

Artes Plásticas
Ana Inés Castelli: “Me gusta entusiasmarme con cada material por el rato que pueda durar ese entusiasmo”
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
La tinta corre, son gotas oscuras en los bordes de una página, palabras como flechas que se desbordan en ríos misteriosos, son agua que fluye en la tinta, son patas. Y alas, recuerdos atrapados en los márgenes, voces que sueltan preguntas sin respuestas en los ángulos de la página.
Ana Inés Castelli, es diseñadora en Comunicación Visual y artista plástica, en sus obras algo se mueve, se sale del cauce de lo esperable y fluye para interpelar a quienes se sumergen en las aguas de su lenguaje visual.
En diálogo con ContArte Cultura, la ilustradora muestra sus creaciones y cuenta acerca de su recorrido en el mundo del arte.

—Un bolígrafo es el objeto que da comienzo a esta charla a la distancia. Las palabras de tinta se apresuran a salir, van cayendo desde su boca metálica, frescas. Y en el camino, ese espacio imaginario que nos conecta, se unen para formar una frase. ¿Cómo imaginaste esta escena? ¿De qué manera viste el bolígrafo? ¿Cuáles fueron las palabras que viste caer? ¿Y la frase? ¿Qué nos pueden contar de vos todas estas imágenes?
—Un bolígrafo entra en escena como una idea, una posibilidad, una provocación que se cruza con una acción. En este caso, mutando a píxeles y bits. En esa fusión se abre el diálogo. Intentaré ser parte de la conversación jugando a escuchar la voz que está detrás de cada pregunta escrita. Quizá encuentre una chispa. Esa luz podría alcanzar para encender una imagen.
—Vayamos con la tinta hacia tu infancia, ¿creés que es allí, entre garabatos y palabras dibujadas, donde nació tu interés por el arte?
—No recuerdo un momento inicial. La música, el cine, la literatura, el dibujo, eran parte de mi vida familiar. No porque hubiera un interés especial en nutrirnos del arte, sino que esas experiencias artísticas formaban parte de nuestro cotidiano. Luego también, hacíamos algunas visitas frecuentes a exposiciones de artes plásticas o decorativas, en museos municipales, o salidas esporádicas al teatro. Había un repertorio de propuestas artísticas que nos permitían conectar con diferentes emociones de nuestra vida y nos ofrecían diversas miradas de las cosas. Me cuentan, recuerdo, un tiempo sin reloj en esas vivencias. Todo eso como estímulo, baúl de curiosidades que junto con otras experiencias del mundo se volcaban hacia los dibujos, los juegos, las invenciones, los ratos de dejarse acompañar por la soledad, errar por las derivas de la imaginación. En continuidades e interrupciones. Los espacios de silencio (visual, sonoro) fueron igualmente importantes para poder deglutir, degustar, crear y recrear.
—¿Qué es lo que más te gusta comunicar a través del lenguaje visual? ¿Es posible “escuchar”, “oler” o “saborear” a través de una imagen?
—Aunque no siempre tengo intenciones previas de comunicar algo con el lenguaje visual, podría arriesgar que hay una constante relacionada con el extrañamiento, los sueños, los límites imprecisos entre lo real e irreal, el territorio de la fantasía. También una inquietud orientada hacia el mundo animal, los bichos, incluyendo a la humanidad en esta categoría. Y alguna recurrencia con ciertos temas de la infancia: las miniaturas, los juguetes, o seres supuestamente inanimados que cobran vida. Tengo tendencia a deambular entre preguntas más que en certezas. Se trata de una forma de aproximación. Aun cuando tenga posiciones firmes respecto de ciertos tópicos, situaciones, actitudes. Cuando hay algo que intento decir, ya sea por necesidades de expresión personales o porque tengo un encargo de dibujo, diseño o ilustración, lo veo como un problema por resolver en términos de imagen. Debo construir un puente entre eso que pienso, interpreto, siento, y los otros y las otras. Elijo las herramientas que entiendo me ayudarán mejor en esa construcción. Y busco claves no solo en lo visual. Puede haber aromas, sabores, sonidos, que me sugieren un camino porque evocan en mí un recuerdo, activan una secuencia de asociaciones. Si luego ese registro se hace evidente en la mirada de las y los demás, en sus lecturas de esa imagen, eso ya no depende de mí. Pero sería lindo poder proponer con una imagen encuentros que involucren otros sentidos, por fuera de lo estrictamente visual.




