

Literatura
La argentina Yael Frankel fue premiada por la Feria del Libro Infantil de Bologna
La escritora e ilustradora argentina Yael Frankel ganó el premio al Mejor libro de ficción de la Feria Internacional del Libro Infantil de Bologna 2023, el principal encuentro a nivel mundial dedicado a los libros para las infancias, con su obra “Todo lo que pasó antes de que llegaras”, donde narra la espera de un bebé desde la mirada de un niño pequeño, acompañada por sus propios dibujos.
Frankel (1967) tiene un amplio recorrido en la literatura infantil juvenil y sus obras han sido premiadas en numerosas ocasiones. “El ascensor”, editado por Limonero al igual que “Todo lo que pasó antes de que llegaras”, ganó el primer premio en el Festival de Literatura para niños Sharjah (Emiratos Árabes) en 2019. Ese mismo año recibió la distinción de la Feria Internacional del Libro infantil de Moscú en la categoría libro de autor.
Las obras ganadoras de este certamen fueron seleccionadas entre 2.349 títulos de 644 editoriales de 59 países y regiones de todos los continentes.
Sobre el libro premiado, el jurado señaló: “Con dibujos infantiles minimalistas a lápiz y carbón, escrito y dibujado desde la perspectiva de un niño pequeño que espera un nuevo hermano o hermana, este es un libro elaborado artesanalmente donde el narrador se dirige al bebé por nacer con historias, pensamientos y recuerdos significativos, capturando momentos de la vida familiar cotidiana con humor, cuidado y autenticidad”.
“Cada página es una forma de expresar lo universal dentro de lo personal, describiendo cómo las familias se enfrentan al cambio, antes de que llegue un nuevo bebé”, se lee en el fallo.



“Todo lo que pasó antes de que llegaras” tiene como disparador la historia de vida de la autora: “Soy la cuarta hermana entre cuatro hermanos y me alucina pensar que me perdí muchas de las cosas que vivieron ellos, a pesar de haber nacido todos en la misma casa y de haber compartido a nuestros mismos padres”, cuenta Frankel en entrevista con la agencia de noticias Télam.
“En realidad, cada uno de nosotros estuvo en el mundo durante un período de tiempo diferente al de los otros tres. Soy yo la última incorporación a la familia de origen, así que tuve y tengo tres voces que me cuentan cosas diferentes de los años en los que ellos compartieron un pedacito de vida sin mí”, explica la escritora y dibujante.
“Toda esa parte ‘perdida’ -agrega- pasa a ser una especie de legado de todo lo que pasó antes de que llegara al mundo. Por eso el libro está dedicado a todos los que nos cuentan la película cuando llegamos tarde al cine. Porque se toman el tiempo para contarte, con más o menos detalle, lo que te perdiste, ese pedacito que no viste pero que vas a necesitar para entender cómo sigue la cosa”.
Con estas ideas en mente, Frankel se puso a dibujar: “¡Como lo haría un nene! Todo un desafío”, cuenta la autora que trató de imitar el trazo de un niño en sus ilustraciones. Por eso los dibujos tienen líneas temblorosas, los círculos no se cierran sobre sí mismos y los colores se salen de la raya.
Como en casi todas sus obras, Frankel comenzó a trabajar desde las imágenes. “Cuando vi que el papel carbónico me daba la posibilidad de hacer trazos parecidos a los que haría un nene, se me ocurrió hacer una historia donde fuera el protagonista el que dibujara. Me pregunté en qué caso un nene podría dibujar con un propósito que no fueran dibujos sueltos sino encadenados en una historia y ahí surgió la idea de un nene dibujando un diario, una línea de tiempo, con un objetivo: contarle a su hermano por nacer todo lo que pasó antes de que llegara”, detalla.
El protagonista de la historia, con una mirada franca y también con algo de impaciencia, le habla al bebé sobre el tiempo, los cambios y las relaciones familiares. La autora introduce estos temas “de la manera en que lo haría un nene: explicando el mundo como él lo entiende y tratando de que su hermanito lo entienda también”, dice la autora.
Por ejemplo, “cuando le cuenta lo que significa un año, él sabe que un año dura 12 meses y lo que significa 1 mes (tiene la experiencia, ya vivió varios años y sabe lo que es el tiempo) pero ahora se lo tiene que contar a un bebé así que despliega muchísima empatía con él y encuentra una analogía entre un año (una pizza entera) y 12 meses (las porciones). En esta manera de contarle el mundo hay también muchísima ternura, porque nosotros los lectores sabemos que el bebé no sabe tampoco lo que es una pizza”.
