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“Japón”, un impacto en los sentidos que se hizo libro de la mano de Floral Zu
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
Viajar, alejarse del punto de partida para respirar un aire nuevo, aprehender los aromas y las formas, palpar los sonidos desconocidos, saborear las horas. Viajar es girar sobre los giros de los días y avanzar a través de las imágenes; es disfrutar de la quietud de los paisajes para regresar, tan sólo unos pasos, en el libro de la vida.
Floral Zú viaja cada vez que puede. Con su cámara en mano atraviesa las fronteras de las cosas y captura instantes. Sus fotos guardan y replican momentos, como si cada imagen se prolongara más allá del papel y adquiriera volumen. Como si las palabras de cada paisaje se pusieran en movimiento.
Esta vez su destino fue Japón. Un recorrido por la tierra nipona que quedó registrado en su segundo fotolibro que, justamente, lleva ese nombre.
En diálogo con ContArte Cultura, la diseñadora gráfica y fotógrafa comparte sus vivencias y presenta su última obra, la síntesis de un viaje en el que la bicicleta, una vez más, es protagonista.
—Acaba de salir “Japón”, tu nueva obra, un libro que invita a viajar a través de las imágenes, contanos en qué momento comenzaste a pedalear sobre la idea de este proyecto.
—Esta idea surgió como resultado del impacto que me provocó conocer Japón. Ahí es donde comenzó esta necesidad de plasmar en un libro y en un proyecto artístico todas las impresiones que me había causado pisar por primera vez un país de Oriente y en particular ese, una tierra llena de historia, de pasado y tradición, pero también de futuro y tecnología.
—Desde aquel punto de partida, ¿qué fue lo que más disfrutaste del proceso-viaje creativo? ¿Cuál fue el punto de llegada?
—Todo el proceso creativo que devino en este libro fue un auténtico viaje creativo impulsado por el impacto que tuvo en mis sentidos la experiencia nipona. Esa admiración fue creciendo luego al investigar y estudiar más acerca de esa cultura. Y el punto de llegada claramente es este libro que acabo de editar, en donde siento que he crecido como artista. Entiendo que este es un libro más maduro y más completo que mi primera experiencia editorial.
—Y hablando de ese punto de llegada, ¿por qué elegiste Japón como destino?
—Japón era un destino que tenía hace tiempo ganas de conocer, pero me terminó de definir una oferta que sería irresistible para que finalmente pudiera concretarlo.
—La bicicleta es un símbolo que recorre muchas de tus fotos, ¿qué otros objetos simbólicos atraviesan el lenguaje visual de las páginas del libro?
—En mis fotos busco que tanto lo compositivo como lo cromático acompañen y expresen aquello que sentí al momento de tomar la foto. Busco que mis imágenes sean un espejo, no tanto de lo que ven mis ojos, sino de la emocionalidad que me atraviesa a partir de esos escenarios. Busco que eso quede plasmado en la fotografía y que sea cabalmente un registro de ese momento, tanto físico como sensorial. Captar y hacer visible lo invisible para poder “contar” mucho más fidedignamente aquello que busco contar.
—Hay algunas sorpresas dentro de esta obra que expande la quietud de las imágenes hacia los movimientos y los sonidos, ¿cómo fue ese trabajo de prolongar tus fotos hacia otros recursos multimedios?
—Efectivamente, en este libro quise prolongar y expandir la idea de viaje, que quién abra las páginas de este libro vaya más allá de la foto impresa. Es así que, mediante códigos QR, incorporé enlaces a videos. En ellos se pueden escuchar los sonidos de Japón y ver qué pasaba antes y después de la foto. De esa manera busco hacer partícipe al lector a través de una vivencia más cercana a la que yo misma viví. “Ir más allá de la foto”, ese fue el desafío. Acercar un poco de Japón a quién, en la intimidad de su casa, pasa las hojas de este libro.
—¿De qué manera viviste la edición de este libro y quiénes formaron parte del proceso que le dio vida?
—Tanto el libro anterior, Bicicletas en foco, como este libro, Japón desde mi bicicleta, son ediciones independientes y productos de la autogestión. Gracias a mi profesión de diseñadora gráfica he podido llevar a cabo el trabajo completo de edición e impresión. Por supuesto que siempre el proceso se va alimentando y apoyando en personas que van siendo referentes para no desviarme del camino y focalizar en un buen resultado final.
—¿Cuál es el próximo destino de tu bicicleta?
—Aún no sé cuál será el próximo destino… en este año donde el mundo se paralizó por la pandemia, inédita para nuestra generación, el futuro próximo es incierto. Tengo un viaje a Normandía y Bretaña (Francia) que me quedó pendiente debido a todo esto, así que tal vez sea ese mismo viaje, o tal vez algún otro, quién sabe. Si hay algo que hemos aprendido este año es que hay que convivir con la incertidumbre y que nada está asegurado. Por eso es bueno soñar y planificar, pero también es una gran lección valorar el momento presente.
