

Entrevistas
Fabián “FAFO” Villamil: la ruta de un cancionista
Por Walter Omar Buffarini
“Músico y docente, en ese orden”, así se define Fabián ‘FAFO’ Villamil, rodeado de instrumentos en una de las aulas de Espacio Mapu, en donde recibió a ContArte Cultura, en el barrio platense de La Loma.
El lugar es tan grande como permita la imaginación. Una batería corona el espacio, en donde guitarras, bajos, teclados, amplificadores, micrófonos y cables conforman el ecosistema musical.
FAFO promete unos mates, pero la cebada se demora porque, según él mismo confiesa, “me gusta la situación de entrevista”. Y cómo hablamos de música, ese es el tema que más le interesa y el mate debe esperar.
“Toda mi vida estuvo relacionada con la música, empecé a aprender guitarra a los ocho años y después, fútbol de por medio, a los 14 comencé a estudiar con un maestro que se llamaba Gabriel Marotta, quien tenía la particularidad de ser un autodidacta y todo lo que había aprendido de algunos profesores lo había bajado a un formato súper práctico. Y su forma me marcó en la manera de vivir la música y es el sistema que hoy yo uso para enseñar”, recuerda FAFO, quien evoca sus comienzos con la misma pasión con la que hoy se describe como “un cancionista”.
La pava eléctrica aguarda, desenchufada y vacía, que FAFO se decida a calentar el agua y cumplir la promesa, pero el mate descansa en sus manos tan vacío de yerba como cuando se ubicó en el taburete del batero que eligió para sentarse.
Fabián sigue concentrado en lo que está contando y profundiza en la descripción de lo que narra: “A pesar de contar con dos títulos oficiales –Músico Profesional de la Escuela de Música Contemporánea y Profesor de Guitarra del Centro de Estudios Musicales-, me despegué de la cuestión netamente académica para vivir la cosa más desde la práctica y nunca dejé de tocar, siempre tuve bandas de distintos estilos, cuestión que se fue ampliando desde que empecé a estudiar. Así me volqué a la música popular, tuve bandas de rock, de cover, canté en una murga uruguaya, toqué candombe, folklore, cumbia, y con el tiempo me fui quedando con mis canciones, la música que a mí me brota”.
Y así redondea el concepto: “Soy cancionista, porque soy cantautor y también soy interprete”.
Y la razón de autodenominarse cancionista surge en el momento de tener que encuadrar su estilo musical: “Ese es un gran tema. Nos decimos cancionistas porque somos un montón de gente que venimos haciendo música y que básicamente nos engloba un sinnúmero de estilos. Está el rock metido ahí. Está el jazz, el folklore, la cumbia. Pero básicamente es la canción. Para nosotros es bien importante la letra. No nos da lo mismo ‘lo que dice’. No utilizamos la letra como una excusa para tocar algo, sino que partimos desde la letra”.
En este momento del relato de FAFO vuelve a aparecer el docente. Porque no duda resaltar el camino elegido y acentúa que “valoramos el sonido de la palabra y el sonido de la música, y desde ahí la pensamos. Y también desde ese lugar nos conectamos con la educación. Para nosotros las canciones son muchas veces la excusa para atraer a la gente hacia la música”.
Cancionistxs
Hace un impase y el ruido de la bombilla en el recipiente aún vacío lo saca por un breve instante de la entrevista. Entre risas cumple su promesa, prepara el mate, lo seba y se dispone a continuar la charla.
En el caso particular de FAFO, convertirse en un cancionista no fue una casualidad, sino que surgió como una necesidad de crecimiento artístico. “Desde hace un tiempo empecé a sentir la necesidad de darle una vuelta de tuerca a mis presentaciones, ya no me alcanzaba con ir y sólo cantar mis canciones”, detalla a la vez que explica: “Como siempre tuve ese ímpetu de armar cosas, veladas, noches, muestras de mis alumnos, y lo hice desde distintos lugares, es que tomé cosas de antiguas experiencias y comencé a delinear lo que hoy es el grupo Cancionistxs”.