Desde el sello independiente Limonero celebraron la distinción: “Este premio es uno de los mayores reconocimientos que el sector de la literatura infantil juvenil puede dar. La feria de Bologna es la meca del contenido para infancias y esta distinción para ‘Todo lo que pasó antes de que llegaras’, además de visibilizar la extraordinaria obra de Yael, es una ventana abierta para divulgar nuestro catálogo”.
¿Qué implica recibir un premio internacional como éste? “Primero, la alegría de recibirlo. Segundo, Francia. Un premio siempre es una alegría enorme. En este caso se multiplica por mil, por lo que significa la Feria de Bologna para todos los que estamos en el mundo de la literatura infantil”, celebra la autora.
“Unos días antes de que se diera a conocer el premio, la Feria subió a las redes fotos del jurado, pasando por los más de cuatro mil libros recibidos, haciendo su trabajo. Escribí ‘En ese mar de libros también están los míos, pero sería casi un milagro que alguien los viera’. Y bueno, ocurrió el milagro”, concluye.
El jurado -conformado por la alemana Doris Breitmoser, el italiano Riccardo Falcinelli, la israelí Orna Granot y la británica Dee Lalljee– premió en No ficción al sello Bonnier Books de Reino Unido; en Ópera prima a la editorial Versant Sud de Bélgica; en Nuevos horizontes al sello Alboroto, de México; en Fotografía a Chronicle Books de Estados Unidos; en Cómics para niños pequeños Hsin Yi de China; en Cómics a La Partie de Francia; y en Cómics para adultos a PIE Books de Japón. La feria se realizará del 6 al 9 de marzo en Bologna, Italia.


Literatura
María Sonia Cristoff ganó el Premio Sara Gallardo por una sátira sobre el trabajo

Distinguida como una “novela ágil que se densifica, cambia la cualidad de su tempo narrativo y llega como un canto compasivo y valeroso”, tal como la definió el jurado de la tercera edición del Premio Sara Gallardo, la novela “Derroche” de María Sonia Cristoff, construye un artefacto experimental donde la literatura se arriesga para deformar y satirizar lo real, a partir de un trabajo de voces y miradas que profundizan en temas contemporáneos como la herencia y el trabajo.
Por su voracidad en el trabajo del lenguaje, desde que se publicó en 2022 , “Derroche” (Literatura Penguin Random House) logró algo que pocas novelas logran: sorprender a los lectores y a las lectoras. Su publicación constituyó una celebración de la literatura como máquina de la experimentación, o como dijo la autora sobre la vuelta que buscó en la novela: una apuesta por “dinamitar” el formato de la novela.
El Premio Sara Gallardo, que otorga el Ministerio de Cultura de la Nación y que busca reconocer la creación y la calidad literaria de autoras argentinas cis, lesbianas, travestis, transexuales y transgénero, corona así un recorrido que el libro ya viene cosechando y que goza de otros reconocimientos institucionales, como su nominación en la lista larga del Premio Medifé Filba.
El jurado que finalmente se inclinó por la novela Cristoff entre un total de 79 novelas presentadas de todo el país, y luego una preselección final de diez obras, lo integraron las escritoras Ángela Pradelli y Eugenia Almeida y el escritor Julián López, quienes además seleccionaron cinco obras que recibirán menciones especiales: “Estas piedras”, de Yamila Begné; “Furor Fulgor”, de Ana Ojeda; “San Miguel”, de María Lobo; “La despoblación” y “Cuando nadie nos nombre, de Luciana Sousa“.
Entre los argumentos que esgrimió el jurado para darle el primer lugar a “Derroche” señala que se trata de “una parábola desafiante: desde la idea de la herencia como salvaguarda y promesa de lo propio, a la confrontación del trabajo como un escenario agotador y eminentemente extractivista, hasta el abismo de pensarse parte de una tradición que cuestiona, que incluye el anarquismo, a las voces de los demás y, sobre todo, al encuentro con lo que vive, en sí y en las criaturas que nos acompañan”.
“Derroche” y la plasticidad del lenguaje
Del registro epistolar a las canciones anarquistas o el teatro, pasando por la autobiografía, este texto sobre “la energía del pensamiento” -otras de las definiciones del jurado- se entrelaza entre tres personajes centrales, que son también tres formas de decir: la lengua explosiva de Vita, una tía desopilante y justiciera que al morir deja cartas y un tesoro enterrado; Lucrecia, una sobrina enajenada por la disciplina laboral que vive una metamorfosis existencial; y Bardo, un chancho salvaje que no negocia su libertad.
