

Literatura
Un lugar de esperanza, “Del otro lado del árbol”
Por Walter Omar Buffarini
El Parque Saavedra de La Plata guarda en su interior un verdadero tesoro. Desde hace ocho años funciona dentro de ese espacio verde la Biblioteca Popular “Del otro lado del árbol”, un emprendimiento que nació como una necesidad casi catárquica y que se erigió en un ejemplo de solidaridad y fortaleza.
ContArte Cultura charló y recorrió el lugar con la fundadora y responsable, Paula Kriscautzky, quien relató lo que significó y lo que hoy representa la biblioteca, que nació tras la muerte de su hija Pilar.

—Contanos cómo se inició todo en momentos tan duros para ustedes.
—Tal vez sea difícil de comprender. A Pilar la diagnosticaron con cáncer un 15 de marzo y murió un 12 de enero. Estuvimos 10 meses de acompañarla con un diagnóstico muy cerrado, donde sabíamos cuál era el final, y fue realmente titánica la tarea de acompañarla desde el amor absoluto y yendo con la convicción de que Pilar tenía que ser niña hasta el final, con todo lo que eso implica. Cuando Pili murió, era tanto lo que nos habíamos quedado, tan llenos de su energía, que comprendimos que con todo eso había que hacer algo. En ese tiempo yo no podía ni dormir, necesitaba salir a contar sobre la vida de Pilar y especialmente sobre la necesidad de defender la infancia.
—¿Y cómo llegaron a pensar una biblioteca?
—La idea era un espacio de infancia. Lo de la biblioteca surge cuando fui a hacer una lista de libros a una librería y un señor al que le conté lo que queríamos hacer me dijo: “Vos tenés que hacer una biblioteca popular”. Y eso era porque las bibliotecas populares tienen una potencia que permite hacer proyectos de extensión cultural, formar parte de la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) y recibir su apoyo. Y fuimos por ahí, pero sobre todo estaba pensado como un espacio de infancia y sí estaba claro que los libros debían estar presentes, porque tanto Pilar como Santiago y Clara, mis otros dos hijos, tuvieron su infancia atravesada por ellos. Eso tiene que ver con que me encanta la literatura y sé de lo potente que son los libros. Cuando Pili estuvo enferma, para nosotros los cuentos fueron fundamentales en toda su estadía y se transformaron en nuestra vida.
“La mayoría de los libros con que contamos son infantiles, pero tenemos una “bebeteca”, un sector joven y un sector para adultos también”.
—¿Con cuántos libros comenzaron y cómo fue creciendo ese número?
—Los primeros libros que tuvimos fueron los de mi casa, los libros de mis hijos. Así dimos los primeros pasos y nos propusimos abrir la biblioteca el 2 de abril, fecha del cumpleaños de Pilar. Habíamos ido a hacer la lista a la librería unas semanas antes para que la gente que quisiera ayudarnos fuera y comprara lo que su presupuesto le permitiera. Así fue que, para nuestra sorpresa, el 2 de abril, día en que Pilar hubiera cumplido seis años, vinieron 2 mil personas con 2 mil libros nuevos, impecables. Arrancamos con esos libros donados nuevos, que eran la totalidad de los títulos que conformaban la lista que habíamos dejado en la librería. Desde ese día el número de ejemplares fue creciendo. El 80% de ellos son producto de las donaciones de la gente, de los mismos socios que van creciendo y van trayendo sus libros, y muchos son gracias a la Conabip que nos permite una vez al año ir a la Feria del Libro a hacer una compra importante, donde completamos colecciones, compramos novedades literarias o cosas inaccesibles para adquirir de otra manera.
—¿Cuáles son los proyectos que hoy llevan adelante?
—Son muchísimos. Por un lado, el trabajo propio de la biblioteca, con su sistema de catalogación, de préstamos, pero también hay espacios de trabajo en salud, con los bebés de Casa Cuna y en la Casa Ludovica, en educación con visitas de escuelas y tareas con institutos de formación docente, que también vienen a hacer sus prácticas a la biblioteca. Por estos días también estamos charlando un proyecto de educación no formal, en una plaza. Por otro lado, recibimos gente de la carrera de bibliotecología, de magisterio, de distintas facultades de la Universidad Nacional de La Plata, donde muchos chicos nos eligen para realizar sus tesis. Un área muy interesante es nuestro espacio de murga, un sector hermoso de construcción, sobre todo de trabajo de defensa de derechos con los chicos, donde ellos arman las glosas de las canciones.
—¿Existe algún trabajo que puedas o quieras destacar especialmente?
