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Entrevistas

Natalia Romina Bartoli: “La escritura me hace una persona feliz en todos los ámbitos en los que me muevo”

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Por Walter Omar Buffarini

La culminación de su carrera universitaria fue el punto de partida para que Natalia Romina Bartoli se dedicara a lo que amó toda su vida: la literatura.

Lectora empedernida y escritora incansable, supo aceptar los consejos familiares para echar los cimientos de una profesión, a la vez que incrementaba el archivo de textos propios para que algún día lleguen a transformarse en su bibliografía publicada.

En una charla en exclusiva con ContArte Cultura, la abogada platense brindó detalles de su incipiente carrera de escritora, contó pormenores de la trilogía con la que desembarca en el mundo de las letras y no duda en soñarse una autora de tiempo completo.

—¿Cómo nació tu pasión por la escritura?
—Escribo desde siempre, desde que tengo uso de razón. A medida que fui creciendo lo hice con mayor dedicación, pero cuando me recibí de abogada, me establecí y ya tenía mi estudio, fue el momento que decidí elegir una de las novelas que tenía escritas para dedicarme de lleno y publicarla.

—Si tuvieras que responsabilizar a alguien por esta inclinación hacia la literatura ¿quién sería?
—Mi primo es uno de los que más responsabilidad tiene en mi gusto por la lectura y la escritura. Él es artista plástico y mi hermano es actor. Es una rama familiar muy artística. Mis padres murieron cuando yo era chica y así fue que me crié con mi primo y desde siempre tuve acceso a sus libros. Me apasionaba su biblioteca. También fue él quien me inculcó no perder el tiempo, porque, según me repetía, “todo lo demás se puede recuperar, pero el tiempo no”.

—Entonces no perdiste el tiempo y te pusiste a escribir…
—Sí, pero también fue mi tío quien me ayudó mucho con sus consejos. En determinado momento fue él quien me dijo “a vos te gusta mucho escribir, pero primero hacé una carrera, después vas a tener toda la vida para hacerlo”. A pesar de que primero me pareció muchísimo tiempo tener que esperar hasta recibirme, le hice caso. Así fue que primero intenté estudiar Letras, pero en la primera clase nos adelantaron que si queríamos ser escritores ese no era el camino. Y tenían razón, así que a los pocos meses dejé. Llegó el tiempo de intentar la carrera de instrumentista quirúrgica, donde duré un año y medio, hasta que finalmente me incliné por Derecho, que siempre me había despertado interés, y terminé recibida de abogada.

—¿Y cómo llegó ese momento de publicar tu primer obra?
—Un compañero de facultad, con quien comparto el gusto de la escritura, supo de mi interés y me recomendó a la escritora Sara Bonfante para que le llevara mi novela y me ayudara en la corrección. Cuando empecé a trabajar sobre la obra con Sara, también leímos muchos textos que aportaron bastante. Debo destacar que ella me facilitó muy buenas herramientas, sobre todo en mi caso que, al haber leído mucho, hacía las cosas según lo que yo interpretaba, pero muchas veces no era lo correcto.

—Por lo que contás tuviste que cambiar algunas cosas ¿te costó que te marcaran errores?
—La verdad que no. Soy muy crítica de mí misma, a tal punto que muchas veces no quiero ver el libro ya editado porque seguramente encontraré un error. Ese es el motivo por el cual también me tomo mucho tiempo en escribir una obra. Hasta que no entiendo que quedó impecable no la largo. Siempre leí y escribí mucho, pero nunca realicé un taller de escritura, por lo que estaba segura que no iba a publicar nada sin la debida corrección. Cuando me acerqué a Sara ya tenía en claro que lo hacía para editar mi obra, sin fechas ni apuro, pero si con la idea de corregir para publicar. El trabajo de escritura implica una corrección constante y yo siempre estuve muy abierta a las sugerencias y los cambios. Así fue que corregí mucho, muchísimo.

