

Entrevistas
Josefina Lamarre: “Sueño un mundo en el que mi hijita pueda desplegar sus alas, compartirse y disfrutar esta magia y este regalo que es la vida”
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca)
Edición: Walter Omar Buffarini //
El arte forma parte de su esencia, como si se tratara de burbujas que se expanden para emerger en momentos oportunos, dispuestas a hablar e interpelarla.
Con paciencia, Josefina Lamarre escucha ese movimiento interno y se deja llevar por una corriente creativa, capaz de pintar la vida con colores justos, de comunicar con su cuerpo emociones escondidas o de alargarse en los dedos de una canción, para enredarse en la voz de su propia música, explorar el mundo y experimentar el encuentro con aquellos que perciben las sutilezas de esos hilos creativos.
En diálogo con ContArte Cultura, la artista se detiene a mirar el camino recorrido para a partir de allí compartir lo que sus pies ya comienzan a caminar.
—Para conocer un poco de vos, comencemos esta entrevista imaginando un gran cuadro en el que se refleja tu imagen. Desde allí, una voz se despierta, como si hubiera estado durmiendo durante mucho tiempo, necesitada de contar una historia, la que se escondía adentro del cuadro, ¿con qué frase comenzaría ese relato que te pertenece y qué melodía se enredaría con esas palabras?
—” Es afán… de cantarle a los cauces del río hablador… sólo afán de quedarme en los puentes a verle pasar… y dejar que se vaya mi voz hasta el mar…. y viajar y viajar y vagar y vagar hasta allá… más allá del allá… y después ascender hasta el cielo en mi voz y gritarle a los vientos llorar en las nubes y llover con la lluvia mi voz. Y al volver a los puentes sin voz, retomar de la risa del río hablador otra voz… balbucearte de nuevo en los puentes mi voz… y dejarte caer otra vez pobre voz… otra vez… voz.
—¿En qué momento sentiste que el arte te atravesaba para manifestarse de diversas formas a través de tu cuerpo?
—Desde pequeña mi mamá me llevaba a ver ballet en Bahía Blanca, en el hermoso Teatro Municipal (cerrado hace meses, lamentablemente). Me asomaba desde el balcón del palco y quedaba totalmente cautivada por esa magia en el escenario. Fue amor a primera vista. Uno de los recuerdos más fuertes que tengo es de cuando bailé por primera vez en ese escenario, a los 8 años. Envuelta en luces y parada con mi tutú rosa frente una inmensidad oscura donde presentía las miradas del público, sentí un vértigo que al día de hoy es lo que me sigue apasionando de estar en escena. ¡Mi cuerpo iba a crear algo ahí mismo!
—¿Cómo lográs entrelazar la música, la danza y la pintura en tus creaciones?
—Mi formación en diversas disciplinas artísticas como la pintura, la performance, el canto, la danza y la actuación hacen que al concebir una canción, por ejemplo, no pueda dejar de ver un paisaje, una puesta en escena, una historia que se cuenta, una atmósfera. Son paisajes sonoros muy cinematográficos. De la misma forma, al actuar tengo una conciencia coreográfica del cuerpo y del espacio. Y siempre la voz busca “melodizarse”.

—¿De qué manera la voz se convierte en un camino de encuentro con tu público?
—La voz cantada fue siempre vehículo de mi emoción y puente hacia el afuera. Tardé en darme cuenta de que era la forma más sincera en la que podía y sabía expresarme. Descubrí que esa sinceridad es indispensable para poder empatizar profundamente con quienes escuchan. Cuando logramos ser canal -ese estado que cualquier artista anhela- se produce un clima sublime de unión con el todo, el verdadero encuentro.
—Como actriz realizaste varios unipersonales y formaste parte de distintas compañías de teatro como “Tres gatos locos”, entre otras, ¿cómo vivís la experiencia de narrar a través del cuerpo y la palabra? ¿Cuál es la obra que interpretaste y que todavía vibra en tu piel?
