

Literatura
Historias de un poeta inédito
Sepa entender el lector
que esta nota que se escribe,
como cuentos nos describe,
y descubre a un personaje
que volcó en un reportaje
sueños que hoy lo sobreviven.
Por Walter Omar Buffarini
Realizar un portal de noticias culturales normalmente conlleva la necesidad de pensar, buscar, producir y redactar notas que el editor considere de interés para los lectores. Esa búsqueda muchas veces insume tiempos impensados y tal vez concluyan en un producto que termine pasando desapercibido.
Otras veces, esas letras aparecen en el espacio menos pensado, y en contados casos en el lugar menos deseado. Este último es el caso de la presente nota, dedicada a un poeta de barrio, lector incansable y escritor incorregible, que seguramente hoy en otro plano disfrutará de aquellos que no dudó en recomendar.
No espere el lector un personaje famoso, pero disfrute de una obra que fue la vida misma del protagonista.
El escritor
El 6to.piso de la calle Maipú 994 de la ciudad de Buenos Aires encierra una historia conocida. Allí vivió Jorge Luis Borges desde el año 1944, cuando se mudó junto a su madre al departamento B.
De aquel lugar dijo Borges durante una entrevista en el año 1984: “Si yo recuperara la vista me quedaría aquí, en esta casa, leyendo. Renunciaría a los viajes y me quedaría leyendo los libros que están rodeándonos, tan cerca y tan lejos. Si yo recuperara la vista no saldría de esta casa. Hojear un libro es tan lindo. Es una felicidad accesible como comer uvas o tomar agua”.
Pero en aquel 6to.piso de la calle Maipú 994 se esconde otra historia, para algunos tan importante como la del propio Borges, porque tiene que ver directamente con él.
Un ascensor de servicio era uno de los lugares más comunes entre ambas viviendas. Al acceder por él al 6to.piso uno podía ingresar tanto al departamento A como al B. Felipe Rodríguez un día se dio cuenta que el vecino de su tía era nada más y nada menos que Jorge Luis Borges, y entonces, cada vez que visitaba a su parienta, las ganas de entrar al otro departamento lo desbordaban.
Así fue que Felipe conoció a uno de los escritores más importantes de la Argentina y el mundo. Y lo sintió y lo siente un gran amigo.

