Conéctate con nosotros

Historias Reflejadas

“Cuentos revueltos”

Publicado

el

Cuentos revueltos

Eran las 12 de la noche, la hora en que los hechizos llegan a su fin y las hadas madrinas necesitan un descanso. Fue justamente por eso que en ese bosque de cuentos todos andaban confundidos.

Una lluvia suave caía desde las ramas de los árboles y con ella se borraban las palabras y se mezclaban las letras. Como nada era lo que parecía se desató una tormenta de personajes que, de pronto, perdieron el rumbo.

Capuchita roja o Caperucita, aunque eso ya no importaba, era una niña que necesitaba llegar rápido a la casa de su abuela. Sin embargo, en su camino se cruzó un joven apuesto que decía ser el Príncipe Encantado y que hacía días había desaparecido de su palacio. A pesar de que estaba nervioso y hablaba apurado le contó que su princesa lo esperaba y que ese ya era un tema de detectives, de esos que buscaban pistas y tomaban nota, pero él no podía volver.

En otro lado, un espejo mágico no quería revelar la verdad a la mujer que lo consultaba, mientras otra princesa buscaba un zapatito de cristal debajo de las hojas mojadas. En ese momento, siete enanos perseguían a un lobo, que no se había podido comer ninguna abuela porque ya no tenía hambre. Minutos después, detrás de una calabaza, las hermanastras de Cenicienta lo acusaban de haber matado a su madre.

Unos se gritaban a otros y nadie se escuchaba. La lluvia borró palacios y carrozas, cestas con comida y calabazas que, más tarde, se convirtieron en ricas recetas. No hubo magia porque las hadas se quedaron sin varitas y entonces… llegó el silencio.

En la oscuridad de aquel bosque las páginas de varios libros volaban entre los árboles para contar una historia nueva.

Cuentos revueltos, un cuento, todos los cuentos…

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia “Dicen que… Caperucita y Cenicienta” de Mónica López y Valeria Dávila con ilustraciones de Javier Giménez Ratti, “Caperucita Arroja” de Adela Basch y Luciana Murzi con ilustraciones de Rodrigo Folgueira, “¿Quién mató a la madrastra?” y ¿Quién secuestró al Príncipe Encantado?” de Fabián Sevilla con ilustraciones de Alberto Pez y “Comer con los ojos” de Beatriz Actis y Patricia Suárez.

Sigue leyendo
1 comentario

1 comentario

  1. Gabriela Romero

    21/09/2018 a 19:12

    Hermoso este Cuento revuelto.

Debes iniciar sesión para publicar un comentario. Acceso

Deja una respuesta

Historias Reflejadas

“Encuentro”

Publicado

el

Encuentros

Hay historias que habitan detrás de los ojos, donde las miradas revelan lo que existe más allá de lo que se puede ver.

Sobre las pupilas brilla una revelación atrapada en un silencio.

Un diálogo mudo comienza a rodar entre dos seres dispuestos a contarse verdades ocultas.

Siempre es posible perderse en la aridez de un paisaje que bordea a las almas quietas.

Un aleteo de palabras inmóviles se entrelaza con los gestos de quienes se atreven a soltar las cargas para compartirlas.

El diálogo cae, imprevisible y sereno, y conquista el espacio. Todo resplandece en ese intercambio de sonidos vivientes.

Un murmullo apenas audible arrastra las miradas que se cruzan soltando penas. Los nudos de una existencia vacía se aflojan para soltarse.

El viento borra las huellas del camino y aquellos que se buscan logran aproximarse, aún entre las paredes de papel que encierran un mensaje que no llega.

Una voz formula las preguntas que no encuentran respuestas. Las letras flotan en el aire y se desparraman en emociones compartidas.

En la quietud de un silencio, alguien desea ser escuchado.

