

Artes Plásticas
Leticia Barbeito: “El papel es un material que se expresa y que posee una potencialidad activa e infinita”
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
Es un reparo, el instante congelado, el aroma que atraviesa el papel y detiene la tormenta, es una voz periférica, el recuerdo que bordea los márgenes de una hoja, se aquieta, es una mancha, una hebra que enreda las palabras, las cose, las une en tramas diversas, son paisajes nuevos, fotos que se tocan por sus vértices, paredes que sostienen, protegen. Adentro es el reparo, afuera llueve.
La artista plástica Leticia Barbeito es quilmeña y está radicada en la ciudad de La Plata, es además fotógrafa y trabaja con diversas técnicas en las que las imágenes se expanden, se proyectan y forman tramas nuevas, nuevos paisajes capaces de contar.
Contarte Cultura charló con ella para conocer y recorrer su espacio creativo y presentar sus últimas creaciones.
—Comencemos esta charla ubicándonos en el centro de una fotografía imaginaria, como si ese espacio fuera un reparo. ¿Cuál es la primera imagen de “reparo” que se te aparece y qué nos puede contar de vos?
—Justamente esa es una pregunta similar a la que hacía como parte de una serie llamada Reparos, que culminó con una exposición en la galería Trémula, llamada “Un proyecto es un reparo”. Sigo afirmando lo que el título de la expo proponía. El paisaje o la “fotografía” puede ir cambiando, pero la constante es esa invención y reinvención de proyectos y si es con otras personas, mucho mejor. Acompaño la respuesta con una de las imágenes de la serie, en la que reflexioné sobre el asunto desde varios lugares diferentes, algunos más formales-figurativos y otros más abstractos o metafóricos. Creo que elijo este reparo un poco abierto, suelto, pero eficiente, construido con tinta serigráfica, que aísla y protege a la forma de esas “gotas” caladas y bordadas.



—¿Cuándo descubriste tu vocación por el arte y su historia?
—Vengo de una familia que no está ligada profesionalmente al arte. Mis padres son veterinarios y mi hermana antropóloga, es decir que hay una matriz más científica y biológica. Sin embargo, mi viejo es un gran lector y mi vieja, y toda su familia, tiene una gran sensibilidad estética. Ella hacía pintura decorativa y en su habitación tenía dos colecciones de libros de divulgación de historia de la pintura del Siglo XX, articuladas bajo esas miradas bien generales, que alimentaban la noción del artista como “genio creador” y con una perspectiva absolutamente eurocéntrica. Recuerdo pasar el tiempo repasando todos los apellidos en los lomos cuando aprendí a leer; después me animé a recorrer el interior de cada libro con mucho detenimiento, con una atracción de la que no era muy consciente. Cuando fui adolescente, me acerqué todavía más a ellos, reproduciendo algunas de las obras en remeras. Localizo como el comienzo, entonces, a ese procedimiento adolescente, analógico y bastante “noventoso” de dedicarle horas a una acción para poder portar, como si fuese una banda, una imagen de Mondrian, Miró o Kandinsky. Es decir, que si lo pienso, mi primer acercamiento al arte tuvo que ver con los libros y con la reproducción de imágenes sobre textiles. Sin embargo, hace muy poco, mientras acomodaban la casa de mi abuela materna, descubrimos que mi bisabuelo era litógrafo del diario La Prensa. No quedó ninguna herramienta, material, ni registro de eso y como era carpintero siempre se dijo que su actividad era otra, por lo cual fue una gran sorpresa hallar la presencia de lo impreso en mi árbol genealógico.
—La fotografía forma parte de muchas de tus creaciones, ¿cómo llegás a ella?
—Lo primero que estudié, cuando era adolescente, fue fotografía. Viví hasta los 18 años en Wilde, Avellaneda, y ésta supo ser una ciudad con una gran presencia fotográfica. Entonces hice un curso extenso de fotografía profesional analógica y ahí comencé a formarme en la elaboración de imágenes. Si bien sigo haciendo algunas fotografías analógicas, no es lo que más domina mi producción pero indudablemente actúa como un cimiento.