La silla que perteneciera a Jorge Luis Borges
Alguien alguna vez dijo que quien regala un libro es más que una persona conocida, es un amigo. Y Borges le regaló varios libros a Felipe, muchos de ellos autografiados por el autor de El Aleph, y que forman parte de otro de los tesoros que Felipe Rodríguez guarda en su casa de Los Hornos, la misma casa que lo cobijó cuando llegó al barrio allá por 1944.
Pero no sólo ese recuerdo guarda Felipe de Borges. Una empleada doméstica que trabajaba en la casa del escritor había entablado una muy buena relación con los vecinos de su patrón, y en una ocasión les regaló una silla que éste había desechado. Ese mueble, hoy un poco desvencijado, se luce en el patio de Felipe y él lo muestra con orgullo.
Respecto del carácter del escritor, Felipe asegura que con él siempre fue un hombre afable y dulce, y también recuerda a la madre del exdirector de la Biblioteca Nacional como una hermosa mujer.
De ella y de la casa de Maipú 994, Borges algún día contó: “Mi madre murió a los noventa y nueve años con el terror de llegar a los cien. Porque cien le parecía, no sé, algo terrible. Claro, las cifras redondas impresionan. Yo le decía que con otro sistema ella cumpliría no cien años sino diez años. Los cómputos son más o menos casuales. Pero ella, como sentía que los cien años la amenazaban, cada noche le pedía a Dios que se la llevara durante el sueño y a la mañana lloraba porque no se había muerto a la noche. Claro, estaba postrada, no podía valerse. Fue muy triste, sí. Y eso ocurrió aquí, en esta casa”.
La señora
Habían salido muy temprano desde La Plata. Desde Los Hornos. Y hacía ya largo rato que esperaban sentados frente al despacho de la señora.
Esperaban y no desesperaban, sabían que, al final, valía la pena esperar. Sobre todo lo sabía él, que a los 17 años tenía una oportunidad única, irrepetible.
La cita tenía hora precisa: las 8 de la mañana. Y a pesar de que ni Felipe ni el diputado exigieran puntualidad, a las 8 en punto se abrió la puerta.
–¿El diputado Balo?– preguntó la señora.
–A su servicio– respondió el diputado mientras se levantaba apresurado y llevaba en su impronta a Felipe, que a esa altura ya estaba fascinado por el breve encuentro.
–Le pido por favor que me espere unos minutos–, le dijo la señora y volvió a ingresar a su despacho.
***
Felipe había llegado de su Saladillo natal a los cuatro años. Ya a esa edad sabía leer y había estado todo el viaje entretenido con el diario que habían comprado sus padres.
Toda la familia Rodríguez había viajado a La Plata para arrancar una nueva etapa en su vida.
Si bien primero se radicó en el barrio cercano al Hospital Italiano, por la zona de 28 y 57, ya a los 12 años Felipe vivía en Los Hornos. El pueblo que eligió como propio.
Conoció al diputado Mateo Balo en la Unidad Básica de 137 entre 62 y 63. Ese lugar fue muy importante para Felipe Rodríguez, porque allí tuvo su primera escuelita de relojería –una de las pasiones de su vida- y allí fue donde Balo lo invitó para que lo acompañara a Capital Federal.
***
La señora Eva Duarte de Perón atendió al diputado Mateo Balo y al joven Felipe Rodríguez alrededor de las 12 de la noche. Todo el día la habían esperado para que el diputado pudiera entrevistarse con ella. Todo el día la habían esperado para que Felipe atesorara, a partir de aquel momento, uno de los recuerdos más preciados de su vida.
La hora de la paloma
–Entrás a una casa humilde– se adelanta Felipe, cuando el invitado entró en su hogar de Los Hornos allá por agosto de 2013.
Aquella casa guardaba recuerdos imborrables para él. Uno de ellos es lo que quedaba del taller de relojería, y Felipe se emocionaba recordando: “Viajaba a Capital Federal. Allá trabajaba para una relojería de la calle Libertad. El dueño se llamaba Samuel y era judío. Él recibía trabajos de muchos lugares y me los entregaba a mí. Yo era su relojero de confianza, y siempre le cumplí. Acá, en el tallercito, trabajábamos cinco o seis personas. Fue una de las cosas más lindas que hice en mi vida. Casi treinta años trabajé en este taller”.
En el lugar poco quedaba de lo que fuera un verdadero laboratorio de relojería, pero Felipe se iluminaba al contar lo que allí vivió y mostrar las viejas piezas de relojería que aún conservaba en sus pequeñas cajas de madera.
En ese lugar había muchas cosas que contar pero pocas quedaban para mostrar, y Felipe lo sabía, y contaba, describía sus sensaciones. Las de ayer, cuando el taller funcionaba sin parar, y las de 2013, movidas por los recuerdos.

Felipe Rodríguez y la pasión de leer sus poemas
Desde la butaca frente a la puerta, mirando hacia el exterior, se podía ver una larga escalera y, bien arriba, un altillo clausurado.
–Ahí yo tenía cientos de palomas mensajeras, era miembro de la unión colombófila y daba charlas y escribía artículos sobre la actividad, pero cuando ya no pude subir la escalera las regalé todas– contaba Felipe con cierto aire de resignación.
Y la mirada se le extraviaba en un recuerdo que lo conmovía: “Después que las regalé, un día escuche un ruidito allá arriba. Cuando miré vi que una de las palomas había vuelto. Las palomas mensajeras vuelven a morir al lugar donde nacieron. Yo no nací en Los Hornos, pero sé que me voy a despedir acá”.
El poeta
Felipe Rodríguez dejó una casa en Los Hornos, dos hijas, un nieto, dos perros, algunas operaciones en el corazón, y cientos de poemas.
A cada cosa que le ha pasado cerca por la vida, Felipe le ha escrito algo. A la vida le ha escrito algo. Mucho.
Entendía que la vida le había dado muchas cosas, le había quitado otras tantas y no se resignaba en que alguna vez le devolviera las que más quería.
A los ochenta y cuatro años, Felipe Rodríguez aún encontraba entre los libros el lugar en donde depositar sus tiempos pasados, los actuales y sus proyectos futuros. Escribía. Casi todo el día escribía y las letras le presentaban nuevos amigos cuando creía que ya no encontraría más.
Felipe Rodríguez escribía y deseaba: “Me gustaría que me recuerden como poeta”.
Por si algo me pasa
Por si algo me pasa, y antes que los médicos
me abran el pecho y pongan sus manos en mis coronarias,
yo que nunca pude decir muchas cosas,
ahora, por las dudas, escribo esta carta.
Yo sé que debiera, por las circunstancias, vestirme de gala,
pero en mis alforjas sólo queda ropa
ordenada y limpia, y no tengo otras
para que me juzguen conforme a mi traza.
En este difícil azar de la vida,
y antes que me juegue la última carta,
quiero, porque debo, decir un mea culpa,
y aquí me confieso ante los que me aman:
No soy ni me creo el protagonista de grandes hazañas.
Mi mundo es tan breve que a veces me siento
un recién nacido, hambriento y tedioso,
al cual no le dieron sus primeras mamas.
Pero no interesa, no tiene importancia,
pues dicen los poetas, estos haraganes
que siempre presumen de personas sabias,
que hay un mar de sombras y otro mar de luces,
blanco y enigmático como las magnolias,
que a veces te ahoga, pero muchas otras te vuelve a sus playas.
Yo no soy poeta, jamás he podido escribir un poema.
De versos entiendo que la o es redonda
y la i soporta un puntito oscuro sobre sus espaldas.
Repito, yo no soy poeta. Pero si lo fuera,
por si algo me pasa, pondría en mi lápida:
“Aquí se halla un hombre que murió de rabia,
o tal vez de pena. No fue sodomita,
pone por testigo sus bajas espaldas.
Aquí se halla un hombre con poca elocuencia,
que se la pasaba sembrando ignorancia.
Y esa fue mi culpa, mi vida fue sólo
tal como una loca salva de campanas
en un mundo sordo, donde nadie escucha,
en un mundo ebrio donde todos quieren salvar su prosapia
y unos contra otros juegan a la vida
y pocos, muy pocos, ganan la batalla.Felipe Rodríguez