Habitar el mundo del otro, hundirse en sus raíces y florecer con él, eso es encontrarse.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia los siguientes cuentos: “Los bultos” del libro “La sombra del fondo y otros cuentos”, de Carlos Hugo Aparicio; “La carta”, de Viviana Rivero, del libro “Diez lugares mágicos de la Argentina, Historia y cuentos”, de Rivero y Lucía Gálvez; “Conversación en la terminal” del libro “Del cielo a casa”, de Hebe Uhart; y “Tiempo para vivir, tiempo de morir”, de Adolfo Argentino Golz, del libro “Cuentos regionales argentinos” (Corrientes-Chaco-Entre Ríos-Formosa-Misiones- Santa fe).

Sigue leyendo

Historias Reflejadas

“Punto y aparte”

Publicado

el

Punto y aparte

La vida se detiene en un punto oscuro, denso, pesado, imposible de atravesar.

El pasado se aquieta en los dobladillos de una memoria que no quiere recordar pero recuerda.

Sombras errantes dibujan figuras nuevas, perdidas en la fragilidad de algunos instantes.

Los pies inmóviles se resisten a avanzar sobre los escombros de lo que fuimos.

Nada es permanente. El presente se abre como un abanico incapaz de acariciar el aire que nos circunda y nos invita a una marcha ciega.

Todo se ramifica en los rincones de la existencia. Las emociones son fantasmas que buscan un refugio, espectros de ese ayer borroso que se escurre de nuestras manos.

Las palabras son puntadas que unen la trama de cada momento vivido, sin embargo, ya no hay trama porque tampoco hay palabras capaces de remendar lo descosido.

Es posible desandar el camino, enredarse en fotos viejas, derretidas por la insensatez de la nostalgia y atreverse a seguir.

Existe una distancia del tiempo, un paréntesis que nos separa de aquel punto siniestro que divide nuestras vidas.

Hay que saltar más allá del punto. En otro renglón de nuestra existencia, un arcoíris se impone a las tormentas.

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia: “Misión olvido”, de María Dueñas; “Como el arcoíris después de la tormenta”, de Sabrina Mercado; “Rosas colombianas”, de Ana María Bovo; y “El brillo de la estrella del sur”, de Elizabeth Haram.

Sigue leyendo

Historias Reflejadas

“Las ramas del sueño”

Publicado

el

Las ramas del sueño

Sobre los bordes del sueño asoman las voces de un pasado que extiende sus brazos y se duplica en un futuro incierto.

Pasos oscuros delimitan las siluetas de otro yo, que resbala en las noches por encima de los adoquines de una calle imaginada.

En los dobleces del tiempo alguien cree saberlo todo, porque mucho antes ya lo había sabido.

La sangre se escurre por los fragmentos de la memoria y se detiene en un mañana rojo que aún no sucedió.

Un laberinto de líneas infinitas se abre paso en la mente de aquel que abraza las horas, pálidas de ideas.

Hay una sentencia que atrapa y esconde las verdades en una pesadilla sin formas.

Los fantasmas se aventuran en la noche y narran una historia de historias, encadenadas en la sutileza de un recuerdo.

Adentro, el futuro se desparrama en estelas luminosas que replican lo que afuera se detiene en un instante lejano, silenciado en el mutismo de los genes que se entregan a la novedad.

Sin embargo, en un rincón distante, atravesado por las ramas del sueño, duerme aquello que aún no nos atrevimos a soñar…

Andrea Viveca Sanz

Se reflejan en esta historia: “El peatón de Ray Bradbury” y “El eclipse”, de Augusto Monterroso (libro Cuentos Clasificados 0); “La noche boca arriba”, de Julio Cortázar (libro Final de juego); “La mesa suspendida”, de Sara Bonfante (libro Arroyo de Cenizas, prosa selecta); y “Las hojas del ciprés”, de Jorge Luis Borges (libro Los conjurados).

Sigue leyendo


Propietario: Contarte Cultura
Domicilio:La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA En Trámite
Edición Nº