 11 de La Plata.
Desde las 9, se transmitirá en dúplex por AM 1270 y FM 97.1.
La programación contará con entrevistas especiales, invitados y la presentación de bandas en vivo como Tangorra Orquesta, Martes de agua, El batacazo, Diego Martínez, Inés Mauri, Silvina Moreno y un gran cierre a cargo de Árbol.
La radio inició sus transmisiones en La Plata el 18 de febrero de 1937, unos meses antes que Radio Nacional. Sus primeros estudios funcionaron en el Pasaje Dardo Rocha, y desde 1972 la radio se instaló en el Palacio Achinelly, un emblemático edificio ubicado frente a la Municipalidad platense.
Durante años, con auditorios llenos, Radio Provincia produjo conciertos de destacados artistas populares como Atahualpa Yupanqui, Edmundo Rivero, Aníbal Troilo y el Chango Nieto.
También el gobernador Antonio Cafiero marcó un hito al realizar, durante los cuatro años de su mandato, el programa “La hora del Gobernador”, constituyendo un puente directo entre el Estado y el pueblo bonaerense.
Bajo la gestión del gobernador Axel Kicillof y con la dirección de Marcelo Figueras, Radio Provincia renovó su programación, mejoró sus instalaciones y actualizó su estructura organizacional, para potenciar su vigencia acorde a los nuevos tiempos.
Desde los distintos programa se invita a los oyentes y amigos de la radio a sumarse a los festejos.
En la noche oscura, nada hay salvo el propio corazón. Los monstruos que vendrán a atacarte serán aquellos que tú mismo hayas creado. Bajo esta leyenda se esconde el nombre de Vlad III, el Empalador o Vlad, Drácula, príncipe de Valaquia, el personaje histórico que inspiró a Bram Stoker. Si algo fascinó a la sociedad victoriana de finales del XIX de esta leyenda fue el célebre castillo de Drácula, levantado en las montañas de Transilvania. Lo curioso del caso es que el castillo nunca fue suyo, sino del líder militar húngaro Juan Hunyadi, uno de los mayores estrategas de la historia militar europea, responsable de la muerte del padre de Vlad el Empalador, el rey Vald II, y fue el castillo donde el mítico Drácula estuvo encerrado durante trece años, de 1462 a 1475.
Durante estos largos años, los relatos de la crueldad de Vlad III empezaron a circular por toda Europa y los libros que recogían sus batallas, leyendas y torturas se convirtieron en auténticos “best seller” de la época, sobre todo en los reinos alemanes e italianos. En Rumanía era un héroe popular. Todos querían saber qué crueldades había cometido contra los otomanos, enemigo de todos los pueblos europeos, por un lado temiendo su rabia y violencia y por otro celebrándola al cargarla contra un enemigo común.
Sus estratagemas para vencer a un ejército que les superaba en más de 4 a 1 fueron múltiples, de mandar al campo de batalla a niños y mujeres para tener más cuerpos con los que detener el avance enemigo hasta envenenar pozos que pudieran usar los otomanos, pasando por desplegar enfermos de peste a las líneas enemigas. Aunque si por algún motivo se convirtió en leyenda fue por matar a más de 20.000 otomanos en avanzadilla y recibir al ejército del sultán con un bosque de cadáveres impalados que aterrorizó a los turcos. ¿Quién podía ser capaz de algo así?
La victoria fue celebrada y Vlad convertido un héroe de la región rumana, pero justo después de su gran victoria fue capturado por las tropas húngaras y hecho prisionero en el Castillo de Hunyard, también conocido como el castillo Corvino, nombre del hijo de Juan Hunyard. ¿Qué pasó durante esos trece años que vivió encerrado en el castillo? Poco se sabe, pero a día de hoy todavía se oyen voces de ultratumba entre sus paredes. Algunos dicen que es el propio Vlad, que ansía escapar de su encierro. Otros, que son los grito de horror y sufrimiento de sus víctimas.
El caso es que Vlad fue liberado sólo para morir meses después a manos de los otomanos. Sus enemigos le capturaron y la leyenda dice que lo descuartizaron en 43 pedazos, repartiéndolos por diferentes lugares para que nunca pudiese volver a la vida. La ironía es que con los años se convertiría en epítome de no muerto y figura de cuerpo eterno. Vlad volvía a derrotar a los otomanos después de muerto.
