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Literatura

Con siete sedes en CABA, Filba celebra una nueva edición

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De miércoles a domingo próximo y con entrada gratuita, la décimo quinta edición del Festival Internacional de Literatura Filba desembarca en siete sedes de la ciudad de Buenos Aires con la participación de invitados internacionales como el estadounidense Jonathan Franzen, el rumano Mircea Cărtărescu, la italiana Francesca Manfredi y la eslovena Renata Salecl, y una programación que pondera a la lectura y a la creación humana como fuerza arrolladora frente a la máquina y a los algoritmos.

Libros, lecturas, entrevistas, conversatorios, talleres, bitácoras, recitales, performances, clases magistrales y una biblioteca abierta para intercambiar textos trazan apenas una parte del mapa de actividades que el Filba se trae en esta edición para celebrar sus 15 años, al compás de la literatura y todas sus posibilidades expansivas: entre palabras escritas, susurros, copas de vino, café o recorridos.

En estos 15 años, la inauguración -miércoles a las 19.30 en el auditorio del Malba- toma otro formato y las palabras inaugurales serán compartidas a tres voces, Mariano Blatt, Gabriela Massuh y Rafael Spregelburd, con la dirección de Andrea Garrote. Una suerte de performance donde los tres reflexionarán sobre la dimensión humana en sus procesos creativos: el error, la emoción, el desvío, la espera y sus derivas.

Entre los invitados, este año viene una sólida comitiva extranjera y participan figuras como Jonathan Franzen (Estados Unidos), Mircea Cărtărescu (Rumania), Renata Salecl (Eslovenia), Francesca Manfredi (Italia), Brenda Navarro (México), Lucía Lijtmaer (España), Simón López Trujillo (Chile), Alia Trabucco Zerán (Chile), Clément Bondu (Francia), Thibault de Montaigu (Francia), Daniela Tarazona (México), Nancy Huston (Francia) y David James Poissant (Estados Unidos).

Mientras que de la partida nacional, forman parte del elenco Filba Camila Sosa Villada, Mauricio Kartun, Alejandra Kamiya, Federico Jeanmaire, Beatriz Vignoli, Sergio Olguín, Jorge Consiglio, Juan José Becerra, Juan Mattio, Inés Fernández Moreno, Fernán Mirás, Félix Bruzzone y Gabriela Cabezón Cámara, entre muchos otros más.

La máquina humana

La pregunta o la indagación que recorre la programación no podría estar más anclada a la coyuntura actual que ocupa y preocupa: el lugar de las máquinas frente al lenguaje, o la avanzada de la Inteligencia Artificial como amenaza frente a oficios artesanales y creativos. ¿Qué peligros acechan a la literatura en la cultura del algoritmo? El Filba responde con un lema que juega con la literatura como máquina humana: “La literatura no nace del lenguaje, tampoco de los libros. Allí es donde desemboca. La literatura viene de una sed primera que no puede ser saciada: la sed humana de querer y no poder entender; de necesitar contar y ser contado. La literatura como respuesta insistente, humana y fallida a lo que está vivo”, plantea en su manifiesto de esta edición.

“El tema era ineludible, no podía ser otro -cuenta a la agencia de noticias Télam Catalina Labarca, programadora del festival-. Nosotras estábamos pensando en algunos temas desde el año pasado pero cuando aparece el chat GPT con toda esta fuerza, cuando aparece todo el debate en torno a la inteligencia artificial y todas sus posibilidades en un montón de funcionalidades humanas, dijimos no podemos escapar de esto. Sin embargo, lo queremos plantear justamente desde el lado humano, de carne y hueso, tratar de pensar qué es lo que la máquina no va a poder emular nunca del ser humano. Esa es la propuesta a reflexionar y a debatir hasta dónde va a llegar la inteligencia artificial y hasta dónde está la esencia totalmente humana”.