—Además de biblioteca somos un sello editorial y tenemos ahora un proyecto en el que nos vamos a embarcar. Se trata de una serie de libros que se van a llamar Los Pilar, que serán seis obras que hablarán de la vida de Pili. Estarán llevados a la primera infancia, con un formato de cartoné, para que las mamás trabajen también las secuencias de la vida de sus hijos más chiquititos.
—Pero ya tienen la experiencia de editar…
—Sí, hemos editado un libro que se llama Que cada día sea mágico y lleno de sueños. Habla del derecho a soñar, y son 42 sueños de niños dibujados por 42 ilustradores distintos. Es un proyecto que hicimos con Luxor (graffitero platense) y en la primera hoja tiene un montón de nombres que son la enorme cantidad de personas que nos ayudaron para que pudiéramos regalarlo. Lo hicimos y lo regalamos a todas las escuelas y los espacios de infancia de la Región I. Fue un gran proyecto que nos llevó mucho trabajo y que en contrapartida nos dio muchísimas satisfacciones. Y hay un dato que no es menor, y es que la gente que colaboraba no se quedaba con un libro, sino que lo hacía para que podamos regalar ese libro.
—Y también hicieron algo de música…
—En 2012 editamos un CD con bandas de rock platenses, que versionaron temas infantiles y que se transformó en un boom vendiendo más de 2000 discos. Particularmente, esas iniciativas tienen que ver con la búsqueda de financiación para las bibliotecas populares que siempre es un tema. Fue una experiencia hermosa, donde los estudios donaban sus horas de grabación para que no nos costara nada. También colaboró con nosotros Rocambole, quien muy amorosamente realizó el arte de la tapa.
—¿Cómo definirías a los que se acercan a la biblioteca?
—“Del otro lado del árbol” es un lugar que atrae a aquellos que quieren dejar algo desinteresadamente y es lo que permitió el crecimiento de estos años. Un ejemplo de ello se da los sábados, días en que vienen artistas, pero como nosotros no podemos pagarles hemos encontrado algo intermedio realizando los espectáculos “a la gorra”. Así logramos que los eventos se autofinancien, ya que para el artista también es un trabajo y para nosotros la posibilidad de que la gente venga de manera gratuita y el que asiste aporte lo que quiera y pueda.
“Nos dimos cuenta que teníamos que convidar eso que nos había pasado y ponerlo a disposición de los demás”.
—¿Por qué eligieron el Parque?
—Vine a este Parque, en donde estaba trabajando Fernando Rigone en una obra para Pili, un trabajo que no llegó a ver pero que fue conversado con ella, y ahí descubrí este galpón. Fue una necesidad que tuvimos, porque fue mucha la gente que se acercó. Primero diez o doce personas, los amigos, quienes nos juntábamos en casa, pero de repente éramos setenta y decidimos comenzar a hacer las reuniones en el Parque. Desde el primer momento no hubo ningún obstáculo, ya que en ese momento me acerqué y me dijeron “hacé”. Luego llegó la etapa de organizar esas voluntades que se acercaban, entonces comenzamos a dividir las tareas según los gustos de cada uno. Quienes les gustaba más el trabajo de biblioteca se ocuparon de la catalogación de los libros, quienes éramos maestras empezamos a pensar más un proyecto pedagógico para recibir a las escuelas.
—¿Hoy sentís que lograron lo que soñaban?
—Yo no me pude imaginar esto. No era una visión que yo tenía. Lo fui transitando con mi cuerpo, mi espíritu y mi dolor como pude, y todo lo que después fue sucediendo me sigue conmoviendo. Pasan los años y me pasan cosas increíbles como ganar premios o ser elegidos para viajar a Colombia y encontrarme hablando de nuestra experiencia resiliente y comunitaria en el medio de la selva con ex combatientes de las FARC. Hoy nos invitan de diversos lugares del país para que contemos nuestra experiencia, la que es realmente potente, sobre todo porque participa mucha gente. Entonces, si me preguntás si yo me imaginaba eso, tengo que decir que en verdad jamás lo hubiera podido hacer.
—¿Cuánta es la gente que hoy participa?
—Somos alrededor de cincuenta personas trabajando en esto, de los cuales siete somos empleados de la biblioteca, aunque también tenemos otros trabajos. Particularmente, yo fui la primera en dejar mi trabajo de maestra para dedicarle todo el tiempo que el proyecto necesitaba. Hoy hemos logrado generar los recursos económicos que nos permiten darle valor al recurso humano, que no es poca cosa.
“Hay otras bibliotecas “Al otro lado del árbol” en Olavarría, Bolivar, Carhué, Lamadrid, Brandsen, Espeleta. Algunas tienen el mismo nombre, otras están inspiradas en nosotros”.
“14 corazones…” y el aporte solidario
—¿Cómo llegan los aportes solidarios?
