

Artes Plásticas
Verónica Beltrán: “Cuando agarro un papel, un lápiz y un pincel, soy yo”
Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //
La historia se enreda entre sus manos, es palabra dibujada, es retrato y collage; son papeles superpuestos en aquello que se cuenta. Cada paisaje flota en los bordes de sus dedos, la anatomía del entorno se derrama en líneas vivas, crece en las texturas de la imagen. Los lápices hablan, son voces que pronuncian un nombre, son nombres disueltos en la trama, puntos de fuga, claroscuros, un sonido en equilibrio, el texto en la imagen.
La artista plástica y diseñadora fueguina Verónica Beltrán charló con ContArte Cultura, atravesó la distancia que nos separa y nos hizo viajar a través de sus obras.
—Iniciemos esta charla con una imagen que acorte la distancia que nos separa. Para eso, vamos a desplegar sobre el suelo de nuestra imaginación una ruta imaginaria que una las palabras, como si las palabras viajaran sobre esa carretera inventada. ¿Cuál es la primera palabra que percibís viajando en ella? ¿Cómo es el paisaje y qué tiene que ver con vos?
—¡Qué buena manera de empezar una entrevista! No voy a mentir. Voy a ser honesta y decir exactamente lo primero que se me vino a la cabeza. Es bastante básico y se aleja de la poesía de la pregunta, pero leo carretera, leo viajes y automáticamente me voy a la ruta y a los viajes que tanto me estuvieron acompañando en estos últimos años y que cambiaron el rumbo de mi vida por completo, incluyendo la decisión que me lleva a esta entrevista, que es la de sumergirme en la ilustración. Como primera palabra diría definitivamente que se me viene encima “Patagonia” y todo lo que conlleva la vida por estos lugares. Pienso en la montaña, en el silencio de la nieve y en los amaneceres colorados que por estos meses hacen levantar hasta al más duro para contemplarlos con la boca abierta. Pienso en la ruta 3, en las llanuras infinitas, los guanacos imprevisibles, los arbustos secos pinchudos y los vientos que te desvían de la ruta y te llevan para donde ellos quieren. Pienso en el mar, en las ballenas, los lobos marinos, los pingüinos, la Antártida… Esta región me define, me identifica, me vio nacer, crecer y me va a acompañar siempre, a donde sea que vaya.

—Si pudieras regresar al lugar de tu infancia donde te sentiste artista por primera vez, ¿cuál sería? ¿Qué recordás de esa época?
—No sé si siendo niña alguna vez me sentí artista. Lo tomaba más como un juego y quizás ahora lo siento más una profesión. A veces me tengo que forzar a volver a esos tiempos para correr el foco de la obligación y disfrutar más de lo que estoy haciendo, como si fuera un juego. Me gustaba mucho todo lo que tuviera que ver con las manualidades, la música y la escritura, y tuve la suerte de tener una madre y un hermano que me incentivaron y apoyaron en todo lo que me propuse, desde chica. Mi mamá me regaló mis primeros diarios íntimos y tengo una linda colección desde que comencé a escribir. También me traía papel continuo del trabajo y en casa siempre había papel glacé, plasticolas de colores, témperas, tijeras con corte de pico… Siendo la menor de seis hermanos, mi mamá siempre tuvo lo justo y a mí me compraba todo lo que a ella le hubiese encantado tener. También tenía montones de lápices de colores, que los usaba hasta que se hacían diminutos y jugaba a que esos eran mis muñecos: los hacía hablar, en un sentido literal y metafórico.
Recuerdo que en la escuela primaria disfrutaba muchísimo de las materias que tenían que ver con el arte y nuevamente tuve la suerte de tener una docente en particular, Claudia, que me enseñó y transmitió la pasión que ella misma tenía en lo que hacía. Ahí aprendí a tejer en telar, a hacer esgrafiado, a pintar sobre vidrio, a tallar madera, a hacer un falso relieve con papel metalizado, plastilina y madera, y la lista continúa. La nombro porque son esas personas quienes nos marcan, quienes aportan un pedacito de sí mismas para que hoy seamos lo que somos, para bien o para mal, por supuesto. Son sumamente importantes en la formación de todo ser humano esas marcas que se dejan en la niñez.
—Naciste en Ushuaia pero te definís como una viajera, ¿qué cosas nutren tu arte en tus tiempos de viaje?
—Nos nutrimos constantemente de todo lo que nos rodea, estemos donde estemos. En viaje, quizás sea un poquito obvio lo que voy a decir, lo que más me impacta es lo diferente y todas las emociones que eso me genera. No siempre son agradables, porque con “diferente”, abarco a todo aquello que no forma parte de mi experiencia. Tengo una formación en Psicología Social y, aunque no ejerzo, todo lo que aprendí me ayudó enormemente a tener una mirada un poco más abierta del otro y de lo otro. Todo lo que tiene que ver con la cuestión social, feminista, de defensa de los pueblos originarios y de la cultura local y con el respeto del medio ambiente, es lo que después traslado a mi arte, a mis ilustraciones. Son todas luchas presentes, vaya a donde vaya. Siempre ando con la cámara en mano y si hiciera un resumen de lo que tratan mis fotografías, son eso mismo: gente, costumbres, naturaleza, texturas y comida (otra pasión).