“Derroche” plantea la historia de Lucrecia, una mujer harta de trabajos miserables y cansada del mito del trabajo que se lanza a la búsqueda de su supuesto tesoro enterrado en medio de La Pampa. La novela arranca con la voz de su tía, Vita, a través de las cartas que deja a su sobrina como testamento cuando muere. “Imaginemos la escena, la situación. Yo estaré recién muerta. Vos, entonces, después de ese pico de molestia inicial que suelen generarte las interrupciones a tus planes, habrás concedido viajar a este pueblo desquiciante del que por entonces ya ni te acordarás”, escribe la tía en este puñado de misivas que exponen una crítica al capitalismo despiadado de las sociedades contemporáneas. Lucrecia será llevada a reconocer la apropiación que el sistema ha hecho de su vida y a relacionarse con seres extraños, como un chancho salvaje y anarquista, que elige ante todo la libertad de saberse no domesticado.
Si algo atraviesa la novela son las marcas de la conversación y la oralidad errática, reflexiva, la que se deja llevar sin causa. En una entrevista con Télam, Cristoff (Trelew, 1965) explicaba que para ella ahí anida el gran “tema” de “Derroche”: la conversación “como una práctica de abrirse, de acercarse, de practicar la empatía, de cuestionarnos, de repensarnos. Por eso la novela hace tanto énfasis en la oralidad: decidí construir a los tres personajes centrales más que nada a partir de sus modos de decir”.
Pero la novela también aborda otro tema que marca el ritmo y el tono de la trama y es el trabajo. El trabajo desde una perspectiva crítica frente al mandato de producción permanente. De hecho, la novela surgió de una crisis laboral que tuvo la autora cuando entró en conflicto entre un trabajo muy demandante que no le permitía hacer ese otro trabajo que es la escritura.
El tema del trabajo no sólo está en “Derroche”, sino en todos los libros de Cristoff. Este año también se reeditó “Falsa calma”, donde reúne crónicas literarias de pueblos fantasmas de La Patagonia dejados a su suerte por la ruptura de las fuentes de trabajo tras las privatizaciones o el abandono del ferrocarril. Y lo mismo podría decirse de otra reedición, “Bajo influencia”, que indaga en qué significa ser artista en relación al trabajo. “Me interesa trabajar con las preguntas de la época, tengo esa pasión de ensayista. Para mí la novela siempre le está haciendo una pregunta a la época”, sostuvo la autora a Télam.
En “Derroche” el tono es contundente y acaso en esa contundencia radique también su desopilante tono de denuncia en los registro de Vita y Lucrecia, sobre todo. “El trabajo ha funcionado siempre como un arma de sometimiento y de explotación. Ya se reía de eso Paul Lafargue en el siglo XIX, cuando decía que la gran lucha no tenía que ser por mejorar las condiciones laborales sino por abolir el trabajo. Es una propuesta muy lúdica la suya pero muy lúcida también. Pero tampoco creo que se trate de abolir el trabajo, sino de repensarlo en un modo radical. Creo mucho en ese ‘desde donde pueden’, creo mucho en las prácticas micro políticas, en el pequeño gesto individual capaz de contribuir a una transformación general”, había dicho Cristoff.
¿Por qué el trabajo? “El trabajo es la gran pasión contemporánea, que no nos deja tiempo para ninguna otra cosa. En la versión amplificada que vivimos del trabajo, donde estamos 24/7 conectados y conectadas a todo, se cortó esa diferenciación entre en la oficina y el tiempo libre, como una mezcla que viene del siglo del XX pero que en este siglo fue más allá: ya no mezcla nada, ha traducido todo lo que hacemos a una forma del trabajo, quizás porque somos más conscientes de que algunas cosas romantizadas, como los vínculos y el amor, también son trabajados”, planteó la autora.
Premio Sara Gallardo
Desde su primera edición en 2021 hasta la actualidad, se presentaron 268 novelas de distintos géneros literarios, pertenecientes a diferentes provincias, y editadas por sellos independientes, universitarios y por grandes grupos editoriales. En 2021 ganó el premio Marina Yuszczuk por “La sed”, mientras que la segunda edición fue para Paula Pérez Alonso por “Kaidú”.
