Su vida se perdía en las sombras del rectángulo que la contenía. Por la ventana, único recuerdo de un pasado que aleteaba sobre ese recorte de cielo, entraba un rayo de luz.
Sus ojos, cautivos de la penumbra, se entregaban a un parpadeo imperceptible en el que peleaban por subsistir.
Detrás de las rejas volaba otra verdad, la que la mantenía viva, más viva que nunca.
Había en ese haz lumínico que llegaba desde el exterior, cada día a las 8.50, una metáfora de la esperanza.
Su piel, reseca y cansada, se entregaba a ese encuentro claro en el que levitaban las partículas vitales que a ella le faltaban. Sólo por eso seguía viviendo.
En el centro, un círculo amarillo, perfecto, recortaba la oscuridad que la rodeaba y se convertía en camino. Sus pies quietos se atrevían entonces a un viaje solitario, en el que el silencio se enredaba en cada ángulo de su cuerpo para sujetarlo.
Unos minutos después, quizás a las 8.55, las sombras extendían sus garras y deglutían desaforadas a esa luminiscencia inmóvil, capaz de liberar al alma prisionera.
La claridad de un símbolo
La luz es una forma de energía. Nuestro sentido de la vista es capaz de percibirla y gracias a ella todo lo que nos rodea se transforma.
Se la suele asociar a lo claro, a lo visible, a las transparencias, a la belleza, al amor, a la verdad, a la virtud, a la revelación, al conocimiento, a la vida misma, en contraposición a las sombras y la oscuridad relacionadas con la muerte.
Sin embargo, no existen las sombras sin luz y es en ese juego dual dónde los artistas de diversas disciplinas se entregan a plasmar sus obras.
La luz literaria
Este símbolo ha sido utilizado por escritores y poetas de todos los tiempos. La imagen de la claridad que representa, aparece pincelada en diversas obras e incluso queda atrapada en las portadas de muchos libros.
Por caso, en el poema “El despertar”, de Jorge Luis Borges, se puede observar la figura de la luz irrumpiendo en la opacidad del sueño:
Entra la luz y asciendo torpemente de los sueños al sueño compartido y las cosas recobran su debido y esperado lugar y en el presente converge abrumador y vasto el vago ayer: las seculares migraciones del pájaro y del hombre, las legiones que el hierro destruyó: Roma y Cartago. Vuelve también mi cotidiana historia: mi voz, mi rostro, mi temor, mi suerte. ¡Ah, si aquel otro despertar la muerte me deparara un tiempo sin memoria de mi nombre y de todo lo que he sido! ¡Ah, si en esa mañana hubiera olvido!
En su poema “Naufragios”, Julio Cortázar juega con las luces y las sombras, a las que entrelaza en imágenes que las representan:
Dibujo de tu voz en la orilla del sueño, arrecifes de almohada con ese olor a costa próxima cuando los animales echados en la cala, las criaturas de sentina huelen la hierba y por los puentes trepa un temblor de piel y de gozosa furia.
Entonces me sucede no conocerte, abrir el ojo de esa lámpara que rechazas cubriéndote la cara con el pelo, te miro y ya no se si una vez más asomas de la noche con el dibujo exacto de esa otra noche de tu piel, con el vientre alentando suavemente, abandonada apenas en nuestra playa tibia por un liviano golpe de resaca.
Te reconozco, subo por el perfume de tu pelo hasta esa voz que nuevamente solicita, contemplamos al mismo tiempo la doble isla en la que somos náufragos y paisaje, pie y arena, también tú me levantas de la nada con el errar de la mirada por mi pecho y mi sexo, la caricia que inventa en mi cintura su galope de potros.
En la luz eres sombra y yo soy luz, soy la luz de tu sombra y tu echada en las algas finges la sombra de mi cuerpo, repetimos nocturnos la aventura del sol cuando su angosta frente hiere los pedernales y proyecta como un fragor de hueco al otro lado, un territorio que inútilmente embiste y ambiciona. Oh sombra de mi luz, cómo alcanzarte, como envainar este relámpago en tu noche!
Entonces hay un sigiloso instante en que los ojos buscan en los ojos un vuelo de gaviotas, algo que es suelo y señuelo, una consagración y un laberinto de murciélagos, lo que en la oscuridad surgía como un plañer tanteando, una piel que se enfriaba y descendía, un ritmo roto, se vuelve convivencia, santo y seña, arranque del viento que se estrella contra la vela blanca, el grito del vigía nos exalta, corremos juntos hasta que la cresta de la ola cenital nos arrebata en una interminable ceremonia de espumas,
y recomienzan los naufragios, la lenta natación hacia las playas, el sueño boca abajo entre medusas muertas y cristales de sal donde arde el mundo.
