Literatura
FILBA 2019: un momento de calma para hablar de “La escritura en tiempos de cólera”
Por Andrea Viveca Sanz
En estos tiempos en los que la imagen predomina sobre la palabra, El Emporio Ediciones puso sobre la mesa un tema que cuestiona a escritores y lectores.
Bajo las alas protectoras del gran creador de mundos fantásticos, Adolfo Bioy Casares, en la sala que lleva su nombre, cuatro autores de esta época en la que todo es urgente y la ira se desata como un rayo en las circunstancias menos pensadas, reflexionaron sobre “La escritura en tiempos de cólera”.
De esa manera, Ana Emilia Moglia, Beatriz Grinberg, Conrado Bocco y Carolina Del Pópolo presentaron sus novelas y, luego, expusieron sus sensaciones y vivencias en la creación de sus propios mundos imaginados. Estos mundos, construidos por letras, no saben de urgencias y se deshacen pacientemente sobre los papeles para dar forma a escenarios que compiten con la inmediatez de las imágenes que saltan de pantalla en pantalla y que, muchas veces, se convierten en una epidemia.

Ana Emilia Moglia 
Beatriz Grinberg 
Conrado Bocco 
Carolina Del Pópolo
La escritura es un acto creativo en el que es necesario detenerse para dar vida a cada uno de esos seres irreales que llegan a reflejar las emociones del autor, gotas de tinta que parten desde su corazón para aquietarse sobre las páginas y llegar al lector.
Los personajes se convierten entonces en espejos en los que cada uno de esos lectores se encuentra y se hace parte de una historia en la que es fundamental detenerse. Las imágenes que se esconden entre las palabras son capaces de cambiar de forma tantas veces como sean leídas y no existe pantalla que pueda competir con ellas.
La lectura es entonces, también, un proceso creativo en el que es posible descubrir lo que otros no ven, dibujar en nuestras mentes paisajes de letras y viajar por mundos que solo nosotros podemos ver.

