Literatura
Se celebra la 14ª edición del Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires
Más como forma de mirar que como rigurosa composición literaria, el género poético celebra la décimo cuarta edición del Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires, que se desarrolla del 20 al 23 de junio en el Centro Cultural Kirchner y otras sedes con la participación de poetas de 17 países y una programación atravesada por tópicos como las mujeres, la interculturalidad, la inclusión y las disidencias.
Durante cuatro días, hay lecturas a cargo de destacados poetas -de Córdoba, Mendoza, Tucumán, Brasil, México, Canadá, Eslovenia, Inglaterra o Marruecos, entre otros territorios- pero también perfomances, recitales, proyecciones audiovisuales e intervenciones en las calles, abarcando las diversas expresiones poéticas que van más allá del verso.
En palabras de Graciela Aráoz, poeta y directora del Festival, “la poesía no es solo la que escriben los poetas sino que hay una mirada poética que activa diferentes sentidos. El que lee poesía puede descubrirla en el paisaje, en las arrugas de un viejito, en una hormiga que camina por la ventana. Quien tiene esta perspectiva tiene un plus para aprehender el mundo de otra manera”.
Algunos de los poetas, performers y músicos locales de “distintas generaciones y estéticas” que participarán de esta décimo cuarta edición son Ana Arzoumanian, Luis Chitarroni, Gigliola “Canela” Zecchin, Esteban Charpentier, Sabrina Usach, Fernanda Mugica, Valeria Cervero, Luis Osvaldo Tedesco, Francisco “Paco” Redondo, Catalina Boccardo y Susy Shock, entre otros 60 participantes, a los que se sumarán figuras internacionales.
De 17 países llegan Gasper Malej (Eslovenia), Pia Juul (Dinamarca), Rita Santana (Brasil), Oulaya Drissi El Bouzaidi (Marruecos), Alicia Migdal (Uruguay), Marina Arrate (Chile), Claudia Berrueto (México), Luis Fernando Macías (Colombia), Marie Silkeberg (Suecia), Antonella Bukovaz (Italia) y Alexis Romero (Venezuela).
El evento, que lleva 14 años sin interrupciones y que el año último fue inaugurado por la uruguaya Ida Vitale, la poeta de 95 años que en abril recibió el Premio Miguel de Cervantes, desarrolla en paralelo una Escuela Internacional de Poesía que propone una pedagogía descontracturada con talleristas prestigiosos como Chitarroni, que dará un taller para docentes y bibliotecarios, el cual ya está al tope de su capacidad.
Junto a ese perfil espectador y formativo, el Festival Internacional de Poesía que tomará como sede principal el CCK y sumará otros espacios porteños, lo que pretende es incorporar nuevos públicos: “Hay muchísima gente escuchando poesía. Uno de nuestros logros es saber que incrementa el público lector de poesía. De hecho, en nuestro país es el género que más público lleva”, explica Aráoz.
Algunos de los ejes que atravesarán la programación de este año, cuyas actividades se desarrollarán con entrada libre y gratuita a excepción de la escuela que requiere inscripción previa, retoman temas candentes en agenda, como el movimiento de mujeres, la inclusión, el colectivo LGTB o la interculturalidad.
Como espina medular del evento, también se realizan actividades en las calles, “lugares no tradicionales ni habituales para salir en búsqueda de nuevos lectores”, como las acciones en los subtes porteños o en el Mercado del Progreso del barrio de Caballito, donde harán un tour poético abierto al público que quiera participar.
En opinión de Aráoz, que además de dirigir el evento está al frente de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA), “la poesía argentina es muy potente, de gran calidad y va a la vanguardia de muchos países, tanto del cómo y del qué, de la temática y de cómo se desarrolla”.
Este año, además, habrá una feria de editoriales que reunirá a más de veinte sellos dedicados al género, los cuales quedaron seleccionados tras una convocatoria pública. Y los títulos se ofrecerán tanto en el Centro Cultural Kirchner como en el Mercado del Progreso.
La décimo cuarta edición del Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires se desarrolla con entrada gratuita en el CCK (Sarmiento 151) como sede principal pero también en la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA), el Mercado del Progreso y en estaciones de Subte.
La programación completa se encuentra disponible en la web www.festivalpoesiabsas.com.ar.
Literatura
“No importa cuándo leas esto”, el libro de cuentos de Patricio Bartón
El periodista y conductor Patricio Barton presenta su primer libro de cuentos titulado “No importa cuándo leas esto”, una obra en la que apunta a mirar lo cotidiano como si nunca antes se hubiera hecho foco en ello.
Con prólogo de Alejandro Dolina, Barton encuentra en su obra una manera inesperada de narrar lo familiar: lo que parece trivial de pronto se abre hacia lo absurdo, lo poético o lo desopilante.

En su primer libro, Barton despliega creatividad y frescura, como si la literatura se hubiera levantado de buen humor. En la tradición de Osvaldo Soriano, Leo Maslíah o Hernán Casciari, Barton escribe con la destreza del que sabe que la risa es una de las maneras más lúcidas de leer el mundo.
Sin importar en qué parte se abra el libro, se encontrará un relato capaz de sorprender, una página que descoloca o una línea que relampaguea y deslumbra.