(Fuente: Agencia de noticias Telam)
Literatura
Con siete sedes en CABA, Filba celebra una nueva edición

De miércoles a domingo próximo y con entrada gratuita, la décimo quinta edición del Festival Internacional de Literatura Filba desembarca en siete sedes de la ciudad de Buenos Aires con la participación de invitados internacionales como el estadounidense Jonathan Franzen, el rumano Mircea Cărtărescu, la italiana Francesca Manfredi y la eslovena Renata Salecl, y una programación que pondera a la lectura y a la creación humana como fuerza arrolladora frente a la máquina y a los algoritmos.
Libros, lecturas, entrevistas, conversatorios, talleres, bitácoras, recitales, performances, clases magistrales y una biblioteca abierta para intercambiar textos trazan apenas una parte del mapa de actividades que el Filba se trae en esta edición para celebrar sus 15 años, al compás de la literatura y todas sus posibilidades expansivas: entre palabras escritas, susurros, copas de vino, café o recorridos.
En estos 15 años, la inauguración -miércoles a las 19.30 en el auditorio del Malba- toma otro formato y las palabras inaugurales serán compartidas a tres voces, Mariano Blatt, Gabriela Massuh y Rafael Spregelburd, con la dirección de Andrea Garrote. Una suerte de performance donde los tres reflexionarán sobre la dimensión humana en sus procesos creativos: el error, la emoción, el desvío, la espera y sus derivas.
Entre los invitados, este año viene una sólida comitiva extranjera y participan figuras como Jonathan Franzen (Estados Unidos), Mircea Cărtărescu (Rumania), Renata Salecl (Eslovenia), Francesca Manfredi (Italia), Brenda Navarro (México), Lucía Lijtmaer (España), Simón López Trujillo (Chile), Alia Trabucco Zerán (Chile), Clément Bondu (Francia), Thibault de Montaigu (Francia), Daniela Tarazona (México), Nancy Huston (Francia) y David James Poissant (Estados Unidos).
Mientras que de la partida nacional, forman parte del elenco Filba Camila Sosa Villada, Mauricio Kartun, Alejandra Kamiya, Federico Jeanmaire, Beatriz Vignoli, Sergio Olguín, Jorge Consiglio, Juan José Becerra, Juan Mattio, Inés Fernández Moreno, Fernán Mirás, Félix Bruzzone y Gabriela Cabezón Cámara, entre muchos otros más.
La máquina humana
La pregunta o la indagación que recorre la programación no podría estar más anclada a la coyuntura actual que ocupa y preocupa: el lugar de las máquinas frente al lenguaje, o la avanzada de la Inteligencia Artificial como amenaza frente a oficios artesanales y creativos. ¿Qué peligros acechan a la literatura en la cultura del algoritmo? El Filba responde con un lema que juega con la literatura como máquina humana: “La literatura no nace del lenguaje, tampoco de los libros. Allí es donde desemboca. La literatura viene de una sed primera que no puede ser saciada: la sed humana de querer y no poder entender; de necesitar contar y ser contado. La literatura como respuesta insistente, humana y fallida a lo que está vivo”, plantea en su manifiesto de esta edición.
“El tema era ineludible, no podía ser otro -cuenta a la agencia de noticias Télam Catalina Labarca, programadora del festival-. Nosotras estábamos pensando en algunos temas desde el año pasado pero cuando aparece el chat GPT con toda esta fuerza, cuando aparece todo el debate en torno a la inteligencia artificial y todas sus posibilidades en un montón de funcionalidades humanas, dijimos no podemos escapar de esto. Sin embargo, lo queremos plantear justamente desde el lado humano, de carne y hueso, tratar de pensar qué es lo que la máquina no va a poder emular nunca del ser humano. Esa es la propuesta a reflexionar y a debatir hasta dónde va a llegar la inteligencia artificial y hasta dónde está la esencia totalmente humana”.
¿O sea que no hay reemplazo posible? “Es muy difícil asegurar que no habrá reemplazo”, responde Labarca pero advierte que sí hay algún tipo de certeza: “cuando uno pone un texto en el chat GPT en el Google Traductor te das cuenta que ese texto está escrito por inteligencia artificial y no por un ser humano, porque no tiene sutileza, no hay matices y eso se ve reflejado en el uso de alguna palabra, en el uso de alguna coma, en los silencios, en las pausas. Ahí está el ser humano. En ese sentido creo que la literatura está a salvo, la literatura profunda, la literatura que nos conmueve”.
