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Artes Plásticas

Alejandra Karageorgiu: “Siempre pienso en imágenes, son ellas las que impulsan el proceso creativo”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Un hilo, como una línea blanda, arrastra palabras. Es un viaje de letras, una búsqueda en la geometría de las formas, un encuentro de texturas, es música en movimiento. El hilo se tensa, las palabras se precipitan sobre materiales diversos, el vacío expandido en un mundo nuevo, tejido de hebras en las que habita la magia.

Alejandra Karageorgiu es artista plástica y diseñadora. Ilustra y escribe. Sus textos completan las imágenes, su cámara extiende la mirada y llega al otro lado para percibir los detalles que captura. Instantes congelados que transforma en historias. Y, como una usina de arte que resuena en su interior, sus manos están disponibles para amasar las palabras de la arcilla y transformarlas.

En diálogo virtual con ContArte Cultura la artista abre las ventanas de su taller para compartir su experiencia.

—Comencemos esta charla a la distancia con dos elementos conectores: un hilo y una pluma. Los dejamos en tus manos para que intentes representar con ellos algo que hable de vos.
—Me gusta una foto que tengo, en la que se ve una niñita, despeinada, regando plantas con una pava. Siempre sentí que esa foto me conectaba con la niña que fui y, de alguna manera, sigo siendo. Por eso, hace ya algunos años lo describí así:

Un recuerdo
de lápices y hojas,
de libros muy usados.
Una sombra
de árboles trepados,
de habitaciones queridas.
Un aroma
de tierra mojada,
de malvones lejanos.
Un murmullo
de hojas frescas,
de palabras perdidas.
Y vuelvo a ser
esa niña, otra vez


—¿En qué lugares de tu niñez comenzaste a regar las semillas de arte que germinaron en tu vida?
—Creo que hay dos espacios donde creció el arte en mi vida. Por un lado, las horas leyendo, cuando aprendí a hacerlo, o escuchando cuentos y dibujando. Según dice mi papá, “nunca alcanzaba el suministro de hojas”. Por otro, una cierta conexión difícil de describir con los espacios verdes, el botánico, el jardín de la casa de mi abuela y la quinta de mi tía, grande y “salvaje” donde jugábamos la mayoría de los fines de semana junto a mis primos, un lugar regado de fantasía, donde las horas pasaban lentamente.

—Contanos acerca de tu espacio de trabajo. ¿Qué es lo que lo caracteriza?
—Mi taller está ubicado junto a mi casa. Es como mi pequeño lugar en el mundo, rodeado de plantas y árboles. Un lugar donde puedo pasar horas y horas, dibujando, pintando. Me gusta pensar que es un lugar mágico. Imagino que se lo atribuyo a la posibilidad de poder inventar nuevos mundos con un lápiz o un pincel, de convivir con seres que habitan entre los estantes o de hacer que el tiempo tenga otro ritmo.

—¿De qué manera llevás adelante el proceso creativo de las obras en las que escribís e ilustrás? ¿Es el texto el que invita a las imágenes o son ellas las que despiertan a las palabras?
—Siempre pienso en imágenes, son ellas las que impulsan el proceso creativo. Las imagino, las veo o las elijo con ese otro ojo que es mi cámara de fotos. En general, cuando se trata del proyecto de un libro, siempre hay una primera imagen con la que comienzo, luego se van mezclando palabras, dibujos, colores que van dando forma al libro. La mayoría de las veces ese proceso es largo, va y viene, haciendo un camino, se detiene, vuelve a comenzar. A veces me sorprendo al ver todo el tiempo que pasó, años, desde las primeras ideas hasta que el proyecto se concretó.

—¿Qué materiales y técnicas utilizás habitualmente para tus creaciones?
—En general trabajo con técnicas tradicionales: lápices, pasteles, acrílicos. Excepto cuando se trata de fotografía, que es digital. En ese caso, cuando las ilustraciones tienen un poco de cada cosa, trabajo en los dos espacios, el analógico y el digital. Me gustan mucho los lápices, en especial los de grafito. Siempre tengo la sensación de que sus grises y su textura tienen algo muy poético, una especie de melancolía que, inevitablemente, se mezcla con mis dibujos.

—Como decías, hay otro lenguaje visual que atraviesa tus obras más allá de la ilustración que es la fotografía, ¿cómo vivís esa otra faceta artística en la que es posible “descubrir mundos” al otro lado de la cámara?
—La fotografía es fascinante. Me parece maravilloso poder hacer esos recortes del mundo que nos rodea para contar algo a través de una imagen. Elegir qué mostrar, sacar algo de su contexto y darle una nueva mirada. Yo no soy fotógrafa profesional, me guía mi búsqueda personal en este camino, sin mucho fundamento técnico. Leo sobre fotografía, miro a los fotógrafos y, sobre todo, suelo andar con mi cámara a cuestas, aprendiendo a mirar lo que me rodea a través de ella. Me gusta siempre pensar que no hacen falta grandes temas, los pequeños detalles a nuestro alrededor, lo cotidiano de la vida que a veces pasa desapercibido, es lo que siempre aparece en mis fotos. Puedo estar meses enteros, como pasó en este tiempo, haciendo fotos en mi jardín.