—Actuar, ser actriz, nunca fue un deseo concreto, sino que en mi búsqueda por enriquecerme en los lenguajes escénicos, indagué en la actuación y descubrí cosas que me maravillaron y me produjeron mucho crecimiento, revelación y felicidad. Una de esas experiencias fue a través de un personaje que inventé basado en la novela Hasta no verte, Jesús mío de Elena Poniatowska: Sara Camacho era una mujer mexicana en plena revolución zapatista, muy maltratada por su marido, al que siguió a escondidas para comprobar si la engañaba y, debatiéndose entre el amor y el despecho, le dispara y lo mata. Era un personaje entrañable porque tenía un humor muy sencillo, portador de verdad. Y pasaba de lo cómico a lo trágico, cantando. Con ese unipersonal, viajé a Colombia y México y sentí fuertemente despersonalizarme, olvidarme completamente de mí. Le tengo muchísimo cariño.
—Sos cofundadora del Colectivo Artístico Fin de UN MundO, ¿qué cosas los unieron y que actividades llevan adelante?
—Con la compañía Tres Gatos Locos realizamos una convocatoria abierta a todo el mundo para llevar adelante una acción artística en la calle el 12 de octubre de 2012. Ya la habíamos realizado en otros países y esa vez nos encontró en el nuestro, así que la quisimos replicar. El texto era de Liliana Bodoc -quien también participó actuando- y representaba la invasión del continente americano y el choque de culturas. La experiencia del proceso de ensayos y de creación colectiva, más la potencia ritual de la acción, generaron algo único, mágico, y fue tan poderoso que quisimos seguir creando y saliendo a la calle. Así nació el Colectivo FindeUNmundO (ese año era el “fin del mundo” en la profecía maya), con la afirmación de que Otro mundo es posible si lo hacemos posible. Desde entonces, seguimos creciendo y aprendiendo en grupalidad, creando acciones a partir de lo que nos atraviesa. La acción más grande que venimos sosteniendo, es la que realizamos para la Marcha del 24 de marzo, en la que hemos llegado a ser 250 personas bailando. También creamos a los PROmbis, al troll OAMA, y varias acciones feministas como Perras, Canillitas feministas, Jugamos en el bosque, Acción mutante, entre otras, algunas de ellas creadas especialmente para los Encuentros Plurinacionales de Mujeres y Disidencias.
Ciclo “Lo personal es político” “Canillitas Feministas” FindeUNmundO
—Contanos qué es IDILIO Grupa, quiénes lo constituyen y en qué están trabajando por estos días.
—Con Malala Valentini, Miranda Carrete y Ana Echeverría, cuatro amigas y compañeras que integramos FindeUnmundO, creamos IDILIO Grupa, un espacio de experimentación y producción de contenidos feministas con el que llevamos adelante el ciclo “Lo personal es político” durante 2018 y 2019 en el teatro bar Hasta Trilce. Con este ciclo buscamos visibilizar los recorridos de mujeres y disidencias que nos resultan referentes en algún sentido, para dar cuenta de cómo nuestras decisiones personales tienen resonancias políticas e inciden en la trama social, creando horizontes emancipatorios. Lo hacemos a partir del cruce de lenguajes, generando duplas donde invitamos a alguien del campo teórico, del periodismo, de la militancia, entre otros, y a alguien de la música, que dialogan a partir de un guión que elaboramos en conjunto y que sirve de estructura para que luego se de en escena algo único e irrepetible. Han participado Paula Maffia, Marie Bardet, Ana Cacopardo, Malena D’Alessio, Claudia Korol, Luciana Jury, Colectivo YoNOFui, Radialistas Feministas, Marce Flores, Vicky Barker en 2018, y este año Vanesa Orieta, Tita Print, Marlene Wayar, Paula Garnier, Alex, Mariana Komiseroff, Sofía Viola y Esther Díaz. Son experiencias muy movilizantes que dejan muchos aprendizajes para todas y todos. Actualmente estamos en proceso de pre producción de la edición 2020 y elaborando nuevos contenidos posibles, siempre teniendo como eje y protagonista al arte como potencia transformadora.