Situado en las montañas Calimani, en Transilvania, en lo que es la actual frontera con Moldavia, hoy es una gran atracción turística, y lo más cerca que existe a una “casa de Drácula”. Entre los fantasmas que dicen que asolan el castillo están los de tres prisioneros turcos a los que se les prometió la libertad si cavaban un pozo y encontraban agua. Después de quince años de fatigoso trabajo, los tres prisioneros encontraron agua, pero cuando reclamaron su libertad lo único que consiguieron fue una cruel burla. Se dice que Hasan, uno de los torturados soldados otomanos, escribió bajo la piedra, “ahora tenéis agua, pero no tenéis alma”. Una nueva demostración que toda casa encantada comienza con un cruel confinamiento.
De estilo gótico renacentista, lo cierto es que este inusual castillo despierta todos los anhelos de lo paranormal. Quizá la figura del vampiro sólo es la del fantasma que ansía un cuerpo con el que volver a conquistar el mundo. Junto a la Winchester Mistery House, es, desde luego, de las edificaciones más espeluznantes que se hayan construido nunca. El mito de Drácula sediento de sangre es en realidad el del fantasma sediento de cuerpo para seguir su vida de venganza, muerte y conquista, el triángulo del mal.
Por Walter Omar Buffarini / Entrevistas: Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca)//
A casi cincuenta días de decretado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio para hacer frente a la pandemia de coronavirus en la Argentina, muchos son los efectos colaterales de una medida que apuntó fundamentalmente, y hasta el momento con buenos resultados, a cuidar la salud de cada uno de los habitantes.
Entre esas consecuencias no deseadas se cuentan los daños en prácticamente la totalidad de la actividad productiva, realidad a la que la industria del libro tampoco ha podido escapar.
Para entender un poco más acerca de este inesperado momento y cómo pararse frente a él, ContArte Cultura consultó a representantes de algunas de las más importantes librerías de la ciudad de La Plata, quienes contaron sus experiencias y se animaron a delinear el futuro inmediato.
Respecto de las consecuencias inmediatas tras decretado el aislamiento, los libreros coincidieron en que la caída de las ventas fue total, habiendo podido mitigarlo mínimamente con la autorización de la venta online.
En ese sentido, Ana Borean, de City Bell Libros, manifestó que “las ventas han caído abruptamente y el método online con envío incrementó costos y dificultó la comercialización”.
Por su parte, desde Rayuela Libros Guadalupe explicó: “La primera consecuencia fue la librería cerrada”. Asimismo, detalló que ante esto sus primeras actividades fueron “arreglar las bases de datos desde casa y generar contenido para las redes sociales”.
Un tanto más preocupado Eduardo, desde la librería Atenea, aseguró estar “sin posibilidad de ninguna venta durante 30 días, con facturación cero”.
Jorge García, uno de los propietarios de La Normal Libros, explicó que “inicialmente se rompió la cadena de pagos, lo que nos produce un retraso importante con nuestros proveedores, servicios y demás. Un perjuicio muy grande a largo plazo, ya que lo que no se vendió en su tiempo no se recupera”.
Ampliando en ese aspecto, García afirmó necesitar de “un lapso de trabajo de un año para volver a estar al día. Si antes veníamos con carga impositiva muy alta más los gastos que prácticamente no nos dejaba margen, esto nos hace muy difícil afrontar deudas y más a futuro”.
Nuevas estrategias
Ante este panorama, los libreros pusieron en marcha diversas y variadas medidas para sostener su comercio, entre las que se destacan los descuentos y las entregas a domicilio, como así también las ventas a futuro.
“En Rayuela hicimos tarjetas de regalo para pasada la cuarentena y algunas ventas telefónicas con descuentos especiales y a través de nuestra página web”, afirmó Guadalupe, quien aseguró que “no es una tarea sencilla”.
En City Bell Libros la modalidad optada fue “tomar pedidos por Whatsapp (221 5897352), responder así consultas de todo tipo y coordinar entregas en La Plata y toda las Zona Norte que abarca, City Bell, Gonnet, Villa Elisa, Arturo Segui, Los Porteños, Ringuelet y Gorina, entre otras zonas”.