—Contanos un poco de la novela.
—En realidad no es una novela, sino una trilogía que, incluida la corrección, me llevó diez años de trabajo. Se trata de un drama que intenta mostrar cómo los demás captan lo que uno hace. Con algunos pasajes de erotismo, está protagonizada por una mujer fuerte, a veces tan extrema que provoca rechazo. Su mundo gira en torno a su carrera, hasta que un buen día todo estalla. Su nombre es Isabel y en la trama está acompañada por otros dos personajes, ambos varones. Uno, Alejo, tan extremo como ella, y otro, Ariel, tan bueno que muchos lectores han criticado que sea así. Hasta me llegaron a decir: “No puede ser, algo esconde ese Ariel”.

—En 2017 publicaste “Mentiras”, que es la primera parte, ¿ya tenés fecha para completar la saga?
—Hoy estamos corrigiendo la segunda parte, que se llama Infamias y tengo previsto publicarla en marzo de 2019, en tanto que la entrega final, Infierno, podría salir para mediados de año. En este punto quiero aclarar que los libros están escritos de tal modo que, a pesar del crecimiento que va teniendo el personaje principal, se pueden leer por separado.

—¿Existe algún otro proyecto en camino?
—Por estos días estoy redactando un policial. En él estoy trabajando a partir de un texto que ya tenía escrito, pero también estoy dedicando tiempo a realizar un profundo estudio del género. Investigo mucho, leo mucho respecto de lo que voy escribiendo.

—Cuando hablás de escribir resaltás el trabajo y el estudio, ¿qué parte dejás a la inspiración?
—Las veces que he escrito llevada solamente por la inspiración, no salió nada que me gustara. Entiendo que las cosas deben ser más trabajadas. Creo que en realidad lo que podría llamar inspiración es descubrir el camino de lo que estoy escribiendo. Cuando una está en una obra, muchas veces se encuentra con que llega a una puerta que no logra pasar si no está enfocada en la historia o en los personajes. Tal vez es ese momento, cuando uno encuentra la forma de abrir esa puerta, lo que llamamos inspiración. Creo que el respeto al lector también tiene que ver con no sólo dejarse llevar por la inspiración, sino trabajar y corregir esa idea todo lo que sea necesario. Es muy común escribir algo por impulso, pero cuando uno lo lee más tarde se da cuenta que no era tan bueno como creía.

—¿Tuviste etapas en que no encontrabas la motivación para escribir?
—Si, pero tiene que ver con mi autoexigencia. Me ha pasado de atravesar etapas en que no me gustaba nada de lo que escribía, entonces dejaba de hacerlo por un tiempo. Nunca fueron espacios muy prolongados. El descansar un poco me permitía encontrar por dónde venía el problema y retomar. Lo que sí me pasa es que cuando me trabo en la escritura me bloqueo también en el resto de mis actividades. Sólo pienso en eso a lo que no le encuentro la vuelta y me malhumoro. Otras veces, la mayoría de ellas, la escritura me hace una persona feliz en todos los ámbitos en los que me muevo.

—¿En este camino de las letras, cuál es el sueño que te proponés alcanzar?
—Sin dudas, en un futuro, dedicarme solamente a la escritura. Lo entiendo como algo utópico, pero eso no me impide soñarlo.


Conocé más de Natalia Romina Bartoli aquí.


 

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1 comentario

1 comentario

  1. Gabriela Romero

    18/10/2018 a 15:26

    Excelente novela, saber que la segunda parte será publicada en 2019 me alegra. A seguir esperándola!!!

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En primera persona: Nair Libonatti, escritora

La artista uruguaya habla de ella misma, de cómo llegó a la escritura y de su obra

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Sobre sí misma y su arte

Soy Nair Libonatti, mujer uruguaya de 69 años. Toda mi vida supe que podía escribir, sin embargo, al plasmar mis ideas en una hoja, el resultado no me era grato y terminaba rompiendo.

En el año 2019 una amiga me invitó a “algo” literario y fui. Resultó ser un taller y fue ahí donde comencé a escribir.