¿O sea que no hay reemplazo posible? “Es muy difícil asegurar que no habrá reemplazo”, responde Labarca pero advierte que sí hay algún tipo de certeza: “cuando uno pone un texto en el chat GPT en el Google Traductor te das cuenta que ese texto está escrito por inteligencia artificial y no por un ser humano, porque no tiene sutileza, no hay matices y eso se ve reflejado en el uso de alguna palabra, en el uso de alguna coma, en los silencios, en las pausas. Ahí está el ser humano. En ese sentido creo que la literatura está a salvo, la literatura profunda, la literatura que nos conmueve”.

15 años del festival

En este 2023, Filba celebra su décima quinto edición tomando como espacios siete sedes destacadas de la ciudad y recibe la visita de escritores y ensayistas de la talla del estadounidense Jonathan Franzen, autor de libros como “Las correcciones”, texto leído como incisiva radiografía del tiempo en que vivimos; el más importante escritor contemporáneo rumano, Mircea Cărtărescu; o la ensayista eslovena Renata Salecl, quien dialogará sobre el resquicio de lo humano en este paradigma de algoritmos y libertades condicionadas por el mercado.

“Las expectativas son un montón, esperamos que todas las personas puedan disfrutar, que se acerquen al festival, que descubran nuevos autores. Nuestra propuesta siempre es que vayan a ver a sus autores favoritos pero que descubran a otros nuevos, y creemos que este año tenemos una parrilla de autores nacionales e internacionales muy sólida”, sostiene Labarca.

El festival se desarrolla en el Museo Malba, Centro Cultural Kirchner, Alianza Francesa de Buenos Aires, Fundación Santander, Lalalá, Club 911 y Casa Tai, con entrada gratuita y en algunos casos inscripción previa. Tanto la inauguración del festival como la entrevista a Jonathan Franzen serán transmitidas en vivo por el canal de YouTube del Malba.

El Filba tiene además lo que las organizadoras llaman “el lado b” de la programación y se trata de actividades no convencionales o en clave más íntima, como pueden ser los recorridos literarios -habrá uno en el barrio de Villa Ortúzar con Marcelo Vera, Lucía Lijtmaer, Andrés Gallina y Eugenia Pérez Tomas-; también la Noche de Poesía y, posteriormente, la fiesta que tendrá lugar el viernes en Club 911; o la “casa tomada” del sábado, en Tai, con escritores, poetas, músicos y un tarot poético que convocará a deambular por las habitaciones.

El domingo, último día, se pensó como una jornada de lecturas para darle lugar a la escucha. Ese día, por ejemplo, habrá una “rotativa lectora” de escritores que compartirán sus publicaciones más recientes, entre ellos, Ricardo Romero, Nancy Huston y Gabriela Cabezón Cámara, que por primera vez compartirá fragmentos de su próximo libro. Además, habrá teatro leído con Clément Bondu, Lorena Vega, Paula Marull, quienes leerán parte de sus obras “El Porvenir”, “Imprenteros” y “Lo que el río hace”, respectivamente. Y para el cierre broche de oro con una lectura esperada en el Centro Cultural Kirchner: Camila Sosa Villada compartirá en voz alta algunos pasajes de su recién reeditada novela “Tesis sobre una domesticación”.

Para ver la programación completa del Festival Internacional de Literatura Filba ingresar a la web: www.filba.org.ar.

Literatura

Está en marcha la 18ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires

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La 18ª Feria del Libro Antiguo de Buenos Aires se realiza desde este miércoles y hasta el domingo 2 de noviembre, de 14 a 20, en la Plaza Seca del Centro Cultural Palacio Libertad (Sarmiento 151, CABA), con entrada libre y gratuita. Organizada por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA), la cita celebra además los 25 años de la refundación de la entidad y se consolida como uno de los principales encuentros del sector en la región.

Este año, la Feria tendrá como eje temático a la mujer escritora argentina, con actividades que buscan poner en valor su aporte a la literatura nacional. Habrá dos mesas redondas, una exposición fotográfica dedicada a autoras del país y un Espacio Taller donde encuadernadores, impresores e ilustradores compartirán sus oficios con el público.