15 años del festival
En este 2023, Filba celebra su décima quinto edición tomando como espacios siete sedes destacadas de la ciudad y recibe la visita de escritores y ensayistas de la talla del estadounidense Jonathan Franzen, autor de libros como “Las correcciones”, texto leído como incisiva radiografía del tiempo en que vivimos; el más importante escritor contemporáneo rumano, Mircea Cărtărescu; o la ensayista eslovena Renata Salecl, quien dialogará sobre el resquicio de lo humano en este paradigma de algoritmos y libertades condicionadas por el mercado.
“Las expectativas son un montón, esperamos que todas las personas puedan disfrutar, que se acerquen al festival, que descubran nuevos autores. Nuestra propuesta siempre es que vayan a ver a sus autores favoritos pero que descubran a otros nuevos, y creemos que este año tenemos una parrilla de autores nacionales e internacionales muy sólida”, sostiene Labarca.
El festival se desarrolla en el Museo Malba, Centro Cultural Kirchner, Alianza Francesa de Buenos Aires, Fundación Santander, Lalalá, Club 911 y Casa Tai, con entrada gratuita y en algunos casos inscripción previa. Tanto la inauguración del festival como la entrevista a Jonathan Franzen serán transmitidas en vivo por el canal de YouTube del Malba.
El Filba tiene además lo que las organizadoras llaman “el lado b” de la programación y se trata de actividades no convencionales o en clave más íntima, como pueden ser los recorridos literarios -habrá uno en el barrio de Villa Ortúzar con Marcelo Vera, Lucía Lijtmaer, Andrés Gallina y Eugenia Pérez Tomas-; también la Noche de Poesía y, posteriormente, la fiesta que tendrá lugar el viernes en Club 911; o la “casa tomada” del sábado, en Tai, con escritores, poetas, músicos y un tarot poético que convocará a deambular por las habitaciones.
El domingo, último día, se pensó como una jornada de lecturas para darle lugar a la escucha. Ese día, por ejemplo, habrá una “rotativa lectora” de escritores que compartirán sus publicaciones más recientes, entre ellos, Ricardo Romero, Nancy Huston y Gabriela Cabezón Cámara, que por primera vez compartirá fragmentos de su próximo libro. Además, habrá teatro leído con Clément Bondu, Lorena Vega, Paula Marull, quienes leerán parte de sus obras “El Porvenir”, “Imprenteros” y “Lo que el río hace”, respectivamente. Y para el cierre broche de oro con una lectura esperada en el Centro Cultural Kirchner: Camila Sosa Villada compartirá en voz alta algunos pasajes de su recién reeditada novela “Tesis sobre una domesticación”.
Para ver la programación completa del Festival Internacional de Literatura Filba ingresar a la web: www.filba.org.ar.
Literatura
“Lo que hicieron ahí”, de María Rosa Lojo – Editorial Corregidor

María Rosa Lojo presenta su última obra, “Lo que hicieron ahí”, editada por Editorial Corregidor.
La escritora y crítica Elsa Drucaroff destacó sobre el nuevo libro de Lojo: “Es un rompecabezas de relatos que van construyendo una historia donde las luchas y las tragedias de la historia argentina se engarzan con las tragedias del azar. Mujeres y hombres hacen ahí sus danzas de deseo, dolor y violencia, mientras el ojo sutil de nuestra lectura va entrecruzando reapariciones, situaciones, y teje una trama intensa y mágica”.
Sobre la autora
La vasta obra creativa de María Rosa Lojo, traducida a varios idiomas, incluye textos líricos, novelas y colecciones de cuentos.
Nacida en Buenos Aires, pero hija de la diáspora de la Guerra Civil Española, es también una escritora de dos mundos que se entrelazan en su imaginario. Desde esa doble condición ingresó como académica de honor a la Real Academia Gallega.
Obtuvo, entre otros, el Primer Premio Municipal de Narrativa de Buenos Aires, el Premio Kónex, el Premio Internacional de Poesía Antonio Viccaro 2017 (Canadá), la Medalla de la Hispanidad, la Medalla del Bicentenario, el Premio a la Trayectoria en Literatura 2014 de Artistas Premiados Argentinos, el Gran Premio de Honor 2018 de la Sociedad Argentina de Escritores, el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía 2020 y la Medalla de Europea de Poesía y Arte Homero (Bruselas) 2021.
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