Pocos meses después llegó la pandemia, entonces, buscando recursos para mi nuevo despertar, entré en un grupo argentino de Facebook. En él compartíamos textos y comentábamos.

Un buen día me invitaron a participar en el Mundial de Escritura, al principio me parecía inalcanzable hasta que me animé y la experiencia resultó maravillosa.

Sobre su obra

He escrito algunos libros: “Historias del Caldero”, en conjunto con dos amigas, “Constelaciones”, libro que va por su segunda edición y “El Pata de Bolsa y otros relatos”. Estos dos últimos están presentes en la 49a Feria del Libro de Buenos Aires, en el stand de Uruguay.

Sobre “Constelaciones” puedo decir que es un libro fuerte, con historias bastante movilizadoras, es un intento de visibilizar algunas circunstancias.El Pata de Bolsa” es en tono más humorístico, un poco más distendido y coloquial.

Son libros de cuentos cortos, escritos individualmente y luego seleccionados para cada uno de los libros.

Su actualidad

Actualmente integro el taller “Ratones de biblioteca”, que funciona en la Casa de la Cultura de Minas, Uruguay, y algunas compañeras me acompañaron a la Feria del Libro de Buenos Aires.


Nair Libonatti junto a Andrea Viveca Sanz, de Contarte Cultura, en la 49º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

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Aguirre–Rodríguez: “El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Es un viaje dentro de otros, un movimiento sutil, la música desperezándose en gotas de rocío, notas evaporadas sobre las aves del campo, es el vuelo hacia el espacio urbano, un recorrido temporal. Es antes y después. Es ahora y siempre, una melodía que llega desde lejos, de otras patrias, del mismo viento que corre y desparrama en el lugar justo y en el instante oportuno.

“Del Buen Ayre”, el próximo espectáculo y disco del dúo platense AguirreRodríguez es un viaje por el tiempo y por distintos espacios, una relectura en modo actual de la música rural bonaerense.

Contarte Cultura charló con sus integrantes, Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez para que nos cuenten acerca de ese caminar que la canción propone.

—Porque los espacios y las cosas que forman parte de ellos suelen hablar de quienes los habitan, nos gustaría comenzar esta charla deteniéndonos en su lugar de trabajo, en el espacio creativo de su música y en los objetos que los rodean en este momento. Si pudieran elegir un rincón o un objeto, el que mejor los represente como dúo y nos cuente algo de ustedes, ¿Cuál sería?

—El lugar, nuestra casa, y el rincón nuestra sala, en la que se va gestando todo el resultado final de lo que hacemos como músicos. Creo que estos espacios hablan de nosotros y de nuestra manera de entender la realidad y el arte.

—Y desde ese espacio viajamos en el tiempo, ¿cómo y cuándo se encuentran Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez en el camino de la música para dar comienzo al dúo Aguirre–Rodríguez?

—Nos encontramos en la escuela de arte de la ciudad de Berisso, hace muchísimos años, en situación de alumna y profesor, pero rápidamente comenzamos a compartir producciones por fuera de la escuela. Con los años volvimos a encontrarnos, ya específicamente en el terreno del tango con la orquesta Los inmigrantes en el año 2005. Cuando el tiempo de la orquesta se terminó, continuamos en dúo.

—¿Cómo fueron esos comienzos?

—Fue un muy hermoso comienzo, pero rápidamente el dúo se fundió dentro de un cuarteto que con el tiempo se convirtió en sexteto de tango. Me refiero a Tangor. Con esa agrupación trabajamos durante más de 10 años. Por otro lado, Cynthia participaba como invitada permanente en el grupo La Sonora, proyecto que venía caminando desde el año 1989.  

—Como decías, con el correr de los años el tango se instaló entre ustedes, ¿qué cosas los llevaron a explorar en este género que nos representa?

—El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros. Como una especie de lengua madre. Rastrear el porqué de esto es complicado, creo que tiene que ver con nuestras historias personales y la idiosincrasia de nuestras familias de origen. Lo que es claro es que ha sido fundacional en nuestro vínculo con la música. Nuestra mirada como habitantes de este tiempo siempre nos llevó a buscar puentes entre el tango, otras músicas y otros conceptos artísticos.

