

Historias Reflejadas
“Ansiada libertad”
Ansiada libertad
Murallas derrumbadas dejaron al descubierto los secretos silenciados. Ella soltó por fin las palabras ocultas, sepultadas al solo efecto de mantener las apariencias. Necesitaba reparar heridas que todavía sangraban. Nada era lo que parecía. Detrás de la fachada de su cuerpo, una inmensa soledad era su única compañía.
Debajo de la tenue máscara que ocultaba la verdad, se escondían bellezas negadas, riquezas cargadas de pobreza, abundancia teñida de escasez y pasiones que se convirtieron en traición y fueron, durante mucho tiempo, dolores enterrados.
Ella buscaba liberarse del pasado. Dejó caer su pesada carga y la convirtió en palabras, que fueron hechos. Los acontecimientos se desplazaron, vitales, y se fueron entrelazando en una línea imaginaria, arrastrando consecuencias irremediables en el juego de la vida.
Desparramados en el suelo de su existencia quedaron al descubierto los silencios que la hacían esclava.
Por fin había logrado la tan ansiada libertad.Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia: “Pasión y traición” de Florencia Canale, “Historia de una mujer” de Marcelo Birmajer, “Pasado imperfecto” de Andrea Milano, y “Palabras silenciadas” de Luis Carranza Torres.

Historias Reflejadas
“La trama de la libertad”

La trama de la libertad
En el aleatorio entramado de la vida, los hilos invisibles se cruzan para tejer despacio los recuerdos sin nombre.
Detenidos en un oscuro hueco de la existencia, muchos buscan sus raíces, arrancadas temprano, junto con la esencia que atraviesa sus venas.
Ellos cargan sobre sus espaldas el peso del vacío. Rostros desdibujados en sus memorias se pierden en largos túneles que huelen a sangre y a miedo.
En ese espacio sin formas, los fantasmas se convierten en espectros que susurran las palabras de voces ausentes. Allí mismo, inmersos en un silencio denso y líquido, se escurren pronto los lamentos de lo incierto y luego son huellas que vibran rebeliones vencidas.
Sin embargo, es en ese descenso tenebroso donde cada ser se redescubre y logra abrazar sus raíces, aquellas que nutren y sanan a pesar del olvido.
Las guerras se transforman en ojos, que a lo largo de los siglos se pierden en un fondo sin figuras ni formas, tan solo pinceladas amorfas en las que cada hora es la totalidad del tiempo. Una foto quieta llora y grita lo callado de un pasado que duele y se hereda. Imágenes reflejadas en una pared convertida en espejo, se esfuman lejos, hacia los espacios negados.
En la trama del caos, muchas almas se atreven a trascender la esclavitud para por fin alcanzar la verdadera libertad.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia “Herencia negada”, de Mirta Fachini; “El enigma Weiss”, de Roberto Lapid; “Hija del silencio”, de Manuela Fingueret; y “Antes de la revolución”, de Silvana Serrano.
Historias Reflejadas
“Sueños coloridos”

Sueños coloridos
En una noche oscura y silenciosa una niña intentaba colorear sus sueños. Todo sucedió muy rápido, una pinturita llamó a la otra y ésta a otra más, hasta que unidas en una alegre ronda pintaron las cuatro paredes de la habitación.
Manchas multicolores se daban abrazos de témperas y crayones y bailaban formando figuras. Fue justamente en un lugar de una mancha brillante donde apareció un caballero montado en su caballo. Se lo veía flaco y cansado y, además, estaba un poco confundido. Su único deseo era vivir muchas aventuras y tal vez por eso se encontraba ahí.
La niña quiso ayudarlo a encontrar el camino, pero en ese momento se desató una tormenta que ningún paraguas pudo detener. Primero llovió un elefante, que quedó enroscado con su trompa sobre el acolchado verde, más tarde las grandes gotas trajeron a un malabarista, y luego a un trapecista y más tarde a un mago, que rápidamente hizo desparecer al caballero andante.
Tan cansada estaba la niña de esa lluvia de personajes que cerró sus ojos y se perdió en un colorido sueño.
Cuando el sol bostezó sus primeros rayos, ella pudo ver a su lado un elefante de madera, rojo y tibio, con el brillo de los tesoros que esconden la magia en su interior.
Recordando lo sucedido, supo que había llegado del país de los sueños donde lo imposible se hace posible y donde los colores logran transformar los grises de la vida.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia: “Las increíbles aventuras de don Quijote y Sancho Panza”, de Adela Basch; “Puro Pelo, la pintora de sueños”, de Juan Chiavetta y Fabián Sevilla; “Sol”, de Márgara Avervach; y “El viernes que llovió circo”, de Fabián Sevilla.
Historias Reflejadas
“El origen de las leyendas”

El origen de las leyendas
Apretada en las oscuridades de la nada, la palabra dormía eternidades. El tiempo le fue dando forma, ligera y volátil, de manera que ella pudiera elevarse y asumir su libertad.
Primero fue un susurro robado al mismo viento, luego un tímido balbuceo de letras vivas, capaces de emanciparse para levantar vuelo, y más tarde grito, canto y protesta.
Los animales se unieron con sus voces al trueno y a la lluvia, al murmullo del agua y al temblor de la tierra. La melodía extendió sus brazos y despertó temprano en los primeros hombres necesitados del verbo.
Una araña invisible fue hilando su tela con palabras de seda que se pegaron al silencio primario y se desparramaron en verdades imposibles de detener.
La trama enredada entre sus patas fue abrazando a los pueblos con sonidos nuevos, para luego anidar en el corazón de cada habitante en forma de leyendas.
Escondidas en las bocas de los hombres y mujeres viajan las historias que lo explican todo y calman el alma. La palabra entonces toma vida y se libera, dando forma a cada una de las cosas que se cuentan, que se esparcen en el aire de los tiempos, renovándose para permanecer.
Coloreadas por la imaginación y enriquecidas por la repetición, las leyendas se convierten en arte en movimiento. Las leyendas son y serán la raíz y el fruto que representa a cada pueblo.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia: “Lo que cuentan los guaraníes”, de Miguel Ángel Palermo con ilustraciones de María Rojas; “Leyendas, cuentos y otros relatos mapuches”, por Fernando Córdova e ilustrados por Huadi; “Me lo dijo un indio viejo”, de Aída Marcuse; “Cuentan que cuentan que les contaron”, de Olga Drennen y Patricio Olivier.
Andrea
21/12/2017 a 19:04
Muchísimas gracias! Adoré el texto!<3