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Luthería: el fascinante mundo de los hacedores de instrumentos

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Alumbramiento musical

Oculta entre maderas fecundas y virutas dispersas se encuentra el alma de una guitarra. Sobrevuela el espacio bostezando sonidos y se entrega a las manos que harán posible su vida. En el sabio calor de esos dedos, su forma se dibuja silenciosa. Precisión y destreza hacen el milagro. Cuerpo y alma se unen en un abrazo sereno sellado en barnices preciosos, que elevan su presencia. La música danza a su alrededor y le pone alas. ¡Ha nacido una guitarra! Resonancia perfecta de cuerdas que se entregan a otra alma, la del músico, que la hará suya. Entonces, juntos, música y guitarra vibrarán canciones que entre sus notas esconderán la esencia de un luthier.

Andrea Sanz

El trabajo de un luthier

La palabra luthier o lutier proviene del francés “lutherie” que alude al arte de construir instrumentos musicales de cuerda. Sin embargo, los luthiers no sólo los construyen, sino que su tarea consiste también en ajustarlos o repararlos.

Dueños de una gran paciencia y precisión, los luthiers son el alma de los instrumentos que construyen. En sus manos, la madera perfectamente seleccionada, toma vida y se convierte en instrumento.

Para llegar a ver ese nacimiento es necesario atravesar un largo proceso que comienza con el diseño del mismo y la elección de la madera correcta y bien estacionada. Luego será tiempo de ir dando forma a lo que se quiere construir y para ello se harán los cortes necesarios. Y así, el tallado de cada parte tendrá el sello de las manos de cada lutier.

Finalmente llegará el momento del montaje y del barnizado que protegerá la obra. Porque cada instrumento recién nacido es una obra de arte que encierra los secretos sonoros de quien lo construye.

Gubias, cepillos, formones, plantillas y moldes, entre otras cosas, descansan sobre un banco de trabajo cada vez que estos artesanos de la música recorren con sus dedos la obra terminada.

La formación

Ya en la Edad Media existía la figura del artesano encargado de construir los instrumentos de cuerda. A lo largo de la historia este oficio se fue transmitiendo de maestros a discípulos que fueron conociendo sus secretos.

Familias enteras se dedicaron en el pasado a la apasionante tarea de crear instrumentos. Entre las más conocidas se destacan los Stradivarius o los Amati, de Cremona, Italia.

En nuestro país, en Tucumán, funciona la Escuela Universitaria de Luthería, que depende de la Facultad de Artes de la Universidad Tecnológica Nacional.

Esta escuela, fundada en 1950 por Alfredo del Lungo, posee un completo plan de estudios que incluye asignaturas como Botánica, Historia del Arte, Historia de la Música, Física y Dibujo, entre otras, que se distribuyen a lo largo de los cinco años de estudio que implica la carrera. Existe allí mismo un curso de construcción y reparación de guitarras, cuyo plan es de dos años.

El Virutero

La luthería es un arte que se ha extendido con los años y en la actualidad existen en Argentina numerosos luthiers que desde sus talleres diseñan, construyen y reparan instrumentos de cuerda.

Tal es el caso del taller-escuela El Virutero, en cuyas instalaciones del barrio de Olivos, en Vicente López, se forman personas que se acercan con el firme deseo de convertirse en luthiers.

En un ambiente relajado, con una búsqueda permanente de la excelencia, “las clases se desarrollan con no más de ocho alumnos quienes están a cargo de dos docentes que guían y acompañan el proceso de formación”, le detalló a ContArte Cultura el luthier Julio Malarino, director del taller.

“La escuela trabaja en la construcción de instrumentos de cuerda pulsada, en especial guitarras, tanto acústicas como eléctricas, así como también de bajos. Todos ellos de primer nivel”, resaltó Malarino.

El director explicó que luego de una serie de conocimientos teóricos básicos se comienza con la construcción del instrumento en forma individual, para lo cual se realiza el plano de dicho instrumento a través de un software específico.

Luego se selecciona la madera, que debe estar bien estacionada, para llegar luego al armado propiamente dicho. Más tarde vendrá el lustrado y la puesta a punto.

Malarino contó que el diseño y armado de un instrumento puede durar aproximadamente dos años.

Las maderas

Texturas, vetas, colores, tiempo de secado, grado de humedad, densidad, resistencia o dureza, son elementos importantes a la hora de elegir la madera adecuada para construir cada instrumento. También es importante el tipo de corte de la madera, ya que la mejor tenacidad se obtiene cuando sus vetas son verticales.

El tono y timbre del instrumento, como así también su acústica, dependerán de la correcta elección de la madera. Es por eso que en algunas escuelas de luthería se brindan conocimientos de botánica, que favorecen la completa formación del luthier.

