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Murió el blusero Joe Louis Walker, a los 75 años

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Joe Louis Walker, el innovador guitarrista, vocalista y compositor, cuya fusión de géneros le dio un nuevo toque al blues moderno, murió como consecuencia de un paro cardíaco el 30 de abril por la noche a los 75 años.

Con una carrera que abarcó más de seis décadas, el electrizante trabajo de guitarra de Walker, su candorosa voz y su composición reflexiva dejaron una huella imborrable en la escena del blues contemporáneo.

La producción musical de Walker abarcó todo el espectro de la música de raíces estadounidense, lo que le valió un lugar entre los bluesmen más venerados de su generación. Billboard describió una vez su estilo como “desbordando todos los mapas… blues crudo, góspel jubiloso, el estruendo roquero al estilo Rolling Stones y un R&B desgarrador”, y añadió: “La guitarra de Walker es impecable y feroz”.

Guitarrista brillantemente expresivo, vocalista conmovedor y compositor prolífico, Walker recorrió el mundo durante décadas, pisando los escenarios de festivales de renombre internacional como Glastonbury y Montreux. Sus actuaciones dinámicas llegaron a millones más a través de apariciones en televisión nacional en Late Night with Conan O’Brien, The Don Imus Show y el británico Later… with Jools Holland, consolidando así una fiel base de seguidores internacionales.

En noviembre de 2012, Walker se presentó en La Trastienda, en el marco del Buenos Aires Blues Festival. Tuvo una actuación descomunal acompañado por Nasta Súper, la banda local liderada por Rafael Nasta.

A lo largo de su carrera, colaboró con íconos como Ike Turner, Bonnie Raitt, Taj Mahal y Steve Cropper; fue telonero de leyendas como Muddy Waters y Thelonious Monk; y contó entre sus amigos y contemporáneos a figuras como Freddie King y Mississippi Fred McDowell. También fue amigo cercano y excompañero de cuarto del virtuoso guitarrista Mike Bloomfield.

Su álbum debut de 1986, “Cold Is the Night”, lanzado por HighTone Records, marcó una llegada contundente y señaló la aparición de una nueva y poderosa voz en el blues. Lanzamientos posteriores en sellos como Verve, Alligator y Stony Plain consolidaron aún más su reputación como uno de los artistas de blues más destacados de su época. The New York Times lo elogió como “un cantante con una voz tipo Cadillac”, y señaló que sus solos “gimen con desesperación blusera”. Rolling Stone lo describió simplemente como “feroz”.

Walker fue incluido en el Salón de la Fama del Blues, nombrado USA Fellow por United States Artists y recibió múltiples premios W.C. Handy y Blues Music Awards. También fue reconocido con los prestigiosos Bammy Awards de San Francisco y recibió un premio a la trayectoria por parte de la Mississippi Valley Blues Society.

Ampliamente considerado como un “músico de músicos”, Walker se ganó su lugar en el panteón de los grandes cantantes y guitarristas de blues eléctrico junto a B.B. King, Buddy Guy y Robert Cray. Herbie Hancock lo calificó como “un tesoro nacional”. Chick Corea, con su característico ingenio, lo apodó “el Chick Corea del Blues”, mientras que Aretha Franklin lo honró de manera simple y definitiva como “el Bluesman”.

El legado de Walker perdura a través de su vasto catálogo de grabaciones, las generaciones de músicos que inspiró y los incontables fanáticos cuyas vidas fueron conmovidas por su música.

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Una muestra faraónica en el Gran Museo Egipcio

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Cuando era adolescente, Eid Mertah pasaba horas leyendo sobre el faraón Tutankamón, siguiendo con los dedos los jeroglíficos impresos en libros de texto y soñando con sostener en sus manos la famosa máscara dorada del “rey niño”.

Años después, ese sueño se hizo realidad. Hoy, con 36 años, Mertah es uno de los conservadores egipcios encargados de restaurar las joyas funerarias del joven faraón. “Estudié arqueología por Tutankamón”, confesó durante una entrevista. “Trabajar en sus tesoros era mi sueño, y se cumplió”.

Mertah forma parte del equipo de más de 150 conservadores y 100 arqueólogos que, desde hace más de una década, trabajan en silencio para devolverle el esplendor a miles de piezas que serán exhibidas en el Gran Museo Egipcio (GEM), ubicado en las inmediaciones de la meseta de Giza. Con un costo superior a los mil millones de dólares, el museo aspira a ser el mayor del mundo dedicado a una sola civilización.

Aunque su inauguración, prevista inicialmente para el 3 de julio, fue aplazada nuevamente por preocupaciones de seguridad regional, se espera que abra sus puertas hacia finales de este año. El proyecto ha sufrido múltiples retrasos por factores como la inestabilidad política y la pandemia de COVID-19.

El GEM albergará más de 100.000 objetos arqueológicos, de los cuales más de la mitad estarán en exhibición. Además, contará con un laboratorio de conservación visible al público, donde los visitantes podrán observar en tiempo real la restauración de una barca funeraria de 4500 años, hallada junto a la tumba del faraón Keops.

La colección estrella será la del joven Tutankamón: más de 5000 objetos, muchos de los cuales se exhibirán juntos por primera vez. Entre ellos destacan su icónica máscara dorada, ataúdes, amuletos, collares de cuentas, carros ceremoniales y dos fetos momificados que se cree son sus hijas nacidas muertas.