—¿De qué manera lográs la circulación de las palabras a través de tus ilustraciones? ¿Cómo se funden los textos a tus imágenes?
—No pasa siempre igual. Muchas veces son las imágenes las que hablan. Por momentos está claro, es una frase o una palabra precisa que se pone en conversación directa con lo que está dibujado en el papel. Otras veces es como un rumor, un susurro, algo dicho al oído. Quizá que hasta se parezca un poco al teléfono descompuesto. Aparece la palabra como juguete. No hay un orden fijo, no tengo un método ordenado en el que sé dónde buscar exactamente, ni en que estante, cajoncito o carpeta encontraré algo. Ocurre incluso que estoy leyendo o escribiendo un texto, y pienso en imágenes. Las reglas del juego varían, funcionan a la inversa, hacen zig zag, saltos, movimientos coordinados, disloques, deslizamientos. Hay ciertamente intención, caos e intuición en el proceso. El tiempo también es importante. Otorga espacio para que una imagen o texto adquieran un grado de nitidez y puedan encontrar sentidos. En retrospectiva veo mejor los caminos, el mapa que se fue trazando para cada conjunto en particular. Tomando distancia, comprendo mejor lo que se armó entre ambas.

—¿Con qué técnicas y materiales trabajás habitualmente?
—Me gusta probar continuamente materiales. Puedo usar acuarelas, tintas al agua o al alcohol, grafito, diferentes tipos de papeles, lápices policromos, crayones, tizas acuarelables, pasteles, carbonillas, fibras, herramientas digitales, armar mis propios sellos, acrílicos, témperas, tintas gráficas, hilos y telas, stencil. Uso todo con bastante desparpajo, los mezclo, no soy purista ni especialista en ninguna técnica. Me gusta entusiasmarme con cada material por el rato que pueda durar ese entusiasmo.
—Tus obras reflejan libertad en la interpretación de cada cosa representada, ¿cuál suele ser el punto de partida para despertar tu imaginación?
—El punto de inicio proviene de diferentes lugares, sonidos, colores, alguna conversación, un libro que estoy leyendo, obras de artistas que me hayan provocado un pensamiento o una emoción, algo que anoté en un papel, un pájaro que se detiene en la ventana, una fila de hormigas que pasa por la pared, un sueño, juntarme a dibujar con mis sobrinas, pintar con mi hijo… Soy bastante propensa a la distracción así como a la abstracción. Trato de estar consciente y a la vez perderme en lo que estoy haciendo. Como pasear un poco distraída pero atenta a lo que sucede a mi alrededor. Cuando encuentro algo que me estimula y puede entablar relación con una imagen o un texto, lo sigo e intento ver qué sucede con eso. Como soy inquieta, también me documento, investigo, me hago preguntas, invento respuestas o hipótesis a través de notas, dibujos, garabatos, conclusiones. Por otra parte, no sé si llamaría obra a todo artefacto visual que he realizado. Me cuesta definirlo. En todo caso, si adquiere carácter o cuerpo de obra, lo hará mucho tiempo después. Al principio, todo lo que podría devenir obra y todo lo que no, son ejercicios de la imaginación.



—Contanos cómo es el proceso que llevás adelante con los autores de los textos que ilustrás para llegar a un diálogo entre palabras e imágenes.
—Bueno, depende del vínculo que establezco con cada persona con la que trabajo. Intento que sea un intercambio. Si hay un texto previo hago una lectura activa en la que interpreto, pregunto, propongo, desde lo que a mí me toca, que es la imagen. También hay escritoras y escritores que han dado una voz literaria a dibujos que tenía previamente hechos. Aunque no tengo siempre posibilidades de conocer a las y los autores de los textos que he ilustrado, ya que a veces el trabajo es mediado por un editor o una editora. El diálogo con quien escribió el texto es entonces imaginario. No es muy diferente de lo que sucede cuando leo. Me abandono un poco al mundo que me propone el libro, trato de entrar por ese portal que son las páginas. Me comprometo con un papel, dentro de la obra integral que supone un libro ilustrado.
—Hablanos acerca del “no taller” en el que es posible dibujar sin rumbo.
—La propuesta del no taller tiene como argumento el juego a través de los lenguajes visuales, la poesía, el intercambio de ideas, la escritura. Vamos haciendo pie en diferentes zonas del dibujo, el diseño, la escultura, la pintura, la música, y desde consignas que funcionan como disparadores intentamos hacer ejercicios plásticos, reflexiones visuales. El dibujo como zona lúdica y a la vez de conocimiento. Sin rumbo, porque no trazamos coordenadas previas, vamos haciendo un recorrido visual a medida que damos un paso, tomamos una curva, un desvío, circuitos paralelos.
—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
—Estoy trabajando con las ilustraciones y los textos de un proyecto personal. Algunas de las imágenes que lo componen fueron seleccionadas este año como finalistas en la Feria Internacional de Bolonia. Al mismo tiempo, estoy realizando el diseño de piezas gráficas que serán parte de un proyecto de formación que está llevando adelante la Biblioteca Popular “La Chicharra”, en el marco del programa Puntos de Cultura. Seguiremos por un tiempo más con los encuentros de los sábados por la mañana en Esto no es un taller, en formato online, a través de el hormiguero – espacio cultural. Participo activamente de ADA (Asociación de Dibujantes de Argentina). Recientemente he realizado las ilustraciones para una libreta literaria que será publicada por la editorial Alma (Barcelona). También me encuentro proyectando un taller de artes plásticas para niños y niñas dentro de los próximos meses, en el marco del programa Cultura Solidaria a través del apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación. Y espero, en breve, poder contarles más sobre la publicación de un nuevo libro que hemos realizado en coautoría con la escritora Andrea Braverman.
—Para terminar, y volviendo a nuestro bolígrafo de la primera pregunta, te invitamos a escribir una palabra como un deseo.
—Pensar lo que se dice, hacer lo que se piensa.