Según detalla Malarino, en su escuela trabajan “con distintos proveedores de madera que son garantía de calidad”. Sin embargo, si aun así alguna madera requiriera un mayor tiempo de secado, este se completa en las instalaciones de la escuela.

Se pueden utilizar maderas nacionales o importadas, blandas o duras, para construir las distintas partes de un instrumento. En general para las tapas se suelen utilizar maderas blandas, en cambio para los mástiles se seleccionan maderas más duras.

Entre las más utilizadas se encuentran el arce (maple), el fresno, la lenga, el aliso, el palosanto, el ébano, el guayacán, alerces, cedros rojos, el peteribí, la caoba y el nogal, entre otras.

La madera transmuta en instrumento en las manos precisas de cada luthier y cada uno de esos instrumentos tomarán vida cuando la música comience a habitarlos.

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Radio Provincia cumple 85 años y lo celebra con su estudio en la calle y música en vivo

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Radio Provincia de Buenos Aires, la radio pública de los bonaerenses, cumplirá mañana 85 años y para festejarlos dispuso una transmisión especial en la vía pública, por lo que los estudios se montarán en la esquina de avenida 53 y calle 11 de La Plata.

Desde las 9, se transmitirá en dúplex por AM 1270 y FM 97.1.

La programación contará con entrevistas especiales, invitados y la presentación de bandas en vivo como Tangorra Orquesta, Martes de agua, El batacazo, Diego Martínez, Inés Mauri, Silvina Moreno y un gran cierre a cargo de Árbol.

La radio inició sus transmisiones en La Plata el 18 de febrero de 1937, unos meses antes que Radio Nacional. Sus primeros estudios funcionaron en el Pasaje Dardo Rocha, y desde 1972 la radio se instaló en el Palacio Achinelly, un emblemático edificio ubicado frente a la Municipalidad platense.

Durante años, con auditorios llenos, Radio Provincia produjo conciertos de destacados artistas populares como Atahualpa Yupanqui, Edmundo Rivero, Aníbal Troilo y el Chango Nieto.

También el gobernador Antonio Cafiero marcó un hito al realizar, durante los cuatro años de su mandato, el programa “La hora del Gobernador”, constituyendo un puente directo entre el Estado y el pueblo bonaerense.

Bajo la gestión del gobernador Axel Kicillof y con la dirección de Marcelo Figueras, Radio Provincia renovó su programación, mejoró sus instalaciones y actualizó su estructura organizacional, para potenciar su vigencia acorde a los nuevos tiempos.

Desde los distintos programa se invita a los oyentes y amigos de la radio a sumarse a los festejos.

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Historias de confinamiento para épocas de coronavirus: la leyenda del castillo de Drácula

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Por Carlos Sala (*)

En la noche oscura, nada hay salvo el propio corazón. Los monstruos que vendrán a atacarte serán aquellos que tú mismo hayas creado. Bajo esta leyenda se esconde el nombre de Vlad III, el Empalador o Vlad, Drácula, príncipe de Valaquia, el personaje histórico que inspiró a Bram Stoker. Si algo fascinó a la sociedad victoriana de finales del XIX de esta leyenda fue el célebre castillo de Drácula, levantado en las montañas de Transilvania. Lo curioso del caso es que el castillo nunca fue suyo, sino del líder militar húngaro Juan Hunyadi, uno de los mayores estrategas de la historia militar europea, responsable de la muerte del padre de Vlad el Empalador, el rey Vald II, y fue el castillo donde el mítico Drácula estuvo encerrado durante trece años, de 1462 a 1475.

Durante estos largos años, los relatos de la crueldad de Vlad III empezaron a circular por toda Europa y los libros que recogían sus batallas, leyendas y torturas se convirtieron en auténticos “best seller” de la época, sobre todo en los reinos alemanes e italianos. En Rumanía era un héroe popular. Todos querían saber qué crueldades había cometido contra los otomanos, enemigo de todos los pueblos europeos, por un lado temiendo su rabia y violencia y por otro celebrándola al cargarla contra un enemigo común.

Sus estratagemas para vencer a un ejército que les superaba en más de 4 a 1 fueron múltiples, de mandar al campo de batalla a niños y mujeres para tener más cuerpos con los que detener el avance enemigo hasta envenenar pozos que pudieran usar los otomanos, pasando por desplegar enfermos de peste a las líneas enemigas. Aunque si por algún motivo se convirtió en leyenda fue por matar a más de 20.000 otomanos en avanzadilla y recibir al ejército del sultán con un bosque de cadáveres impalados que aterrorizó a los turcos. ¿Quién podía ser capaz de algo así?