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Literatura
Murió el periodista y escritor Mario Mactas

El periodista, escritor y guionista Mario Mactas, figura destacada del periodismo argentino, murió este sábado a los 80 años en Buenos Aires. La noticia fue confirmada por la señal TN, donde mantenía su recordada columna “El Toque Mactas”.
Su fallecimiento provocó un profundo pesar en el ambiente periodístico y cultural. “Era un pensador, un hombre de la cultura, un guionista de cine. Nos duele hasta el alma tener que dar esta noticia”, expresó su colega Gustavo Tubio en la pantalla de TN. Guillermo Lobo lo definió como “una persona clara en lo personal, lo profesional y lo periodístico” y recordó que, pese a problemas de salud, seguía asistiendo a su columna semanal con compromiso y pasión.
Nacido el 13 de agosto de 1944 en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, Mactas fue una voz inconfundible en la gráfica, la radio y la televisión. Formó parte de las revistas Gente y Satiricón, fue guionista de cine y director del semanario Gaceta Ilustrada en su exilio en España durante los años ’70. En radio, brilló con ciclos como Primera Mano, El Puente, Todos los gatos son pardos y Pelos en la lengua. También incursionó en la literatura, con títulos como “El enano argentino” y “El amante de la psicoanalista”.
Premiado con un Konex en 2007 por su labor radial, Mactas supo desplegar su mirada crítica e irónica sobre la sociedad argentina con un estilo agudo y elegante, que dejó una huella en generaciones de oyentes y lectores.
Padre de la también periodista Mariana Mactas, hasta sus últimos días siguió ligado al análisis y comentario de la actualidad, manteniendo su espíritu polémico y culto. El periodismo argentino despide a una de sus plumas más lúcidas.
Literatura
Se realiza la Feria de Editoriales Independientes de La Plata, Berisso y Ensenada

El sábado 12 de julio la casa de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), de calle 54 nº487 de la capital bonaerense, será escenario la Feria de Editoriales Independientes de La Plata, Berisso y Ensenada. El evento será de 13 a 20 y contará con actividades, lecturas, entrevista en vivo y muestras.
En el lugar se podrán recorrer stands de 19 editoriales independientes más el de la Biblioteca “Carlos Cajade” de la propia CPM, que contará con sugerencias de libros y su catálogo para consultas.
En el espacio, libreros, promotores de cultura, ilustradores y escritores podrán encontrarse con el público para difundir sus producciones y continuar impulsando la economía del sector.
Participantes
Los sellos participantes son: Muchas Nueces, Del Bonete Ediciones, Gata Peluda, Oficina Perambulante, Ágnes Casa Editora, Volcán de Agua, Malisia Editorial, Club Hem, Filosurfer, Fútbol Contado, Mil Botellas, Otras Tintas, Ediciones Bonaerenses, Vuelta a Casa, Prueba de Galera Editoras, Cuero, Erizo Ediciones, Pixel y Todas las fiestas de mañana. Además, editoriales autogestivas, cooperativas, artesanales, experimentales. Espacios que realizan acompañamientos personalizados a autores, artistas y escritores consagrados y nóveles de diversos géneros.
En sus stands se podrá encontrar material para la infancia, obras literarias y artísticas, crónicas, poesía, material académico con nuevas perspectivas, ensayos, artes visuales, música, deportes, colecciones pensadas para distintos públicos, obras desconocidas de autores y autoras consagradas o traducciones propias de los editores.
Cronograma
- 15 hs. la Biblioteca popular La Chicharra desarrollará Lecturas al galope con la apertura de una valija especial ¿Qué tendrá? Un taller de producción para los y las más chicas pensado desde el mundo literario.
- 16.30 hs. Julián Axat presenta la antología Toda poesía es hostil al anarco capitalismo de Pixel Editora, que recoge más de 130 textos, básicamente poemas, de poetas y escritores de gran parte de nuestro país y también de Brasil, Uruguay y Chile, de un amplio campo generacional.
- 18 hs. será el momento de compartir lecturas y conversación con Susy Shock, la artista multidisciplinar travesti sudaka, presenta su libro La Loreta/Pibe Roto, ilustrado por Malena Guerrero. Dos ficciones poéticas que conmueven por sus raíces en la historia trans de sus territorios y que se desarrollan con el amor, la ternura, la emoción y la furia con la que merecen ser contadas.
Feria del Libro
Se viene la Feria del Libro Infantil y Juvenil

