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“La luz entre los cuerpos”, en la galería Vasari de Buenos Aires
Con la exposición individual “La luz entre los cuerpos” de la fotógrafa Annemarie Heinrich, la galería Vasari de Buenos Aires vuelve sobre la faceta de los retratos y fotografías de cuerpos de artistas que realizó la fotógrafa entre la década de 1930 y 1950, y que podrá verse con cita previa hasta el 15 de octubre.
Annemarie Heinrich (1912-2005) fue una figura fundamental en el desarrollo de la fotografía en la Argentina, reconocida por su trabajo como retratista de las grandes estrellas de cine, teatro, radio y danza desde mediados de los años 30: “Supo articular el elemento inesperado de la fotografía artística y el foco en el ‘producto’ que guía la imagen comercial”, dice la investigadora y curadora Paola Cortes Rocca.
La muestra está integrada por una selección de fotografías representativas de su obra, donde se aprecia su estilo y preocupaciones y el trabajo particular con la luz. “La constante experimentación formal, la utilización del claroscuro y exposiciones múltiples, así como su sensibilidad sobre el rostro y el cuerpo humano”, informa la galería.
Los retratos, desnudos, manos y pies, figuras del ballet y el teatro -iconografías recurrentes en su imaginario-, forman parte de la exhibición individual con fotografías que van de mediados de los 30 a los 50.
Entre las imágenes se destacan la de Eva Fernbach y Francisco Pinter, bailarines del Teatro Colón; el expresivo rostro de Tita Merello (1939), un fotomontaje con la actriz Elsa Daniel (1953), las manos de Manos de Pepe Emery y Van Doye Eyckens o las de la bailarina Maria Ruanova, y algunas de las serie Tabarís, entre otras tomas.
“Annemarie Heinrich supo combinar con impecable maestría la sintaxis compositiva del alto modernismo, su juego de reflejos y duplicaciones, la experimentación formal de las vanguardias de principios del siglo XX –con montajes y solarizaciones como las de Man Ray o Moholy-Naghy– y el glamour de la industria cultural”, explica Cortes Rocca en el texto que acompaña la exhibición.
Annemarie Erna Erika Heinrich de Sanguinetti nació en Darmstadt, Alemania en 1912 y de adolescente se mudó junto a su familia a la Argentina (1926). Sin manejar el idioma y por necesidades familiares, escogió como lenguaje y profesión la fotografía. Fue discípula de la australiana Melitta Lang, Rita Branger y el polaco Sivul Wilenski, y en 1930 a sus 18 años abrió su propio estudio fotográfico precario en Villa Ballester (provincia de Buenos Aires).
Como fotógrafa retrató al star system local, al mundo del arte y la cultura -durante 40 años sus fotos fueron tapa de las revistas más prestigiosas del mundo del espectáculo- con retratos que se integran a los mecanismos de difusión de la industria cultural de mediados de siglo o son coleccionados por el gran público.



Heinrich fue fundadora del mítico grupo experimental La Carpeta de los Diez (1952-1959), así como del Consejo Argentino de Fotografía, del Foto Club Buenos Aires y directora de la Asociación de Fotógrafos Profesionales, y miembro de la Gesellschaft Deustcher Lichtbilder (Alemania),entre otras.
Las obras pertenecientes al acervo de Annemarie, cuyo legado continúan sus hijos Alicia y Ricardo Sanguinetti, también fotógrafos, son mostrados por la galería que asumió el compromiso desde el 2005 de difusión y promoción del trabajo de la fotógrafa.
Más allá de esta exposición particular, la artista cultivó distintas líneas de trabajo para una obra “inconmensurable” -como lo define su hija-, desde que anduvo con su cámara al hombro, y tiene entre las serie sus viajes (Latinoamérica, o las de Mar del Plata de los 40 y 50), paisajes, sus abstractas, objetos, sobre “manos”, “desnudos” y su Latinoamérica en general.
Sus obras forman parte de numerosas colecciones como la National Gallery of Art (Washington DC), MoMA (New York), el Malba, el Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y Museo Nacional del Cine, así como también de colecciones privadas.
La exposición podrá visitarse en Esmeralda 1357 (Ciudad de Buenos Aires) a partir del 8 de septiembre hasta el 15 de octubre de 2021, de lunes a viernes de 14 a 18, con cita previa escribiendo a vasari@galeriavasari.com.ar.