—Dentro de las artes plásticas te especializaste en grabado, ¿de qué manera lograste fusionar o expandir la fotografía con esa técnica?
—Considero que la fotografía y el grabado comparten varios principios ontológicos que definen sus prácticas: la noción de huella, el uso de matrices o clichés, la reproducción de originales múltiples, lo impreso, en ocasiones la inscripción lumínica sobre alguna superficie, la imagen revelada en el proceso de producción, inclusive cierto carácter aplazado en la aparición de las visualidades, que es muy distinto a cómo se va construyendo una pintura, entre otros. Todas esas y otras nociones habitan y hasta definen ambos campos, pero al mismo tiempo hay técnicas del grabado que permiten obtener una apariencia fotográfica. En ese sentido, por ejemplo en mi obra, utilizo al photoplate y a las transferencias directas de tóner como técnicas que me permiten construir una forma que dialoga con un registro fotográfico. Intento partir de una mirada transdisciplinaria, que no priorice la pertenencia disciplinar sino las construcciones poéticas, y entonces lo fotográfico y lo gráfico se expanden e hibridan en función de las necesidades de las obras.
—¿Con qué materiales y técnicas te sentís más cómoda a la hora de crear?
—Si bien no suelo partir desde una técnica o disciplina al pensar la producción, reconozco mi impronta gráfica. Considero que “lo gráfico” está casi siempre, no así “el grabado”. Es decir que en el modo de abordar la producción reconozco mi mirada gráfica. Por ejemplo, generalmente construyo las obras concebidas dentro de series, hago intervenir la repetición, me desenvuelvo más en la imagen fija que en lo audiovisual y en líneas generales mis piezas son bidimensionales. En relación con eso, y si tengo que pensar en los materiales que me resultan familiares o cómodos, el papel me motiva y me conmueve, tanto en sus variedades como en su comportamiento al entrar en contacto con las herramientas y procedimientos. Por eso, no me gusta hablar del papel como soporte, porque creo que la acción de “soportar” le es injusta y lo vuelve pasivo. Por el contrario, creo que el papel es un material que se expresa, que muta según las condiciones climáticas, que tiene memoria y que posee una potencialidad activa e infinita.
—Si hiciéramos foco en un rincón de tu espacio de trabajo en este momento, el que vos elijas contar, ¿qué podríamos “ver” detrás de esos objetos, del volumen que ocupan, en la periferia?

—En este momento, arriba de la platina de la prensa calcográfica (una herramienta de trabajo que se usa en grabado) hay una carpeta y varios restos de papeles y bolsitas de nylon, que quedaron después de refilar, firmar y empaquetar las estampas que llevé a una feria de arte impreso en el Centro de Arte de la Universidad Nacional de La Plata y al festival Tranza, que tuvo lugar en el Galpón de La Grieta. Son tiempos de eventos presenciales y de reaperturas, así que esa parva de cosas expresa la vuelta al cuerpo a cuerpo, el oficio de “feriar” y también, hay que decirlo, el trabajar a contrarreloj y hasta último momento para armar lo más posible. Aunque prefiero el taller organizado, me fascina ver la mutación de los espacios de trabajo, que viven y muestran actividades y usos.
—Por estos días estás formando parte de una exposición en Galería Botánica, contanos algo de los cuadros que forman parte de esa muestra.
—Los cuadros del “pop-up” de la galería Botánica integran la serie Todo recuerdo es presente, que desarrollo desde el año 2016. En ella, una fotografía del Río de la Plata, considerada como un recuerdo, es el insumo para las diversas composiciones. La memoria, subjetiva y cualitativa, está atravesada por tiempos condensados y en transformación constante. En las producciones ya no hay noción de cuál es la imagen original, tal como pasa con el concepto de recuerdo. El recuerdo se reinventa, se improvisa, se lesiona, se “hermosea”, se transforma, se agujerea, se abrillanta. Esos procedimientos, que se reconocen como acciones sobre el recuerdo, son retomados como operaciones plásticas en obras-ensayos en los cuales la imagen original aparece fragmentada, ahuecada, plegada, vaciada, repetida, blanda, ampliada, obturada. Para Botánica elegí dos dípticos: uno que propone una geometrización, fragmentación, repetición y extrañamiento de la fotografía y, por otra parte, otro más pequeño, con un rasgado en el centro, que muestra una intervención orgánica y que los vuelve complementarios entre sí.