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Marcha atrás con el cierre del Fondo Nacional de las Artes y del Instituto Nacional del Teatro
El Gobierno envió al Congreso el texto reformado del proyecto de “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” donde da marcha atrás a la derogación del Fondo Nacional de las Artes (FNA) y del Instituto Nacional del Teatro (INT), entre otros puntos incluidos en el capítulo dedicado a la cultura, que se “rediseñó protegiendo los recursos del sector, pero preservando el objetivo de que los gastos administrativos no sean una carga excesiva”, según se explicó en los fundamentos de la iniciativa.
Tras el plenario de comisiones de Diputados, donde expusieron referentes de la cultura, enmarcados por protestas y manifestaciones en las calles de trabajadores del arte y la cultura, la Ley Bases ingresó al Congreso con varias reformas: una “nueva versión” que “ha sabido recoger muchos de los puntos de la discusión”, donde “la diferencia no es solo cuantitativa (se pasa de un proyecto con 664 artículos a uno de 523) sino cualitativa”, aclara la introducción del texto.
El nuevo texto -que incorpora gran parte del debate público” pero “mantiene las bases fundamentales de ampliación de libertades, libertad económica, reorganización administrativa, equilibrio presupuestario” y “fortalecimiento de la educación y la cultura”- plantea que el FNA pase a funcionar con directores ad-honorem y un límite de gastos del 20% de sus ingresos; que se reforme la categorización de filmes nacionales, restricciones financieras para el Instituto Nacional de la Música (Inamu) y la Comisión Nacional de Biblioteca Populares (Conabip).
“Es sano exponer los privilegios de unos pocos, es sano mover nuestro marco normativo hacia adelante modificando cosas que el tiempo había enquistado (…) es sano escuchar, corregir, aprender”, dice el documento que incorpora medidas específicas para garantizar que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) promocione al cine nacional y mantenga intactos los alcances del Fondo de Fomento Cinematográfico.
En cuanto al Instituto Nacional de la Música (INAMU) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares CONABIP, “en pos de una gestión más eficiente”, se establecen restricciones de gastos para el INAMU y la CONABIP. Limitar también los egresos al 20% de los ingresos de estas instituciones busca garantizar una utilización eficaz de los recursos disponibles, evitando excesos administrativos y priorizando el respaldo directo a la música y las bibliotecas populares.
Sobre el Instituto Nacional del Teatro, el proyecto propone la absorción de las funciones del INT por la Secretaría de Cultura, señalando un enfoque en la eficiencia administrativa. Sin embargo, esta decisión también abre la posibilidad de que el Instituto quede más supeditado a los vaivenes políticos, planteando desafíos adicionales para su funcionamiento futuro.
Las nuevas modificaciones al proyecto de ley reflejan una estrategia más cautelosa, donde se buscan reformas significativas sin descuidar la protección de instituciones fundamentales, pero que mantiene el espíritu de achicar el Estado. La propuesta se adapta a la complejidad del sector cultural argentino, reconociendo la necesidad de cambios, pero asegurando que estos no comprometan la estabilidad y la misión esencial de las instituciones culturales del país.
Entrando más en el orden preciso de los cambios, el proyecto redefine la categorización de películas nacionales. Ahora, se considerarán aquellas producidas por ciudadanos argentinos o con domicilio legal en el país, con participación predominante de equipos locales. Se introducen definiciones específicas para películas de corto y largo metraje, proporcionando claridad a la industria.
Además, se impone la obligatoriedad de obtener un certificado de exhibición del INCAA para todas las películas que deseen proyectarse, independientemente de su origen. Esta medida, acompañada por la exigencia de un certificado de libre deuda, refuerza los controles administrativos.
El cambio significativo de derogar un inciso en particular busca promover apertura y diversidad en la producción cinematográfica. Se establece un límite del 20% para los gastos internos del INCAA, equilibrando la eficiencia administrativa con la necesidad de recursos para el desarrollo del sector.
El compromiso del INCAA de subsidiar tanto películas de largometraje nacional como coproducciones se detalla con lineamientos específicos. Se incorpora un artículo que establece normas para reconocer la inversión al coproductor argentino en coproducciones internacionales, fomentando la colaboración global.
Numerosos artículos de la Ley N° 17.741 (Texto ordenado 2001) son derogados, marcando un cambio profundo en la regulación de la cinematografía argentina.
Se incorpora también un artículo que limita los egresos de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) al 20% de los recursos recibidos. Múltiples leyes y artículos de la Ley N° 26.522 son derogados, marcando un enfoque más restrictivo en los gastos de CONABIP y una transformación significativa en la regulación de los medios audiovisuales.
Adicionalmente, el proyecto incorpora ajustes para salvaguardar recursos y adaptarse a la realidad política. Se reducen las modificaciones propuestas para el INCAA, manteniendo la asignación específica y preservando los alcances del Fondo de Fomento Cinematográfico.