—¿De qué manera llega el primer disco “Mundo Tango”, grabado en 2011?

—Ganamos un premio a la Producción Fonográfica del FNA (Fondo Nacional de las Artes) y generamos nuestro primer CD. En ese entonces, si bien el CD se llamó Mundo Tango, abarcamos otros lenguajes musicales, algunas cosas del folclore y canciones provenientes de la cantera del rock.

—Por estos días están en proceso de grabación de su segundo disco “Del Buen Ayre”, ¿qué recorridos espacio-temporales tuvieron que hacer para dar vida a los temas que forman parte de esta obra?

En Mundo Tango nos referimos a una idea acerca del tango, como un estado del ser que no solo aparece en esta región del mundo (por algo el tango impacta como impacta en todo el globo). Aquí nos referimos más a la génesis de este género y la música de la provincia de Buenos Aires. Este nuevo trabajo propone un recorrido desde la música campera de principio de siglo XX (El Gardel Gaucho, pasando por compositores icónicos de ese lenguaje como Omar Moreno Palacios) para adentrarse en el tango clásico de la época de oro y llegar hasta composiciones actuales que revitalizan el género. También este trabajo, a diferencia del otro, está estructurado por un material que fue ampliamente mostrado y fogueado. Es música que hemos tocado mucho en vivo y está planteado desde esa impronta. Los arreglos, si es que los hay, fueron construyéndose a lo largo del tiempo y de las distintas actuaciones. Los músicos invitados jugaron en ese mismo tono también. Se les envió un cifrado y una grabación como referencia, pero el armado de los distintos temas se resolvió en el estudio,  mientras Manzana Ibarrart (gran amigo y comandante del Estudio Sonosfera) montaba los mics y seteaba todo. Luego se eligieron las mejores tres tomas de cada tema. El resultado tiene un aroma a “trazos sueltos” que nos encanta en lo particular.

—Sin dudas se trata de un viaje a través de la música, ¿cuál es el aroma que elegirían para simbolizar a este álbum?

—El múltiple aroma de los viajes…si bien es un CD local en cuanto al repertorio, es bastante global en tanto a que lo que suena proviene de muchísimas fuentes y no solo de la tanguera. Lo hemos tocado tanto en tantos países diferentes, que para nosotros tendría ese olor a viaje, a aeropuerto, a trenes.

—El 3 de agosto estarán presentando este disco en La Salamanca, un reconocido espacio cultural platense, ¿qué podrán disfrutar esa noche quienes se acerquen a compartir su música?

—Haremos  algunos de los temas de nuestro espectáculo Del Buen Ayre, como antesala al espectáculo Filogenia de Victoria Moran y el Dúo Puentes Reyes.    

—Mencionás que ese día estarán acompañados por la cantante Victoria Morán, entonces la pregunta va para ella. Victoria, ¿Cómo nace “Filogenia”, ese recopilatorio de obras de música popular argentina? Contanos quiénes serán parte de ese recorrido el 3 de agosto y qué sentís al compartir noche con el Dúo Aguirre-Rodríguez.

9- Filogenia surge de la necesidad de contar nuestro ADN musical a través de las canciones que nos definen. Es una suerte de viaje musical hacia la fuente, hacia la memoria imperecedera que une un recuerdo con otro. Este espectáculo viene a despertarnos la fibra sensible con canciones que nos nombran, enlazando a Homero Manzi con Víctor Heredia, al Cuchi con Fito, a los que fuimos con los que somos. El compartir con compañeros y compañeras músicos y músicas siempre es una alegría, y en este caso será además una sorpresa para el dúo Puentes-Reyes y yo, porque jamás nos hemos cruzado en un escenario y esperamos anhelantes ese ida y vuelta mágico que siempre augura la música compartida.

—Para terminar, ¿cuál es el próximo destino de la música que los mueve?