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“Relatos de Colección” en el Museo de la Catedral de La Plata

Ampliando sus espacios y repensando el lugar de sus colecciones, el Museo Provincial Emilio Pettoruti expone parte de su patrimonio en el principal templo católico de la ciudad. Esta iniciativa forma parte de las propuestas impulsadas por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires.
Así, el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti expone diez obras claves del patrimonio artístico de la Provincia en la muestra “Relatos de la Colección”, en el Museo de la Catedral de la ciudad de La Plata, en la calle 14 entre 51 y 53 de la capital bonaerense.












La muestra se puede visitar hasta finales de marzo de lunes a domingos de 10 a 13 y de 16 a 20.
El coleccionismo argentino del siglo XIX y sus importantes adquisiciones históricas, la primera pintura platense y las personalidades que fundaron el Museo, las obras pioneras de la pintura moderna argentina, sus paisajes y retratos junto a otros capítulos centrales de nuestra historia del arte bonaerense se cuentan a en una de las salas del museo Catedral.












Obras de Ernestina Rivademar, José Fonrouge, Máximo Maldonado y Francisco Vecchioli conviven con piezas de Spilimbergo, Francisco Vilar y Ricardo Balaca que fueron recientemente restauradas de forma íntegra gracias a un convenio entre Centro Tarea- UNSAM, la fundación Getty y el Museo Pettoruti.
(Fuente: Museo Provincial Bellas Artes E. Pettoruti)
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Llega una nueva edición del Festival Internacional de Buenos Aires

Diecisiete proyectos internacionales y 26 transnacionales, que cruzan a artistas locales con referentes de otras latitudes, y 59 nacionales tomarán parte de una nueva edición del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) que se desarrollará del viernes 24 de febrero al domingo 5 de marzo en salas, espacios culturales y sitios no convencionales y al aire libre.
Teatro, danza, música y artes visuales habrá en el FIBA, creado en 1997 y transformado en uno de los grandes festivales escénicos del país.
La programación, links de reserva de entradas y el catálogo digital se encontrarán en la web buenosaires.gob.ar/fiba.
El viernes 24 de febrero a las 21, se realizará la apertura del festival en el Centro Cultural 25 de Mayo con la presentación de “By Heart”, la obra creada, actuada y dirigida por el director portugués, Tiago Rodrigues, director del Festival d’Avignon, en Francia.
Además de presentar artes escénicas en teatros y espacios culturales, el FIBA ofrece un gran abanico de propuestas que invitan a transitar experiencias participativas, inmersivas e interactivas, donde la ciudad aparece en escena, a veces a través de intervenciones o imprevistas performances en plena calle durante su desarrollo.
“Con esta nueva edición del FIBA un centenar de artistas de diferentes lugares del mundo mostrarán sus producciones en los formatos más diversos que se puedan imaginar, y en muy distintos tipos de espacios, teatros y modos de presentación y circulación”, destacó Federico Irazábal, director artístico del festival al anunciar la nueva programación.
“También -agregó- es el momento para que los artistas escénicos argentinos ofrezcan su talento, no solo, aunque también, al público que habitualmente colma nuestras salas, sino al mundo que nos visita para ver eso que sabemos hacer tan bien en nuestro país y que es una marca fundamental de nuestra cultura”.
Parte de la programación surge de convocatorias abiertas como “proyectos ya estrenados”, “coproducciones entre FIBA y el Festival Buenos Aires Danza Contemporánea” y el “15 Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia”.
En esta edición se presenta “La sapo”, de Ignacio Tamagno, estreno coproducido de forma integral con una compañía cordobes; además de que participan proyectos con vinculación con artistas y compañías de diferentes ciudades y provincias del país como “Desvío Oeste: Estelas en el Tiempo”, del colectivo artístico Bineural Monokultur (Córdoba), “Obstrucciones para actuar. Proyecto Atlas”, de Beatriz Catani (La Plata, Provincia de Buenos Aires), “The Big Mountain” de Brai Kobla (La Plata, Provincia de Buenos Aires).
La clausura del festival se realizará el 5 de marzo y tendrá doble función. El director Christophe Frick presentará a las 18.30 una versión site-specific de la pieza “Palmasola”, un pueblo prisión que creó y estrenó en Bolivia, que será presentada en la Ex-Cárcel de Caseros; y en Teatro Coliseo, se presentará a las 15.30 y a las 20.30, “Carbonio”, del emblemático Teatro Piccolo de Milán, escrita y dirigida por el joven Pier Lorenzo Pisano, que narra un hipotético encuentro entre la humanidad y otras formas posibles de vida.
La programación internacional tendrá 17 propuestas cuyos creadores provienen de Alemania, Brasil, Canadá, Chile, Corea, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido, Suiza y Uruguay.
La programación transnacional tendrá 26 proyectos que establecen cruces entre artistas de Argentina, Alemania, Bolivia, Brasil, Canadá, España, Nueva Zelanda, Suiza y Uruguay.
La programación nacional contará con 59 proyectos seleccionados por convocatoria, coproducciones e Invitadas de diferentes provincias.
El festival continúa también potenciando el Mercado/Fiba con el principal objetivo de internacionalizar el sector de las artes escénicas y donde se congregan enorme cantidad de programadores dispuestos a entrar en contacto con la escena argentina para invitar, crear, desarrollar y coproducir proyectos.
Las entradas son gratuitas, con reserva previa online. La reserva se realiza en la web buenosaires.gob.ar/fiba, dos días antes de cada espectáculo, desde las 14.
Algunas de las sedes del FIBA serán el Centro Cultural 25 de Mayo, El Cultural San Martín, el Teatro Colón, el Teatro Coliseo, el Anfiteatro Eva Perón del Parque Centenario, el Teatro Nacional Cervantes y el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas.
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Fotos memorables, idílicas, conmovedoras desde la lente de Steve McCurry