La voz Tamara Sternberg (foto), directora editorial de El Emporio, fue el hilo conductor de un encuentro en el que todos los presentes tuvieron la oportunidad de reflexionar acerca de las emociones que nos rodean por estos días, donde lo vertiginoso se impone al sosiego de la palabra escrita.
Como la vida está tejida con los sueños de todos los que habitamos este planeta, tal vez sea tiempo de descubrir en el arte un camino para elevarnos por encima de la cólera que llevamos arraigada en nuestros patrones inconscientes.
Literatura
Martín Caparrós, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara
El escritor y periodista argentino Martín Caparrós fue distinguido con el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara (UdeG), en una ceremonia realizada en la sede del Instituto Cultural de México en Madrid.
Se trata de la máxima distinción honorífica que otorga la institución mexicana, que reconoció en el autor su “compromiso ético e intelectual con la verdad, la memoria y la dignidad humana”, además de su “extraordinaria contribución al periodismo narrativo y a la literatura contemporánea”.
Durante el acto, la rectora del campus CUCEA de la UdeG, Mara Robles, definió a Caparrós como “un sembrador de dudas”, una cualidad que, según señaló, la universidad busca fomentar en sus estudiantes. En ese marco, leyó un fragmento de “El hambre”, uno de los libros más emblemáticos del autor, cuya reflexión inicial sobre la experiencia cotidiana y la distancia con el hambre estructural conmovió visiblemente al homenajeado.
La ceremonia reunió a unas treinta personas, entre ellas periodistas y escritores como Alex Grijelmo, Jorge Volpi y el exdirector del diario El País Javier Moreno. También participaron familiares, amigos y becarios de la Universidad de Guadalajara, quienes desde ahora quedarán simbólicamente “bajo la tutela” intelectual de Caparrós. El público cerró el acto con un prolongado aplauso en reconocimiento a su trayectoria.
Al tomar la palabra, Caparrós confesó que México fue una asignatura pendiente en su vida y que siempre deseó vivir en ese país, influido por la obra de Carlos Fuentes y por los vínculos tempranos que allí forjó hace más de cuatro décadas, cuando comenzó a adoptar su característico bigote.
La Universidad de Guadalajara concede el Doctorado Honoris Causa a personalidades eminentes, mexicanas o extranjeras, por contribuciones excepcionales en el ámbito del conocimiento, las artes o por una obra de vida vinculada a las causas más nobles de la humanidad. En los últimos años, la distinción fue otorgada, entre otros, a Joan Manuel Serrat, Sergio Ramírez, Leonardo Padura y Miguel Ángel Navarro Navarro.
En julio pasado, la Universidad de Buenos Aires también reconoció a Caparrós con un galardón honorífico similar.
Textos para escuchar
La grasita – Mercedes Pérez Sabbi
La escritora Mercedes Pérez Sabbi lee un fragmento de La grasita, su nueva novela (Editorial Comunicarte).
“Llegamos al Café Tortoni para buscar a Dora, pero no podíamos entrar por la puerta principal porque los empleados y los familiares entran por la puerta de atrás. Vi que era hermosísimo el café. Con una puerta de madera con cortinitas blancas y adornos de bronce para abrirla. Pero no, no la abrimos, porque dimos la vuelta por la calle Rivadavia, y entramos por un pasillo con cajones de botellas y bolsas con mercadería, parecido al depósito del almacén de mi papá. Ahí preguntamos por Dora Rodríguez. Un muchacho de delantal, gorrita blanca y camisa desteñida nos dijo que enseguida la llamaba. Al ratito apareció Dora, arregladita como para salir de paseo. Alta estaba, por los zapatos con plataforma.
—Las hice esperar para cambiarme. ¿Les gustaría pispear el bar?
—Sí, me gustaría —dije.
—Bueno, las hago mirar por acá, porque por el frente solo entran los clientes.Pasamos por otro pasillo y Dora nos corrió unos cortinados de terciopelo azul. Hermoso lo que vimos: las paredes de madera y papel con flores, el techo con cuadraditos de vidrios de arabescos de colores, unas columnas gigantes de mármol marrón, las sillas tapizadas de negro, las mesas redondas con señoras de sombreros elegantes y señores de trajes muy distinguidos… Parecía un palacio de película.
—¿Puedo ir al baño que me hago pis…? —le pregunté a Dora.
—Bueno, andá al baño principal porque el del personal está medio cochino —y me señaló el lugar—. Ves allá que hay una mesa grande redonda, seguís a la izquierda y ahí está el tualet de damas. Te esperamos acá.
—¿El tualet?
—Sí, es baño en francés. Acá es así.
—Dejame el tapado así vas más cómoda —me dijo mi mamá.Y me quedé con mi pollera escocesa y mi saquito azul. Bonitos.
Tualet, tualet, tualet…
Toalette, decía en la puerta, con una figurita de mujer.
Adentro había una señora de sombrero azul con su hija de bucles rubios. Saludé y me quedé mirando adónde ir, porque había varias puertas y lavatorios y espejos con lámparas como copas. La señora se dio cuenta de algo y me preguntó:
—¿De dónde sos?
—De Maizoro.
—¡Ah! ¿dónde queda eso? —me preguntó mientras se pintaba los labios y la nena me miraba.
—Lejos. Hay que tomar un tren en Constitución y después otro.
—Podés pasar ahí —me cortó señalándome uno de los baños.
—Gracias —y entré.Desde el inodoro escucho que la nena le pregunta:
—¿Quién es mami?
—Una grasita —le respondió, mientras se cerraba la puerta.
Historias Reflejadas
“Un territorio sin conquista”

Un territorio sin conquista
El agua guardaba una historia, las palabras balanceándose entre las olas y sobre la espuma, un vaivén de preguntas. Iban y venían, de una costa a la otra, como naves sin destino.
Un viento, cómplice de otros vientos, sostenía recuerdos, las voces enraizadas en el origen, un nombre que abarcaba a las palabras, al otro lado de la historia, justo en el puerto de la memoria.
Aquí y allá, un desencuentro de orillas, los conquistadores y los conquistados, un argumento sin rumbo.
Hubo sangre y hubo guerra, las voces callaron y fueron leyenda, sutiles fragmentos de un territorio que permanece sin conquista.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia los siguientes textos: “En los orígenes los aborígenes”, de Adela Basch con ilustraciones de Elissambura; “DescubriMiento de América”, de Marcelo Valko con ilustraciones de Dolores Mendieta; “La conquista española de América”, de Ramón Tarruela con ilustraciones de Matías Lapegüe; y “Leyendo leyendas”, de María Inés Falconi con ilustraciones de Sandra Lavandeira.




Griselda
30/04/2019 a 19:22
Muy buena idea. Se habrán lucido, sin dudas. Felicitaciones.