—Contanos qué es lo que caracteriza a tu espacio creativo, como si pudiéramos ver una foto.
—Mi espacio varía mucho dependiendo de dónde esté. Si cierro los ojos, mi ideal sería una habitación amplia, rodeada de ventanales, con vista a la montaña, una mesa larga, cajoneras, armarios, estantes cargados de libros, una buena silla y música. Pero la realidad es que ahora estoy en Ushuaia usurpándole la casa a mi mamá, usando como mesa la puerta de un placard que se descuajeringó. En ese placard, cubierto con una cortina que reemplaza la puerta, hay papel y artículos de arte que fui comprando estos últimos meses sabiendo que me quedo acá por un tiempito, cosa que no puedo hacer estando en viaje. Tengo un solo estante pequeño con libros porque regalé todos los que tenía antes de irme, hace dos años, porque pensaba que era un desperdicio tenerlos guardados en cajas. Y mi ventana da al patio, donde no le pega el sol, pero se ve un pino enorme y una lenga a donde siempre nos visitan los pájaros carpinteros y con eso estoy más que feliz.


Mientras estoy de viaje, por una cuestión de peso y porque resulta carísimo pagar siempre exceso de equipaje, destiné una valija pequeña para todos los artículos de arte y llevo sólo lo que entra ahí. Es un excelente ejercicio casi imposible de cumplir, porque siempre aparece un material nuevo, más bonito, más barato, que no se encuentra en ningún otro lado. Cuando eso pasa, después de considerarlo numerosas veces, empiezo a ocupar la valija de la ropa y comienzan los trueques: un pantalón por un block de hojas.


Y el espacio varía… En Hungría viví en un departamento pequeño que tenía una cajonera debajo de un ventanal, con dos puertas que me permitían apoyar un tablón para armar una mesa. También en Hungría, pero ya en el campo en una zona de viñedos, tuve la suerte de parar en una casa que tenía una mesada de madera en el patio trasero que daba a la montaña. Ese lugar fue, lejos, el estudio más bonito. En Italia usaba una mesa de camping en la habitación, porque la mesa del living era sumamente oscura. En Grecia, tenía un escritorio al lado de la cama y en Albania la mesa del comedor fue donde pasé la mayor parte de mis horas. Creo que se transformó en rutina el llegar a un lugar, encontrar el espacio y hacerlo mío. Lo que siempre, siempre, siempre me acompaña, esté donde esté, es la música y el mate.

—¿Cuáles son las técnicas y los materiales con los que trabajás habitualmente?
—Me gusta mucho todo lo tradicional y estoy experimentando constantemente. Trabajo con acrílicos, acuarelas, microfibras, tinta china, lápices de colores, grafito, marcadores, pasteles, crayones. Estoy experimentando con collage y me estoy metiendo también en el grabado, el esgrafiado y la xilografía. Me niego rotundamente a ilustrar en la computadora porque hay una distancia enorme, al menos en mi caso, entre la experiencia de lo manual y lo que siento cuando hago algo digital. Incluso cuando el resultado es digital porque el trabajo lo requiere, siempre empiezo de manera manual y en todo caso coloreo o doy los últimos retoques en la computadora. Cuando agarro un papel, un lápiz y un pincel, soy yo.
—En tus obras, más allá de la técnica o los materiales usados, predominan las texturas. ¿Cómo llevás adelante ese proceso de detenerte en los detalles para dar volumen y forma a cada una de tus creaciones?
—Soy bastante puntillista y metódica; algunos dirán que rozo la obsesión; otros me definirán claramente como una loca obsesiva. Y textura es mi segundo nombre. Debo decir que si hay algo que me apasiona, eso son las texturas. De ahí lo de loca. Y tengo la suerte de tener conmigo un lente macro con el que fotografío todo lo que hago con gran detalle, porque además disfruto ese resultado. Le dedico mucho tiempo y muchas energías a lo que hago y considero que no hay posibilidad, al menos en mi caso, de hacerlo de otra manera. No sería yo si lo hiciera de otra manera. Esto tiene sus pro y sus contra, pero me deja tranquila el saber que hice lo mejor que podía hacer con las herramientas que tenía en el momento, tanto técnicas como materiales. Si se hace, que se haga bien. Si no, que no se haga. Nada de medias tintas.




