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La música llora la partida de Gal Costa

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La cantante brasileña Gal Costa, una de las más importantes voces de la Música Popular Brasileña (MPB), falleció este miércoles a los 77 años por causas que aún se desconocen, según confirmaron medios de comunicación de su país.

La última noticia de la artista que habían difundido los medios brasileños fue hace tres semanas, cuando avisó que debía cancelar su show en la primera edición del Primavera Sound en Brasil, este pasado fin de semana en San Pablo, para recuperarse de una cirugía en la que le habían extirpado un bulto en una cavidad nasal.

La noticia de su fallecimiento sacudió el ámbito cultural y político de su país. El electo presidente Lula da Silva escribió en su cuenta de Twitter acompañado de una foto juntos: “Fue una de las más grandes cantantes del mundo, una de nuestras principales artistas para llevar el nombre y los sonidos de Brasil a todo el planeta. Su talento, técnica y audacia enriquecieron y renovaron nuestra cultura, formaron y marcaron la vida de millones de brasileños”.

Y agregó: “El país que Gal Costa cantaba para mostrar su cara, pierde hoy una de sus grandes voces. Pero el legado, el trabajo, el recuerdo y las canciones serán eternos como tu nombre Gal”.

En tanto, la expresidenta brasileña, Dilma Rousseff, se hizo eco de la noticia desde su cuenta al considerar: “Brasil pierde hoy a una de las más grandes cantantes de nuestra historia”: “A lo largo de su carrera, su canto fue expresión viva de la cultura del pueblo brasileño y marcó profundamente al país. Ella ha hecho de su alegría y su encanto un refugio para los días claros y oscuros durante cinco décadas. Es una gigante de MPB”.

Por su parte, el cantante, compositor y guitarrista brasileño Gilberto Gil fue de los primeros en reaccionar en redes, con el mensaje: “Muy triste e impactado por la muerte de mi hermana”.

Nacida en 1945 bajo el nombre de Maria da Graça Costa Penna Burgos en Salvador, Bahía, su madre siempre la alentó a escuchar y seguir una carrera en la música.

De joven conoció la obra de Joao Gilberto mientras trabajaba en una tienda de discos y poco después, a principios de la década de 1960, le presentaron a Caetano Veloso, con quien mantendría un vínculo personal y artístico que duraría toda la vida.

Su carrera, que se extendió durante 57 años, comenzó en 1965 cuando interpretó temas inéditos de Caetano Veloso y Gilberto Gil. Todavía era Maria da Graça cuando lanzó “Eu vim da Bahia”, la samba de Gil sobre los orígenes de la cantante y compositora.

Después, siendo aún muy joven, junto a Caetano, Gil y Maria Bethania integró el mítico grupo Doces Bárbaros, responsable de un cancionero de música popular brasileña de la década de 1970.

Tenía poco más de 20 años cuando participó en el álbum “Tropicália: ou Panis et Circensis”, piedra fundamental del movimiento tropicalista que revolucionó la música popular brasileña.

Desde entonces, su voz se volvió cada vez más popular con canciones como “Modinha para Gabriela”, “Folhetim” de Chico Buarque y “Paula e Bebeto” de Milton Nascimento y Caetano.

Fue en esta etapa que su voz se incorporó más al mainstream. En 1981, con “Fantasía” alcanzó el éxito radial con el tema “Festa no Interior”, de Moraes Moreira y Abel Silva.

Durante las décadas del ‘80 y ’90 siguió grabando discos, muchos de los cuales fueron éxitos comerciales como “Baby Gal”, “Profana”, “Bem bom” y “Lua de mel Como o diabo gosta”,”Plural”,y el “Acústico MTV”.

En 2011, con el álbum “Recanto”, compuesto y producido por Caetano, Gal se reinventó nuevamente con un repertorio con música electrónica y funk carioca.