Artes Plásticas
La historia de cómo detectaron en Mar del Plata un cuadro robado por los nazis

Un cuadro del siglo XVII, colgado en la sala de una casa de Mar del Plata, abrió un expediente judicial y revivió una historia enterrada por décadas. Se trata de “Retrato de una dama”, del pintor italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743), parte de la prestigiosa colección del marchante judío neerlandés Jacques Goudstikker. La obra fue saqueada en 1940 por el régimen nazi y terminó en manos de Friedrich Gustav Kadgien, funcionario cercano a Hermann Göring, que vivió en Argentina hasta su muerte en 1978.
El hallazgo fue revelado por el diario neerlandés Algemeen Dagblad, que detectó la pintura en las fotos de un aviso inmobiliario publicado en un portal argentino. Una de las hijas de Kadgien había puesto a la venta su casa en el barrio Parque Luro de la ciudad balnearia. En las imágenes, sobre un sillón del living, se distinguía el retrato desaparecido desde hacía más de 80 años.
La alerta llegó a la Justicia federal a través de Interpol y la Aduana. El fiscal Carlos Martínez, a cargo del caso, ordenó un allanamiento en el domicilio identificado como residencia fiscal de Patricia Kadgien, empresaria textil de 59 años. La Policía Federal secuestró armas, celulares y láminas, entre ellas una serie vinculada a una exposición de Henri Matisse en los años 40, pero el cuadro de Ghislandi ya no estaba. La principal hipótesis es que fue retirado de la vivienda tras la publicación de las imágenes.
La investigación busca determinar si la actual poseedora puede ser imputada por encubrimiento de contrabando. Paralelamente, la Agencia de Patrimonio Cultural de los Países Bajos reclama la restitución de la pintura a los herederos de Goudstikker, que durante más de ocho décadas rastrearon la colección saqueada por los nazis.
Jacques Goudstikker fue uno de los principales galeristas de Ámsterdam. Tras la invasión alemana de 1940 intentó huir con su familia a Nueva York, pero murió durante el viaje en barco. En su galería quedaron más de 1.100 obras, documentadas en un inventario. Esa colección fue liquidada a precios irrisorios entre altos jerarcas del Tercer Reich. Uno de ellos fue Göring, comandante de la Luftwaffe, y otro habría sido Kadgien, conocido como “el mago de las finanzas” del nazismo.
Nacido en Elberfeld en 1907, Kadgien había ingresado al Partido Nazi en 1932 y a la SS en 1935. Como experto en divisas, ocupó un lugar clave en la Oficina del Plan Cuatrienal que dirigía Göring. Desde allí articuló redes de empresas pantalla en Suiza para mover oro, diamantes y obras de arte robadas a judíos y opositores. Cuando la guerra llegaba a su fin, huyó a Suiza y luego a Brasil, hasta instalarse definitivamente en Argentina. Se radicó en Buenos Aires, fundó empresas y vivió sin ser molestado hasta su muerte, en 1978, sepultado en el cementerio alemán de la ciudad.
El destino de la fortuna de Kadgien sigue siendo un misterio. Investigadores europeos sospechan que controlaba entre 1.000 y 3.000 millones de Reichsmark ocultos en cuentas suizas. Su paso por Sudamérica incluyó negocios en Brasil y vínculos con empresas alemanas en la región, además de contactos con la administración de Juan Domingo Perón.
La aparición del cuadro en Mar del Plata reavivó la sombra de ese pasado. Según el corresponsal del Algemeen Dagblad, Peter Schouten, el rastreo de las hijas de Kadgien llevó años. Ellas nunca respondieron a las consultas sobre el origen de las piezas. Solo un descuido –las fotos de la inmobiliaria Robles Casas & Campos– permitió localizar el “Retrato de una dama”. El aviso fue retirado inmediatamente después de la publicación de la investigación.
En paralelo, se detectó que otra pintura desaparecida, atribuida al artista holandés Abraham Mignon, podría estar también en manos de la familia. Una de las hijas de Kadgien la habría mostrado en sus redes sociales, según el mismo diario.
El fiscal Martínez espera definir si imputa a Patricia Kadgien, mientras Interpol mantiene alertas nacionales e internacionales para impedir que el cuadro salga del país. En Europa, los herederos de Goudstikker insisten en que la restitución es un paso necesario para reparar una parte del saqueo cultural más grande de la historia moderna.
El caso demuestra que, 80 años después, los ecos del expolio nazi siguen resonando en lugares tan lejanos como una tranquila residencia marplatense. El “Retrato de una dama” continúa desaparecido, pero su historia volvió a la luz, recordando que detrás de cada obra de arte saqueada permanece una deuda de memoria y justicia.
Artes Plásticas
Dos nuevas exposiciones en la Casa Nacional del Bicentenario