“Nosotros tuvimos la suerte de que teníamos ya preparado todo nuestro sistema a través de la web para ventas electrónicas con entregas y solo tuvimos que hacer un par de ajustes”, sintetizó García, ampliando que “en La Normal entregábamos por Glovo, pero esa modalidad ya no fue aceptada por la Municipalidad y debimos cambiar el método de envío, que implica un costo extra tanto para el cliente como para nosotros”.
Agradecidos a los lectores
Si bien todos destacan que no pueden compararse las ventas en librería con aquellas que se hacen por envío, los resultados no han sido tan malos.
“Gracias a nuestros fieles clientes, nos encontramos con una gran demanda de pedidos, la que tratamos de responder en tiempo y forma. La gente está urgida de leer o necesitan los libros escolares para hacer las tareas. Tratamos de adaptarnos a esta situación lo más rápido posible y de la mejor manera” afirmó Borean.
Jorge García remarcó que en La Normal tuvieron “muy buena aceptación de los clientes al delivery”, y que “mucha gente nos agradece por hacerles más amena la cuarentena. Un libro es algo fundamental para estos momentos.
En Atenea contaron su experiencia destacando que “la venta electrónica, sea como fuera, es fácil para vender Sacheri, Allende o cualquier otro bestseller, pero es muy difícil para una librería especializada como la nuestra”. De igual modo explicaron que “al no tener página web hacemos las ventas por Facebook, Instagram o correo electrónico, lo que es un poco complicado o engorroso, pero que poco a poco vamos mejorando”.
Desde Rayuela explicaron que la nueva experiencia que les toca vivir es “caótica”, pero a la vez “cargada de emoción y ansiedad”. Del mismo modo se saben “unos privilegiados”, ya que “poder estar trabajando es una suerte”.
Aunque también reconocen inconvenientes: “Como toda forma nueva de trabajo, recién ahora nos vamos organizando. Siempre tenemos activas nuestras redes sociales y a principio de año lanzamos nuestra página web, así que podríamos decir que estábamos preparados”.
Por la vuelta a la normalidad
Finalmente, en relación a lo que los libreros creen necesario para contener su actividad, principalmente figura la necesidad de poder volver a tener gente en sus locales.
“Somos una librería de público presencial en el local”, insiste Eduardo de Atenea, entendiendo que “las opciones para nosotros como para otros comercios similares son implementar horario reducido o, como está sucediendo en otros lugares, salidas reducidas del público según la terminación del documento”.
En el mismo sentido opinó Jorge García: “Lamentablemente vemos un panorama sombrío. Nuestra librería en particular es más un paseo para nuestros clientes. Aquí pueden mirar, hojear, elegir, es una experiencia que ninguna web puede dar. Tener que decirle a un cliente que quiere venir a buscar un libro que no puede, que no podemos atenderlo en la librería, es un puñal para nosotros”.
“Agradecemos que nos hayan tenido en cuenta dentro de las medidas que nos permiten poder vender algo, pero lamentablemente de esta manera sólo podemos cubrir los costos y no mucho más. Entendemos la situación de la pandemia y estamos alineados con la cuarentena, pero sin clientes dentro del local, viendo los libros, asistiendo a las presentaciones de los autores, intercambiando opiniones con el librero, no veo que se pueda mejorar”, aseguraron desde City Bell Libros.
Y en esa mirada hacia adelante, desde Rayuela afirman: “¡Vemos más gente leyendo!” y se atreven a asegurar que “las condiciones cambiarán”.
“Pensábamos transcurrir todo el 2020 cumpliendo nuestros 29 años y festejando los 30 por llegar, pero si bien no vamos a poder llenar la librería de niñas y niños, autores y lectores, ya veremos que vuelta le encontramos. La cosas van a estar difíciles para todos, pero la lectura siempre es un buen refugio”.
Gabriela Romero
30/07/2018 a 10:17
Gracias, Andrea, por incluirme. En “Viento tras los ojos” el viento es enojo, miedo, frustración. Antonia, la protagonista, absorbe su fuerza y sus características de la naturaleza.