En sus 28 stands, los visitantes podrán encontrar ejemplares que abarcan desde el siglo XV hasta las vanguardias del siglo XX: libros antiguos, ediciones raras o ilustradas, encuadernaciones artísticas, grabados, mapas, fotografías y afiches históricos. Participan instituciones y editoriales como el Archivo General de la Nación, la Biblioteca de la Academia Argentina de Letras, el CeDInCI, Ediciones Ampersand, Ediciones Dos Amigos y la Biblioteca Argentina para Ciegos.

“El espíritu de esta Feria es mantener vivo el amor por el libro y el patrimonio impreso”, expresó Roberto Vega, presidente de ALADA. “Nos emociona ver cómo cada año este espacio renueva la pasión por conservar y disfrutar las obras que narran nuestra historia cultural”.

Además de la muestra “Mujeres Escritoras Argentinas”, las actividades centrales se desarrollarán en el Salón de Honor del Palacio Libertad:

Programa

  • Viernes 31 de octubre – 17:30 Mesa redonda “Cultura, Patrimonio y Coleccionismo” Participan: Emilio Perina, Juan Javier Negri, Juan Solá y Pablo Gasipi. Moderador: Roberto Vega.
  • Sábado 1° de noviembre – 17:30 Mesa redonda “Mujeres escritoras en Argentina” Participan: Florencia Abatte, María Gabriela Mizraje, Adriana Rodríguez de Pereda y Matilde Sánchez. Moderadora: Gisela Paggi.

Con entrada gratuita, la Feria invita a recorrer el universo del libro antiguo y celebrar la palabra escrita, esta vez bajo la mirada y la voz de las escritoras argentinas que marcaron la historia literaria del país.

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Textos para escuchar

Lluvia de otoño – Olga Drennen

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La escritora Olga Drennen lee un fragmento de Lluvia de otoño, capítulo X de su novela de época La noche olía a jazmines, los amantes a traición


Temblaba de indignación, ¿qué se habría creído? Para colmo, casado, ¡casado y con hijos! ¿Cómo se le podía ocurrir querer salir con ella? Deliraba. Como desprendida de una foto, la imagen del hombre la miraba con una súplica en la cara. Se dio cuento de que había llegado el momento de poner los puntos sobre las íes. Iba a decirle de todo. ¡Caradura! Pero cuando estaba por empezar la frase, él hizo un gesto que le provocó un aleteo en el estómago. Entonces, sin decir palabra, se dio vuelta y volvió para su casa.

Pensó que con eso era bastante, que ya no iba a verlo más. Pero no fue así, al día siguiente, apareció una vez más en la esquina. Cuando pasó cerca de él, le lanzó una mirada que parecía un cuchillo. Como para que no se acercara. Cruzó la calle para evitar saludarlo y siguió su camino.

Esa situación se mantuvo en ese estado durante varios días. Pero una tarde no pudo ir a llevar su trabajo. Su máquina de coser se rompió. Un tornillo de mala muerte la tuvo a maltraer.

-Bueno –dijo con voz resignada –si no anda, no anda. Dejo la entrega para mañana, ¿qué le voy a hacer? Mejor, plancho las blusas que ya están terminadas.

Una vez planchadas, las acomodó según el color de la seda. Una pila blanca, una pila rosada, una pila gris. Unos golpes en la puerta de su habitación la interrumpieron. Supuso que era la vieja y corrió a abrir.

El marco de la puerta perfiló la figura del hombre a contraluz.

—Me preocupó no verla como todos los días y vine a preguntarle si necesita algo.

—Pero…, ¡hay que tener coraje! No creo haberle dado lugar como para que se tome este atrevimiento.

—Por favor, Aurelia, no quiero que se ofenda. Ya veo que está bien, entonces, me voy.

Y el mismo marco que había delineado su figura, ahora, dibujaba su ausencia.