La Casa Nacional del Bicentenario invitó a la inauguración de dos exposiciones que celebran la diversidad cultural, el patrimonio fotográfico y la creación artística contemporánea, en el marco de su programación federal.
Una historia sobre la luz
Legado y rescate del archivo Foto Martínez
Martes 2 de septiembre a las 18
Curada por Fernando Cocchi y Martín Guillén, esta muestra presenta por primera vez en Buenos Aires el archivo fotográfico de Doroteo y Luis Martínez, dos fotógrafos de General Viamonte que documentaron más de ocho décadas de vida social, política y cultural del centro bonaerense.
El proyecto, impulsado por el Municipio de General Viamonte y el Museo de Arte e Historia de Los Toldos (MAHLT), propone un recorrido visual y documental por más de 80.000 piezas, incluyendo negativos, copias, cámaras, mobiliario y un telón escenográfico pintado a mano de principios del siglo XX, recientemente recuperado. La exposición destaca el rol de los museos en la preservación de la memoria local y el acceso a los bienes culturales.
Se podrá visitar en el Espacio de Arte Nacional (2° piso) hasta el domingo 12 de octubre.
Confluencia
Artistas de todo el país
Miércoles 3 de septiembre a las 18
La Secretaría de Cultura de la Nación, a través de la Red de Casas de la Cultura inaugura “Confluencia”, exhibición que reúne obras de Malcon D’Stefano, Sonia Höger, Nora Pareja, Paula Picciani, Paz Secundini y María Florencia Villanueva, artistas provenientes de diferentes regiones de la Argentina que exploran estéticas emergentes desde diversas escenas provinciales, a través de distintos soportes, como fotografía, pintura o dibujo, que dan cuenta de un recorrido visual y poético por distintos territorios. Un encuentro que enriquece el lazo entre artistas y espectadores, celebra la diversidad cultural y demuestra cómo lo local puede inspirar nuevos sentidos.
La selección de 17 trabajos estuvo a cargo del equipo de la Red de Casas de la Cultura, la Casa Nacional del Bicentenario y de los artistas Leo Mayer y Pepa Figueroa Cuéllar.
La exposición podrá visitarse hasta el domingo 28 de septiembre.
(Fuente: Área de Prensa y Comunicación – Casa Nacional del Bicentenario)
Artes Plásticas
Lanzan el Premio de Pintura Bancor 2025 con premios millonario

El Banco de la Provincia de Córdoba (Bancor) presentó una nueva edición de su prestigioso certamen nacional de artes visuales, que este año otorgará un total de $18.500.000 en premios. La convocatoria, que ya se encuentra abierta, está dirigida a artistas de todo el país en las categorías de pintura y muralismo.
Según supo Noticias Argentinas, el primer premio adquisición para la categoría Pintura será de $4.500.000, mientras que el ganador en Muralismo también recibirá $4.500.000 por su obra, que será ejecutada en un espacio público de la ciudad de Córdoba.
Inscripciones y fechas clave
El Premio de Pintura Bancor, que cumple 18 ediciones consecutivas, se consolidó como el único salón de alcance nacional que se realiza en Córdoba. Los interesados en participar ya pueden presentar sus propuestas.
- Convocatoria: Está abierta para artistas mayores de 18 años de toda la Argentina, de forma individual o colectiva y con temática libre.
- Cierre para Pintura: Las propuestas se reciben hasta el 25 de septiembre de 2025. Las obras seleccionadas se expondrán en diciembre.
- Cierre para Muralismo: Los proyectos inéditos se pueden presentar hasta el 23 de octubre de 2025.
- Información e inscripciones: Para acceder a las bases y condiciones, los artistas pueden ingresar en https://premiopintura.bancor.com.ar. Por consultas, se habilitó el mail premiopintura@bancor.com.ar y la página de Facebook “Premio Pintura Bancor”.
Además de los premios principales, el certamen contempla un segundo y tercer premio de $3 y $2 millones respectivamente para pintura, y tres menciones adquisición de $1.500.000 cada una para artistas jóvenes de hasta 35 años.
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