—Tenemos por delante algunas fechas en nuestra ciudad, como el próximo 29 de agosto, día en el que estaremos compartiendo escenario junto al cantor Carlos Cabrera en el Café Metro. Octubre nos encuentra realizando nuestra segunda gira europea, con conciertos en países como Italia, Francia, España y Portugal. A nuestro regreso estaremos presentando oficialmente nuestro álbum Del Buen Ayre, con la participación de los músicos que fueron parte de la grabación.

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Celina Cocimano y ‘El juego de las emociones de Uma’: “Un libro que pide gran compromiso de los adultos”

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Todo gira, se mueve en una circularidad compartida. Las emociones suben y bajan, cuelgan de nuestros cuerpos, se desprenden como hojas secas. Regresan, son brotes, transformados en otra cosa.

Celina Cocimano es terapeuta emocional y a partir de sus vivencias y de su trabajo de muchos años necesitó dejar huellas, sembrar palabras para que germinen a través de sus libros.

“El juego de las emociones de Uma”, su último libro, está dedicado a las infancias. A través del juego logra acercarse a los territorios del miedo, de la ansiedad o de la frustración para atravesarlos.

ContArte Cultura charló con ella para conocer las rutas que la llevaron a indagar en ese universo.

—Las emociones forman parte de nuestras vidas, van y vienen, se mueven y nos movemos con ellas. Por eso, para comenzar y a modo de presentación, nos gustaría que elijas al menos tres emociones que te atravesaron al momento de escribir tu último libro y que a cada una de ellas les otorgues un sabor o un aroma.

  • Frustración, sabor a cebolla
  • Ansiedad, aroma a menta
  • Alegría, aroma a vainilla

—Y ya instalados en esa imagen, vayamos a tus comienzos, ¿qué vivencias te llevaron a transitar el camino de la terapia emocional?

—La insatisfacción personal, haberme descubierto cómo estafadora de mi propia vida, creando personalidades adquiridas para moldearme al gusto de la mirada ajena, siempre con esa sed emocional de ser alguien para los demás, ser aceptada, reconocida, querida y encantar a todos. Mientras estudiaba para contadora, sentí un apagón emocional, la apatía era mi única compañera en esos tiempos, hasta que mi cuerpo también “habló” con un síntoma muy sentido. Empezaba a hacerme pis por las noches siendo ya grande, más adelante entendí que eso sucedía en cada hogar o lugar donde me sentía a gusto, de esa manera, “intentaba” aferrarme a algún territorio, sentirlo al menos, por momentos, un lugar donde era yo. Como los animales que marcan su territorio orinando sobre él. Eso era lo que faltaba para que mi vida se vistiera de insatisfacción y cambie totalmente de rumbo, mejor dicho, empiece a vivir y dejar de aparentar lo que mis vacíos necesitaban cubrir.

—Seguramente al ir recorriendo ese camino fue necesario dejar huellas y de esa manera llegaron los libros, ¿cómo vivís la experiencia de escribir para que las palabras sean instrumento de sanación?

—Mi primer libro, “Despierta”, nació como algo catártico de la etapa que comenté anteriormente. Aún no sabía qué era lo que estaba viviendo y, sinceramente, pensaba que me moría por esos tiempos, entonces empecé a escribir cómo fue ese tránsito a mí destrucción de las corazas hacia mi reconstrucción emocional. Después, al compartir mi vivencia con muchas personas, me di cuenta que varios pasamos por ciertos procesos similares, por lo que se me ocurrió darle forma de libro y agregar reflexiones y ejercicios terapéuticos y de autogestión emocional. Los otros 3 -“Diamantes”, “Rotas”, y “El juego de las emociones de Uma”-, fueron pensados basándose en las historias que atiendo y buscando dejarle una “biblioteca” de recursos emocionales a mi hija para cuando sea más grande y, a las personas, que encuentren en estos libros, escrito en palabras, el propio sentir descarnado y sin filtro de las emociones que abordo en cada uno de ellos y luego, ofrecerles dinámicas, reflexiones, ejercicios para que encuentren en ellos formas de transitar el campo emocional sin tanto dolor y con valentía.