Gabriel García Márquez utiliza el símbolo de la luz en uno de sus cuentos al que tituló “La luz es como el agua”. Uno de sus párrafos dice:
“…-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale…” (Podés leer el texto completo en aquí)
Algunas tapas que contienen “luz”
La luz mala – Ana María Shua
Muerte de la luz – George R. R. Martin
La luz que no puedes ver- Anthony Doerr
Plástica
En las artes plásticas, la luz se convierte en un elemento fundamental a la hora de dar vida a cada obra. Tanto en pinturas como en esculturas el juego de luces y sombras permite resaltar u ocultar aquello que se desee.
Pintura
Krypton 3 – Brizzi Ari
Los ôpalos – Hermenegildo Anglada Camarasa
Figuras geométricas, luces y sombras – Serie Arlequines – Roberto Aizemberg
Escultura
Escultura de luz a tamaño natural – Darren Pearson
Cordillera – Escultura de sombras – Marcela Cabutti
Rose (2007) – Ann Veronica Janssens
Light Art
Música
En la música la luz también tiene su lugar destacado:
Divididos – Par Mil (Luz del alma)
Patricia Sosa – Luz de mi vida
Coti Sorokín – Luz de día
Charly García – El día que apagaron la luz
Cine
El cine ha explotado al máximo la luz, tanto en técnica como en inspiración para infinidad de films:
Radio Provincia de Buenos Aires, la radio pública de los bonaerenses, cumplirá mañana 85 años y para festejarlos dispuso una transmisión especial en la vía pública, por lo que los estudios se montarán en la esquina de avenida 53 y calle 11 de La Plata.
Desde las 9, se transmitirá en dúplex por AM 1270 y FM 97.1.
La programación contará con entrevistas especiales, invitados y la presentación de bandas en vivo como Tangorra Orquesta, Martes de agua, El batacazo, Diego Martínez, Inés Mauri, Silvina Moreno y un gran cierre a cargo de Árbol.
La radio inició sus transmisiones en La Plata el 18 de febrero de 1937, unos meses antes que Radio Nacional. Sus primeros estudios funcionaron en el Pasaje Dardo Rocha, y desde 1972 la radio se instaló en el Palacio Achinelly, un emblemático edificio ubicado frente a la Municipalidad platense.
Durante años, con auditorios llenos, Radio Provincia produjo conciertos de destacados artistas populares como Atahualpa Yupanqui, Edmundo Rivero, Aníbal Troilo y el Chango Nieto.
También el gobernador Antonio Cafiero marcó un hito al realizar, durante los cuatro años de su mandato, el programa “La hora del Gobernador”, constituyendo un puente directo entre el Estado y el pueblo bonaerense.
Bajo la gestión del gobernador Axel Kicillof y con la dirección de Marcelo Figueras, Radio Provincia renovó su programación, mejoró sus instalaciones y actualizó su estructura organizacional, para potenciar su vigencia acorde a los nuevos tiempos.
Desde los distintos programa se invita a los oyentes y amigos de la radio a sumarse a los festejos.
En la noche oscura, nada hay salvo el propio corazón. Los monstruos que vendrán a atacarte serán aquellos que tú mismo hayas creado. Bajo esta leyenda se esconde el nombre de Vlad III, el Empalador o Vlad, Drácula, príncipe de Valaquia, el personaje histórico que inspiró a Bram Stoker. Si algo fascinó a la sociedad victoriana de finales del XIX de esta leyenda fue el célebre castillo de Drácula, levantado en las montañas de Transilvania. Lo curioso del caso es que el castillo nunca fue suyo, sino del líder militar húngaro Juan Hunyadi, uno de los mayores estrategas de la historia militar europea, responsable de la muerte del padre de Vlad el Empalador, el rey Vald II, y fue el castillo donde el mítico Drácula estuvo encerrado durante trece años, de 1462 a 1475.
Durante estos largos años, los relatos de la crueldad de Vlad III empezaron a circular por toda Europa y los libros que recogían sus batallas, leyendas y torturas se convirtieron en auténticos “best seller” de la época, sobre todo en los reinos alemanes e italianos. En Rumanía era un héroe popular. Todos querían saber qué crueldades había cometido contra los otomanos, enemigo de todos los pueblos europeos, por un lado temiendo su rabia y violencia y por otro celebrándola al cargarla contra un enemigo común.