—¿Qué nos podés contar de “El sabor popular”, la serie documental en la que se tejen historias alrededor de la comida?
—Bueno, esa es mi segunda pasión. En este documental, o proyecto de documental, se concentraba la cultura en todas sus formas a partir de pequeñas historias narradas por gente común y corriente, alrededor de la comida. En la comida confluyen aspectos tan variados como tradición, costumbres, producción local, soberanía alimentaria, industria alimenticia, feminismo y tantas otras variantes. Un plato de comida puede definir la idiosincrasia de un pueblo. Eso es lo que intentábamos investigar y compartir.




Comenzamos en Ushuaia, desde donde salimos en nuestro último viaje, e hicimos entrevistas en la Patagonia y luego en Hungría y Grecia, cuando cruzamos el charco. Tenemos mucho material para editar, pero la verdad es que tomamos dimensión del proyecto en plena realización y nunca fuimos más que dos. Teníamos el apoyo de familia y amigos, pero a la hora de trabajar, sólo éramos Manu (mi compañero Emanuel Cabezas) y yo: haciendo la entrevista, filmando, grabando sonido, editando, produciendo. Ya el viaje lleva mucho consigo que también hay que resolver en el camino y si a eso le sumamos que nunca dejamos de trabajar ni de estudiar, se nos hizo incontrolable. Y ni hablar de la pandemia. Ahí no hace falta extenderse. Con todo el dolor del mundo, nos sinceramos y dimos por cerrado el proyecto, pero tenemos mucho material a la espera de alguna otra idea.




—Estamos viviendo un tiempo en el que es necesario involucrarse en las problemáticas medioambientales para proteger nuestros recursos, y en ese transitar ¿cómo viviste la experiencia de participar y ser parte, junto con otros ilustradores, del proyecto “me Uno al monte” en el que a través del juego y del arte se busca visibilizar nuestra biodiversidad? ¿Cuál fue tu aporte?
—Me da un poquito de vergüenza hablar de colaboraciones. Las comparto porque son parte de mi portafolio y con pocos años de experiencia cada trabajo es importante. Pero la idea no es recibir una palmadita en la espalda, sino más bien ayudar a visibilizar esos proyectos en los que tanta gente está trabajando para concientizar de alguna manera u otra en la preservación del medioambiente. Las causas que tengan que ver con la cuestión social, feminista, de defensa de los pueblos originarios y de la cultura local y con el respeto del medio ambiente, como decía antes, van a tener siempre mi apoyo y haré lo que esté a mi alcance para aportar desde mi lugar. En el caso de “me Uno al monte” mi aporte fue un Pingüino de Magallanes, acorde a mis raíces pingüinas, en acuarela y microfibra. Puse en foco al público al que considero que está mayoritariamente apuntado el proyecto y opté por salirme de la ilustración científica y realizar una imagen más infantil y cómica, que inspire una sonrisa. Los invito a que visiten sus redes porque ya están subiendo los aportes de los artistas que participaron y las ilustraciones son bellísimas (https://www.instagram.com/meunoalmonte/).
—¿Qué es lo que genera “Viento del Sur”, la propuesta que compartís con Emanuel?
—Viento del Sur es el emprendimiento que compartimos con Manu, en el que conjugamos mi diseño gráfico e ilustración con su edición de video y animación. Nació en viaje, en respuesta a la necesidad de encontrar una manera de sustentar nuestro estilo de vida. Descubrimos, coincidentemente, que lo que nos apasionaba bien podía realizarse de manera remota, por lo que tomamos eso, le añadimos una formación intensiva y nos tiramos a la pileta. Viento del Sur es ese viento que genera cambios. Se amolda a la necesidad, al deseo, y hoy es lo que une nuestras profesiones, que también desarrollamos de manera independiente.