La victoria fue celebrada y Vlad convertido un héroe de la región rumana, pero justo después de su gran victoria fue capturado por las tropas húngaras y hecho prisionero en el Castillo de Hunyard, también conocido como el castillo Corvino, nombre del hijo de Juan Hunyard. ¿Qué pasó durante esos trece años que vivió encerrado en el castillo? Poco se sabe, pero a día de hoy todavía se oyen voces de ultratumba entre sus paredes. Algunos dicen que es el propio Vlad, que ansía escapar de su encierro. Otros, que son los grito de horror y sufrimiento de sus víctimas.

El caso es que Vlad fue liberado sólo para morir meses después a manos de los otomanos. Sus enemigos le capturaron y la leyenda dice que lo descuartizaron en 43 pedazos, repartiéndolos por diferentes lugares para que nunca pudiese volver a la vida. La ironía es que con los años se convertiría en epítome de no muerto y figura de cuerpo eterno. Vlad volvía a derrotar a los otomanos después de muerto.

Situado en las montañas Calimani, en Transilvania, en lo que es la actual frontera con Moldavia, hoy es una gran atracción turística, y lo más cerca que existe a una “casa de Drácula”. Entre los fantasmas que dicen que asolan el castillo están los de tres prisioneros turcos a los que se les prometió la libertad si cavaban un pozo y encontraban agua. Después de quince años de fatigoso trabajo, los tres prisioneros encontraron agua, pero cuando reclamaron su libertad lo único que consiguieron fue una cruel burla. Se dice que Hasan, uno de los torturados soldados otomanos, escribió bajo la piedra, “ahora tenéis agua, pero no tenéis alma”. Una nueva demostración que toda casa encantada comienza con un cruel confinamiento.

De estilo gótico renacentista, lo cierto es que este inusual castillo despierta todos los anhelos de lo paranormal. Quizá la figura del vampiro sólo es la del fantasma que ansía un cuerpo con el que volver a conquistar el mundo. Junto a la Winchester Mistery House, es, desde luego, de las edificaciones más espeluznantes que se hayan construido nunca. El mito de Drácula sediento de sangre es en realidad el del fantasma sediento de cuerpo para seguir su vida de venganza, muerte y conquista, el triángulo del mal.

(*) Diario La Razón de España

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Preocupaciones, experiencias y sueños de los libreros, en tiempos de aislamiento social

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Por Walter Omar Buffarini /
Entrevistas: Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca)//

A casi cincuenta días de decretado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio para hacer frente a la pandemia de coronavirus en la Argentina, muchos son los efectos colaterales de una medida que apuntó fundamentalmente, y hasta el momento con buenos resultados, a cuidar la salud de cada uno de los habitantes.

Entre esas consecuencias no deseadas se cuentan los daños en prácticamente la totalidad de la actividad productiva, realidad a la que la industria del libro tampoco ha podido escapar.

Para entender un poco más acerca de este inesperado momento y cómo pararse frente a él, ContArte Cultura consultó a representantes de algunas de las más importantes librerías de la ciudad de La Plata, quienes contaron sus experiencias y se animaron a delinear el futuro inmediato.

Respecto de las consecuencias inmediatas tras decretado el aislamiento, los libreros coincidieron en que la caída de las ventas fue total, habiendo podido mitigarlo mínimamente con la autorización de la venta online.

City Bell Libros (13c Nº246 e/ Cantilo y 473bis)

En ese sentido, Ana Borean, de City Bell Libros, manifestó que “las ventas han caído abruptamente y el método online con envío incrementó costos y dificultó la comercialización”.

Por su parte, desde Rayuela Libros Guadalupe explicó: “La primera consecuencia fue la librería cerrada”. Asimismo, detalló que ante esto sus primeras actividades fueron “arreglar las bases de datos desde casa y generar contenido para las redes sociales”.

Un tanto más preocupado Eduardo, desde la librería Atenea, aseguró estar “sin posibilidad de ninguna venta durante 30 días, con facturación cero”.

Jorge García, uno de los propietarios de La Normal Libros, explicó que “inicialmente se rompió la cadena de pagos, lo que nos produce un retraso importante con nuestros proveedores, servicios y demás. Un perjuicio muy grande a largo plazo, ya que lo que no se vendió en su tiempo no se recupera”.

Ampliando en ese aspecto, García afirmó necesitar de “un lapso de trabajo de un año para volver a estar al día. Si antes veníamos con carga impositiva muy alta más los gastos que prácticamente no nos dejaba margen, esto nos hace muy difícil afrontar deudas y más a futuro”.

Librería Atenea (Diagonal 80 Nº 1010 esq. 49)

Nuevas estrategias

Ante este panorama, los libreros pusieron en marcha diversas y variadas medidas para sostener su comercio, entre las que se destacan los descuentos y las entregas a domicilio, como así también las ventas a futuro.