Después de la pandemia, estuvo de gira con el espectáculo “Los diversos extremos de una estrella” en el que revisaba el popular cancionero MPB. Además de la gira por Brasil, tenía programada todavía una gira por Europa para noviembre.

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A los 68 años murió el creador de Dragon Ball, Akira Toriyama

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Akira Toriyama, el dibujante de manga japonés que creó la enormemente popular e influyente serie Dragon Ball, falleció la semana pasada a los 68 años a causa de una afección cerebral, según informó el viernes su estudio de producción.

Toriyama fue la mente detrás de la franquicia de fantasía de artes marciales protagonizada por Son Goku, un niño del espacio exterior con fuerza sobrehumana y cola de mono que se embarca en la búsqueda de las siete esferas del dragón.

El universo de Dragon Ball sigue siendo uno de los mayores éxitos mundiales de Japón, cautivando los corazones de muchos adolescentes y adultos amantes del manga de todo el mundo desde su debut en la década de 1980.

La muerte de Toriyama fue anunciada por la página web oficial de Dragon Ball en un comunicado compartido por el estudio Bird y Capsule Corporation Tokyo.

“Lamentamos profundamente que aún tuviera varias obras en pleno proceso de creación con gran entusiasmo”, decía el comunicado.

“Le quedarían muchas cosas por hacer. Sin embargo, ha dejado muchos títulos de manga y obras de arte a este mundo”, añadió, agradeciendo a los fans su apoyo en nombre de Toriyama.

El artista murió de un hematoma subdural agudo, una forma de hemorragia cerebral, según el comunicado.

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Diez años de la muerte de Paco de Lucía: la guitarra que cambió al mundo

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Por Mariano Suárez (*)

Diez años pasaron de la muerte de Paco de Lucía: no hay disidencias -las hubo- sobre su influencia transformadora en la guitarra, el flamenco y la música toda; en cambio, no parece haber manera de establecer con más sustantivos que adjetivos el alcance de esa transformación, tal vez porque no ha terminado.

Los estudios y ensayos biográficos sobre Paco de Lucía son todavía pocos en relación con la fuerza de obra (se acaban de publicar dos libros en España, ninguno disponible en Argentina) y ha sido un hombre austero en declaraciones y apuntes de vida; por lo que, en principio, luce sencillo reducir su vida, bajo la modalidad periodística, a una secuencia de episodios más o menos representativos. Pero su música es más inasible.

“El flamenco antes de Paco era un señor gordo con sombrerito en una silla de madera y con una copa de vino”, afirma Manuel Escacena, uno de sus recientes biógrafos.

La sentencia y la imagen, tentadoras, simpáticas, son por lo menos incompletas. Cuando no falsas.

El guitarrista que murió en Playa del Carmen, México, el 25 de febrero de 2014, expandió el flamenco, lo universalizó, desarrolló una conexión con el jazz, enseñó al mundo una manera de tocar la guitarra que nadie había descripto en ningún manual, pero a la vez aprendió de la legendaria oralidad de la música flamenca, que atrapó desde niño.

Si bien en la década del ’70 y ’80 su irrupción lo ubicaba -¿acaso podía ser visto de otra manera?- como un desplazamiento de las raíces puras de esa tradición-; su guitarra fue durante un tiempo hija de esa escuela con diferentes maestros, algunos bastante evidentes (Niño Ricardo, Sabicas).

Otra narrativa errónea lo ubica como un guitarrista liberado a la improvisación que, es cierto, cuando comenzó era una extrañeza en el flamenco. Al contrario: Paco de Lucía es la expresión de la mirada cartesiana, la concepción científica de la música. La intuición la llevaba sola desde niño.

Aprendió a tocar en su casa de Algeciras, en Cádiz, gracias a su padre. La guitarra no era un entretenimiento. Su padre Antonio, también guitarrista aficionado, descubrió temprano el talento de su hijo y desde el primer día tuvo un plan para hacer él el mejor guitarrista que haya pisado la tierra. Como Leopold Mozart, con sus hijos Wolfgang y María Anna.