Sus estratagemas para vencer a un ejército que les superaba en más de 4 a 1 fueron múltiples, de mandar al campo de batalla a niños y mujeres para tener más cuerpos con los que detener el avance enemigo hasta envenenar pozos que pudieran usar los otomanos, pasando por desplegar enfermos de peste a las líneas enemigas. Aunque si por algún motivo se convirtió en leyenda fue por matar a más de 20.000 otomanos en avanzadilla y recibir al ejército del sultán con un bosque de cadáveres impalados que aterrorizó a los turcos. ¿Quién podía ser capaz de algo así?
La victoria fue celebrada y Vlad convertido un héroe de la región rumana, pero justo después de su gran victoria fue capturado por las tropas húngaras y hecho prisionero en el Castillo de Hunyard, también conocido como el castillo Corvino, nombre del hijo de Juan Hunyard. ¿Qué pasó durante esos trece años que vivió encerrado en el castillo? Poco se sabe, pero a día de hoy todavía se oyen voces de ultratumba entre sus paredes. Algunos dicen que es el propio Vlad, que ansía escapar de su encierro. Otros, que son los grito de horror y sufrimiento de sus víctimas.
El caso es que Vlad fue liberado sólo para morir meses después a manos de los otomanos. Sus enemigos le capturaron y la leyenda dice que lo descuartizaron en 43 pedazos, repartiéndolos por diferentes lugares para que nunca pudiese volver a la vida. La ironía es que con los años se convertiría en epítome de no muerto y figura de cuerpo eterno. Vlad volvía a derrotar a los otomanos después de muerto.
Situado en las montañas Calimani, en Transilvania, en lo que es la actual frontera con Moldavia, hoy es una gran atracción turística, y lo más cerca que existe a una “casa de Drácula”. Entre los fantasmas que dicen que asolan el castillo están los de tres prisioneros turcos a los que se les prometió la libertad si cavaban un pozo y encontraban agua. Después de quince años de fatigoso trabajo, los tres prisioneros encontraron agua, pero cuando reclamaron su libertad lo único que consiguieron fue una cruel burla. Se dice que Hasan, uno de los torturados soldados otomanos, escribió bajo la piedra, “ahora tenéis agua, pero no tenéis alma”. Una nueva demostración que toda casa encantada comienza con un cruel confinamiento.
De estilo gótico renacentista, lo cierto es que este inusual castillo despierta todos los anhelos de lo paranormal. Quizá la figura del vampiro sólo es la del fantasma que ansía un cuerpo con el que volver a conquistar el mundo. Junto a la Winchester Mistery House, es, desde luego, de las edificaciones más espeluznantes que se hayan construido nunca. El mito de Drácula sediento de sangre es en realidad el del fantasma sediento de cuerpo para seguir su vida de venganza, muerte y conquista, el triángulo del mal.
Por Walter Omar Buffarini / Entrevistas: Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca)//
A casi cincuenta días de decretado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio para hacer frente a la pandemia de coronavirus en la Argentina, muchos son los efectos colaterales de una medida que apuntó fundamentalmente, y hasta el momento con buenos resultados, a cuidar la salud de cada uno de los habitantes.
Entre esas consecuencias no deseadas se cuentan los daños en prácticamente la totalidad de la actividad productiva, realidad a la que la industria del libro tampoco ha podido escapar.
Para entender un poco más acerca de este inesperado momento y cómo pararse frente a él, ContArte Cultura consultó a representantes de algunas de las más importantes librerías de la ciudad de La Plata, quienes contaron sus experiencias y se animaron a delinear el futuro inmediato.
Respecto de las consecuencias inmediatas tras decretado el aislamiento, los libreros coincidieron en que la caída de las ventas fue total, habiendo podido mitigarlo mínimamente con la autorización de la venta online.
En ese sentido, Ana Borean, de City Bell Libros, manifestó que “las ventas han caído abruptamente y el método online con envío incrementó costos y dificultó la comercialización”.
Por su parte, desde Rayuela Libros Guadalupe explicó: “La primera consecuencia fue la librería cerrada”. Asimismo, detalló que ante esto sus primeras actividades fueron “arreglar las bases de datos desde casa y generar contenido para las redes sociales”.
Un tanto más preocupado Eduardo, desde la librería Atenea, aseguró estar “sin posibilidad de ninguna venta durante 30 días, con facturación cero”.
Jorge García, uno de los propietarios de La Normal Libros, explicó que “inicialmente se rompió la cadena de pagos, lo que nos produce un retraso importante con nuestros proveedores, servicios y demás. Un perjuicio muy grande a largo plazo, ya que lo que no se vendió en su tiempo no se recupera”.
Ampliando en ese aspecto, García afirmó necesitar de “un lapso de trabajo de un año para volver a estar al día. Si antes veníamos con carga impositiva muy alta más los gastos que prácticamente no nos dejaba margen, esto nos hace muy difícil afrontar deudas y más a futuro”.