“En Rayuela hicimos tarjetas de regalo para pasada la cuarentena y algunas ventas telefónicas con descuentos especiales y a través de nuestra página web”, afirmó Guadalupe, quien aseguró que “no es una tarea sencilla”.

En City Bell Libros la modalidad optada fue “tomar pedidos por Whatsapp (221 5897352), responder así consultas de todo tipo y coordinar entregas en La Plata y toda las Zona Norte que abarca, City Bell, Gonnet, Villa Elisa, Arturo Segui, Los Porteños, Ringuelet y Gorina, entre otras zonas”.

“Nosotros tuvimos la suerte de que teníamos ya preparado todo nuestro sistema a través de la web para ventas electrónicas con entregas y solo tuvimos que hacer un par de ajustes”, sintetizó García, ampliando que “en La Normal entregábamos por Glovo, pero esa modalidad ya no fue aceptada por la Municipalidad y debimos cambiar el método de envío, que implica un costo extra tanto para el cliente como para nosotros”.

Rayuela Libros (Plaza Italia Nº 187 e/ 44 y diagonal 77)

Agradecidos a los lectores

Si bien todos destacan que no pueden compararse las ventas en librería con aquellas que se hacen por envío, los resultados no han sido tan malos.

“Gracias a nuestros fieles clientes, nos encontramos con una gran demanda de pedidos, la que tratamos de responder en tiempo y forma. La gente está urgida de leer o necesitan los libros escolares para hacer las tareas. Tratamos de adaptarnos a esta situación lo más rápido posible y de la mejor manera” afirmó Borean.

Jorge García remarcó que en La Normal tuvieron “muy buena aceptación de los clientes al delivery”, y que “mucha gente nos agradece por hacerles más amena la cuarentena. Un libro es algo fundamental para estos momentos.

En Atenea contaron su experiencia destacando que “la venta electrónica, sea como fuera, es fácil para vender Sacheri, Allende o cualquier otro bestseller, pero es muy difícil para una librería especializada como la nuestra”. De igual modo explicaron que “al no tener página web hacemos las ventas por Facebook, Instagram o correo electrónico, lo que es un poco complicado o engorroso, pero que poco a poco vamos mejorando”.

Desde Rayuela explicaron que la nueva experiencia que les toca vivir es “caótica”, pero a la vez “cargada de emoción y ansiedad”. Del mismo modo se saben “unos privilegiados”, ya que “poder estar trabajando es una suerte”.

Aunque también reconocen inconvenientes: “Como toda forma nueva de trabajo, recién ahora nos vamos organizando. Siempre tenemos activas nuestras redes sociales y a principio de año lanzamos nuestra página web, así que podríamos decir que estábamos preparados”.

La Normal Libros (Avenida 7 Nº 1125 e/55 y 56)

Por la vuelta a la normalidad

Finalmente, en relación a lo que los libreros creen necesario para contener su actividad, principalmente figura la necesidad de poder volver a tener gente en sus locales.

“Somos una librería de público presencial en el local”, insiste Eduardo de Atenea, entendiendo que “las opciones para nosotros como para otros comercios similares son implementar horario reducido o, como está sucediendo en otros lugares, salidas reducidas del público según la terminación del documento”.

En el mismo sentido opinó Jorge García: “Lamentablemente vemos un panorama sombrío. Nuestra librería en particular es más un paseo para nuestros clientes. Aquí pueden mirar, hojear, elegir, es una experiencia que ninguna web puede dar. Tener que decirle a un cliente que quiere venir a buscar un libro que no puede, que no podemos atenderlo en la librería, es un puñal para nosotros”.

“Agradecemos que nos hayan tenido en cuenta dentro de las medidas que nos permiten poder vender algo, pero lamentablemente de esta manera sólo podemos cubrir los costos y no mucho más. Entendemos la situación de la pandemia y estamos alineados con la cuarentena, pero sin clientes dentro del local, viendo los libros, asistiendo a las presentaciones de los autores, intercambiando opiniones con el librero, no veo que se pueda mejorar”, aseguraron desde City Bell Libros.

Y en esa mirada hacia adelante, desde Rayuela afirman: “¡Vemos más gente leyendo!” y se atreven a asegurar que “las condiciones cambiarán”.

“Pensábamos transcurrir todo el 2020 cumpliendo nuestros 29 años y festejando los 30 por llegar, pero si bien no vamos a poder llenar la librería de niñas y niños, autores y lectores, ya veremos que vuelta le encontramos. La cosas van a estar difíciles para todos, pero la lectura siempre es un buen refugio”.

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Propietaria/Directora: Andrea Viveca Sanz
Domicilio Legal: 135 nº 1472 Dto 2, La Plata, Provincia de Buenos Aires
Registro DNDA Nº 2022-106152549
Edición Nº