—En la actualidad formas parte del duo SAHÚMO, junto al cantautor Luis Sticco, ¿cómo surge este ensamble musical, qué es lo que los identifica y cómo dan vida a sus canciones?
—Actualmente integro en SAHÚMO, un proyecto musical que creamos con Luis Sticco a partir de haber trabajado juntos haciendo la música para la acción del 24 de marzo del colectivo FindeUnmundO. Descubrimos que teníamos afinidad en nuestra sensibilidad musical y que nos podíamos complementar mucho. Luis es cantautor y yo me dedico a “descomponer” canciones. A lo largo de los tres años que venimos trabajando, fuimos descubriendo un estilo propio, un sonido propio, y entendiendo cómo profundizarlo. Si bien me acompaño con el piano, mi instrumento principal es la voz y concibo lo musical muy en relación a los paisajes sonoros que puedo generar con ella. Luis toca guitarras y bajo y también canta, y hemos ido encontrando cierta identidad que va desde la base de un nuevo folklore latinoamericano a codearse con la fuerza del rock y los colores del jazz y del blues. Cuando nos escuchan reconocen que se trata de un estilo muy particular, que por suerte, gusta mucho.

—¿Qué proyectos burbujean en tu interior por estos días?
—Por estos días, con SAHÚMO tendremos el placer de compartir una hermosa fecha el jueves 31 de octubre en El emergente Polo Cultural 1040 (Acuña de Figueroa 1040) junto a Pasa la rompiente y Leva. Nos encanta pulsar en red y crear lazos a partir de la música, y esta será una hermosa oportunidad de seguir en ese camino. La entrada es muy accesible ($150) y pueden pedirnos anticipadas a $100 con descuento en la barra. Una ocasión única para conocer bandas emergentes con propuestas musicales muy interesantes, encontrarse y celebrarnos.
—Volviendo al cuadro del principio, si tuvieras que guardar en esa imagen un sueño, ¿cuál sería?
—Un sueño que reposa activamente, como una semilla que va a brotar pronto, es el de crear entre todas y todos un mundo sin fronteras, donde podamos elegir cómo queremos vivir, donde podamos ser sin etiquetas ni cepos, donde podamos circular libremente y no haya privilegios. En el que la infancia sea la etapa más importante y se la respete y acompañe con amor. Un mundo en el que mi hijita pueda desplegar sus alas, compartirse y disfrutar esta magia y este regalo que es la vida.

Entrevistas
En primera persona: Nair Libonatti, escritora
La artista uruguaya habla de ella misma, de cómo llegó a la escritura y de su obra

Sobre sí misma y su arte
Soy Nair Libonatti, mujer uruguaya de 69 años. Toda mi vida supe que podía escribir, sin embargo, al plasmar mis ideas en una hoja, el resultado no me era grato y terminaba rompiendo.
En el año 2019 una amiga me invitó a “algo” literario y fui. Resultó ser un taller y fue ahí donde comencé a escribir.
Pocos meses después llegó la pandemia, entonces, buscando recursos para mi nuevo despertar, entré en un grupo argentino de Facebook. En él compartíamos textos y comentábamos.
Un buen día me invitaron a participar en el Mundial de Escritura, al principio me parecía inalcanzable hasta que me animé y la experiencia resultó maravillosa.
Sobre su obra
He escrito algunos libros: “Historias del Caldero”, en conjunto con dos amigas, “Constelaciones”, libro que va por su segunda edición y “El Pata de Bolsa y otros relatos”. Estos dos últimos están presentes en la 49a Feria del Libro de Buenos Aires, en el stand de Uruguay.