—Son muchas las iniciativas que nos acercan. Somos bastante privilegiados en una comunidad muy amorosa. Un ejemplo es el libro “14 corazones a través del tiempo”. A finales de 2018 recibí un llamado telefónico de alguien que no conocía y que me contó que querían colaborar con nosotros. A mí me hizo dudar y les dije que tenía que charlarlo con la tesorera de la biblioteca, sobre todo porque preferimos no recibir plata, más bien optamos por la donación de materiales. La charla quedó solo en eso y llegó el verano y las vacaciones. Cuando reabrimos este año, estábamos ordenando y ya olvidados del tema, y se presentó una de las escritoras para repetirnos el ofrecimiento. Charlamos mucho y me contó de qué trataba bien su proyecto. Si bien en principio hablamos de armar una lista de materiales, finalmente aceptamos el dinero porque la donación coincidía con la realización de la Feria del Libro y nos permitía comprar a mitad de precio. Gracias a ese aporte pudimos este año adquirir una gran cantidad de ejemplares para la biblioteca.
El Hospital de Niños
—¿Cuál es la relación con el Hospital de Niños Sor María Ludovica?
—Con el hospital primero intentamos intervenir dentro, pero descubrimos que ellos ya tenían una biblioteca ambulante que ya generaba estos espacios y en estos años se armó un área de arte y salud, que también es muy potente. Así que nos pareció que, para que no hubiera una sobreintervención, quedarnos en el afuera, y si se quiere también oficiar de sala de espera en el Parque. Asimismo, tenemos un vínculo afectivo en el que nos conocemos, y entre otras cosas hemos podido articular un proyecto hermoso que fue presentar el proyecto de ley para que las camas del hospital tengan un cartelito con el nombre del niño, no solo el número, y eso es hoy Ley provincial.
Conocé más de la Biblioteca Popular “Del otro lado del árbol” aquí.

Literatura
Vicente Battista ganó el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos

El escritor argentino Vicente Battista ganó el XXI Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos por su novela “El simulacro de los espejos”, imponiéndose sobre un récord de 474 obras recibidas desde 32 países.
Con este reconocimiento, Battista se suma a una lista histórica de ganadores que incluye a figuras como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Roberto Bolaño y Ricardo Piglia.
“Mi novela ‘El simulacro de los espejos’ ganó por unanimidad el Premio Rómulo Gallegos”, escribió el autor en redes sociales para compartir la noticia. La ceremonia oficial se realizó en la sede de la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), en Caracas, Venezuela. Según informó la cadena Telesur, Battista afirmó sentirse lleno de alegría y aseguró que el premio le otorga “ganas de seguir viviendo”.
El jurado, integrado por la argentina Perla Suez (última ganadora del galardón), Rafael Cuevas Molina (Guatemala), Juan Antonio Calzadilla (Venezuela), Fermín Goñi (España) y Abel Prieto (Cuba), destacó la inspiración kafkiana de la novela y su capacidad para recrear una atmósfera opresiva que refleja el “capitalismo decadente contemporáneo”.
Entre los temas que aborda se encuentran la presencia de poderes dictatoriales invisibles, la vigilancia consentida, el vacío espiritual y la imposibilidad de proteger la intimidad personal en un mundo asfixiante, todo trabajado “con gran sobriedad y sin deslices propagandísticos”.
Battista dedicó parte de su discurso a criticar la situación política y cultural de Argentina. “Este premio me demuestra que no todo está perdido, pese a encontrarnos en un país profundamente afectado por lo más terrible de la ultraderecha y de un Gobierno que se ocupa de destruir la cultura, la ciencia, los jubilados y los estudiantes”, afirmó.
Además, el autor mencionó que ha recibido “críticas violentas” por tratarse de un premio venezolano, con fuertes lazos con la Casa de las Américas de Cuba. Sin embargo, Battista defendió la transparencia del certamen: “El premio Casa de las Américas y el Rómulo Gallegos son los más transparentes. Aquí se premia la calidad literaria y solamente eso”.
Antes de recibir este galardón, Battista había ganado el Premio Planeta Argentina en 1995 con “Sucesos argentinos” y el Primer Premio Municipal de Cuento con “El final de la calle”.
En la lista final figuraban otros nombres destacados como Selva Almada (“No es un río”), Sergio Bizzio (“Perdidos”), María Elvira González (“Voces de fondo”), Andrea Mejía (La” sed se va con el río”), Olga Merino (“La forastera”), Jorge Rodríguez (“El mar que me regalas”), Martín Solares (“Cómo vi a la mujer desnuda cuando entraba en el bosque”) y Gabriela Wiener (“Huaco retrato”).