—Por otro lado, te desempeñás como directora de arte de la Colección Madriguera de Eme Editorial, ¿cómo lográs reflejar o completar a través del lenguaje del arte la esencia de cada libro?

—Gracias a las alianzas afectivas y laborales que se generan en la ciudad de La Plata y particularmente en El espacio (ubicado en la esquina de calle 6 y diagonal 78). He hecho varios trabajos junto con la editorial EME, que es parte de la casa y donde conviven varios proyectos. Hacia fines del 2019 Verónica Luna y Agustín Arzac, integrantes de la editorial, me propusieron embarcarme en la tarea de hacer la dirección de arte de la colección Madriguera y que lleve imágenes de la serie Todo recuerdo es presente. Si bien, como dije antes, el pensamiento gráfico contempla la posibilidad del múltiple y al mismo tiempo el formato libro y el papel como material no me son ajenos, la edición de libros de texto y de tirada industrial me desafiaron a acomodar algunas formas de imaginar y producir las visualidades. Para cada libro lo primero que hago es conversar con Vero, la directora de la colección, para que me comente cosas bien generales del texto y que me comparta su mirada. Luego, lo leo detenidamente y tomo muchos apuntes, extraigo palabras clave, trazo cuadros sinópticos. A Vero le mando apuntes, referencias visuales y muchos minutos de audios de WhatsApp. Así voy armando la propuesta visual, que finalmente se materializa en bocetos que proponen varias versiones estéticas, regidas por esos conceptos generales. En ese punto lo ven los autores de los textos y si hacen aclaraciones o comentarios, ajustamos lo que sea preciso. La siguiente etapa es compartida con Agus, que materializa el diseño general de la maqueta y se encarga de gestionar la impresión y encuadernación. Es importante mencionar que toda la colección se ejecutó durante la pandemia, así que los modos de comunicación a distancia y los encuentros en la puerta de casa y la carga y descarga de libros con barbijo fueron las escenas de la elaboración de la colección hasta aquí. Ahora está siendo muy gratificante poder comenzar a hacer las presentaciones en vivo de los libros, o lo que fue una exposición en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti en la que mostramos los libros juntos con algunos grabados y los videos de los procesos de elaboración de cada uno. Los responsables de la colección me convocaron conociéndome y sabían que no iba a ser de soluciones rápidas o genéricas. Lo cierto es que son muy generosos y valientes al apostar a libros que, en su gran mayoría, contienen intervenciones artesanales (tapas serigrafiadas, rasgados en el interior, calados, etc.), están materializados a partir de decisiones puntuales, originales y acordes con lo que construye cada escritura. Vero, que viene de las letras, dice que en mi lectura reparo en cosas distintas a las que ella considera y eso genera un complemento que le sirve a lo que producimos. En mi cuenta de Instagram y en la de EME se puede acceder a los videos que armo registrando y explicando cada uno de los procesos.

—”Todo recuerdo es presente”, tu libro editado por Tercera Persona, es uno de esos tesoros que narran a través de la imagen. ¿Cómo fue ese proceso de darle vida? ¿Qué otros libros u objetos forman parte de este proyecto editorial?