Paco nació el 21 de diciembre de 1947 en el popular barrio de La Fuensanta. Fue el menor de los cinco hijos de Lucía Gomes Gonçalves, “La Portuguesa“, y de Antonio Sánchez Pecino.

La universalización de su música responde a un hecho claro. El suceso de la rumba “Entre dos aguas”, incluida en el álbum “Fuente y Caudal”, su cuarto disco solista, en 1973.

Su interpretación, con un compás acentuado, era poco convencional. Es resultado de una improvisación sobre el tema “Rumba improvisada”, un tema de un disco que había publicado dos años antes. “Me siento libre con las rumbas, no tienen tradición y puedes hacer lo que quieras con ellas”, dijo.

Su éxito como guitarrista alteró la forma de interacción en el cante flamenco: los “inmovilistas” consideraban al instrumentista un mero acompañante del cantaor (la expresión usual para acotar su función era la de “banderillero”. No aparecían en los créditos y muchas veces tampoco cobraban. Aquello cambió para siempre.

Si el flamenco es el canto a la desesperación, al desconsuelo al dolor irredento, nadie lo expresó como José Monge Cruz, conocido como “Camarón“.

Grabaron juntos nueve discos entre 1967 y 1977 (antes cantaba en sus discos el hermano de Paco, Ramón de Algeciras) y tres más en los que también se incorporó el guitarrista Tomatito. Hubo una discusión sobre una disputa de derechos de autor, pero que no alcanzó a alterar aquella hermandad.

En 1975, Paco actuó en el Teatro Real de Madrid e inició una tanda de conciertos junto a Carlos Santana y a Al Di Meola, en 1977. En 1980 participó también en los conciertos ofrecidos por John McLaughlin y Chick Corea. La riqueza del flamenco era un manantial para aquellos que exploraban sobre las raíces negras de la música estadounidense.

“Siroco” (1987) fue, tal vez su último hito. El aquel tiempo coleccionaba elogios indiscriminados: fue considerado un álbum perfecto.

Tuvo un matrimonio de 20 años con Casilda Varela. En México, su refugio en el mundo de los últimos años, y conoció a Gabriela Canseco, una restauradora mexicana, con quien se casó. Con Casilda tuvo tres hijos y con Gabriela dos.

Paco falleció de un infarto de miocardio en Playa de Carmen. Se público un disco póstumo, “Canción andaluza”.

Una vez el poeta Félix Grande dijo que de la música de Paco de Lucía que tenía una soledad tumultuosa, una bravura radical, una impetuosa pena y una serenidad dramática.

Siguen faltando sustantivos. Cambió al mundo, pero todavía no sabemos contarlo bien.

(*) Agencia de noticias Telam.

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A los 76 años murió Carl Weathers, quien interpretó a Apollo Creed en “Rocky”

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El actor estadounidense Carl Weathers, quien interpretó a Apollo Creed en las primeras cuatro películas de “Rocky” junto a Sylvester Stallone, murió el viernes a los 76 años, confirmó su manager.

La noticia del deceso fue anunciada por el manager Matt Luber y reproducida por los sitios especializados de Hollywood.

Weathers también estuvo en “Depredador”, de 1987, y tuvo un papel en “Happy Gilmore” de Adam Sandler. Fue nominado a un premio Emmy como actor invitado destacado en una serie dramática por su trabajo en la serie de “Star Wars” “The Mandalorian”.

También puso su voz a Combat Carl en la franquicia “Toy Story” e interpretó una versión ficticia de sí mismo en un papel recurrente en la serie “Arrested Development”.

Después de trabajar con Sandler en la comedia de golf de 1996 “Happy Gilmore”, Weathers repitió brevemente su papel en “Little Nicky” y prestó su voz a un personaje en la comedia animada de Hanukkah de Sandler “Eight Crazy Nights”.

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