Sobre “Constelaciones” puedo decir que es un libro fuerte, con historias bastante movilizadoras, es un intento de visibilizar algunas circunstancias. “El Pata de Bolsa” es en tono más humorístico, un poco más distendido y coloquial.
Son libros de cuentos cortos, escritos individualmente y luego seleccionados para cada uno de los libros.
Su actualidad

Actualmente integro el taller “Ratones de biblioteca”, que funciona en la Casa de la Cultura de Minas, Uruguay, y algunas compañeras me acompañaron a la Feria del Libro de Buenos Aires.
Nair Libonatti junto a Andrea Viveca Sanz, de Contarte Cultura, en la 49º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires
Entrevistas
Aguirre–Rodríguez: “El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros”

Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
Es un viaje dentro de otros, un movimiento sutil, la música desperezándose en gotas de rocío, notas evaporadas sobre las aves del campo, es el vuelo hacia el espacio urbano, un recorrido temporal. Es antes y después. Es ahora y siempre, una melodía que llega desde lejos, de otras patrias, del mismo viento que corre y desparrama en el lugar justo y en el instante oportuno.
“Del Buen Ayre”, el próximo espectáculo y disco del dúo platense Aguirre–Rodríguez es un viaje por el tiempo y por distintos espacios, una relectura en modo actual de la música rural bonaerense.
Contarte Cultura charló con sus integrantes, Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez para que nos cuenten acerca de ese caminar que la canción propone.
—Porque los espacios y las cosas que forman parte de ellos suelen hablar de quienes los habitan, nos gustaría comenzar esta charla deteniéndonos en su lugar de trabajo, en el espacio creativo de su música y en los objetos que los rodean en este momento. Si pudieran elegir un rincón o un objeto, el que mejor los represente como dúo y nos cuente algo de ustedes, ¿Cuál sería?
—El lugar, nuestra casa, y el rincón nuestra sala, en la que se va gestando todo el resultado final de lo que hacemos como músicos. Creo que estos espacios hablan de nosotros y de nuestra manera de entender la realidad y el arte.
—Y desde ese espacio viajamos en el tiempo, ¿cómo y cuándo se encuentran Cynthia Aguirre y Alejandro Rodríguez en el camino de la música para dar comienzo al dúo Aguirre–Rodríguez?
—Nos encontramos en la escuela de arte de la ciudad de Berisso, hace muchísimos años, en situación de alumna y profesor, pero rápidamente comenzamos a compartir producciones por fuera de la escuela. Con los años volvimos a encontrarnos, ya específicamente en el terreno del tango con la orquesta Los inmigrantes en el año 2005. Cuando el tiempo de la orquesta se terminó, continuamos en dúo.


—¿Cómo fueron esos comienzos?
—Fue un muy hermoso comienzo, pero rápidamente el dúo se fundió dentro de un cuarteto que con el tiempo se convirtió en sexteto de tango. Me refiero a Tangor. Con esa agrupación trabajamos durante más de 10 años. Por otro lado, Cynthia participaba como invitada permanente en el grupo La Sonora, proyecto que venía caminando desde el año 1989.
—Como decías, con el correr de los años el tango se instaló entre ustedes, ¿qué cosas los llevaron a explorar en este género que nos representa?
—El tango siempre estuvo como lengua principal en nosotros. Como una especie de lengua madre. Rastrear el porqué de esto es complicado, creo que tiene que ver con nuestras historias personales y la idiosincrasia de nuestras familias de origen. Lo que es claro es que ha sido fundacional en nuestro vínculo con la música. Nuestra mirada como habitantes de este tiempo siempre nos llevó a buscar puentes entre el tango, otras músicas y otros conceptos artísticos.
—¿De qué manera llega el primer disco “Mundo Tango”, grabado en 2011?