“Se trata de cinco cantautores por noche, o mejor dicho cinco cancionistas, que hacen cinco canciones cada uno, pero a su vez en esas noches también hay gente que dibuja, gente que pinta, o exposiciones de fotos. Todo por una sola razón, porque le hace bien a la música”, afirma Fabián Villamil, quien rememora al grupo De la Guarda, quien se transformó en punta de lanza en ese tipo de shows, continuados hoy por Fuerza Bruta. “Luego de presenciar aquellos espectáculos cambió mi forma de ver las cosas”, asegura.
“Hay algunos que se inclinan simplemente a tocar y no tanto a cantar, pero el ámbito en el cual estudiamos o las obras que abordamos son las canciones”
FAFO también recuerda un viaje al sur con sus hermanas actrices que influyó sin dudas en su forma de vivir el arte: “Vengo de una familia relacionada con el teatro. Cuando tenía 15 años compartí una experiencia por el sur con mis hermanas y un grupo en el que había actores, directores de orquesta, de teatro, cineastas. Ahí descubrí que todas las disciplinas tienen algo que comunicar desde lugares distintos y a todos nos involucran de diversas maneras. Y eso hace a la experiencia y a la sensibilidad”.
Si bien en los espectáculos de Cancionistxs “la idea es que todo lo que se hace tenga que ver entre sí”, Fabián confiesa que “a veces se da y a veces no. Es un poco difícil porque desde ya las cinco canciones de cada cancionista no están relacionadas, y ni hablar entre cada uno de ellos, pero, por ejemplo, sí se logra con los dibujantes, porque ellos casi siempre dibujan a quien está cantando, y eso lógicamente conecta el espectáculo y la gente se predispone de una manera diferente, especial”.
Para Fabián, otra de las cosas importantes es que “quien va a una presentación de Cancionistxs va a escuchar cinco cantautores, cada uno con cinco canciones, es decir veinticinco canciones originales y en versiones originales. Aunque haya escuchado el disco de alguno de ellos, Cancionistxs es acústico, por lo que las versiones siempre terminan siendo originales”.
Pensar la música sin prejuicios
La puerta de un salón continuo se abre y de allí sale uno de los alumnos de Espacio Mapu. El sonido de la guitarra había acompañado la entrevista y ahora el silencio hace ruido en la atmósfera musical que se respira.
La interrupción sirvió para empezar a hablar de las expectativas de quienes se acercan a aprender música y los mitos sobre qué es música y quién puede hacerla.
“Como músicos populares, la experiencia del trabajo nos demuestra que debemos agarrar nuestros prejuicios y guardarlos en un bolsillo. Con prejuicios no podés ser músico popular”, no dudó en asegurar FAFO, quien explicó que “cuando alguien viene y nos cuenta qué es lo que quiere, intentamos respetar su búsqueda, pero con el tiempo buscamos mostrarle el abanico de posibilidades que le brinda la música”.
Fabián y quienes lo acompañan en su función docente tienen la certeza de que “todos los estilos tienen algo para enseñar y también creo que todas las personas, de alguna manera, se pueden conectar con la música”.
“Lo que también creo es que no todas las personas pueden conectarse con todas las facetas musicales o con todos los instrumentos, y eso es lo que intentamos transmitir”, reflexiona.
Insistiendo en esa relación hombre-música, FAFO está convencido de que “cada persona tiene una sensibilidad especial que la conecta con algún instrumento en particular. No es lo mismo tocar percusión, que vos le pegás y suena, a un instrumento quizás más sofisticado como es el piano, o un instrumento con mucha más exposición como es cantar o tocar la guitarra. Esa conexión muchas veces tiene que ver con la personalidad de quien ejecuta”.
Componiendo un sueño
Por las características familiares, la decisión de Fabián de construir su futuro junto a la música no hizo demasiado ruido, y la coyuntura nacional tras la crisis de 2001 tal vez lo ayudaron a tomar y hacer pública la decisión. “Si los médicos manejaban taxis, qué peor me podía salir a mí”, recuerda haber analizado en aquel momento.
“Siempre fue difícil vivir sólo de tocar, pero eso no significa que no se pueda vivir de la música”, lo asegura hoy, despojado de la incertidumbre de otros momentos y con la experiencia de haber logrado encaminar su profesión.
Pensando el futuro referencia el pasado: “Cuando empecé a andar este camino, tocar en Buenos Aires parecía la meta a alcanzar. Hoy, por suerte, se convirtió en algo habitual y las expectativas están enfocadas en cosas nuevas”.