—Si pudieras resumir en una palabra el espíritu de cada uno de tus libros, ¿cuáles serían?

  • Despierta: Integridad
  • Diamantes: Osadía
  • Rotas: Coraje
  • El juego de las emociones de Uma: Autenticidad

—Tu último libro, “El juego de las emociones de Uma”, transita los paisajes de la infancia con todas sus gamas de colores, ¿cuál o cuáles fueron los disparadores de esta historia?

—Mi hija, a los 8 años, comenzó a transitar por un tiempo la conocida “Crisis de ansiedad y angustia”. Yo me opuse a que esté medicada siendo tan pequeña, y desde mi saber en el campo emocional de los adultos, junto a una gran observación sobre ella y sus crisis, se me ocurrió trabajar juntas para buscar soluciones a su sentir. Buscamos opciones en el juego infantil, en la creatividad, desarrollando distintos escenarios, armando una rutina de ejercicios y, sobre todo, busqué acercarla a la autogestión emocional. Así fue que se me ocurrió compartir cada ejercicio que funcionó en ella en este cuento, que no solo tiene el fin de que los niños empiecen a desarrollar desde pequeña edad sus propias respuestas emocionales ante cierta situaciones, sino que es un libro que pide gran compromiso de los adultos que acompañan al niño, y esa compañía, con el estar, el hablar su idioma, mejorar la calidad del vínculo, validar sus emociones, respetarlos y comunicarse con ellos, es lo que hace casi la mayor magia del trabajo de fortalecimiento emocional.

—Y justamente, a partir de tus propias vivencias decidiste contar desde el juego y desde las imágenes. Explicanos cómo fue el proceso de elegir esas duplas emocionales sobre las que querías hablar.

—Busqué las que a su edad son dentro de todo fáciles de interpretar, como decimos los adultos: de “etiquetar”. Son parte de las emociones primarias y la dupla fue pensada para dejarles el mensaje de que no son ni buenas ni malas, simplemente son y cada una es mensajera de un sentir, una acción a llevar a cabo y una particular respuesta emocional. También al ponerlas en duplas, cuando ellos/as sientan, por ejemplo, tristeza además de procesarla en todo su ser, sepan que pueden aprender a transportarla en alegría, ir de la ansiedad a la calma. Es decir, que conozcan cuál es la emoción que se necesita para equilibrar una con otra.

—Las semillas del libro fueron plantadas, ¿creés que tus palabras ya comenzaron a germinar y son brotes en los lectores?

—Sorprendentemente sí. Como comenté, yo me dedico a adultos no a infanto, y este libro que se publicó en abril del 2024 ya se está imprimiendo la segunda edición. Lo han comprado mucho abuelas y abuelos para compartirlo con sus nietos, en colegios para abordar ciertas emociones en el aula ya que también hay un capítulo sobre el bullying. Y muchas madres me compartieron que sus hijos o hijas mientras que se les leía el cuento ya comenzaban a incorporar los ejercicios sugeridos, o que empezaban a identificar sus propias emociones, tenían armados sectores en su cuarto como se encuentran en algunos capítulos. Incluso los que son más grandes, según cómo se sentían, buscaban en la biblioteca el libro y se encerraban en su cuarto a leer exclusivamente el capítulo que contiene la emoción que estaban sintiendo en ese día o ese tiempo. También compartió nota de Revista junto a Unicef en el día internacional contra el Bullying de 2024.

—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

—Tengo dos libros más en camino, uno para adultos sobre la depresión, y otro para infanto, más expansivo aún, con un viaje al campo emocional que sea para ellos y para sus padres o tutores también, digamos que será un libro revelador en muchos aspectos.

—Para terminar, te invitamos a elegir la textura que represente a tu libro “Las emociones de Uma”.

—La textura sería cálida, pomposa, con colores desde pasteles a fuertes, con ganas de descubrirla y sentirla, y con distintos aromas que vayan cambiando según cada paso de la mano o de los pies sobre ella.

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