Por Mercedes Ezquiaga (*)
Hay un relato latente en cada una de las fotografías etéreas, memorables, idílicas, conmovedoras, del famoso fotorreportero estadounidense Steve McCuryy, cuya muestra “Icons”, una de las retrospectivas más completas con más de cien imágenes de gran formato -incluida la famosa niña afgana que fue tapa de National Geographic-, inauguró este jueves al público en el Pabellón Frers de La Rural.
“Visité la India más de 80 veces y no creo que haya una obra arquitectónica más icónica ni una experiencia más profunda que visitar el Taj Mahal, en Agra. En cualquier época del año, con cualquier tipo de luz, es siempre una experiencia profunda. Una tarde estaba allí y crucé el río para fotografiar el templo desde la distancia. Mientras cruzábamos al barquero se le cayó algo al agua. Vadeó buscándolo. Yo creo que eran sus llaves. Y de repente surgió. Vi aquella imagen con el reflejo del Taj Mahal cubriendo el agua y este hombre agachado buscando algo en ella”, cuenta McCurry sobre una de las imágenes más majestuosas de su impresionante galería, el famoso palacio funerario reflejado en el agua, la imagen invertida, tal como se escucha desde los auriculares luego de escanear el QR que acompaña la obra y que completa, así, la historia detrás de la foto.
Las luces bajas y las paredes pintadas de un sombrío tono azul dan un marco intimista y ceremonioso al momento del encuentro con las fotos, un largo recorrido por el Pabellón Frers de la Rural a través de varias salas y de los cientos de países que el estadounidense visitó y fotografió, personas, oficios, culturas, tradiciones, conflictos armados y desastres naturales, que van de Afganistán a la India, del sudeste asiático a África, de Cuba a Estados Unidos o de Brasil a Italia.
“La muestra comienza con una galería de retratos para que veas quienes son los protagonistas de sus fotos. Pero no hay un recorrido cronológico. En el armado mezclamos lugares, personas, situaciones, diferentes proyectos, a lo largo de los diferentes años. Es una suerte de conversación de unas imágenes con otras, por su energía, por su impronta de ensueño, por lo duro del momento, por la presencia de niños. La idea es que la gente la recorra como quiera, libremente”, dice a la agencia de noticias Télam la curadora de la exposición, la italiana Biba Giacchetti, quien ha realizado la curaduría de por lo menos 50 exposiciones de McCurry en todo el mundo.
No hay una única explicación posible al fascinante repertorio de imágenes de este fotógrafo estadounidense nacido en 1950 en los suburbios de Filadelfia, considerado hoy una de las voces más emblemáticas de la fotografía contemporánea: de muy joven, después de varios años trabajando como freelance, McCurry realizó el primero de sus muchos viajes a la India, una aventura que emprendió con poco más que una bolsa de ropa y unos rollos de película. Desde entonces, ha creado imágenes asombrosas en innumerables países de los siete continentes.
“Seleccionamos las fotografías más importantes de cada uno de sus muchos proyectos”, relata Giacchetti sobre este derrotero visual que va de los trenes en India a los atardeceres en Brasil, que incluye un grupo de monjes en Camboya, mezquitas en Afganistán, desiertos en Jordania, cautivantes mujeres cosechando en el campo, en Yemen o un grupo de mujeres vestidas de rojo, junto a la carretera, que se protegen de una tormenta de polvo en la India, una de sus “fotos favoritas”, cuenta el autor en la audioguía.
Un apartado especial se reserva para su imagen más icónica: el legendario retrato que realizó a la niña afgana de 12 años Sharbat Gula, de luminosos ojos verdes y mirada expresiva. En 1984, en Pakistán, McCurry conoció a un grupo de refugiados afganos que le ayudaron a cruzar la frontera de su país junto a ellos, justo cuando la invasión rusa estaba cerrando el país a todos los periodistas occidentales.