—Nuevamente aparece El espacio como un lugar que aloja a proyectos que son enormes. Uno de ellos es Fa, de Juan Pablo Montero, quien encuaderna y edita de maneras que admiro mucho. En el 2016, cuando tenía que hacer un libro-catálogo para una exposición individual en la galería Siberia, le pedí su ayuda como amigo. Esa exposición y ese libro fueron el germen de la serie que todavía hoy me encuentro desarrollando. El libro actúa como una pieza más de la serie, pero también, en su temporalidad y en su apoyatura en la palabra, de alguna forma explica las bases conceptuales del conjunto y reúne y sistematiza varias de sus imágenes. Como hicimos un buen equipo con Juan Pablo (Falu) y nos dimos cuenta de que estaba el potencial de seguir haciendo juntos, en el 2019 nos propusimos reeditar el libro bajo una nueva mirada, ampliando recursos y aumentando su volumen, y luego redoblamos la apuesta y armamos la colección Tercera persona, en la cual nos autoeditamos y editamos libros de personas invitadas. Hasta ahora trabajamos con Marcela Cabutti y está pronto a salir uno de Lulú Lobo y otro de Daniel Díaz Teruggi.
—Para terminar, te invitamos a dejar un deseo en nuestro reparo del comienzo.
—Deseo que los proyecto nunca se acaben y mejor si son colectivos.

Artes Plásticas
Dan a conocer todas las actividades de septiembre en la Casa del Bicentenario

Exposiciones
Inauguraciones
Una historia sobre la luz. Legado y rescate del archivo Foto Martínez
Exposición curada por Fernando Cocchi y Martín Guillén, ambos de la ciudad de Los Toldos, Provincia de Buenos Aires. Un proyecto que permite reflexionar sobre los vínculos entre fotografía e identidad local, y sobre el rol que pueden cumplir los museos como garantes del acceso a los bienes culturales. La exhibición propone un recorrido visual y documental por la obra de Doroteo y Luis Martínez, dos fotógrafos de General Viamonte, que registraron más de ocho décadas de la vida social, política y cultural del centro bonaerense. Estas fotografías se exhiben por primera vez en Buenos Aires.
Del 2 de septiembre a las 18 al 12 de octubre.
Confluencia
Obras de Malcon D’Stefano, Sonia Höger, Nora Pareja, Paula Picciani, Paz Secundini y María Florencia Villanueva. Organizada por la Secretaría de Cultura de la Nación, a través de la Red de Casas de la Cultura, esta exposición reúne 17 obras de artistas provenientes de diferentes regiones de la Argentina que exploran estéticas emergentes desde diversas escenas provinciales, a través de distintos soportes, como fotografía, pintura o dibujo, que dan cuenta de un recorrido visual y poético por distintos territorios. Un encuentro que enriquece el lazo entre artistas y espectadores, celebra la diversidad cultural y demuestra cómo lo local puede inspirar nuevos sentidos.
Del miércoles 3 de septiembre a las 18 al 28 de septiembre.
FER PIETRA. De umbrales, bosques y anélidos
Curada por Laura Casanovas, se trata de una serie de dibujos en grandes formatos montados sobre paredes y paneles y otros realizados como intervención sobre las paredes. De algunos de ellos se desprenden elementos tridimensionales relacionados con la naturaleza, que generan continuidad visual entre la obra, la pared, la bidimensión y la tridimensionalidad. En varios de los trabajos que se exhiben se representan organismos con propiedades extrañas, que interactúan con otros personajes de tinte surrealista.
Del 10 de septiembre a las 18 al 26 de octubre.
LUISA FREIXAS. Nada más aburrido que un empapelado beige
Casi 80 obras en carbonilla, óleo y tinta gráfica sobre tela y papel de algodón —y una instalación en vidriera— que dan cuenta del universo expresivo de la artista.
¿Es el vacío una amenaza o una oportunidad? Luisa Freixas incita a adentrarse en su Selva Xilográfica y pictórica y dejarse envolver. La Selva se vuelve un no lugar, es una defensa. Las hojas y ramas de carbonilla niegan el abismo. Cada hoja tapa un hueco o subraya un blanco. La selva no espera, invade. No hay pausa, no hay centro, no hay reposo. La imagen se reproduce y multiplica para no dejarnos solos con el silencio. Todo lo que brota, brota por miedo a las ausencias. El color, los colores de la tinta gráfica enfrentan los monocromos augurando que siempre podrá existir la esperanza.