Y así, Fabián FAFO Villamil, integrante de la banda Lusber, solista, cancionista y docente de Espacio Mapu, sigue componiendo un sueño al que no renuncia, el de transitar un circuito en el que fluya la música.

Entrevistas
En primera persona: Nair Libonatti, escritora
La artista uruguaya habla de ella misma, de cómo llegó a la escritura y de su obra

Sobre sí misma y su arte
Soy Nair Libonatti, mujer uruguaya de 69 años. Toda mi vida supe que podía escribir, sin embargo, al plasmar mis ideas en una hoja, el resultado no me era grato y terminaba rompiendo.
En el año 2019 una amiga me invitó a “algo” literario y fui. Resultó ser un taller y fue ahí donde comencé a escribir.
Pocos meses después llegó la pandemia, entonces, buscando recursos para mi nuevo despertar, entré en un grupo argentino de Facebook. En él compartíamos textos y comentábamos.
Un buen día me invitaron a participar en el Mundial de Escritura, al principio me parecía inalcanzable hasta que me animé y la experiencia resultó maravillosa.
Sobre su obra
He escrito algunos libros: “Historias del Caldero”, en conjunto con dos amigas, “Constelaciones”, libro que va por su segunda edición y “El Pata de Bolsa y otros relatos”. Estos dos últimos están presentes en la 49a Feria del Libro de Buenos Aires, en el stand de Uruguay.



Sobre “Constelaciones” puedo decir que es un libro fuerte, con historias bastante movilizadoras, es un intento de visibilizar algunas circunstancias. “El Pata de Bolsa” es en tono más humorístico, un poco más distendido y coloquial.
Son libros de cuentos cortos, escritos individualmente y luego seleccionados para cada uno de los libros.
Su actualidad

Actualmente integro el taller “Ratones de biblioteca”, que funciona en la Casa de la Cultura de Minas, Uruguay, y algunas compañeras me acompañaron a la Feria del Libro de Buenos Aires.
Nair Libonatti junto a Andrea Viveca Sanz, de Contarte Cultura, en la 49º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires
Entrevistas
Aguirre–Rodríguez: “El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros”

Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
Es un viaje dentro de otros, un movimiento sutil, la música desperezándose en gotas de rocío, notas evaporadas sobre las aves del campo, es el vuelo hacia el espacio urbano, un recorrido temporal. Es antes y después. Es ahora y siempre, una melodía que llega desde lejos, de otras patrias, del mismo viento que corre y desparrama en el lugar justo y en el instante oportuno.
“Del Buen Ayre”, el próximo espectáculo y disco del dúo platense Aguirre–Rodríguez es un viaje por el tiempo y por distintos espacios, una relectura en modo actual de la música rural bonaerense.
Contarte Cultura charló con sus integrantes, Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez para que nos cuenten acerca de ese caminar que la canción propone.
—Porque los espacios y las cosas que forman parte de ellos suelen hablar de quienes los habitan, nos gustaría comenzar esta charla deteniéndonos en su lugar de trabajo, en el espacio creativo de su música y en los objetos que los rodean en este momento. Si pudieran elegir un rincón o un objeto, el que mejor los represente como dúo y nos cuente algo de ustedes, ¿Cuál sería?
—El lugar, nuestra casa, y el rincón nuestra sala, en la que se va gestando todo el resultado final de lo que hacemos como músicos. Creo que estos espacios hablan de nosotros y de nuestra manera de entender la realidad y el arte.
—Y desde ese espacio viajamos en el tiempo, ¿cómo y cuándo se encuentran Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez en el camino de la música para dar comienzo al dúo Aguirre–Rodríguez?
—Nos encontramos en la escuela de arte de la ciudad de Berisso, hace muchísimos años, en situación de alumna y profesor, pero rápidamente comenzamos a compartir producciones por fuera de la escuela. Con los años volvimos a encontrarnos, ya específicamente en el terreno del tango con la orquesta Los inmigrantes en el año 2005. Cuando el tiempo de la orquesta se terminó, continuamos en dúo.


—¿Cómo fueron esos comienzos?