“Cuando los visitantes recorran el museo, verán la belleza de estos artefactos. Pero para nosotros, cada pieza es un recordatorio de las interminables horas de trabajo, los debates y las capacitaciones. Cada pieza cuenta una historia” dijo Mohamed Moustafa, de 36 años, otro restaurador experimentado.

La restauración ha sido un esfuerzo conjunto entre Egipto y Japón, que aportaron 800 millones de dólares en préstamos y brindaron apoyo técnico. Los conservadores egipcios, muchos de ellos formados por expertos japoneses, han liderado trabajos de vanguardia en 19 laboratorios que abarcan diversos materiales: madera, metal, papiro, textiles y otros.

(Fuente: Diario de Cultura – Por Enrique Villegas, con información de AFP)

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El legado de David Bowie tendrá su espacio en Londres

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Los admiradores de David Bowie podrán acercarse como nunca antes al universo creativo del artista británico a partir del 13 de septiembre. El Victoria & Albert Museum (V&A) inaugurará el Centro David Bowie, un espacio permanente que reunirá más de 90.000 objetos relacionados con el músico, incluyendo vestuario icónico, instrumentos, manuscritos y material inédito.

El centro ofrecerá una experiencia inmersiva en la trayectoria del “camaleón del rock”, permitiendo explorar de cerca piezas tan emblemáticas como los disfraces de la era Ziggy Stardust y Aladdin Sane, el traje de Thierry Mugler con el que Bowie se casó, y bocetos, guiones y cuadernos personales.

Aunque no todos los artículos se expondrán simultáneamente, los visitantes podrán solicitar el examen detallado de ciertas piezas y disfrutar de vitrinas rotativas que renovarán las colecciones periódicamente.

El proyecto cuenta con la colaboración de Nile Rodgers, líder de Chic y amigo cercano de Bowie, quien actuó como curador invitado. Rodgers seleccionó correspondencia, fotografías de estudio y atuendos ligados a discos clave como “Let’s Dance” y “Black Tie White Noise”.

“Nuestra amistad se basó en el amor por la música, que nos creó y nos salvó la vida”, declaró Rodgers al diario británico The Guardian.

Desde el V&A destacaron que el atractivo principal será la posibilidad de contemplar objetos originales que formaron parte esencial del proceso creativo de Bowie. Entre ellos se incluyen más de 70.000 impresiones fotográficas, negativos, letras de canciones, dibujos y portadas originales, testimonio directo de la versatilidad y el genio artístico del cantante.

El nuevo centro no solo celebra la música y la estética de Bowie, sino que también busca preservar su legado y acercarlo a nuevas generaciones.

Con esta iniciativa, Londres refuerza su posición como capital global de la cultura pop y rinde tributo a uno de sus hijos más universales. La apertura promete atraer a miles de visitantes de todo el mundo, consolidando al artista como un icono eterno y siempre en transformación.

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Recuperaron del Mediterráneo los restos de las puertas del Faro de Alejandría

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Tres décadas después de descubrir los primeros vestigios sumergidos del mítico Faro de Alejandría, una misión arqueológica internacional logró recuperar del lecho marino veintidós bloques monumentales de la legendaria séptima maravilla del mundo.

La operación, dirigida por la arqueóloga y arquitecta Isabelle Hairy, investigadora del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de Francia, constituye un avance clave del programa Pharos, que busca reconstituir digitalmente la estructura en toda su magnificencia.

Entre las piezas extraídas —algunas de hasta ochenta toneladas— destacan los imponentes dinteles y montantes que formaban parte de la puerta principal, el umbral y la base que sostenía la torre. Además, se hallaron fragmentos de un monumento desconocido: un pylon con puerta, una estructura que combina estilo egipcio y técnica griega, sumando un nuevo enigma al paisaje subacuático de Alejandría.

El rescate permitirá iniciar la fase de escaneo tridimensional de alta precisión de estos bloques, que se integrarán a más de un centenar de elementos arquitectónicos digitalizados en los últimos diez años por el Centro de Estudios Alexandrinos (CEAlex), el CNRS y el Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO), bajo supervisión del Ministerio de Turismo y Antigüedades egipcio.

Una vez completada la fotogrametría, la Fundación Dassault Systèmes asumirá la tarea de reconstrucción virtual, pieza por pieza, para crear un gemelo digital del faro. Este modelo permitirá a investigadores y al público visitar la torre como si siguiera en pie, y estudiar tanto sus técnicas constructivas como las causas de su colapso.

Historiadores, numismáticos y arqueólogos analizan en paralelo las representaciones antiguas del faro, activo desde el siglo III a.C. hasta su desaparición definitiva en el siglo XV, tras servir como cantera para construir el fuerte de Qaitbay.

Con unos 100 metros de altura, el faro fue el primero de la historia y sirvió de prototipo para todos los posteriores. Su luz guiaba a los navegantes a puerto seguro y consolidó a Alejandría como centro cultural y comercial del Mediterráneo.

El espectacular rescate ha sido registrado por el equipo de Gedeon bajo la dirección de Laurence Thiriat, para un documental de 90 minutos que se emitirá en prime time por France Télévisions.

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