—Ganamos un premio a la Producción Fonográfica del FNA (Fondo Nacional de las Artes) y generamos nuestro primer CD. En ese entonces, si bien el CD se llamó Mundo Tango, abarcamos otros lenguajes musicales, algunas cosas del folclore y canciones provenientes de la cantera del rock.
—Por estos días están en proceso de grabación de su segundo disco “Del Buen Ayre”, ¿qué recorridos espacio-temporales tuvieron que hacer para dar vida a los temas que forman parte de esta obra?
En Mundo Tango nos referimos a una idea acerca del tango, como un estado del ser que no solo aparece en esta región del mundo (por algo el tango impacta como impacta en todo el globo). Aquí nos referimos más a la génesis de este género y la música de la provincia de Buenos Aires. Este nuevo trabajo propone un recorrido desde la música campera de principio de siglo XX (El Gardel Gaucho, pasando por compositores icónicos de ese lenguaje como Omar Moreno Palacios) para adentrarse en el tango clásico de la época de oro y llegar hasta composiciones actuales que revitalizan el género. También este trabajo, a diferencia del otro, está estructurado por un material que fue ampliamente mostrado y fogueado. Es música que hemos tocado mucho en vivo y está planteado desde esa impronta. Los arreglos, si es que los hay, fueron construyéndose a lo largo del tiempo y de las distintas actuaciones. Los músicos invitados jugaron en ese mismo tono también. Se les envió un cifrado y una grabación como referencia, pero el armado de los distintos temas se resolvió en el estudio, mientras Manzana Ibarrart (gran amigo y comandante del Estudio Sonosfera) montaba los mics y seteaba todo. Luego se eligieron las mejores tres tomas de cada tema. El resultado tiene un aroma a “trazos sueltos” que nos encanta en lo particular.
—Sin dudas se trata de un viaje a través de la música, ¿cuál es el aroma que elegirían para simbolizar a este álbum?
—El múltiple aroma de los viajes…si bien es un CD local en cuanto al repertorio, es bastante global en tanto a que lo que suena proviene de muchísimas fuentes y no solo de la tanguera. Lo hemos tocado tanto en tantos países diferentes, que para nosotros tendría ese olor a viaje, a aeropuerto, a trenes.
—El 3 de agosto estarán presentando este disco en La Salamanca, un reconocido espacio cultural platense, ¿qué podrán disfrutar esa noche quienes se acerquen a compartir su música?
—Haremos algunos de los temas de nuestro espectáculo Del Buen Ayre, como antesala al espectáculo Filogenia de Victoria Moran y el Dúo Puentes Reyes.
—Mencionás que ese día estarán acompañados por la cantante Victoria Morán, entonces la pregunta va para ella. Victoria, ¿Cómo nace “Filogenia”, ese recopilatorio de obras de música popular argentina? Contanos quiénes serán parte de ese recorrido el 3 de agosto y qué sentís al compartir noche con el Dúo Aguirre-Rodríguez.
9- Filogenia surge de la necesidad de contar nuestro ADN musical a través de las canciones que nos definen. Es una suerte de viaje musical hacia la fuente, hacia la memoria imperecedera que une un recuerdo con otro. Este espectáculo viene a despertarnos la fibra sensible con canciones que nos nombran, enlazando a Homero Manzi con Víctor Heredia, al Cuchi con Fito, a los que fuimos con los que somos. El compartir con compañeros y compañeras músicos y músicas siempre es una alegría, y en este caso será además una sorpresa para el dúo Puentes-Reyes y yo, porque jamás nos hemos cruzado en un escenario y esperamos anhelantes ese ida y vuelta mágico que siempre augura la música compartida.
—Para terminar, ¿cuál es el próximo destino de la música que los mueve?
—Tenemos por delante algunas fechas en nuestra ciudad, como el próximo 29 de agosto, día en el que estaremos compartiendo escenario junto al cantor Carlos Cabrera en el Café Metro. Octubre nos encuentra realizando nuestra segunda gira europea, con conciertos en países como Italia, Francia, España y Portugal. A nuestro regreso estaremos presentando oficialmente nuestro álbum Del Buen Ayre, con la participación de los músicos que fueron parte de la grabación.