El Premio Rómulo Gallegos, creado en 1964 y entregado cada dos o tres años, se ha consolidado como uno de los reconocimientos más prestigiosos para la narrativa en castellano y un referente de excelencia literaria en la región. Con esta distinción, Battista refuerza su lugar en el panorama literario latinoamericano y confirma la vigencia de su obra en un contexto de profunda crisis cultural y social.
Literatura
Murió el periodista y escritor Mario Mactas

El periodista, escritor y guionista Mario Mactas, figura destacada del periodismo argentino, murió este sábado a los 80 años en Buenos Aires. La noticia fue confirmada por la señal TN, donde mantenía su recordada columna “El Toque Mactas”.
Su fallecimiento provocó un profundo pesar en el ambiente periodístico y cultural. “Era un pensador, un hombre de la cultura, un guionista de cine. Nos duele hasta el alma tener que dar esta noticia”, expresó su colega Gustavo Tubio en la pantalla de TN. Guillermo Lobo lo definió como “una persona clara en lo personal, lo profesional y lo periodístico” y recordó que, pese a problemas de salud, seguía asistiendo a su columna semanal con compromiso y pasión.
Nacido el 13 de agosto de 1944 en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, Mactas fue una voz inconfundible en la gráfica, la radio y la televisión. Formó parte de las revistas Gente y Satiricón, fue guionista de cine y director del semanario Gaceta Ilustrada en su exilio en España durante los años ’70. En radio, brilló con ciclos como Primera Mano, El Puente, Todos los gatos son pardos y Pelos en la lengua. También incursionó en la literatura, con títulos como “El enano argentino” y “El amante de la psicoanalista”.
Premiado con un Konex en 2007 por su labor radial, Mactas supo desplegar su mirada crítica e irónica sobre la sociedad argentina con un estilo agudo y elegante, que dejó una huella en generaciones de oyentes y lectores.
Padre de la también periodista Mariana Mactas, hasta sus últimos días siguió ligado al análisis y comentario de la actualidad, manteniendo su espíritu polémico y culto. El periodismo argentino despide a una de sus plumas más lúcidas.
Literatura
Se realiza la Feria de Editoriales Independientes de La Plata, Berisso y Ensenada

El sábado 12 de julio la casa de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), de calle 54 nº487 de la capital bonaerense, será escenario la Feria de Editoriales Independientes de La Plata, Berisso y Ensenada. El evento será de 13 a 20 y contará con actividades, lecturas, entrevista en vivo y muestras.
En el lugar se podrán recorrer stands de 19 editoriales independientes más el de la Biblioteca “Carlos Cajade” de la propia CPM, que contará con sugerencias de libros y su catálogo para consultas.
En el espacio, libreros, promotores de cultura, ilustradores y escritores podrán encontrarse con el público para difundir sus producciones y continuar impulsando la economía del sector.
Participantes
Los sellos participantes son: Muchas Nueces, Del Bonete Ediciones, Gata Peluda, Oficina Perambulante, Ágnes Casa Editora, Volcán de Agua, Malisia Editorial, Club Hem, Filosurfer, Fútbol Contado, Mil Botellas, Otras Tintas, Ediciones Bonaerenses, Vuelta a Casa, Prueba de Galera Editoras, Cuero, Erizo Ediciones, Pixel y Todas las fiestas de mañana. Además, editoriales autogestivas, cooperativas, artesanales, experimentales. Espacios que realizan acompañamientos personalizados a autores, artistas y escritores consagrados y nóveles de diversos géneros.
En sus stands se podrá encontrar material para la infancia, obras literarias y artísticas, crónicas, poesía, material académico con nuevas perspectivas, ensayos, artes visuales, música, deportes, colecciones pensadas para distintos públicos, obras desconocidas de autores y autoras consagradas o traducciones propias de los editores.
Cronograma
- 15 hs. la Biblioteca popular La Chicharra desarrollará Lecturas al galope con la apertura de una valija especial ¿Qué tendrá? Un taller de producción para los y las más chicas pensado desde el mundo literario.
- 16.30 hs. Julián Axat presenta la antología Toda poesía es hostil al anarco capitalismo de Pixel Editora, que recoge más de 130 textos, básicamente poemas, de poetas y escritores de gran parte de nuestro país y también de Brasil, Uruguay y Chile, de un amplio campo generacional.
- 18 hs. será el momento de compartir lecturas y conversación con Susy Shock, la artista multidisciplinar travesti sudaka, presenta su libro La Loreta/Pibe Roto, ilustrado por Malena Guerrero. Dos ficciones poéticas que conmueven por sus raíces en la historia trans de sus territorios y que se desarrollan con el amor, la ternura, la emoción y la furia con la que merecen ser contadas.
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