—Y como si fuera poco, la cerámica. ¿Qué te llevó a vivenciar también ese arte en el que amasás, das forma y dejás huellas sobre la textura de la arcilla?
—Eso que vos decís sobre “dar forma y dejar huellas sobre la textura de la arcilla” es una de las cosas más lindas que tiene la cerámica y que me sedujo desde el principio. Es tomar una porción de arcilla, de tierra, darle forma y convertirla en un objeto que tiene nuestra impronta, no sólo desde lo creativo sino desde lo formal mismo, nuestras manos dejan su huella en eso. La cerámica es muy antigua y es lindo continuar con ese trabajo que puede hacer que un objeto cotidiano, como un plato o un cuenco, sea único. Creo que todo lo hecho de manera artesanal le agrega un “espíritu” al objeto creado, algo que le dio aquel o aquella que lo hizo.

—Gracias a la fotografía formaste parte del proyecto “Rostros de la selva”, en el que la poesía se fundió con las imágenes que hablan por sí solas. Contanos cómo fue aquello de capturar miradas de la selva y cómo llegaron al libro que sintetiza esa experiencia.
Rostros de la selva fue un proyecto hermoso que me llenó de alegría desde el primer momento. Viajé dos veces a Misiones junto a la Biblioteca Palabras del Alma, que lleva adelante un trabajo lleno de amor y empatía tanto en barrios humildes de Pilar, donde nació, como en Misiones y varias comunidades guaraníes. En los preparativos del primer viaje se me ocurrió esto de hacer fotos en las comunidades que iba a visitar, para poder hacer visible a la gente que vive en ella. El libro se transformó así en una manera de contar sobre ese mundo, tan olvidado, que es parte de nuestro país, y también en una forma de colaborar económicamente, ya que todo lo recaudado con la venta sirve para apoyar los proyectos educativos, la creación de bibliotecas y escuelas en esas comunidades. Aún miro esas fotos y me llena de emoción todo lo que significó ese viaje y cuanto aprendí en él. Además, el libro tiene algo muy hermoso ya que no fue un proyecto solitario. Hernán Nemi y Stella Benítez son los creadores de los textos y la editorial Tequisté llevó adelante la producción y comercialización.

—A pesar de la aparente quietud, ¿qué proyectos están en movimiento por estos días?
—Aunque todo parezca quieto, para muchos es un tiempo de aprendizaje y creación. Por estos días trabajo, como siempre, dibujando y pintando, haciendo cerámica y en mi espacio como docente de arte. Pero también crece cada vez más este proyecto que ya comenzó hace un tiempo: el desarrollo de libros de edición artesanal. Cada día estoy más convencida de la necesidad de trabajar de otra manera, de darle una vuelta a la forma en la que pienso, diseño y llevo adelante la creación de libros ilustrados, y en ese camino estoy.

—Volviendo a la primera pregunta, dejemos un hilo suelto y en el extremo un deseo que empiece a tejerse con tus palabras, ¿cuál sería ese sueño?
—Darle tiempo y espacio al lugar de los juegos, lugar para la fantasía y la creatividad. Un espacio donde el tiempo pase lento y siempre haya un momento para aprender, crear y disfrutar.

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Artes Plásticas

El Museo Emilio Pettoruti cierra las vacaciones de invierno

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El Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti programó para el cierre del receso invernal dos actividades pensadas para todas las familias. El viernes 26 a las 17 se llevará a cabo la charla “Sívori y la modernidad en una pincelada”, a cargo de María de los Ángeles de Rueda, en el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino (Av. 51 e/ 9 y 10- La Plata). Asimismo, el sábado 27 a las 16 se realizará la segunda jornada de “Un recuerdo y un consejo”, de Micaela Trucco, en el Museo de Arte Municipal de La Plata- MUMART (calle 50 e/ 6 y 7).

Las actividades forman parte de la agenda cultural del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y serán de entrada libre y gratuita.

El Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino en el marco de la exposición “Sívori Recuperado”, María de los Ángeles de Rueda brindará la presentación “Sívori y la modernidad en una pincelada”, sobre la obra del autor y el pasaje del realismo a la libertad pictórica en los gouaches de la pampa argentina. No se requiere inscripción previa y se entregarán certificados de asistencia.

En el Museo de Arte Municipal de La Plata- MUMART será escenario de la actividad “Un recuerdo y un consejo” con Micaela Trucco, quien invita a realizar un compilado de recuerdos en un gran dibujo colectivo, como cierre de las actividades divertidas que programó el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, con entrada libre y gratuita.

(Fuente: Museo Provincial Bellas Artes E. Pettoruti)

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Artes Plásticas

Exposiciones en la Casa Nacional del Bicentenario

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“Giacoya. Pintor del pueblo”

Primera exhibición individual del artista uruguayo en la Argentina, en el primer piso de la Casa Nacional del Bicentenario

¿Qué es?