—En tus publicaciones en redes cada obra va acompañada de una pequeña historia que completa la imagen, como el retrato de “María Remedios del Valle”, la explicación de la palabra “Kokoro”, o el “Perro Yagán”, entre otros. ¿Qué llega primero, la imagen o las historias? ¿Qué te inspira en la producción de las obras?
Depende del trabajo. En algunos casos lo primero es la historia y en otros, la imagen. Una vez que tengo el concepto general, investigo mucho para conocer un poco más lo que estoy por plasmar en el papel. Siento que tengo que ser fiel a los aspectos más importantes, sobre todo cuando la intención es representar historia, cultura o naturaleza. En el caso de María Remedios del Valle y del perro Yagán, leí mucho para conocer en profundidad quién fue esa mujer que luchó a la par de Manuel Belgrano y recién ahora se conoce su nombre; y cómo fue la historia del perro originario de Tierra del Fuego que fue extinguido con la llegada del hombre blanco. Para el caso de Kokoro, lo primero que nació fue la imagen y luego, con la intención de pintar algo representativo que tuviera un significado más profundo, investigué sobre los métodos de escritura japonesa y me llamó la atención el significado de ese símbolo que engloba conceptos tan amplios como alma, corazón y espíritu. El proceso de cada obra es completamente diferente uno de otro.



—Para terminar, retomemos la ruta de la primera pregunta y contanos qué palabra, como si fuera un deseo, te gustaría soltar en la distancia que queda.
—Gracias. No es un deseo, es más bien una devolución. Por estar acá, por estar viva, por estar sana, por tener a mi familia conmigo, porque mis amigos están bien. Gracias por haber conocido todo lo que conocí y por tener la posibilidad de dedicarme a lo que me apasiona. Gracias por tener un techo, por tener un plato de comida. Ojalá todos tuvieran la misma suerte, quizás ahí esté mi deseo.
Para conocer algo más sobre Verónica Beltrán:

- Web – https://vientodelsur.com.ar
- Behance – https://www.behance.net/verobel_arte
- ADA: https://adadibujantesdeargentina.org/u_verobel_arte
- Linkedin – https://www.linkedin.com/in/verobel-arte
- Facebook – https://www.facebook.com/verobel.arte
- Instagram – https://www.instagram.com/verobel_arte
- Correo: verobel.arte@gmail.com

Artes Plásticas
“La Noche del Diseño – Distrito Arenales” llega a la Ciudad de Buenos Aires

Con dos experiencias simultáneas y complementarias que dialogan desde distintos lenguajes llega a Buenos Aires “La Noche del Diseño – Distrito Arenales”. Estas puestas son “La Deconstrucción”, en el estudio de Rob Ortiz, y “Cartografía espiritual”, en el Hotel VILON.
Ambas propuestas convergen en una misma búsqueda sensorial, donde el arte, el diseño y la materia se integran para expresar nuevas formas de contemplación y creación.
La Deconstrucción
Un acto sensorial de arte, materia y sonido.
Rob Ortiz / Pilar Gleboff / JRNDM (Tomás Hepner)
El diseñador y creador multidisciplinario Rob Ortiz presenta una experiencia inmersiva donde arte, materia y sonido se fusionan en un mismo acto creativo.
La propuesta reúne tres ejes complementarios:
- Intervención visual: Pilar Gleboff
- Dirección conceptual y espacial: Rob Ortiz
- Musicalidad: JRNDM (Tomás Hepner)
El estudio de Ortiz se transforma en un laboratorio estético donde la materia cobra vida. Gleboff interviene el espacio con una obra que une lo ritual y lo femenino ancestral; Ortiz diseña la narrativa conceptual; y Hepner, con su proyecto JRNDM, crea un paisaje sonoro generativo que transita entre lo orgánico y lo electrónico.
Concebida como una ceremonia íntima, “La Deconstrucción” invita a un público reducido a habitar el proceso creativo y experimentar la transformación entre arte, diseño y sonido. Una experiencia viva que posiciona a Buenos Aires como epicentro de nuevas colaboraciones interdisciplinarias.
Participan
Rob Ortiz – Dirección creativa y curaduría espacial
Pilar Gleboff – Intervención artística
JRNDM (Tomás Hepner) – Música y composición sonora
Colaboración conceptual: Fabiana Barreda
Lugar: Estudio Rob Ortiz – Rue de Artisans, Buenos Aires
Fecha: Jueves 16/10 – Acceso limitado (RSVP requerido)
Cartografía espiritual