—Fue un muy hermoso comienzo, pero rápidamente el dúo se fundió dentro de un cuarteto que con el tiempo se convirtió en sexteto de tango. Me refiero a Tangor. Con esa agrupación trabajamos durante más de 10 años. Por otro lado, Cynthia participaba como invitada permanente en el grupo La Sonora, proyecto que venía caminando desde el año 1989.
—Como decías, con el correr de los años el tango se instaló entre ustedes, ¿qué cosas los llevaron a explorar en este género que nos representa?
—El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros. Como una especie de lengua madre. Rastrear el porqué de esto es complicado, creo que tiene que ver con nuestras historias personales y la idiosincrasia de nuestras familias de origen. Lo que es claro es que ha sido fundacional en nuestro vínculo con la música. Nuestra mirada como habitantes de este tiempo siempre nos llevó a buscar puentes entre el tango, otras músicas y otros conceptos artísticos.
—¿De qué manera llega el primer disco “Mundo Tango”, grabado en 2011?
—Ganamos un premio a la Producción Fonográfica del FNA (Fondo Nacional de las Artes) y generamos nuestro primer CD. En ese entonces, si bien el CD se llamó Mundo Tango, abarcamos otros lenguajes musicales, algunas cosas del folclore y canciones provenientes de la cantera del rock.
—Por estos días están en proceso de grabación de su segundo disco “Del Buen Ayre”, ¿qué recorridos espacio-temporales tuvieron que hacer para dar vida a los temas que forman parte de esta obra?
En Mundo Tango nos referimos a una idea acerca del tango, como un estado del ser que no solo aparece en esta región del mundo (por algo el tango impacta como impacta en todo el globo). Aquí nos referimos más a la génesis de este género y la música de la provincia de Buenos Aires. Este nuevo trabajo propone un recorrido desde la música campera de principio de siglo XX (El Gardel Gaucho, pasando por compositores icónicos de ese lenguaje como Omar Moreno Palacios) para adentrarse en el tango clásico de la época de oro y llegar hasta composiciones actuales que revitalizan el género. También este trabajo, a diferencia del otro, está estructurado por un material que fue ampliamente mostrado y fogueado. Es música que hemos tocado mucho en vivo y está planteado desde esa impronta. Los arreglos, si es que los hay, fueron construyéndose a lo largo del tiempo y de las distintas actuaciones. Los músicos invitados jugaron en ese mismo tono también. Se les envió un cifrado y una grabación como referencia, pero el armado de los distintos temas se resolvió en el estudio, mientras Manzana Ibarrart (gran amigo y comandante del Estudio Sonosfera) montaba los mics y seteaba todo. Luego se eligieron las mejores tres tomas de cada tema. El resultado tiene un aroma a “trazos sueltos” que nos encanta en lo particular.
—Sin dudas se trata de un viaje a través de la música, ¿cuál es el aroma que elegirían para simbolizar a este álbum?
—El múltiple aroma de los viajes…si bien es un CD local en cuanto al repertorio, es bastante global en tanto a que lo que suena proviene de muchísimas fuentes y no solo de la tanguera. Lo hemos tocado tanto en tantos países diferentes, que para nosotros tendría ese olor a viaje, a aeropuerto, a trenes.
—El 3 de agosto estarán presentando este disco en La Salamanca, un reconocido espacio cultural platense, ¿qué podrán disfrutar esa noche quienes se acerquen a compartir su música?
—Haremos algunos de los temas de nuestro espectáculo Del Buen Ayre, como antesala al espectáculo Filogenia de Victoria Moran y el Dúo Puentes Reyes.
—Mencionás que ese día estarán acompañados por la cantante Victoria Morán, entonces la pregunta va para ella. Victoria, ¿Cómo nace “Filogenia”, ese recopilatorio de obras de música popular argentina? Contanos quiénes serán parte de ese recorrido el 3 de agosto y qué sentís al compartir noche con el Dúo Aguirre-Rodríguez.
9- Filogenia surge de la necesidad de contar nuestro ADN musical a través de las canciones que nos definen. Es una suerte de viaje musical hacia la fuente, hacia la memoria imperecedera que une un recuerdo con otro. Este espectáculo viene a despertarnos la fibra sensible con canciones que nos nombran, enlazando a Homero Manzi con Víctor Heredia, al Cuchi con Fito, a los que fuimos con los que somos. El compartir con compañeros y compañeras músicos y músicas siempre es una alegría, y en este caso será además una sorpresa para el dúo Puentes-Reyes y yo, porque jamás nos hemos cruzado en un escenario y esperamos anhelantes ese ida y vuelta mágico que siempre augura la música compartida.