Entrevistas
Celina Cocimano y ‘El juego de las emociones de Uma’: “Un libro que pide gran compromiso de los adultos”

Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
Todo gira, se mueve en una circularidad compartida. Las emociones suben y bajan, cuelgan de nuestros cuerpos, se desprenden como hojas secas. Regresan, son brotes, transformados en otra cosa.
Celina Cocimano es terapeuta emocional y a partir de sus vivencias y de su trabajo de muchos años necesitó dejar huellas, sembrar palabras para que germinen a través de sus libros.
“El juego de las emociones de Uma”, su último libro, está dedicado a las infancias. A través del juego logra acercarse a los territorios del miedo, de la ansiedad o de la frustración para atravesarlos.
ContArte Cultura charló con ella para conocer las rutas que la llevaron a indagar en ese universo.
—Las emociones forman parte de nuestras vidas, van y vienen, se mueven y nos movemos con ellas. Por eso, para comenzar y a modo de presentación, nos gustaría que elijas al menos tres emociones que te atravesaron al momento de escribir tu último libro y que a cada una de ellas les otorgues un sabor o un aroma.
- Frustración, sabor a cebolla
- Ansiedad, aroma a menta
- Alegría, aroma a vainilla
—Y ya instalados en esa imagen, vayamos a tus comienzos, ¿qué vivencias te llevaron a transitar el camino de la terapia emocional?
—La insatisfacción personal, haberme descubierto cómo estafadora de mi propia vida, creando personalidades adquiridas para moldearme al gusto de la mirada ajena, siempre con esa sed emocional de ser alguien para los demás, ser aceptada, reconocida, querida y encantar a todos. Mientras estudiaba para contadora, sentí un apagón emocional, la apatía era mi única compañera en esos tiempos, hasta que mi cuerpo también “habló” con un síntoma muy sentido. Empezaba a hacerme pis por las noches siendo ya grande, más adelante entendí que eso sucedía en cada hogar o lugar donde me sentía a gusto, de esa manera, “intentaba” aferrarme a algún territorio, sentirlo al menos, por momentos, un lugar donde era yo. Como los animales que marcan su territorio orinando sobre él. Eso era lo que faltaba para que mi vida se vistiera de insatisfacción y cambie totalmente de rumbo, mejor dicho, empiece a vivir y dejar de aparentar lo que mis vacíos necesitaban cubrir.
—Seguramente al ir recorriendo ese camino fue necesario dejar huellas y de esa manera llegaron los libros, ¿cómo vivís la experiencia de escribir para que las palabras sean instrumento de sanación?
—Mi primer libro, “Despierta”, nació como algo catártico de la etapa que comenté anteriormente. Aún no sabía qué era lo que estaba viviendo y, sinceramente, pensaba que me moría por esos tiempos, entonces empecé a escribir cómo fue ese tránsito a mí destrucción de las corazas hacia mi reconstrucción emocional. Después, al compartir mi vivencia con muchas personas, me di cuenta que varios pasamos por ciertos procesos similares, por lo que se me ocurrió darle forma de libro y agregar reflexiones y ejercicios terapéuticos y de autogestión emocional. Los otros 3 -“Diamantes”, “Rotas”, y “El juego de las emociones de Uma”-, fueron pensados basándose en las historias que atiendo y buscando dejarle una “biblioteca” de recursos emocionales a mi hija para cuando sea más grande y, a las personas, que encuentren en estos libros, escrito en palabras, el propio sentir descarnado y sin filtro de las emociones que abordo en cada uno de ellos y luego, ofrecerles dinámicas, reflexiones, ejercicios para que encuentren en ellos formas de transitar el campo emocional sin tanto dolor y con valentía.