El hotel VILON presenta “Cartografía espiritual”, una muestra textil y simbólica concebida por Pilar Gleboff, bajo la curaduría de Fabiana Barreda.
La propuesta invita a un recorrido íntimo y contemplativo donde el textil, el papel y la sutileza del gesto se convierten en una cartografía del alma. A través de una instalación sensible, Pilar transita de lo íntimo a lo icónico, revelando la potencia de su mirada y su conexión con la esencia espiritual de la materia.
El espacio VILON —símbolo de diseño atemporal, bienestar y autonomía— se transforma para esta ocasión en un escenario de contemplación activa, donde arte, música y gastronomía se unen en un mismo pulso sensorial.
Formato del evento
Música: escucha de vinilos ,con la musicalización de Etika Halliday.
Arte en vivo: intervención de Pilar Gleboff.
Gastronomía: catering a cargo de ADA, con degustación de bebidas seleccionadas
Más que una muestra, “Cartografía espiritual” es una experiencia que reafirma la visión de VILON como un espacio que redefine la hospitalidad urbana a través del arte, el diseño y la autenticidad local.
Lugar: Hotel VILON – Arenales y Libertad, Buenos Aires
Curaduría: Fabiana Barreda
Artista: Pilar Gleboff
Fecha: 16/10 – 19:00 a 22:00 hs.
(Fuente: Nadya Cabrera – Prensa)
Artes Plásticas
Artes visuales, fotografía y más, en las Inauguraciones del CCEBA

El Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA) ya inauguró sus últimas exposiciones de artes visuales del año 2025.
Las muestras, seleccionadas mediante la convocatoria pública anual de la institución, ofrecen una rica visión de la escena artística contemporánea que el público podrá visitar, con entrada libre, hasta el 5 de diciembre.
La inauguración contó con la presencia del embajador Joaquín María de Arístegui Laborde, el consejero cultural Roberto Varela y la directora del CCEBA, Paula Palicio.
En la sala I, Foto Féminas 2015-2025. Territorios y conversaciones. Visualidades contemporáneas desde la fotografía y el fotolibro de fotógrafas mujeres y no binarias de América Latina y el Caribe. La muestra celebra los diez años del colectivo Foto Féminas, reuniendo las miradas de más de 40 mujeres y no binarias de distintas partes del mundo, quienes a través de la fotografía y el fotolibro construyen un archivo visual contemporáneo de territorios, realidades cotidianas, afectos y experimentaciones artísticas. Con curaduría de Verónica Sanchis Bencomo, fundadora de Foto Féminas, cada obra es una voz que interpela el presente desde objetos, cuerpos, vínculos y paisajes. Los proyectos e imágenes invitan a conectarse con narrativas únicas ya desarrollar estereotipos conectados al territorio latinoamericano para dar lugar a nuevas constelaciones visuales.
En la sala II tendrá lugar el Museo del Devenir (MdD). Un museo itinerante, un archivo de arte disidente y racializado enfocado en la performance, la fotografía y el video. Curada por Guad Creche e integrada por una selección de obras de artistasxs y colectivos del norte de Argentina—en este caso de Salta y Jujuy—. Mediante una curaduría situada, construida desde los territorios, MdD está protagonizado por los cuerpos y las experiencias disidentes que habitan dichos espacios. Sin sede fija, el Museo del Devenir funciona como un dispositivo de investigación, interrupción y emergencia. Una plataforma de cocina narrativa que busca establecer relaciones y abrir preguntas dentro de otras instituciones. Sus obras circulan en formatos digitales, fotográficos y en vivo, lo que permite que sean transportables.
En la sala III, Dormir mientras nuestras camas arden . Colectivizar el archivo de futuro es una muestra que toma el archivo como práctica artística reuniendo piezas y registros transdisciplinares de obras efímeras que suceden en el espacio público, con artistas procedentes de Argentina, España, Portugal, Brasil, Bosnia y Herzegovina, Estonia y Serbia desarrollados durante su participación en los encuentros artísticos de Cáceres Abierto y la Residencia Epecuén. Cáceres (Extremadura, España) y Epecuén (Buenos Aires, Argentina), son dos territorios periféricos separados por el Atlántico pero con realidades paralelas, que acogen diversos eventos de arte público a través de los cuales se rescata, revisa, visibiliza y revaloriza el quehacer artístico compartiendo pensamientos desde la crítica situada.
En esta muestra, curada por Julio C. Vázquez Ortiz (ESP) + Paula L. Benítez y Residencia Epecuén/ AAMM (ARG) , se revaloriza el potencial del archivo compartido, revisado colectivamente y disposición del público implicado, dispuesto a investigar y explorar caminos experimentales para estas prácticas efímeras.
La fachada del CCEBA desplegará sus nuevas persianas intervenidas por la artista visual y muralista Manuela Tejo para quien el mundo natural no es decorado, sino vínculo y refugio. Un espacio donde lo orgánico, lo doméstico y lo imaginario se entrelazan para expandir nuestra sensibilidad.
Las exhibiciones han sido acompañadas en su desarrollo y producción por el equipo del CCEBA con asesoría curatorial de Laura Spivak y podrán visitarse de lunes a viernes de 10 a 19 hy los sábados de 12 a 18h, hasta el 5 de diciembre, en Paraná 1159, CABA. Programación completa en: https://cceba.aecid.es/ .
CONTACTO DE PRENSA: CECILIA GAMBOA 115 151 1540 | INFO@CECILIAGAMBOA.COM.AR
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PROGRAMA DE ACTIVIDADES VINCULADAS A LAS MUESTRAS
FOTO FÉMINAS 2015-2025
Martes 7 de octubre – 18 a 20 h .
Las imágenes presentes y las que aún buscamos colectivamente .
Acción pedagógica de mapeo y debate a cargo de Gisela Volá y Lena Szankay.
Martes 4 de noviembre – 18 a 20 h .
Migrar: desplazamientos, identidades y memoria.
Charla a cargo de las fotógrafas Patricia Martínez , Sarah Pabst y Eleonora Ghioldi
MUSEO DEL DEVENIR
Viernes 24 de octubre – 18 h.
Programa doble de actuaciones:
“El último rito” a cargo de Quillay Méndez y Masi Mamani. Invitada: Aldana Bello
“ Machito” a carga de Martín Soria
Viernes 28 de noviembre – 18 h.
Conferencia performativa: “WAWASKUNA – “ a carga de Tiziano Cruz.
DORMIR MIENTRAS NUESTRAS CAMAS ARDEN
Martes 30 de septiembre – 17 a 20 h .
Registrador lo efímero. Jornada iberoamericana de arte y archivo.
A cargo de Paula L. Benítez, Julio C Vázquez, Guillermo Mena y Gastón Parterrieu.
Jueves 30 de octubre – 18 a 20 h.
Reconfigurar lo tangible, colectivizar el archivo. Taller de Fanzine a cargo de Camila Mack y Paula Benítez.
(Fuente: Cecilia Gamboa – Comunicación & Prensa)
Artes Plásticas
“Museos Rodantes, colecciones en movimiento” llega a Azul y Bahía Blanca

El Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti inaugurará este viernes 26 la propuesta “Museos rodantes. Colecciones en movimiento” en dos localidades bonaerenses. A las 19 la muestra en 2Museos: Bellas Artes y MAC (Calle Sarmiento N° 450) en Bahía Blanca. Y por otro lado, a las 19.30 en el Museo López Claro (Av. Mitre 410) de Azul. Estas actividades forman parte de las propuestas del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
2Museos: Bellas Artes y MAC de Bahía Blanca, es un cruce de obras del patrimonio del Museo Pettoruti y del Museo Banco Provincia, que recorre la historia del arte bonaerense a partir de piezas de Spilimbergo, Forner, Figari, De Larrañaga, Victorica, Reato, Compagnucci, De Santo, Del Prete, Mari, Nogueira, Montalvo, entre otros.
La exhibición continúa la recuperación de la propuesta itinerante que ambas instituciones del arte promueven desde su fundación. Podrá visitarse hasta el 2 de noviembre con entrada libre y gratuita.


Por su parte, en Azul se abre la exhibición donde se cruzarán también las obras patrimoniales del Pettoruti con el patrimonio del Museo de Arte López Claro de Azul, a 30 años de su fundación.
Con obras modernas y contemporáneas, la propuesta cruza los patrimonios de ambos museos para pensar el lugar del arte en la comunidad y la memoria de las instituciones.
La exposición cuenta con obras de Mane Bernardo, Paula Blinder, Raquel Forner, Raúl Lozza, César López Claro, Fernando Santana, Magdalena Milomes, Oscar Levaggi y Anita Payró, entre otros. También con entrada gratuita, podrá visitarse de martes a viernes de 8 a 18 y los sábados y domingos de 16 a 19.
(Fuente: Museo Provincial Bellas Artes E. Pettoruti)
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