Nuevas estrategias
Ante este panorama, los libreros pusieron en marcha diversas y variadas medidas para sostener su comercio, entre las que se destacan los descuentos y las entregas a domicilio, como así también las ventas a futuro.
“En Rayuela hicimos tarjetas de regalo para pasada la cuarentena y algunas ventas telefónicas con descuentos especiales y a través de nuestra página web”, afirmó Guadalupe, quien aseguró que “no es una tarea sencilla”.
En City Bell Libros la modalidad optada fue “tomar pedidos por Whatsapp (221 5897352), responder así consultas de todo tipo y coordinar entregas en La Plata y toda las Zona Norte que abarca, City Bell, Gonnet, Villa Elisa, Arturo Segui, Los Porteños, Ringuelet y Gorina, entre otras zonas”.
“Nosotros tuvimos la suerte de que teníamos ya preparado todo nuestro sistema a través de la web para ventas electrónicas con entregas y solo tuvimos que hacer un par de ajustes”, sintetizó García, ampliando que “en La Normal entregábamos por Glovo, pero esa modalidad ya no fue aceptada por la Municipalidad y debimos cambiar el método de envío, que implica un costo extra tanto para el cliente como para nosotros”.
Agradecidos a los lectores
Si bien todos destacan que no pueden compararse las ventas en librería con aquellas que se hacen por envío, los resultados no han sido tan malos.
“Gracias a nuestros fieles clientes, nos encontramos con una gran demanda de pedidos, la que tratamos de responder en tiempo y forma. La gente está urgida de leer o necesitan los libros escolares para hacer las tareas. Tratamos de adaptarnos a esta situación lo más rápido posible y de la mejor manera” afirmó Borean.
Jorge García remarcó que en La Normal tuvieron “muy buena aceptación de los clientes al delivery”, y que “mucha gente nos agradece por hacerles más amena la cuarentena. Un libro es algo fundamental para estos momentos.
En Atenea contaron su experiencia destacando que “la venta electrónica, sea como fuera, es fácil para vender Sacheri, Allende o cualquier otro bestseller, pero es muy difícil para una librería especializada como la nuestra”. De igual modo explicaron que “al no tener página web hacemos las ventas por Facebook, Instagram o correo electrónico, lo que es un poco complicado o engorroso, pero que poco a poco vamos mejorando”.
Desde Rayuela explicaron que la nueva experiencia que les toca vivir es “caótica”, pero a la vez “cargada de emoción y ansiedad”. Del mismo modo se saben “unos privilegiados”, ya que “poder estar trabajando es una suerte”.
Aunque también reconocen inconvenientes: “Como toda forma nueva de trabajo, recién ahora nos vamos organizando. Siempre tenemos activas nuestras redes sociales y a principio de año lanzamos nuestra página web, así que podríamos decir que estábamos preparados”.
Por la vuelta a la normalidad
Finalmente, en relación a lo que los libreros creen necesario para contener su actividad, principalmente figura la necesidad de poder volver a tener gente en sus locales.
“Somos una librería de público presencial en el local”, insiste Eduardo de Atenea, entendiendo que “las opciones para nosotros como para otros comercios similares son implementar horario reducido o, como está sucediendo en otros lugares, salidas reducidas del público según la terminación del documento”.
En el mismo sentido opinó Jorge García: “Lamentablemente vemos un panorama sombrío. Nuestra librería en particular es más un paseo para nuestros clientes. Aquí pueden mirar, hojear, elegir, es una experiencia que ninguna web puede dar. Tener que decirle a un cliente que quiere venir a buscar un libro que no puede, que no podemos atenderlo en la librería, es un puñal para nosotros”.
“Agradecemos que nos hayan tenido en cuenta dentro de las medidas que nos permiten poder vender algo, pero lamentablemente de esta manera sólo podemos cubrir los costos y no mucho más. Entendemos la situación de la pandemia y estamos alineados con la cuarentena, pero sin clientes dentro del local, viendo los libros, asistiendo a las presentaciones de los autores, intercambiando opiniones con el librero, no veo que se pueda mejorar”, aseguraron desde City Bell Libros.
Y en esa mirada hacia adelante, desde Rayuela afirman: “¡Vemos más gente leyendo!” y se atreven a asegurar que “las condiciones cambiarán”.
“Pensábamos transcurrir todo el 2020 cumpliendo nuestros 29 años y festejando los 30 por llegar, pero si bien no vamos a poder llenar la librería de niñas y niños, autores y lectores, ya veremos que vuelta le encontramos. La cosas van a estar difíciles para todos, pero la lectura siempre es un buen refugio”.
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