—Si pudieras resumir en una palabra el espíritu de cada uno de tus libros, ¿cuáles serían?
- Despierta: Integridad
- Diamantes: Osadía
- Rotas: Coraje
- El juego de las emociones de Uma: Autenticidad
—Tu último libro, “El juego de las emociones de Uma”, transita los paisajes de la infancia con todas sus gamas de colores, ¿cuál o cuáles fueron los disparadores de esta historia?
—Mi hija, a los 8 años, comenzó a transitar por un tiempo la conocida “Crisis de ansiedad y angustia”. Yo me opuse a que esté medicada siendo tan pequeña, y desde mi saber en el campo emocional de los adultos, junto a una gran observación sobre ella y sus crisis, se me ocurrió trabajar juntas para buscar soluciones a su sentir. Buscamos opciones en el juego infantil, en la creatividad, desarrollando distintos escenarios, armando una rutina de ejercicios y, sobre todo, busqué acercarla a la autogestión emocional. Así fue que se me ocurrió compartir cada ejercicio que funcionó en ella en este cuento, que no solo tiene el fin de que los niños empiecen a desarrollar desde pequeña edad sus propias respuestas emocionales ante cierta situaciones, sino que es un libro que pide gran compromiso de los adultos que acompañan al niño, y esa compañía, con el estar, el hablar su idioma, mejorar la calidad del vínculo, validar sus emociones, respetarlos y comunicarse con ellos, es lo que hace casi la mayor magia del trabajo de fortalecimiento emocional.
—Y justamente, a partir de tus propias vivencias decidiste contar desde el juego y desde las imágenes. Explicanos cómo fue el proceso de elegir esas duplas emocionales sobre las que querías hablar.
—Busqué las que a su edad son dentro de todo fáciles de interpretar, como decimos los adultos: de “etiquetar”. Son parte de las emociones primarias y la dupla fue pensada para dejarles el mensaje de que no son ni buenas ni malas, simplemente son y cada una es mensajera de un sentir, una acción a llevar a cabo y una particular respuesta emocional. También al ponerlas en duplas, cuando ellos/as sientan, por ejemplo, tristeza además de procesarla en todo su ser, sepan que pueden aprender a transportarla en alegría, ir de la ansiedad a la calma. Es decir, que conozcan cuál es la emoción que se necesita para equilibrar una con otra.
—Las semillas del libro fueron plantadas, ¿creés que tus palabras ya comenzaron a germinar y son brotes en los lectores?
—Sorprendentemente sí. Como comenté, yo me dedico a adultos no a infanto, y este libro que se publicó en abril del 2024 ya se está imprimiendo la segunda edición. Lo han comprado mucho abuelas y abuelos para compartirlo con sus nietos, en colegios para abordar ciertas emociones en el aula ya que también hay un capítulo sobre el bullying. Y muchas madres me compartieron que sus hijos o hijas mientras que se les leía el cuento ya comenzaban a incorporar los ejercicios sugeridos, o que empezaban a identificar sus propias emociones, tenían armados sectores en su cuarto como se encuentran en algunos capítulos. Incluso los que son más grandes, según cómo se sentían, buscaban en la biblioteca el libro y se encerraban en su cuarto a leer exclusivamente el capítulo que contiene la emoción que estaban sintiendo en ese día o ese tiempo. También compartió nota de Revista junto a Unicef en el día internacional contra el Bullying de 2024.
—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
—Tengo dos libros más en camino, uno para adultos sobre la depresión, y otro para infanto, más expansivo aún, con un viaje al campo emocional que sea para ellos y para sus padres o tutores también, digamos que será un libro revelador en muchos aspectos.
—Para terminar, te invitamos a elegir la textura que represente a tu libro “Las emociones de Uma”.
—La textura sería cálida, pomposa, con colores desde pasteles a fuertes, con ganas de descubrirla y sentirla, y con distintos aromas que vayan cambiando según cada paso de la mano o de los pies sobre ella.
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