Con entrada libre y gratuita, se llevará a cabo del miércoles 16 de julio al domingo 3 de agosto en el Palacio Libertad, ubicado en Sarmiento 151 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El discurso de apertura estará a cargo de la escritora María Teresa Andruetto. La Feria contará con más de 70 expositores y una programación llena de actividades para disfrutar durante las vacaciones de invierno.
La Feria del Libro Infantil y Juvenil es organizada por la Fundación El Libro como un aporte para la formación cultural y educativa de niños y jóvenes, incentivando su relación temprana con los libros en un ambiente de alegría y entretenimiento.
Sobre las expectativas que genera la 33° edición, Christian Rainone, presidente de la Fundación, comenta: “Esperamos que la presencia del público y las ventas acompañen el crecimiento reflejado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires celebrada en abril y mayo. Nos visitarán más de 180 escuelas y la oferta contará con 76 expositores, editores y libreros. Tendremos narraciones, talleres de ilustración, espectáculos teatrales, talleres de ciencia y actividades lúdicas. Además, este año renovamos la imagen: nos acompañarán tres personajes que incorporamos a través de un concurso de ilustración, cuyo ganador fue el joven diseñador Nehuén Costa”.
“También tendremos la suerte de deleitarnos con las palabras de la autora María Teresa Andruetto en la apertura”, agregó.
Días y horarios
Se realizará del miércoles 16 de julio al domingo 3 de agosto en los siguientes horarios:
- Del miércoles 16 al viernes 18 de julio de 9 a 20.
- Del sábado 19 de julio al domingo 3 de agosto de 14 a 20.
Lugar
Palacio Libertad, ubicado en Sarmiento 151, Ciudad de Buenos Aires.
Inauguración Oficial
Esta es la tercera vez que la Feria es inaugurada por un autor: en 2023 estuvo a cargo de Canela (Gigliola Zecchin), y en 2024 de Pablo Bernasconi. En esta ocasión, el discurso será dado por la prestigiosa y querida escritora María Teresa Andruetto, durante el acto de apertura que tendrá lugar el viernes 18 de julio a las 18 en el Salón de Honor del Palacio Libertad.
“Para mí es un honor muy grande abrir la Feria del Libro Infantil y Juvenil en esta edición. Es la tercera que tiene a un autor en su apertura, y me parece que esto también es una idea muy interesante que pone en valor a la Feria como espacio, sobre todo pensando a los libros para niños desde la escritura misma, desde el corazón de la literatura. Un crecimiento de lo que es la Feria, reflejo de una zona de edición, reflexión, estudio y escritura muy fecunda en nuestro país”, comenta Andruetto.
En relación al contenido de su discurso, la autora explica: “Son tiempos tan difíciles, tanto país adentro como afuera, que a veces cuesta mucho sostener la esperanza, la vitalidad, en un mundo más noble con respecto al cuidado de la vida de las personas y de la naturaleza, y de las infancias en particular. Como siempre me aparece de algún modo la esperanza, lo que voy a leer tiene que ver con algunos de esos bichitos de luz en la oscuridad de los que habla Didi-Huberman, revisitando a Pasolini”.
(Fuente: Prensa Fundación El Libro)
Silvia B Riccio
25/10/2017 a 13:17
Un gran homenaje para un ser inolvidable. Nos precede en la partida. Seguramente nos esperará con nuevos tesoros literarios como aquellos a los que nos tenía acostumbrados.
Hasta el reencuentro, Felipe.
Paula Romero
03/11/2017 a 13:49
Gracias a Contarte Cultura por esta bella nota homenaje. Gracias Felipe, gracias amigo, muchas gracias por dejarnos la poesía de tus recuerdos.