Del 11 de septiembre a las 18 al 26 de octubre.
Todavía se puede recorrer
Un mapa para lo frágil
Obras de Ana Laura Amante, Julieta Cantarelli, Romina Tejerina y Graciela San Román. Conformada por once trabajos en diversos soportes —instalaciones site-specific, frottages, piezas textiles, esculturas cerámicas, obra sonora, pintura y obra sobre papel—, la muestra propone una reflexión sobre los modos de habitar, cuidar y percibir los territorios. En diálogo con los recientes acontecimientos climáticos en la región, las piezas se acercan al paisaje no como fondo, sino como interlocutor: lo escuchan, lo atraviesan, lo traducen. Curada por Ana Larrere.
Hasta el 5 de octubre.
Lucila Sancineti. nido matinal, mortaja del mundo
Se exhiben en el microespacio de la Casa dos instalaciones de la artista. Inspirándose en exoesqueletos, piezas de corsetería, armaduras -dispositivos para cubrir, proteger, sostener-, Sancineti elabora piezas combinando morfologías y experimentando con materiales que aportan textura, flexibilidad y rigidez.
Hasta el 28 de septiembre.
Alejandro Sirio y la edad de oro del arte gráfico argentino
La imborrable elegancia de la ilustración de principios del siglo XX se despliega en una exhibición inédita que redescubre al gran ilustrador hispano argentino de la primera mitad del siglo y su núcleo de contemporáneos, con cerca de 200 piezas originales, dibujos, ilustraciones, libros, periódicos, caligrafías y piezas editoriales. Curada por Cristina Santa Cruz y Jorman Gutiérrez.
Hasta el 5 de octubre.
MAPA Muestra
Exhibición colectiva que da cuenta de la séptima edición de la feria de arte MAPA. Los artistas que integran MAPA Muestra fueron seleccionados por un jurado independiente, a partir de las participaciones de la feria. Esta exposición tiene como objetivo ofrecer una cartografía simbólica del panorama actual del arte contemporáneo argentino
Hasta el 14 de septiembre.
Visitas guiadas
Recorridos guiados por las exposiciones de la Casa destinados a grupos de estudiantes, estos encuentros son una forma didáctica y enriquecedora de acercarse a las diversas muestras que se exhiben en la Casa.
Consultas en arteyeducacioncnb@gmail.com
Y también…
Música
Folklore en acción
Mercado de Industrias Culturales Argentinas en la Casa. Un ciclo artístico dedicado al sector Folklore de las industrias culturales. Tres espectáculos de diferentes géneros en el espacio de la planta baja de la Casa presentados en el marco del Mes de las Industrias Culturales Argentinas.
Programación: Encendidos (4/9); Casiana Torres (11/9) y Maxi Pachecoy (25/9).
Jueves 4, 11 y 25 de septiembre. 19HS
Activación
Hirsuto
En el marco de la exposición MAPA Muestra, las artistas Natalia Segré y Mariana Luz Ticheli llevarán adelante una performance que trabaja a partir de la idea de lo hirsuto, a partir de la puesta en diálogo de las obras de Segré, puntualmente Topología del abrazo (una arqueología para la ternura), con las activaciones de las artistas.
Viernes 5 de septiembre. 18HS +INFO
Kino CNB
La posibilidad de otros mundos
Cuatro largometrajes que exploran la ciencia ficción desde diversas perspectivas del género. Mundos paralelos, inteligencias artificiales y androides son algunos de los ejes temáticos que atraviesan estas historias. Cada obra propone un viaje: basta dejarse llevar para habitar sus mundos singulares. Proyectamos: Inmortal, de Fernando Spiner (7/9); Biónica, de Sebastián Perillo (14/9); El imperio, de Bruno Dumont (Francia. 21/9) y Del inconveniente de haber nacido, de Sandra Wollner (Alemania/Austria. 28/9)
Domingos de septiembre. 19HS +INFO
Danza
Taller de movimiento y creación
Un taller de movimiento a cargo de Soledad Pérez Tranmar, coordinadora del área de Danza de la Casa, especialmente diseñado para adultos mayores, sin importar su edad o experiencia previa. Serán tres encuentros, cada uno de una hora de duración, dividido en dos partes: preparación del cuerpo y exploración del movimiento y la creatividad.