—Para terminar, ¿cuál es el próximo destino de la música que los mueve?
—Tenemos por delante algunas fechas en nuestra ciudad, como el próximo 29 de agosto, día en el que estaremos compartiendo escenario junto al cantor Carlos Cabrera en el Café Metro. Octubre nos encuentra realizando nuestra segunda gira europea, con conciertos en países como Italia, Francia, España y Portugal. A nuestro regreso estaremos presentando oficialmente nuestro álbum Del Buen Ayre, con la participación de los músicos que fueron parte de la grabación.
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Celina Cocimano y ‘El juego de las emociones de Uma’: “Un libro que pide gran compromiso de los adultos”

Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
Todo gira, se mueve en una circularidad compartida. Las emociones suben y bajan, cuelgan de nuestros cuerpos, se desprenden como hojas secas. Regresan, son brotes, transformados en otra cosa.
Celina Cocimano es terapeuta emocional y a partir de sus vivencias y de su trabajo de muchos años necesitó dejar huellas, sembrar palabras para que germinen a través de sus libros.
“El juego de las emociones de Uma”, su último libro, está dedicado a las infancias. A través del juego logra acercarse a los territorios del miedo, de la ansiedad o de la frustración para atravesarlos.
ContArte Cultura charló con ella para conocer las rutas que la llevaron a indagar en ese universo.
—Las emociones forman parte de nuestras vidas, van y vienen, se mueven y nos movemos con ellas. Por eso, para comenzar y a modo de presentación, nos gustaría que elijas al menos tres emociones que te atravesaron al momento de escribir tu último libro y que a cada una de ellas les otorgues un sabor o un aroma.
- Frustración, sabor a cebolla
- Ansiedad, aroma a menta
- Alegría, aroma a vainilla
—Y ya instalados en esa imagen, vayamos a tus comienzos, ¿qué vivencias te llevaron a transitar el camino de la terapia emocional?
—La insatisfacción personal, haberme descubierto cómo estafadora de mi propia vida, creando personalidades adquiridas para moldearme al gusto de la mirada ajena, siempre con esa sed emocional de ser alguien para los demás, ser aceptada, reconocida, querida y encantar a todos. Mientras estudiaba para contadora, sentí un apagón emocional, la apatía era mi única compañera en esos tiempos, hasta que mi cuerpo también “habló” con un síntoma muy sentido. Empezaba a hacerme pis por las noches siendo ya grande, más adelante entendí que eso sucedía en cada hogar o lugar donde me sentía a gusto, de esa manera, “intentaba” aferrarme a algún territorio, sentirlo al menos, por momentos, un lugar donde era yo. Como los animales que marcan su territorio orinando sobre él. Eso era lo que faltaba para que mi vida se vistiera de insatisfacción y cambie totalmente de rumbo, mejor dicho, empiece a vivir y dejar de aparentar lo que mis vacíos necesitaban cubrir.
—Seguramente al ir recorriendo ese camino fue necesario dejar huellas y de esa manera llegaron los libros, ¿cómo vivís la experiencia de escribir para que las palabras sean instrumento de sanación?
—Mi primer libro, “Despierta”, nació como algo catártico de la etapa que comenté anteriormente. Aún no sabía qué era lo que estaba viviendo y, sinceramente, pensaba que me moría por esos tiempos, entonces empecé a escribir cómo fue ese tránsito a mí destrucción de las corazas hacia mi reconstrucción emocional. Después, al compartir mi vivencia con muchas personas, me di cuenta que varios pasamos por ciertos procesos similares, por lo que se me ocurrió darle forma de libro y agregar reflexiones y ejercicios terapéuticos y de autogestión emocional. Los otros 3 -“Diamantes”, “Rotas”, y “El juego de las emociones de Uma”-, fueron pensados basándose en las historias que atiendo y buscando dejarle una “biblioteca” de recursos emocionales a mi hija para cuando sea más grande y, a las personas, que encuentren en estos libros, escrito en palabras, el propio sentir descarnado y sin filtro de las emociones que abordo en cada uno de ellos y luego, ofrecerles dinámicas, reflexiones, ejercicios para que encuentren en ellos formas de transitar el campo emocional sin tanto dolor y con valentía.