Treinta y dos pinturas de mediano y gran formato que Giacoya realizó entre 2007 y el presente año, con énfasis en su última producción. Una serie de paisajes rurales, bodegones, naturalezas muertas, marinas y pinturas constructivas en las que el autor despliega su estilo marcado por los colores vibrantes y un especial interés en la composición.

¿Cuándo?  

Hasta el 11 de agosto. Miércoles a domingos. 15 a 20 hs.

La Familia 2004-2024

Obras de Verónica Mastrosimone en la Casa Nacional del Bicentenario

¿Qué es?

Una serie de fotografías de juntadas familiares. Un friso que se arma, con pocos prejuicios y mucha pasión, y rescata escenas de enorme calidez. Como un verdadero acto de vital resistencia hacia la deshumanización y el acartonamiento, aparece en la serie un clima que propicia la desinhibición y la posibilidad de reírse de uno mismo o del semejante

¿Cuándo?  

Hasta el 11 de agosto. Miércoles a domingos. 15 a 20 hs.

La memoria es un cuerpo

Obras de Ariela Naftal en la Casa Nacional del Bicentenario

¿Qué es?

Una instalación compuesta de tres videoperformances y un manto textil. ⁣En esta muestra la artista invita a contemplar el espacio familiar que resulta inquietante. Envuelve con manteles, platos, copas, cucharas, contenedores. Cose la propia historia. Una labor que se convierte en un ritual, en diálogo con otras mujeres que bordaron esas telas y dieron uso a esos utensilios.

¿Cuándo?  

Hasta el 11 de agosto. Miércoles a domingos. 15 a 20 hs.

Tango. Patrimonio de la Humanidad

Una exposición en la Casa Nacional del Bicentenario, que se  lleva adelante en el marco del ciclo Tango es Patrimonio, que impulsa la Secretaría de Cultura de la Nación a través de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural

¿Qué es?

27 reproducciones de carátulas de partituras de los tango más entrañables, algunas de ellas recreadas por Nicolás De Brun. Curada por Hugo Maradei y Gonzalo Cadenas, esta particular muestra pone el foco en el carácter universal que la música rioplatense fue adquiriendo a través de los años y de su recorrido.

¿Cuándo?  

Hasta el 4 de agosto. Miércoles a domingos. 15 a 20 hs.

¿En qué creen tus partículas?

Obras de Horacio Riesgo en la Casa Nacional del Bicentenario

¿Qué es?

Una exhibición de obras inéditas del artista Horacio Riesgo curada por Luciana Salvá. Una serie de trabajos denominada LLDM que comprende obras de los últimos años, realizadas sobre soportes de policarbonato y cartón, principalmente mediante pegatinas de stickers autoadhesivos.

¿Cuándo?  

Hasta el 25 de agosto. Miércoles a domingos. 15 a 20 hs.

Próximamente:

Dimensión Intermedia

Obras de Luciana Targise en la Casa Nacional del Bicentenario

¿Qué es?

Una serie de quince trabajos elaborados a partir de materiales como tanza, esferas monocromáticas y madera, que se despliegan en diferentes formatos entre los que se destacan esculturas, estudios sobre la especialidad de las obras presentadas y un sitio específico que acerca a los visitantes al universo visual de la artista.

¿Cuándo?  

Del 15 de agosto al 6 de octubre. Miércoles a domingos. 15 a 20 hs.

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Artes Plásticas

Llegó a CABA la escultura inmersiva de Marta Minujín

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Marta Minujín continúa sorprendiendo con sus obras en Argentina y el mundo y este invierno pone su “Escultura de los sueños” en la explanada del Centro Cultural Kirchner, en la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de una “antiescultura” inflable e inmersiva, que se compone por 16 piezas coloridas. Además, acaba de ganar un nuevo reconocimiento al haber sido presentada recientemente en Times Square en Nueva York.

La artista comenzó su carrera en 1960 y fue ganando atención por sus obras vanguardistas, que rompen las reglas del arte y deslumbran. La “Escultura de los sueños” es una figura onírica y también inmersiva: el público puede recorrerla, ingresar a ella y escuchar sonidos que remiten al sueño. “Un lugar para que el espectador pueda soñar y tener un minuto de paz, de belleza, de color y de vida”, dice el propio comunicado de Minujín

Las piezas que componen la “antiescultura” llegan a los nueve metros de altura y remiten a la serie de colchones que la artista presentó en los 80 por sus formas y colores. A partir del 6 de julio se podrá visitar gratis de miércoles a domingos de 14 a 20 h en la explanada del Centro Cultural Kirchner.

A sus 81 años, Minujín sigue creando y sorprendiendo a las audiencias como en toda su carrera. Su pasión por el arte pop y el arte psicodélico comenzó a finales de los años sesenta, cuando ganó la Beca Guggenheim, se adentró en el movimiento hippie en Nueva York y llegó a colaborar con Andy Warhol. Actualmente, sigue trabajando en su taller del barrio porteño San Cristóbal.

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Propietaria/Directora: Andrea Viveca Sanz
Domicilio Legal: 135 nº 1472 Dto 2, La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA Nº 2022-106152549
Edición Nº