Sábados 13, 20 y 27 de septiembre. 17HS +INFO
Charla
El chamamé y sus mujeres
Un encuentro para pensar y conversar acerca de las cantantes chamameceras, mujeres que supieron rebelarse silenciosamente donde se enriquecieron, superando intrincados desafíos para instalarse definitivamente en la historia de nuestro chamamé. Participan: Liliana Barela, Gicela Mendez Ribeiro (cantante, investigadora), Lourdes Fernandez (cantante , investigadora), Perla Aguirre (cantante, autora y compositora), Nélida Argentina Zenón (cantante, autora y compositora). Modera: Alejandro Sanz.
El cierre musical estará a cargo de Nélida Argentina Zenón y la embajada Playadito.
Sábado 13 de septiembre. 17 a 20HS +INFO
Kino CNB
Hedy Crilla, maestra de actores
La embajada de Austria y Santa Cine presentan esta proyección, que contará con la presencia de la directora Luciana Murujosa. La película retrata la vida de Hedy Crilla, actriz judía austríaca Hedwig Schlichter que en 1940 llega a la Argentina huyendo del nazismo y dejando atrás una promisoria carrera en cine y teatro. Aquí introduce el Método de Stanislavski adaptándolo a su experiencia y forma a una gran cantidad de actores, directores y maestros que propagan su legado, revolucionando así el estilo de actuación.
Jueves 18 de septiembre. 19HS
(Fuente: Casa Nacional del Bicentenario – Prensa)
Artes Plásticas
El Malba sumó nuevas obras a su colección

El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) anunció la adquisición de siete nuevas obras para su colección, en el marco de la feria arteba, gracias al aporte récord de su Comité de Adquisiciones y donantes particulares.
Las piezas corresponden a los artistas Marcelo Benítez (Sin título, s/f), María Martorell (Tangente, 1967), Joan Wall (Sin título, 1969), Flor Alvarado (Venus Bolita, 2023/24), Martín Legón (Nuevo Realismo, 2022-2024), Sandro Pereira (Sembrador, 2025) y Laura Ojeda Bär (IOMMI, 2025).
“Nos pone muy contentos incorporar estas obras que fortalecen el acervo diverso y en constante expansión de la Colección Malba”, señaló el director artístico, Rodrigo Moura, al destacar la inclusión de nombres históricos y propuestas contemporáneas que dialogan con figuras como Enio Iommi, Tarsila do Amaral y Antonio Berni.
La directora de Desarrollo, Elena Nofal, subrayó que se trató del mayor aporte logrado en los últimos años dentro de arteba, gracias al apoyo de los miembros del Comité.
Desde 2012, este grupo de donantes colabora en la selección de piezas junto al área de curaduría, posibilitando que el museo continúe ampliando su acervo de arte latinoamericano.
Artes Plásticas
La historia de cómo detectaron en Mar del Plata un cuadro robado por los nazis

Un cuadro del siglo XVII, colgado en la sala de una casa de Mar del Plata, abrió un expediente judicial y revivió una historia enterrada por décadas. Se trata de “Retrato de una dama”, del pintor italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743), parte de la prestigiosa colección del marchante judío neerlandés Jacques Goudstikker. La obra fue saqueada en 1940 por el régimen nazi y terminó en manos de Friedrich Gustav Kadgien, funcionario cercano a Hermann Göring, que vivió en Argentina hasta su muerte en 1978.