En las terrazas, la ropa que colgaba de las cuerdas bailaba, se contorneaba o intentaba escapar. El Riachuelo rugía y amenazaba con desbordarse enfurecido por el temporal. Como todas las tardes, Aurelia salió para entregar su trabajo, que guardó en un pequeño bolso de tela impermeable para protegerla de la lluvia.

—Niña, niña, ¿adónde vas con este aguacero?

—A entregar las blusas, doña Carmen. Vuelvo pronto, no se preocupe.

Sin embargo, no cumplió su palabra porque al salir de la Maison Lombard, se encontró con dos compañeras de trabajo.

—Vengan a tomar mate a mi casa –dijo una de ellas –mi abuela prometió preparar torrejas.

Conversaron un par de horas. Modas, dinero, amores. La dueña de casa y su compañera estaban comprometidas para casarse desde hacía un tiempo.

—Y vos, Aurelia, ¿no estás enamorada? –preguntó una de ellas.

—Ssí –contestó ella con voz insegura.

Las otras dos la miraron curiosas y un centenar de preguntas llovieron sobre ella. Que si ya había entrado a pedirla, que cuándo pensaba presentarlo, que si tenían planes de casamiento.

—Esperen, esperen –dijo ella –que esté enamorada no quiere decir ni siquiera que él lo sepa.

Le respondió la carcajada de sus compañeras y otra andanada de preguntas la aturdió.

Ella les contó la historia del encuentro y de cómo tropezaba con él cada vez que se asomaba a la calle.

—Le está arrastrando el ala –dijo la abuela que había entrado en el comedor sin ser vista –si el candidato tiene buena posición, ni se te ocurra dejarlo pasar, m´hija, porque después vas a arrepentirte…

Las dos amigas comenzaron a discutir entre ellas acerca de los matrimonios por amor o por conveniencia.

Aurelia aprovechó la oportunidad para despedirse. No quería responder más preguntas. No quería contar la verdad. El escándalo que se hubiera armado. Le dolía pensar en que le dirían que estaba loca, que lo echara, si se hubiera atrevido a decirles que el “candidato que le arrastraba el ala” estaba casado y tenía hijos. En ese momento, le temblaron las rodillas. La boca se le secó. Fue cuando comprendió con amargura que se enfermaba de solo imaginar la esquina de su casa sin la sombra del hombre.

Anochecía y además, sentía frío. Caminó con apuro debajo de la lluvia. Al acercarse, miró el jacarandá. Bajo la lluvia, parado en medio de una alfombra de flores azules, la esperaba él. Empapado, el pelo caía en desorden sobre la frente, las mangas del saco chorreaban agua. La miraba.

Aurelia suspiró. La suerte está echada pensó. Después le tendió el paraguas.

—Venga –le dijo y levantó la cabeza como quien acepta un desafío.

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Historias Reflejadas

“Mimetismo”

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Mimetismo

Un silencio blando se derramaba sobre el paisaje. Desde los árboles colgaban palabras, eran voces dormidas, murmullos imperceptibles, de colores, que se alargaban en sombras inquietas.

Sobre el suelo, el movimiento ondulante de esas sombras convocaba a una danza. Las figuras expandidas en el fuego despertaban historias e iluminaban misterios, era en el calor de las llamas donde se completaban los ciclos. La noche se hermanaba con el día, luna y sol abrazados en el cielo.

Todo giraba en las manos que habían sembrado, entonces las semillas eran fruto y cosecha, pinceladas de deseos, memorias de la tierra, que guardaba el recuerdo de quienes habían cruzado las fronteras para regresar, la vida enredada en la muerte, mimetizándose con las voces del paisaje, aquietándose en sus formas, como si cada pieza fuera necesaria, como si las palabras fueran parte del silencio y giraran.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “El dragón”, de Gustavo Roldán con ilustraciones de Luis Scafati; “Lo que cuentan los iroqueses”, de Márgara Averbach con ilustraciones de Alejandro Ravassi; “Cuando llega el dragón”, de Maricel Palomeque con ilustraciones de Rosa Mercedes González; y “Makemba”, texto e ilustraciones de José Rivadulla.

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