Las restricciones financieras se aplican al INAMU y la CONABIP, limitando sus gastos al 20% de los ingresos. El Instituto Nacional del Teatro experimenta una fusión de funciones con la Secretaría de Cultura, buscando eficiencia, aunque planteando desafíos políticos.
Estos cambios en el proyecto mantienen el espíritu inicial de la propuesta, con algunas concesiones a raíz de las resistencias de los sectores de la cultura. La propuesta intenta tranquilizar al sector, reconociendo la necesidad de cambios, pero asegurando que estos no afecten la misión esencial de la Ley de Bases, conocida como Ley Ómnibus. El impacto real dependerá de la implementación eficaz y la adaptación de los diversos sectores involucrados en la cultura argentina.
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Lo más amplio de la escena artística se pronunció en defensa de la cultura
Charly García, Fito Páez, León Gieco, Cecilia Roth, Graciela Borges y Leonardo Sbaraglia son algunas de las más de 20.000 figuras que firmaron una solicitada publicada este lunes por el Frente de Soberanía Cultural “en defensa de nuestra identidad”.
La carta se titula “Carta al Congreso Nacional. La cultura está en peligro” y está dirigida a los diputados y senadores.
En rechazo al DNU y la Ley Ómnibus del presidente Javier Milei, la solicitada cuenta con un apoyo masivo de referentes de la cultura nacional de todos los sectores.
“El Gobierno Nacional pretende, a través de la Ley Ómnibus, derogar leyes vitales para la supervivencia de las industrias culturales, las artes y las ciencias, y el patrimonio cultural de nuestro país”, dice uno de los fragmentos del texto.
Otros de los referentes de la quienes dejaron su firma son Palito Ortega, Luis Felipe “Yuyo” Noé, Juana Molina, Tute, Mercedes Morán, Dolores Fonzi, Santiago Mitre, Paula De Luque, Lucía Puenzo, Juan Leyrado, Inés Estévez, Daniel Fanego, Juan Minujín, Julieta Ortega, Darío Grandinetti, Tomás Fonzi, Kevin Johanssen, Claudia Piñeiro y Humberto Tortonese.
También apoyaron Georgina Barbarrosa, Eleonora Wexler, Emilia Mazer, Albertina Carri, Martín Caparrós, Diego Cremonesi, Jazmín Stuart, Mónica Antonópulos, Alejandra Flechner, Andrea Frigerio, Mirta Busnelli y Soledad Villamil.
Acerca del paquete legislativo, la carta señala: “No hay en la letra de su desarrollo el mero atisbo de participación ni interés alguno en el quehacer cultural, y por el contrario, el texto tiene una mirada mercantilista que apunta sin miramientos a desfinanciar y anular el desarrollo de las actividades de nuestra cultura nacional”.
En el final, el texto advierte: “La cultura es identidad. La cultura es lo único que no se puede importar. La hacen los pueblos. Queremos seguir teniendo una identidad propia como Nación. De otro modo solo nos quedará el destino triste de no ser. De eso se trata esta lucha. Un país es tan grande o tan pequeño como la medida de su proyecto cultural”.
El Frente de Soberanía Cultural viene realizando actividades semana tras semana para repudiar todo el articulado del paquete legislativo de Milei que apunta contra los entes culturales.
El plan de acción comenzó con un plenario en el Teatro Argentino de La Plata, continuó con un encuentro de grupos de teatro y artes escénicas en esta misma Plaza del Congreso, con una convocatoria en Mar del Plata y un “Musicazo” el jueves pasado y una lectura colectiva este sábado. Se trata de instancias previas de cara al Paro Nacional de este miércoles anunciado por la CGT.
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Marvel incluye en sus comics un Capitán América de la comunidad LGBTQ+
La editorial de cómics de superhéroes Marvel anunció que este próximo de 2 de junio se publicará la primera serie del Capitán América protagonizada por Aaron Fischer, uno de los últimos personajes incluidos en ese universo que pertenece a la comunidad LGBTQ+ y lucha contra la opresión de ese colectivo.
Se trata de “Los Estados Unidos del Capitán América”, en la que el histórico Steve Rogers, el primer Capitán América, pierde su escudo en un robo y se reúne con otros héroes conocidos para iniciar un viaje a través de ese país y encontrar su característica arma.
Durante la travesía, el grupo conoce a distintas personas con variados trasfondos que en algún momento utilizaron el símbolo del superhéroe para defender sus comunidades, entre las que se encuentra Fischer, un adolescente inspirado por referentes y activistas del colectivo queer.
La historia del cómic fue escrita por el guionista Joshua Trujillo e ilustrado por la artista trans Jan Bazaldua, bajo la dirección de Christopher Cantwell y el dibujante Dale Eaglesham, los directores a cargo del proyecto.
juan
04/01/2021 a 23:58
muy buenas tus ideaS, AL CONCRETARLA, EN UN LIBRO DE VIAJERA
juan