El hallazgo fue revelado por el diario neerlandés Algemeen Dagblad, que detectó la pintura en las fotos de un aviso inmobiliario publicado en un portal argentino. Una de las hijas de Kadgien había puesto a la venta su casa en el barrio Parque Luro de la ciudad balnearia. En las imágenes, sobre un sillón del living, se distinguía el retrato desaparecido desde hacía más de 80 años.
La alerta llegó a la Justicia federal a través de Interpol y la Aduana. El fiscal Carlos Martínez, a cargo del caso, ordenó un allanamiento en el domicilio identificado como residencia fiscal de Patricia Kadgien, empresaria textil de 59 años. La Policía Federal secuestró armas, celulares y láminas, entre ellas una serie vinculada a una exposición de Henri Matisse en los años 40, pero el cuadro de Ghislandi ya no estaba. La principal hipótesis es que fue retirado de la vivienda tras la publicación de las imágenes.
La investigación busca determinar si la actual poseedora puede ser imputada por encubrimiento de contrabando. Paralelamente, la Agencia de Patrimonio Cultural de los Países Bajos reclama la restitución de la pintura a los herederos de Goudstikker, que durante más de ocho décadas rastrearon la colección saqueada por los nazis.
Jacques Goudstikker fue uno de los principales galeristas de Ámsterdam. Tras la invasión alemana de 1940 intentó huir con su familia a Nueva York, pero murió durante el viaje en barco. En su galería quedaron más de 1.100 obras, documentadas en un inventario. Esa colección fue liquidada a precios irrisorios entre altos jerarcas del Tercer Reich. Uno de ellos fue Göring, comandante de la Luftwaffe, y otro habría sido Kadgien, conocido como “el mago de las finanzas” del nazismo.
Nacido en Elberfeld en 1907, Kadgien había ingresado al Partido Nazi en 1932 y a la SS en 1935. Como experto en divisas, ocupó un lugar clave en la Oficina del Plan Cuatrienal que dirigía Göring. Desde allí articuló redes de empresas pantalla en Suiza para mover oro, diamantes y obras de arte robadas a judíos y opositores. Cuando la guerra llegaba a su fin, huyó a Suiza y luego a Brasil, hasta instalarse definitivamente en Argentina. Se radicó en Buenos Aires, fundó empresas y vivió sin ser molestado hasta su muerte, en 1978, sepultado en el cementerio alemán de la ciudad.
El destino de la fortuna de Kadgien sigue siendo un misterio. Investigadores europeos sospechan que controlaba entre 1.000 y 3.000 millones de Reichsmark ocultos en cuentas suizas. Su paso por Sudamérica incluyó negocios en Brasil y vínculos con empresas alemanas en la región, además de contactos con la administración de Juan Domingo Perón.
La aparición del cuadro en Mar del Plata reavivó la sombra de ese pasado. Según el corresponsal del Algemeen Dagblad, Peter Schouten, el rastreo de las hijas de Kadgien llevó años. Ellas nunca respondieron a las consultas sobre el origen de las piezas. Solo un descuido –las fotos de la inmobiliaria Robles Casas & Campos– permitió localizar el “Retrato de una dama”. El aviso fue retirado inmediatamente después de la publicación de la investigación.
En paralelo, se detectó que otra pintura desaparecida, atribuida al artista holandés Abraham Mignon, podría estar también en manos de la familia. Una de las hijas de Kadgien la habría mostrado en sus redes sociales, según el mismo diario.
El fiscal Martínez espera definir si imputa a Patricia Kadgien, mientras Interpol mantiene alertas nacionales e internacionales para impedir que el cuadro salga del país. En Europa, los herederos de Goudstikker insisten en que la restitución es un paso necesario para reparar una parte del saqueo cultural más grande de la historia moderna.
El caso demuestra que, 80 años después, los ecos del expolio nazi siguen resonando en lugares tan lejanos como una tranquila residencia marplatense. El “Retrato de una dama” continúa desaparecido, pero su historia volvió a la luz, recordando que detrás de cada obra de arte saqueada permanece una deuda de memoria y justicia.
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