—Si pudieras resumir en una palabra el espíritu de cada uno de tus libros, ¿cuáles serían?
- Despierta: Integridad
- Diamantes: Osadía
- Rotas: Coraje
- El juego de las emociones de Uma: Autenticidad
—Tu último libro, “El juego de las emociones de Uma”, transita los paisajes de la infancia con todas sus gamas de colores, ¿cuál o cuáles fueron los disparadores de esta historia?
—Mi hija, a los 8 años, comenzó a transitar por un tiempo la conocida “Crisis de ansiedad y angustia”. Yo me opuse a que esté medicada siendo tan pequeña, y desde mi saber en el campo emocional de los adultos, junto a una gran observación sobre ella y sus crisis, se me ocurrió trabajar juntas para buscar soluciones a su sentir. Buscamos opciones en el juego infantil, en la creatividad, desarrollando distintos escenarios, armando una rutina de ejercicios y, sobre todo, busqué acercarla a la autogestión emocional. Así fue que se me ocurrió compartir cada ejercicio que funcionó en ella en este cuento, que no solo tiene el fin de que los niños empiecen a desarrollar desde pequeña edad sus propias respuestas emocionales ante cierta situaciones, sino que es un libro que pide gran compromiso de los adultos que acompañan al niño, y esa compañía, con el estar, el hablar su idioma, mejorar la calidad del vínculo, validar sus emociones, respetarlos y comunicarse con ellos, es lo que hace casi la mayor magia del trabajo de fortalecimiento emocional.
—Y justamente, a partir de tus propias vivencias decidiste contar desde el juego y desde las imágenes. Explicanos cómo fue el proceso de elegir esas duplas emocionales sobre las que querías hablar.
—Busqué las que a su edad son dentro de todo fáciles de interpretar, como decimos los adultos: de “etiquetar”. Son parte de las emociones primarias y la dupla fue pensada para dejarles el mensaje de que no son ni buenas ni malas, simplemente son y cada una es mensajera de un sentir, una acción a llevar a cabo y una particular respuesta emocional. También al ponerlas en duplas, cuando ellos/as sientan, por ejemplo, tristeza además de procesarla en todo su ser, sepan que pueden aprender a transportarla en alegría, ir de la ansiedad a la calma. Es decir, que conozcan cuál es la emoción que se necesita para equilibrar una con otra.
—Las semillas del libro fueron plantadas, ¿creés que tus palabras ya comenzaron a germinar y son brotes en los lectores?
—Sorprendentemente sí. Como comenté, yo me dedico a adultos no a infanto, y este libro que se publicó en abril del 2024 ya se está imprimiendo la segunda edición. Lo han comprado mucho abuelas y abuelos para compartirlo con sus nietos, en colegios para abordar ciertas emociones en el aula ya que también hay un capítulo sobre el bullying. Y muchas madres me compartieron que sus hijos o hijas mientras que se les leía el cuento ya comenzaban a incorporar los ejercicios sugeridos, o que empezaban a identificar sus propias emociones, tenían armados sectores en su cuarto como se encuentran en algunos capítulos. Incluso los que son más grandes, según cómo se sentían, buscaban en la biblioteca el libro y se encerraban en su cuarto a leer exclusivamente el capítulo que contiene la emoción que estaban sintiendo en ese día o ese tiempo. También compartió nota de Revista junto a Unicef en el día internacional contra el Bullying de 2024.
—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
—Tengo dos libros más en camino, uno para adultos sobre la depresión, y otro para infanto, más expansivo aún, con un viaje al campo emocional que sea para ellos y para sus padres o tutores también, digamos que será un libro revelador en muchos aspectos.
—Para terminar, te invitamos a elegir la textura que represente a tu libro “Las emociones de Uma”.
—La textura sería cálida, pomposa, con colores desde pasteles a fuertes, con ganas de descubrirla y sentirla, y con distintos aromas que vayan cambiando según cada paso de la mano o de los pies sobre ella.
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