Música
“‘Alejo y Valentín’ está marcado por nuestra relación y la forma de divertirnos cuando hacemos música”
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
La música toma forma, como si fuera un juego adquiere el volumen de los sonidos, crece sobre el espacio y muta en el vuelo de cada canción para renacer y expandirse.
Alejo Llanes y Valentín Castro se conocen desde la infancia, los une la pasión por la música en cuyos territorios se detienen a explorar y a vivenciar las múltiples posibilidades del sonido y de las palabras.
Forman la banda mendocina que lleva sus nombres. En los últimos tiempos sus temas lograron atravesar las fronteras de la tierra que los vio nacer y prometen nuevos recorridos.
En diálogo con ContArte Cultura los jóvenes cuyanos cuentan acerca de sus comienzos y comparten sus últimos trabajos y proyectos.
—¿Podrían traer al presente una “imagen” que simbolice el comienzo de su música? ¿Dónde y cuándo sienten que nació este grupo musical que los reúne?
—Hay varias imágenes y varios comienzos (risas). Un momento puntual es la noche que escribimos nuestras primeras canciones. Teníamos 8 años y una guitarra. Hicimos cuatro canciones sin saber ningún acorde. Están filmadas, muy tiernas. Se puede decir que así arranca Alejo y Valentin, jugando.
—Y hablando de esos comienzos, ¿cuál fue la primera banda de la que formaron parte?
—En la escuela primaria formamos parte de una banda con amigas y amigos. Se llamaba Kapikúa y abríamos los shows tocando “Come Together” de Los Beatles.
—¿Qué elementos definen a la música que interpretan?
—Alejo y Valentín está marcado por dos elementos fundamentales: la relación entre nosotros más allá de la banda y la forma de divertirnos experimentando cuando hacemos música. Hay un impulso curioso que sigue latente, igual que al principio. Nos renovamos nosotros mismos temporada a temporada.
—¿De qué manera llevan adelante el proceso creativo de sus temas?
—Las canciones nacen primero en esencia y en intención. Si nos atraviesa y nos conmueve, jugamos y profundizamos. Jugamos a profundizar.
—¿En qué lugares dan vida a sus canciones?
—Nuestro laboratorio y pelotero son nuestras habitaciones.
—¿Cómo surge “Peculiares”, su primer álbum, y qué nos pueden contar sobre la música que lo atraviesa?
—Peculiares es Alejo y Valentín, ya que nacen prácticamente juntos. Sostenido de nuestras primeras influencias, aprendiendo a disfrutar, a hacer música y un disco. Es la oportunidad de la libertad y la creación de nuestro propio arte. Y también, una corazonada.
—¿Qué puertas se abrieron luego de que resultaran ganadores de la Bienal 2019?
—La bienal fue un proceso que nos atravesó en muchos sentidos. Fue un momento de apertura y aprendizaje total. Viajar seguido a Capital, conocer colegas, hacer amigos y amigas, caminar, hacernos de comer, hacer música fuera de casa, podría decirse que nos fundió. La bienal fue un primer round de alto vuelo con la ciudad de la furia y además nos teletransporta a un megafestival en España. ¡We love bienal!
—¿Cómo viven el movimiento que tienen sus temas en las redes por estos días?
—¡Por suerte hay movimiento!
—Este año, y a pesar de las circunstancias que nos limitan, han producido varios temas. Uno de ellos fue “Jaguares”, ¿de qué manera surgió su letra y música?
—Después de un primer disco, y un año lleno de experiencias, naturalmente nace Jaguares. Es resultado de una búsqueda y una actitud que adoptamos y con la cual encaramos todo lo que viene. Jaguares y todo lo que sigue, es Alejo y Valentín expandiéndose en todos los lugares.
—Lo nuevo, recién salido, es su single doble en el que se puede escuchar “Superstar” y “Para renacer”, ¿cómo llegaron a la composición de estos temas?
—Nos gusta la frescura y la transparencia. Superstar y Para Renacer son un fiel reflejo del momento artístico que estamos atravesando.
—¿Cómo sigue el año de Alejo y Valentín?
—Vamos a lanzar una producción audiovisual que nos tuvo de guionistas, a la vez que nos encontramos produciendo las canciones del segundo disco.
Música
Tom Jones, la voz que desafía al paso del tiempo
Por Martín Sassone (*)
Pasaron apenas seis minutos de las 21 y el experimentado cantante aparece en el escenario y se sienta en una banqueta. Acompañado por Paddy Milner al piano, comienza a cantar “Growing Old, de Bobby Cole”.
“Me estoy volviendo viejo…”, entona con la voz tranquila, casi irreconocible. Es una declamación, pero también es una trampa. Ese hombre canoso que está frente a nosotros es una leyenda que pronto cumplirá 84 años y cualquiera podría pensar que sus días de gloria han quedado atrás. Nada más errado. Termina la canción, ingresa el resto de la banda y empiezan a sonar los primeros acordes de una canción épica que pocos de sus seguidores conocen.