“Una mañana me encontré con una niña preciosa en un campo de refugiados afgano que reflejaba en su mirada, de una manera muy digna, la realidad de todo un pueblo”, recordaba el autor en diálogo con Télam cuando visitó la Argentina en 2010.
Vestido con atuendo afgano, barba y la piel desgastada por el clima después de semanas conviviendo con los muyahidines, el fotógrafo ofreció al mundo las primeras imágenes del conflicto en Afganistán, poniendo un rostro humano al tema de actualidad del momento. Aquella cobertura, portada de la revista National Geographic en 1985, le valió la medalla de oro del premio Robert Capa al mejor reportaje fotográfico desde el exterior.
“Sus fotografías son sofisticadas y simples al mismo tiempo. A veces pareciera que es el retratado quien está mirándonos a nosotros, espectadores, y no al revés. El logra desaparecer en la imagen, al final los retratados ni siquiera lo notan, él ya es parte del paisaje. Y tiene un lenguaje transversal, que todo el mundo logra entender. A la vez es alguien totalmente involucrado en la fotografía y tiene una gran percepción”, señala la curadora italiano, al intentar resumir la fascinación que genera este conjunto de 110 imágenes.
A lo largo de su carrera, McCurry cubrió gran cantidad de zonas en conflicto, incluyendo la guerra Irak-Irán, la desintegración de Yugoslavia, Beirut, Camboya, Filipinas, la Guerra del Golfo, China y una cobertura continua de la situación en Afganistán, tal como refleja el recorrido por la exhibición.
Su incansable archivo personal supera el millar de imágenes: “Son millones de fotografías. El ahora está en Tailandia tomando fotos. Es lo que hace todos los días. Es más que una obsesión, es su vida entera. Creo que él ni sabe cuántas fotos lleva tomadas”, asegura Giacchetti.
El arco temporal que abarca la muestra va desde 1980 al 2011: un recorrido por diferentes sitios y geografías, cultos religiosos -musulmanes, hinduistas, budistas-, la vida cotidiana de esos pueblos y las costumbres pero también desastres naturales como las secuelas que dejó el tsunami de Japón, en marzo de 2011, dejando 18.000 muertos.
El 11 de septiembre de 2001 McCurry regresaba a Nueva York luego de haber estado viajando junto al Dalai Lama, registrando imágenes para su proyecto sobre el budismo. A las 6 de la mañana llegó a su estudio fotográfico en el centro de Nueva York y muy pronto comenzó a tomar imágenes desde su ventana de las dos torres gemelas que ardieron y se desplomaron. “Las tuvo muchos años guardadas sin verlas, porque resultaba muy duro para él”, refiere la experta italiana sobre las imágenes incluidas en este recorrido.
La última sala ofrece un particular acercamiento a los animales en relación con los humanos, o lo que se podría considerar las mascotas más curiosas alrededor del globo: una chica en la India con dos ratones blancos, una mujer etíope abrazada a una gallina, o un europeo sentado junto a su perro.
La visita se enriquece con algunos vídeos sobre sus viajes, sus aventuras y su profesión, que revelan algunas de las claves de su vida como fotógrafo y explican cómo se captaron las imágenes y quiénes son las personas retratadas en ellas.
Steve McCurry realizó decenas de portadas de revistas y libros, más de una docena de publicaciones propias e innumerables exposiciones en todo el mundo. Su extenso trabajo -que abarca conflictos, culturas en extinción, tradiciones antiguas y sociedades contemporáneas- siempre conserva esa característica forma de capturar a las personas que hizo de su célebre fotografía de la niña afgana una imagen tan poderosa.
Con la colaboración de Sold Out y Sudest 57 y presentada en Buenos Aires por S2BN y DGE, la exposición “Steve McCurry ICONS” se puede visitar del 16 de febrero al 2 de abril en el Pabellón Frers de La Rural (Avenida Santa Fe 4363), de martes a viernes de 14 a 21 y los sábados, domingo y feriados de 12 a 21. Entradas desde $3.500 en la web www.laruralticket.com.ar/event/steve-mccurry-icons.
(*) Agencia de noticias Telam.