“Barton se me presentó con su poderosa fisonomía de escritor dispuesto a todo. Ahí nomás aparecieron diálogos teatrales sin pausa; preguntas que respondían otras preguntas, personajes que cambiaban de hábitos o quizá de identidad. Enseguida se me hizo patente su incontrolable vocación de sorprender. Barton se había propuesto un objetivo noble: construir un idioma poético de ocultaciones y revelaciones. Ya cerca del final pude comprender una realidad distinta: el encanto estaba en el propio Barton, con su astuto manejo de las contradicciones, de los tropos clásicos, de las cosas que son y no son al mismo tiempo, de las continuas contravenciones a la lógica”, indica Dolina en un segmento del prólogo que le dedicó a su amigo.
Patricio Barton es un comunicador que ha incursionado en diversos medios (radio, gráfica, televisión, podcast, streaming) a través del periodismo, la conducción, la narrativa y el humor. Hacedor de múltiples ciclos radiales en una decena de emisoras, conduce diariamente “Qué Importa”, por Radio Splendid AM990.
Lleva casi dos décadas junto a Alejandro Dolina en su clásico programa “La Venganza Será Terrible”, con presentaciones teatrales en Argentina, Uruguay y España. Formado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, produjo y condujo numerosos ciclos televisivos con impronta cultural en las señales Canal á, TV Pública, Encuentro y Pakapaka.
Historias Reflejadas
“Rumor de cuentos”

Rumor de cuentos
Un rumor resbaladizo se alargó sobre las hojas, como un secreto sin forma, deseoso de multiplicarse.
El viento desparramó las palabras, sus letras flotando en el aire, enredándose, livianas, viajeras, inquietas.
Fue entonces, cuando las historias rodaron de boca en boca, de pelo a pluma, de pata en pata, cubiertas de escamas, libres en los ríos de la memoria.
Fue entonces cuando a las palabras les nacieron alas que se elevaron como un canto antiguo, como una ronda alrededor del fuego, como un deseo nacido de las llamas, en el vientre del monte, en el sitio exacto donde el autor las recolectaba y las convertía en cuentos.
Pura sabiduría escondida en las voces de la tierra, tan sólo un puñado de silencios.
Andrea Viveca Sanz
Se reflejan en esta historia homenaje a Gustavo Roldán, sus siguientes cuentos: “El monte era una fiesta” (Ilustraciones de Manuel Purdía), “Cada cual se divierte como puede” (Ilustraciones de Claudia Deglioumini), ” Cuentos que cuentan los indios” y “El camino de la hormiga” (Ilustraciones de Juan Lima).
Textos para escuchar
Campesino en el tren – Ana María Bovo
Ana María Bovo narra el cuento popular Campesino en el tren
Viajaba en un tren un campesino solo en su asiento, nadie adelante. Llevaba una bolsa de papas para vender en un pueblo próximo. Se dejaba acunar por loa música de la máquina de vapor: cinco pesos poca plata, cinco pesos poca plata. Miraba por la ventanilla y, para entretenerse, contaba árboles: álamo, paraiso, ceprés, plátano, ciprés… ciprés, ciprés, ciprés. “Seguro que viene un cementerio”, pensó.
En una estación, subió y se sentó delante de él un señor de traje azul cruzado con rayitas blancas finitas. Camisa blanca con rayas azules gruesas. Corbata bordó con rayas diagonal azul marino. Pañuelo bordó liso que sobresalía del bolsillo. No le convinaban los zoquetes que eran rojos con un rombo verde sobre el tobillo.
Arrancó el tren.
Álamo, álamo, paraiso, ciprés. Contaba y contaba árboles el campesino; se aburría el inspector. Un inspector de escuelas que venía de visitar escuelas rurales de la zona. Esa mañana había firmado dos nombramientos. estaba agotado. Para distraerse, le dijo al campesino:
—Perdón… ¿si jugamos a algo?
—Diga.
—Es un juego de preguntas y respuestas. Por ejemplo, yo le hago una pregunta a usted. Si usted no la sabe, me paga diez pesos a mí. Yo no la sé… en el supuesto de que no la supiera, le pagaría diez pesos a usted.
El campesino miró el portafolios entreabierto del inspector. Vio unas planillas escritas a máquina, un par de libros…
—Mejor no, le agradezco.
Álamo, álamo, paraíso, ciprés… Se entretenía el campesino; se aburría el inspector.
—La misma propuesta de hace un momento —irrumpió en inspector—, pero con una variante: yo le hago una pregunta a usted; usted no la sabe, me paga diez pesos a mí; usted me hace una pregunta a mí; yo no la sé… yo le pago cien pesos a usted.
—Bueno, dele.
—Empiezo yo… Dígame cuál es la estructura del átomo.
—La estructura del átomo… —repitió en voz baja.
Inmediatamente buscó diez pesos en su bolsillo y se los entregó.
—Ahora pregunte usted —dijo el inspector.
—… Bueno, dígame cuál es el animalito que sube al cerro en seis patas, y lo baja en tres.
—… ¿Cuál es el animal que asciende el cerro en seis extremidades y desciende en tres?
El tren corría y corría. Pensaba y pensaba el inspector. hasta que dijo:
—¿Es un vertebrado?
—No puedo ayudarlo.
Álamo, álamo, paraiso, ciprés…
—Disculpe —dijo de pronto el campesino—, me bajo en la próxima estación. ¿Si arreglamos…? Como no me contestó…
Cuando el tren se detuvo, el inspector preguntó:
—¿Cuánto era?
—Cien.
Se los pagó.
Cuando lo vio pasar por el anden debajo de su ventanilla, no resistió la curiosidad. Levantó el vidrio, asomó la cabeza y le preguntó:
—¿Se puede saber cuál es el animal que asciende en cerro en seis patas y lo baja en tres?
El campesino lo moró sorprendido. Después sacó diez pesos del bolsillo y se los entregó por la ventanilla.
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