Entonces su voz envuelve a todo el Movistar Arena y ya nada más importa. Es como un fenómeno climático del cual uno no puede refugiarse. Te arrastra y te eleva. Ese es el efecto que solo él puede lograr. En algún momento también lo consiguieron Elvis, Sinatra y Pavarotti, pero ya no están entre nosotros. Tom Jones, sí.
Su aspecto de lord inglés no desentona con su robusta y profunda voz. Es la historia viva del pop de los últimos 60 años y es la sexta vez que se presenta en Buenos Aires. Lo hizo en 1974, luego en 1980 y más acá en el tiempo en 2007, 2010 y 2016. El público, en su gran mayoría veteranos de mil noches, lo reciben con una gran ovación. Más allá de que “Not Dark Yet”, de Bob Dylan, les resulte ajena, saben que lo que está por venir será único e inolvidable.
Antes de comenzar el tercer el tema, el galés hace una breve introducción. Cuenta que la siguiente canción la grabó por primera vez en noviembre de 1964, y que en marzo de 1965 ya era número 1 en Inglaterra. Es la conexión que faltaba con su público, una que sepamos todos.
“It’s Not Unusual” no pasa como si nada a pesar de que no es la versión crooner que todos escucharon cientos de veces, sino una más remozada aunque igual de pegadiza. Sigue con “What’s New Pussycat?”, ahora con Milner en acordeón, que le dan al viejo clásico que tomó de la película de Woody Allen un tono circense. Pasaron poco más de 10 minutos desde el comienzo y la fiesta es total.
La recuerda a Dusty Springfield con “The Windmills Of Your Mind” -que como “Not Dark Yet” está en su último disco “Surrounded by Time”- en la antesala del que será el momento más caliente de la noche: su éxito dance de 1999, “Sexbomb”, lo transforma en un blues bien crudo, demoledor. Arranca cantando casi como si estuviera en el Delta del Mississippi, con el respaldo del notable guitarrista Scott McKeon, y luego la banda se electrifica estilo Chicago. Energía pura. Como Jesús con Lázaro, levántate y anda, Tom Jones canta y todos comienzan a bailar.
Interpreta otras versiones de su último álbum como “Popstar”, “Lazarus Man”, “Talking Reality Television Blues” y la sublime “One More Cup of Coffe”, también de Bob Dylan, y algunos covers de su repertorio tradicional como “Green”, “Green Grass Of Home” y “Delilah”. Otro momento extraordinario se da con “Tower of Song”, de Leonrad Cohen, donde subraya la frase “nací con el don de una voz de oro” y alcanza un registro vocal que eriza hasta las paredes.
Sobre el final, lanza dos hits ochentosos -“You Can Leave Your Hat On” y “Kiss”- para que ya nadie más se siente en sus sillas. Tras un breve intervalo, casi dos horas después del comienzo, vuelve para los bises. Primero con “One Hell of a Life”, en la que pide: “Cuando esté muerto (…) Sólo recuerden que tuve una vida increíble” y luego se zambulle en dos rocanroles primarios – “Strange Things Happening Everyday” y “Johnny B. Goode”- para cerrar una noche única, en la que una voz, otra vez, venció al paso del tiempo.
(*) Agencia Noticias Argentinas
Música
La Fuerza Mayor celebra el “Fin de Flora” en su nuevo single
“Fin de Flora” es la nueva balada en ritmo de ska de La Fuerza Mayor, que captura la esencia festiva de la temporada de cosecha. El single cuenta con la colaboración del trompetista y director de Dancing Mood, Hugo Lobo,
En su nuevo trabajo, “La Fuerza Mayor teje una melodía que invita a armar uno, agarrar la tijera y disponerse a manicurar al tiempo que se baila”, afirma la promoción.
El arte de la portada, diseñado por el ilustrador Fundie Biela, evoca el espíritu del tema, creando una imagen que complementa perfectamente la música.
El lanzamiento fue programado especialmente para este mes de abril, ciclo de cosecha de cannabis outdoor en el hemisferio Sur, y ya está disponible para escuchar en Spotify y todas las principales plataformas.
(Fuente: La Fuerza Mayor – Prensa)
Música
Alan Sutton y las Criaturitas de la Ansiedad presentan el single “Hijo Pródigo”
“Años de tecnología, globalización y consumo han hecho de nosotros individuos ansiosos, inseguros y sobreestimulados”, narra el comunicado promocional que adelanta el nuevo single de Alan Sutton y las criaturitas de la ansiedad.
El trabajo se llama “Hijo Pródigo”, y trata esta problemática con una suerte de crítica social con tintes paródicos que, a su vez, no deja de mostrar el desgarrador vacío que se presenta en la era del “No aburrimiento”.
“Intentando combatir esta temática oscura y entristecedora”, la producción de Jerónimo Romero “logra un sonido enérgico, ‘dosmilero’ y poderoso”.
Acompañado por un videoclip y varios otros contenidos audiovisuales, desde el 12 de abril “Hijo Pródigo” se encuentra disponible en todas las plataformas digitales y será presentada en vivo en más de 20 ciudades de Argentina, Latinoamérica y España.
(Fuente: Lucas Seoane – Prensa)
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